~ Inspiración nocturna

Summary:

Así fue como la oveja se alejó de su rebaño y fue en busca de su amado león – Entonces las ovejas son muy tontas, mamá. – O quizás los leones son muy masoquistas.

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La oveja caminaba junto con su pastor, cuando lentamente se alejó del rebaño y fue a un claro que se encontraba cerca.

Allí vio a su amado león, siempre tan intimidante, con su porte firme y mirada fría, la oveja decía que no existía un león más orgulloso que aquel que tenía enfrente.

Se miraron por segundos que parecían una eternidad, la pequeña oveja se acercó a su amado…

-Mami, la oveja es muy tonta ¿Verdad? – Decía un pequeño desde su cómoda cama.

-¿Porque dices eso, Hikaru? – Preguntó una dulce mujer.

-Es como si alguien se enamorara de un asesino, mami.

-No todos los leones son malos, Hikaru.

La luna llena iluminaba los cuerpos de aquellos seres que se amaban tanto, y en lo que parecía ser un beso demostraban su puro amor.

-Fin, ¿Te gustó el cuento hijo?

-Si mami, buenas noches- Con un dulce beso en la mejilla el niño se despedía de su madre para quedar a merced de los brazos de Morfeo.

-Buenas noches corazón.

-¿Otra vez ese cuento, Kagome?- Preguntó una figura recargada en la puerta.

-Es nuestro cuento favorito, Sesshomaru, después de todo es nuestra historia- Decía Kagome poniéndose de pie y situándose al lado de su ser querido.

-La oveja sigue siendo muy tonta- decía con una sonrisa seductora, mientras la tomaba con sus fuertes brazos por la cintura, acercándola más a su firme cuerpo.

-El león sigue siendo muy masoquista- Sus alientos chocaban, sus corazones latían violentamente, aunque quizá alguien no lo admitiría.

-Caíste de nuevo, oveja- Y la beso apasionadamente. El aire hacía falta, por lo que al fin se separaron.

-Te amo, Sesshomaru.

-Y yo a ti, mí querida oveja.