Bueno esta es una historia que puedo considerar original. Aunque lo unico que me pertenece es un personaje. Jejeje. Bueno, Yu Yu Hakusho no me pertenece aunque deliro con eso. Principalmente la pareja principal es mi personaje Youko Sophie y nuestro amado pelirojo Kurama. Recomiendo que todo aquel que guste de la relación entre Hiei y Kurama o Botan y Kuram lean este FanFic bajo su propio riesgo, ya que apesar de ser fan del Yaoi y gustar de HxK, en esta ocación atacaré mucho cualquier posible relación entre Kurama y cualquier otro personaje que no sea mi zorrita. Posiblemente habra Hentai en algun capitulo, pero no es algo que tenga planeado con seguridad. Así que vuelvo a repetir este esperimento lo leen bajo su propio riesgo y espero comentarios n_n tanto positivos como negativos. Pd. Disculpen de ante mano la mala ortografía, no soy una experta con ello y lamentablemente no tengo beta ni corrector automatico en mi sistema.

Disfrutenlo...

El mercado negro

1.- El primer encuentro

Unos ojos dorados era lo que se fundian en los sueños. Esos ojos divinos que tenian grabados ese sentimiento de paz, esas palabras que le acompañaban con un silencioso " Todo estara bien".

Era un día lluvioso y entre las ramas le pudo ver, esos ojos y esos brazos calidos que le emvolvieron una y otra vez, le pego contra sí para vrindarle calor y lo demás fue historia, historia que nadie más debía saber, nisiquiera recordar el pasado de antaño, solo debían saber que ella ahora era la novia del jefe, la gran ladrona y vandida del Makai, era ella y Kurama, ella Youko Sophie y nada más importaba.

Ella era casi una diosa, ella era la novia de Youko Kurama, ella era la novia del jefe... ella... solo ella... unicamente ella... y una imagen borrosa de si misma, con su nivea piel, su largo cabello blanco, y sus ojos grises, al igual que las orejas y colita de zorra platinadas, demaciado pura para ser manchada con cualquier otro color que no fuera el blanco de sus ropas, aun la sangre, la tierra o el agua manchaban tan bella imagen... imagen que se desvaneció...

Abrió los ojos, nuevamente habia tenido nuevamente ese viejo sueño de cuando Yoko Kurama la salvo y como su image tan imponente como Youko se difuminaba por el Makai.

Ahora por otra parte su imagen era diferente y burda, plastica y sin chiste. Por suerte la familia que le había tocado al rencarnar era una muy rica y poderosa en Japón, no podía pedir más... bueno si podía, quería a Kurama a su lado, sin embargo eso ahora parecía un sueño tan lejano que por su mente no pasaba la tonta ilución de reunirse despues de tanto tiempo con él.

Probablemente el zorro ahora tendría una pareja, y estarían juntos, felices como el los cuentos de hadas, Kurama llevaría una vida normal como cualquier otro humano, posiblemente en este tiempo debería estar cursando la Universidad, sacando notas exlentes gracias a sus habilidades mentales y rodeando de admiradoras, una de ellas sería la afortunada o a lo mejor el zorro ya había decidido a un Él. No le parecería raro, cuando Kuronue vivía tubo miedo de perder al Youko en garras de ese pajarraco negro de mirada hipnotizante, pero bueno uno nunca sabía a que grado podía girar la vida, lo unico que sabía era que ahora ella no era más que una humana rodeada de riquezas y sola... estaba destinada a estar sola, demaciada hipocrecia, demaciado dolor, nadie merecia vivir a su lado.

- Buenos días señorita Melinda – Una empleada interrumpió sus pensamientos.

- Buenos días Maria – Contesto secamente sin siquiera voltear a ver a su ama de llaves, sabía que la mujer ya mayor de edad se preocupaba por ella y debía admitir el buen trato que le daba, sin embargo siempre había pensado que no era real tanto amor desinterezado y que detras de esa cara amable había algun interes de por medio.

- Ya tengo listo su desayuno ¿Prefiere bajar por el o desea que se lo traiga al cuarto? - Con una sonrisa amable, camino hasta abrir las cortinas del cuarto de su joven ama.

- No gracias Maria, no tengo hambre, dile a Sebastian que prepare el carro, si me padre llega a llamar dile que salí al salon de belleza, estaré fuera todo el día – sin mas ni menos la joven ahora una rubia deslumbrante camino hasta el baño para arreglarse.

No le gustaba para nada su apariencia actual, demaciado impura, demaciada plastica. Su larga cabellera era rubia pura y hace no mucho se habia teñido unos mechones en color rosa, el contraste era agradable a la vista, su piel apesar de ser clara no le complasia, la pureza de su piel de Youko era casi blanca, sus ojos ya no eran grises, ahora eran impuramente amielados, de vez en cuando le decian que parecian verdes y era la envidia de su salon, sin embargo ningun detalle le complacia. Incluso su figura curbeada y perfecta, la cadera definida, el abdomen plano, las piernas duras pero finas, sus gluteos y pechos boluptuosos ademas de firmes, cualquier hombre sufriría un derrame nasal por verla en traje de baño. Bueno no por nada era modelo, no por nada era la hija de Takanaka Nakano y Charlotte Hillton.

La supuesta belleza humana que tenía se lo debía a esa mujer que decía ser su madre, mientras que el dinero y la vida comoda se lo debía al empresario corrupto que debía de llamar padre. Muchas veces quiso decirle a los dos que ella era un demonio del Makai, una vandida poderosa que detestaba a los humanos y que lo mejor sería matarlos, pero bueno la vida que le había tocado no era tan mala, finalmente no le faltaba nada y si los mataba posiblemente tendria más responsabilidades de las que le gustaban hacer, disfrutar del dinero y la vanidad era una vida de la que no se podía quejar.

Se peino sin gusto ni gracia, colocó una banda rosada en su cabello, retiro su ropa para ponerce un top rosa y un jean claro y deslabado, unas sandaleas para la epoca de calor y que dejaban ver sus uñas bellamente arregladas, se miró una vez mas en el espejo, el maquillaje no hacía falta, era bella por gracia de la naturaleza y sabía sacarle probecho a ello. Con una vista más al espejo salió del cuarto con prisa, bajo las escaleras rapidamente y paso de largo la lujosa sala que ya le tenía harta, salio sin mas y por su mente cruso un pensamiento cuando obserbo a Sebastian esperandole.

- Voy a ir yo sola, tienes el día libre – Dijo secamente y quitandole las llaves al chofer.

- Pero señorita...

- ¡Pero nada! Quiero ir yo sola, quiero paz... -sentencio en voz calmada y fría, realmente era dificil desifrar lo que pensaba, pero al chofer no le quedo más que aceptar lo que la joven ama quisiera.

Puso el carro en marcha, no se la creía. Ahora ella controlaba su destino, apesar de saber manejar siempre había preferido ser llevada a todas parte, era una forma de sentirce importante, Sebastian aquí, Sebastian alla...

Había dicho que iría al salon de belleza, sin embargo ahora había cambiado de opinión, quería simplemente dar un paseo sin sentido por la ciudad, apesar de llevar toda su vida en esa ciudad apenas y se conocía la ruta a los lugares caros y que su clase social frecuentaba, así que decidida a tener un nuevo panorama se desvio de esos caminos hasta perderce irremediablemente.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

La campana no tenía mucho de haber sonado, no estaría mal asistir a esa reunion que Yususke había propuesto apenas el día de ayer. Una cena en grupo con la maestra Genkai sería ideal para distraerse de los abrumadores examenes que le estaban volviendo loco.

- ¡Minamino! - Escucho como una de sus admiradoras le gritaba, pero en lugar de detenerce acelero el paso, no quería ser grosero pero tampoco quería entablarce en una conversación absurda con una loca joven enamorada de él. Si algo conservaba desde la primaría era su ferviente club de admiradoras.

- ¡MINAMINO! ¡CUIDADO! -El grito de un compañero frente a él le desconserto, tardo unos segundos en darce cuenta que por escapar había quedado a la mitad de la calle sin prestar atención al trancito, justo cuando un deportivo negro se acercaba a toda velocidad, trago saliba y pensó que si mañana podía tomar su examen de calculo avanzado daría gracias a Inari todos los días.

Increiblemente el auto se detubo apenas a unos milimetros del joven pelirrojo, aunque las marcas en el padimento delataban el frenado repentino y forzado de aquel carro tan lujoso. Sus ojos se abrieron a más no poder y su cara expresaba una singular y comica sorpresa, sorpresa que aumento cuando una joven rubia bajo del auto y camino hasta él.

- ¡¿Estas idiota o que? - Grito alterada la rubia de ojos miel – ¡Si no freno a tiempo estarías muerto! ¡¿No se te enseño que debes mirar antes de curzar la calle?

- Yo.. yo lo siento – Contesto algo asustado el aun detective del mundo espiritual, aun no entendía como había humanos tan histericos que llegaban a dar más miedo que algunos demonios del Makai.

-... - La joven le miro unos segundos y callo en cuenta de que le había asustado, si bien casi lo había matado atropellado, ahora se bajaba a gritarle, pudo haberle matado, no debía reclamarle, debía preguntarle como se encontraba y si necesitaba algo – No, disculpame a mí, casi te mato y ensima te grito... permiteme – Con una sonrisa amable le extendio la mano.

-Gracias... -esa joven estaba loca, pero aun así acepto la ayuda de la rubia y se lebando del suelo, realmente no se había caido, solo se habia agachado por sus libros, con el susto estos se le habían caido, y cuando los iba a lebantar esa joven había comenzado a gritar.

- Mucho gusto, mi nombre es Melinda Nakano... ¿ Y el desconocido que casi atropello...? - Comento esperando la respuesta de Kurama, quien parecía ausente, aun no creía lo que acababa de vivir... - Pregunte que como te llamas...

- Lo siento.. mi nombre es ku... Shuichi Minamino -se corijio enseguida.

- Bueno Shuichi lamento lo que ocurrió, si me permitieras me gustaría llevarte a donde sea que te dirijias, es mi forma de disculparme por lo ocurrido... - propuso la rubia, una sonrisa que hace mucho tiempo no tenía en su rostro se formo, dando una imagen casi angelical a su apariencia. No solia ser amable con extraños, mucho menos si estos le causaban problema, de hecho no solía ser amable con nadie, pero ese joven tenía algo especial, cuando se topo con esos ojos esmeraldas algo en su interió gritó "Todo estara bien".

- Bueno la verdad... Melinda – No sabía que decir, pudo ver a su grupo de admiradoras arder en llamas demoniacas, ellas siempre detras de el y ahora esa joven desconocida que andaba en un carro deportivo y realmente lucia espectacular le tenia tomado de la mano, ofreciandole un viaje en el mismo carro que casi lo atropeya. Realmente tenía paleneado ir con Genkai y por mas generocidad que aquella joven tubiera, ir a un viaje tan lejos no estaba en los planes de nadie – Lo siento, pero voy a las montañas a una cena con unos amigos, si te acepto algo será que me llebes a la estación del tren – acepto rapidamente cuando observo que su club de fans se hacercaba peligrosamente.

- Yo te puedo llevar hasta las montañas – Contesto felizmente y se aprobecho de la mirada ingenuamente aterrada del pelirrojo que ya parecía pedir los santos oleos cuando esas jovenes se hacercaban ferozmente como el demonio mismo, así que antes de tener una respuesta por parte del recien casi accidentado, le tomo de la mano y le halo hacia el carro para ponerlo en marcha apenas y estubieron los dos adentro.

El viaje trancurrio silenciosamente por largo rato, solo se escucha el aire acondicionado y el motor del deportivo que ahora estaba con la capota puesta, ya que al estar en la carretera no era nada util no tener un techo, ademas de lo incomodo que era el aire golpeando fuertemente contra uno, estaba el incoveniente del polvo, hojas y hasta piedras que le lanzaban los carros que iban enfrente de uno, ademas el incoveniente del peinado, los dos con el cabello largo, no, no era buena idea, a esa velocidad solo terminarian como una imitacion barata del pajaro loco. Así que para romper el silencio motorizado, la rubia comenzo a hablar, sobre todo tenía un buen tema...

- Disculpa, no se si lo has notado, pero no tengo idea de a donde me debo dirigir...

- Lo siento, tenía... perdon... – Kurama se había quedado tan impresionado por lo sucedido que se le fue por completo la noción del tiempo, incluso olvidó el hecho de que estaba siendo llevado por una hermosa joven hacía las montañas donde la maestra Genkai, sus compañeros de luchas, Yukina, Botan y Koenma lo esperaban. Posiblemente se sorprenderían al verle con esa mujer, pero ya no podía dar vuelta atras y aun algo nervioso le indico detalladamente la direccion a la joven.

El resto del viaje todo trancurrio tranquilamente, ambos jovenes hablaban de trivialidades diferente, desde la escuela a la naturalza que les rodeaba en esas montañas y bueno, dos desconocidos comenzando a conocerce.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

- ¿Donde se habra metido? - Pregunto Kuwabara algo extrañado.

- No lo sé, pero te aseguro que el no es esa clase de persona como tú que llega tarde – Dijo tranquilamente Yususke.

- A lo mejor algo malo le paso – tercío angustiadamente Yukina.

Kurama ya había tardado más de la cuenta, se habían quedado de ver a las 5:00pm, justo dos horas despues de la salida de la escuela, tanto Yususke como Kuwabara habían llegado incluso antes, pero eso era porque se habían salido de clases. Kurama seguramente debío de quedarce aun despues de clases para hacer algo importante con relacion a su educación, sin embargo ya eran pasadas de las 8:00pm por mas que pudiera entretenerce no era razon para llegar casi tres horas despues a un compromiso que se había paleando desde... desde las ultimas 24 horas, pero el zorro ese era muy puntual, tanto así que hasta el propio Hiei se empezaba a preocupar.

- ¡Miren! Que auto mas lindo, seguramente es Kurama – Dijo alegremente Botan. Desde hace tiempo había esperado esta cena, aunque fuera dificil de creer, despues de que el Korime de fuego había rechazado al guapo zorro, ella tenía la esperanza de que este se fijara en ella, y solo por él llebaba puesto su mejor kimono.

- Hn... - Hiei observo algo indiferente la esena, pero no paso por alto la reaccion de la barquera del mundo espiritual. Verdaderamente le molestaba que ahora esa se sintiera con alguna oportunidad con el kitsune. Es verdad que él lo había rechazado, cuando Kurama se le declaro lo tomo por sorpresa, pero la verdadera razón por la cual había rechazado al zorro era... era que cuando le besó, incocientemente su tercer ojo capto una imagen muy perturbadora, Kurana no pesaba en él, si no en una mujer, una kitsune, realmente se había molestado mucho con eso y aunque el principio pensó en decirle que sí al zorro, despues de eso su negativa fue rotunda, el no era plato de segunda mesa, ni estaba para hacer olvidar al zorro sus viejos amorios.

- ¡Miren! - alerto Yukina – Kurama viene acompañado de una hermosa mujer.

Botan se quedo helada cuando escucho aquello, y como un rayo corrió a la ventana para ver y comprobar que efectivamente su pelirrojo estaba acompañado de una rubia espectacular.

- ¡No puede ser! ¿Que acaso Kurama no entendio que esto era una reunion privada? - Se quejo imediatamente la barquera.

- No le veo nada de malo que quisiera traer compañia – le defendio el principe Koenma, quien se encontraba en su apariencia adulta, sería muy estraño para una humana ver a un niño pequeño hablando con esa fluidez y comiendo más que un adulto. Aunque no estaba del todo seguro que esa joven fuera humana, pero tampoco podía llegar a concluciones si apenas y le habia visto bajar del carro.

Se escucho que las puertas se corrían para dejar entrar a los ya previstos visitantes.

- Lamento la demora, tube unos incovenientes – se disculpo Kurama muy apenado.

- Lo siento, la verdad la culpa es mia – interrumpio la joven, que tenia captada la atencion de todos los hombres presentes, sobre todo la de un pelinaranja alto y fornido que practicamente babeaba con la boca abierta, aunque el mas pequeño que tenia un estraño peinado y llevaba consigo una espada parecia fulminar con la vista al otro, ademas de que una peliazul le miraba con desprecio, claro que otra pequeñita de cabellera celeste casi verde miraba con tristesa al joven de cabello naranja, los demas le miraban solo con curiosidad, pero bueno ignorando los detalles la joven siguio hablando ante los deconocidos – El retraso de Shuichi es porque casi lo atropeyo... -admitio y obtubo la atención completa de todos, quienes le miraban sorprendidos – Fue un accidente, por fortuna él esta bien y yo me ofrecí a traerle como disculpa, aunque como no sabía como llegar me perdí... -una risita nerviosa se le escapo -espero lo disculpen y con su permiso me retiro, que pasen buena noche y disfruten su velada – Con una sonrisa se disponia a marcharce, pero la voz de la anciana de cabello rosado la detubo.

- ¿Por qué no te quedas a comer? -sujirio Genkai

- Pero maestra Genkai... -intervino Botan – Esta es una cena intima con amigos, no me parece apropiado que la joven aquí precente, que porcierto creo que ni el mismo Kurama conoce, se quede a cenar con nosotr... - muy tarde, la mirada de Kurama estaba apunto de fulminar a Botan, nuevamente la peliazul habia metido la pata al decir cosas de más...

Un profundo silencio inundo la habitacion, no tanto por el error de Botan al mencionar el nombre de Kurama, cuando claramente su acompañante le conocia con el nombre humano de Shuichi Minamino, si no porque la rubia acompañante se habia quedado en una especie de trance mientra amargas lagrimas rodaban por las mejillas de la joven.

- ... - No podía decir nada, su garganta se habia cerrado, su boca se habia cecasdo y las lagrimas le delataban lo suficiente como para sentirce un bicho raro, no iba a preguntar, seguramente todo sería una equibocación, y si ella decía algo fuera de lugar todos esos deconocidos pensarían que seguramente estaba loca, aunque seguramente ya deberían estar pensando en eso... volteo a ver al pelirrojo – No... no... no puede ser... no es posible... -murmuro lo suficientemente audible para todos los precentes que estaban sumidos en un gran silencio, en espectativa de lo que esa joven rubia fuera a hacer... - ¡NO! - grito energeticamente y empujo al pelirrojo para seguidamente salir corriendo como alma que lleva el diablo, dejando a todos impactadamente sorprendidos.

- ¿Que fue eso? - pregunto el mismo Hiei algo sorprendido al ver semejante reaccion en esa humana.

- No tengo idea... - El kitsune se quedo muy pensativo, posiblemente... bueno el nombre de Kurama era muy comun... bueno a quien quería engañar, ademas cada cuanto te topas con un extraño que... esta bien, lo admitia era muy sospechosa esa reacción por parte de aquella mujer, pero no le conocía lo suficiente como para ir tras ella a pedirle una explicación.

- Las humanas son muy raras – se bufo Hiei con una mueca de fastidio y cansancio.

- ¿Urameshi, no te parece conocida esa mujer? - Pregunto Kuwabara aun pensativo por lo ocurrido

- ¡¿QUE? ¡No vez que esta Keiko aqui! ¡No me difames! - Grito alterado el gran detective de ojos cafe, que alsaba su puño amenazadoramente.

- ¡No te estoy difamando idiota! ¡Si te callo el saco, pontelo! - le respondió de la misma el poseedor de la espada espiritual... pero enseguida se calmo y seriamente volvio a hablar... - a lo que me refería es que a esa mujer la hemos visto antes ¿No te parece?

- Bueno ahora que lo dices... - Yususke hacia muecas raras tratando de recordar, hasta que ¡LOTERIA! - ¡ES MELINDA NAKANO! - Grito con un derrame nasal y los ojos con forma de corazon, ganandoce un fuerte golpe de Keiko - ¡Auch! ¿Por qué me pegas?

- Por ser un pervertido – se quejo la novia del impertinente detective.

- Pero es que Yususke tiene razón – dijo estrañadamente Kurama – Esa joven se llama así, ella misma me lo dijo...

- ¡Kurama! ¡Tenías a la Conejita Nakano contigo y la dejaste ir! - Grito emocionado Kuwabara, para luego ponerce en un plan dramatico – No puedo creer que con semejante suerte dejes ir a la más bella modelo de Japón, ella que ha sido la portada de esa revista para adultos en Gringolandea, ella que es modelo de la marca de ropa interior mas reconocida en nuestro bello país, ella que es la belleza mas bella de este bello país, más bien ella que embelleze con su belleza y sus curbas a... -un repentino golpe le quito la inspiracion de enamorado a Kuwabara, un golpe bien proporcionado por su hermana- ¡Auch! ¿Que hice? - Un movimiento basto para que callera en cuenta que su amada Yukina estaba apunto de llorar, algo en su interior lo hizo sentirce un completo estúpido al haber hecho sentir mal a su amada por alabar tanto a esa modelo, pero tenían que admitir que lo decía enserio, apesar de ser joven Nakano era todo una estrella en el mundo de la belleza.

- A mí no me parece la gran cosa esa mujer, es una mal educada, se fue corriendo y empujo a Kurama – se quejo la barquera, al tiempo que tomaba al pelirrojo como si le estubiera ayudando o curando.

-Tranquila botan -el zorro se aparto nerviosameente con una risita – Estoy bien, enserio – no tenía nada encontrade Botan, pero simplemente no estaba interesado en que esta se interesara más de la cuenta, ya casi había perdido a Hiei como amigo, no quería perder a otra buena amiga por lios amorosos, con una experiencia le quedaba más que claro eso.

- Opino que deberiamos averiguar la razón por la cual esa joven salió de esa manera cuando Botan llamo Kurama a Kurama – sugirió el principe del mundo espiritual, ganandoce una mirada de odio por parte de la barquera – O bueno, podriamos comenzar la cena – dijo nerviosamente y tragando saliva cuando la imagen de Botan fue sustituida por la de un verdugo que le iba a matar si seguia dando sugerencias.

- La verdad... - el pelirrojo se quedo pensativo un momento, posiblemete ya se había ido y no la alcansaría corriendo, así que sería mejor dejar todo por la paz, sin embargo...

- Aun no se va – dijo secamente el korime al desifrar los pensamientos de su aun amigo – Si te intersa, la pobre sigue tan impactada que apenas y busca con desesperación las llaves de su carro – finalizo apuntando la ventana. Todos los precentes voltearon y comprobaron que el auto esta aun ahí, mientras la rubia rebuscaba en su bolso intentao encontrar las llaves.

- No tardo... - apenas alcazo a decir Kurama, mientras salía velozmente para alcansarle, no fuera la de malas que si perdía un segundo más esa rubia se pudiera escapar.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

Malditas llaves, maldito carro, madito accidente... maldito nombre, maldita desconocida, maldito desconocido... ¡Arg! ¡Maldito Día! Eso era todo... había tenido un maldito día y que si tenía ganas de maldecir. Escucho los pasos hacercandoce peligrosamente, y soloo pudo llenar su mente de escusas, pero cada una le parecia más ridicula que la otra... Un tío llamado así, no mejor un novio, eso era mas creible, ademas debería estar muerto, por eso lloró... Que ridicules... sus escusas daban lastima, más bien pena agena...

- ¿ Por qué reacionaste así ? - Pregunto el pelirojo al tiempo que recogia las llaves de la rubia que estaban tiradas a unos pasos de distancia, tomando las manos de esta y dandocelas amablemente, mientras le miraba fijamente esperando una respuesta.

- Te seré cinsera... - pensó unos instantes su respuesta para que esta sonara creible -... La verdad yo tubé un novio con ese nombre hace mucho tiempo, digamos que él murió y... la verdad, nunca... la verdad no imagine que volveria a escuchar ese nombre -dijo finalmente y con algo de tristesa – Sé que es tonto alterarse por un nombre, pero seamos realistas, no es nombre muy común, ademas de que tu me mentiste... -argumento para desviar un poco la conversación- Me dijiste que te llamabas Shuichi Minamino... y esa joven te llamo Ku.. así – finalizo al ser incapaz de pronunciar el nombre que le traía tantos recuerdos...

- Botan es algo... bueno suele hablar sin pensar, Kurama es un sobrenombre que me pusieron por... bueno, razones sin importancia, ellos son los unicos que me dicen así y... yo no sabía cuanto te podía afectar ese nombre, disculpame...

- Tú tranquilo, no es... no es nada personal, pero me tengo que retirar. Pasa buena noche Minamino -sonrió apenas de lado y sin más abrió el coche para partir antes de que algo más ocurriera.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

Ya habían comenzado a servir la cena, la insitencia de los dos detectives escandalosos del mundo espiritual era suficiente para agotar la paciencia de cualquiera, si hambre tenían lo mejor era darles de comer, eso u obtener una fuerte migraña por escuchar como hacían drama.

Botan por su parte no estaba muy interesada en la comida, su unico interes estaba afuera, quizas no podría ir, ni tampoco escuchar, pero había quitado a Hiei de su camino para espiar indiscretamente por la venta, su sonrisa finalmente aparecio cuando vió el carro alejarce y como Kurama caminaba de regreso para cenar.

- Que felicidad – dijo melodicamente con carita de gato.

Kurama regresó y antes de que el tema de Nakano siguiera, Koenma le ayudo a Kurama poniendo un tema sobre la mesa.

- Como sabran de ante mano esta reunion no es solo para convivir – Sabía que Kuwabara y Yususke pegarían el grito el cielo, pero igual tarde que temprano se los tenía que decir, además era la forma de cotar el tema de la acompañate de Kurama, el pobre ya se veía lo suficientemente decaido como para seguir indagando en el tema, aunque la noticia que tenía que darles tampoco era para subirle el animo a nadie – Chicos... -aclaro su garganta- Les tengo una misicion...

- ¿QUE TÚ QUE? - Grito Yususke levantandose de golpe y apuntando al principe del mundo espiritual con sus palillos chinos.

- Lo que escuchaste Yususke, como detectives espirituales deben estar preparados para esta situacion...

- Como me deje converncer -se quejo Hiei en voz anta, ahora que lo pensaba el debería estar en el Makai disfrutando de la buena vida, no con una bola de... Bien, viendo a Yukina se tranquilizo y con un profundo respiro pensó que no sería tan malo volver a trabajar para el mundo espiritual... ya que le quedaba.

- Bueno – Koenma volvio a aclarar su garganta- Verán, el problema es el siguiente, tenemos informes de que varios empresarios intenta renovar el mercado negro de Sakio y por medio de portales no solo han entrado al Makai, si no que han traido demonios para hacer negocio con ellos, desde lo de Sensui el mundo del mal ha quedado muy espuesto sobre todo a esa gente que esta conciente de lo que hace y quiere hacer su fortuna más grande por medio de artes oscuras – Dijo tetricamente para captar la atención, ya que el detective con sangre Mazoku parecia mas interesado en su arroz, que en la mición - ¡ Yusuke!

- Lo lamente – se disculpo el castaño mientras dejaba la comida aun lado - ¿ Y bueno de que trata esta misicion? - Preguntó alegremente el detective que se había perdido toda la explicacion.

- ¿Que no escuchaste nada idiota? -dijo Kuwabara sorprendido de lo distraido que podía ser su amigo – Tenemos que detener a los que planean seguir con el legado de Sakio, nos tocara pelear con humanos... ¿No es así Koenma? - Aunque al principio tenía un aire de sabio, despues de analizar la situación bien, no le agradaba la idea de tener que hacer ese trabajo.

- Lo siento chicos, pero aunque es verdad lo que dice Kuwabara, el problema esta relacionado al mundo del mal, así que es su obligación como detectives del mundo espiritual encargarce de detener a esas personas que trafican con demonios y si es necesario deberan acabar con varios demonios que defienden a esos humanos tan crueles – dijo tristemente el principe del mundo espiritual.

- Pero... - Yususke se quedo pensativo un momento, con la atención de todos los precentes sobre lo que fuera a decir, pero el ruido del estomago del detective hizo caer a todos con una risa nerviosa por parte del mismo – Lo siento no puedo pensar bien con el estomago vacio. Jajajaja...

La cena transcurrió sin más problemas, ni más comentarios sobre cualquiera de los temas tan raros que surguieron durante la noche. Aun la mición que había encargado Koenma se olvido entre chistes, comida y platicas cortas sobre la vida de los precentes.

- ¿Y tu Kurama? - cuestiono la peliazul entre risas - ¿Tú no tienes novia aun? - Los ojitos de la barquera brillaron un poco al saber de ante mano la respuesta y la señal para iniciar su plan de conquistar al pelirrojo.

- ¿Botan que no te cansas? - Se quejo Yususke de la guia espiritual quien enseguida se puso roja de pies a cabeza, propinandole un fuerte golpe al detective.

-¡Callate! Yo... yo – se había puesto muy nerviosa, realmente era muy evidente su forma de actuar- Lo siento Kurama, yo... yo – ahora le habían dando ganas de llorar, la verguenza que sentía solo le permitio salir corriendo.

-¡¿Ya viste lo que hiciste tonto? - Grito Keiko propinandole un golpe a su novio para enseguida salir corriendo tras la barquera que se había ido segundos antes envuelta en llanto.

-¡Auch! ¡Eso dolio! -se quejo el castaño – No es mi culpa que sea tan chillona -se defendió en tono dramatico.

-Buenos chicos suficiente... -intervino calmadamente la maestra Genkai dandole un sorbo a su taza de té.

-La maestra Genkai tiene razón, el unico que debería decir algo aquí es Kurama – Las palabras del principe del mundo espiritual llevaron todas las miradas sobre el susodicho pelirrojo.

-¿Qué? ¿Por qué me miran así? - contesto algo nervioso.

- No te hagas kurama, ¿Enserio no te llama la atención ni un poco? Viendola bien, Botan no esta tan fea – Molesto morbosamente Yususke quien codeaba picaramente a su compañero quien ahora estaba tan rojo como su cabello.

- Vamos Urameshi, ¿Tu crees que despues de tener a Melinda Nakano, Kurama se fijará en Botan? - terció el detective de Cabellera naranja – Sería como comer alta comida de un restauran y pasar a comer las sobras de tu cosina – declaro entre risas.

- Calmen chicos – ya se había puesto más rojo que antes, y la verguenza se delataba no solo en su cara si no en la voz nerviosa que no quería salir. Él que era el maestro de la palabra ahora no encontraba que decir. Rogaba con la mirada que alguien le ayudara.

- Pongance serios – intervino Koenma – Aprobechemos para hablar de la mision...

- Mejor hablemos de los amores de Kurama – Nuevamente Kuwabara metiendo su cuchara en el asunto – Dinos Kurama ¿ Te gusta Botan? - Ninguno de los precentes noto que justo cuando el pelinaranja pregunto aquello Keiko traía de vuelta a la guia espiritual.

- No, Kuwabara – Contesto secamente y ya un poco arto de la situacion. No era nada personal y no pretendia ser grosero, simplemente no le gustaba Botan y no quería seguir con esta incomodidad.

Un grito seguido de llanto, golpes y demás fueron lo que siguio apenas la joven de cabellera azulada escuchara las palabras del pelirrojo.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

- Botan se paso – chillaba Urameshi.

-Y que lo digas... - Kazuma se sobaba los fuertes golpes que Botan le había proporcionado.

- No lo puedo creer – Kurama tambien había resivido golpes. Aparentemente el unico que no había resivido ataques era Hiei por salir a tiempo del lugar, pero hasta Genkai tubo que esquivar la furia de la barquera – Mejor nos vamos – sentenció resignado cuando el ultimo tren que salia de las montañas se detubo frente a ellos.

- Debiste de decir que si... - Yususke seguía chillando por lo sucedido, ademas de que Keiko se decidió no irse con ellos y quedarce con Botan para consolarla, finalmente mañana era fin de semana.

Nadie más dijó nada más. Nisiquiera Kurama argumento algo mas en su defenza, solo quería irse a descansar. Aunque fuera sábado él tenía un importante examen que precentar para la universidad y despues de todo lo ocurrido se encontraba sumamente cansado.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

Llegó a su casa y vió las luces apagadas. No se tomo la molestía de estacionar el carro dentro de la cochera, simplemente lo dejó enfrente del porton. Ya mañana escucharía los regaños de su nana y con mala suerte su padre o madre llegarían y al ver semejante cosa le regañarían también. ¿Pero que más daba? Eso era lo que menos importaba en estos momentos.

De su mente no salía la idea de... no, no podía ser. Youko Kurama... Shuichi Minamino... ¿Acaso serían la misma persona? ¿Minamino sería la reencarnación de su Youko? No lo podía creer... aunque cuando estuvo presente en aquel templo de las montañas no había puesto cuido en que alguno de los presentes tuviera energía espiritual, aunque posiblemente... La verdad, no había puesto atención en ello, así que no podía asegurar positiva o negativamente la posibilidad de que alguno de ellos fuera más que un humano común y corriente.

- ¡Señorita! - Demaciado tarde. Su Nana le había atrapado antes de poder llegar a la seguridad de su habitación - ¿Pero donde ha estado todo el día? ¡Me tenía muy preocupada!

- Perdiendo el tiempo Maria... solamente perdiendo el tiempo – No tenía intención de dar mas explicaciones – Dile a Sebastian que guarde el carro – ordeno secamente mientras pasaba de largo aun lado de la anciana amable que le cuidaba.

Apenas pudo cerrar la puerta de su habitación, se undio en la cama. Así mismo y sin más. Con la ropa puesta y sin retirar la colcha o almohadas que estorbaban claramente para un buen descanso. Sin embargo el sueño fue más fuerte que cualquier otra cosa y como la bella durmiente, se dejo atrapar por el país de los sueños en ese mismo instante que su cabeza toco la suavidad de su cama.

Quería soñar otra vez con esos hermosos ojos dorados, mas lo que sus sueños vieron fue un par de esmerladas que silenciosamente clamaban un "Todo estara bien". Nadie podía llegar a imaginar lo que esas palabras causaban en la joven modelo. Nunca en su vida humana había tenido la oportunidad de escuchar esas palabras y ahora por segunda vez en su existencia, esos ojos verdes le decían lo mismo que en alguna ocación los ojos dorados de su amado Youko le habían transmitido el día que le salvo.

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

Llego a su casa y vió que todo ya estaba apagado. Entro cuidando no causar mucho alboroto, no quería despertar a su madre, ni a su padrastro, mucho menos a su hermanastro. Ya mañana le explicaría a su madre porque había llegado a esa hora. Ahora solo quería descansar y así lo haría.

Sin mas seremonias llego a su habitación y se dejo caer en la cama con todo y zapatos puestos. El agotamiento era tanto que lo ultimo que suspiro antes de sumirse en un profundo sueño, fue el nombre de aquella mujer con la que se había encontrado esa tarde. "Melinda Nakano" Ese nombre se escabullo en sus sueños.

Continuara...

Espero que les gustara aunque sea un poco y dejen comentarios n_n ya que según los comentarios seguiré con la historia o no, me ha tocado historias que nadie comenta y realmente es muy triste que eso pase, por eso mismo si no existe aceptamiento del publico, no existe inspiración de mi parte.

Besitos hasta el próximo capitulo