Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Después de tantas lágrimas vengo a traerles un poco de sonrisas, jajaja... por ahora... no en serio, quiero un fic divertido que a todos les guste y diferente de lo habitual. Nunca tuvieron a un familiar que los estuvo defendiendo como gallina con pollitos o sobre protegiéndolos? Bueno, a Eren le va a pasar. Espero les guste esto, NO ES LONG FIC, son sólo tres capítulos y ya está todo definido hasta el final, con lo cual les digo que pueden leer sin miedo a llorar, jajaja. Enjoy!

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Hajime Isayama, esto es sin fines de lucro y lo hago por diversión y satisfacción personal.

Advertencias: Lenguaje vulgar, palabras altisonantes, lime, situaciones caóticas.

DEDICATORIA ESPECIAL PARA:

Aikawa33

Deathnojuno

RizeCorrales

AngelGefallen, por cierto búsquenla en Fanfiction, tiene unos fics espectaculares y con una redacción de oro, les recomiendo mis tres favoritos: "Irresistible", "Hot & Heavy" y "De Pecados y Plegarias", para los que no conocen fanfiction, busquen en google: , "AngelGefallen" y listo! no se van a arrepentir.

Para la hermosa y linda: Daughter of Calypso, que me ha llenado de su amor y me ha dejado preciosos reviews en prácticamente todos mis fics! Gracias amorosa!

Para luisamargotp, que también está al pendiente y siempre me deja su amor a través de sus linda palabritas de aliento, gracias hermosa de mi corazón! Siempre te leo y te tengo en cuenta!

Y para la preciosa **ola-chan, que no sé si lo leerá, pero ella siempre me promociona en la página de fanfics de Facebook y es un amor!

Y por supuesto, no quiero olvidarme de Diosa de la Muerte, que ella me consiguió la imagen que usé para la portada y que parecía interesada en esta historia, al fin la publiqué, je.

Por cierto la preciosa portada es de la ingeniosa RivaiFem TA, que siempre está apoyándome y filosofando sobre la vida conmigo, te loveo fuerte, preciosa!

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"Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera.

tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea.

Porque si entre ellos pelean,

los devoran los de afuera".

José Hernández - Martin Fierro

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Levi miró apáticamente al semi-dios de aspecto delicioso frente a él. No todos los días se abre la puerta de tu departamento y te está mirando la copia del dios Apolo con… ¿"enojo, "molestia"? No estaba seguro, alguna de esas dos cosas. Por supuesto no le iba a coquetear, por muy papacito que estuviera, ni falta que le hacía, porque ya tenía su propio semi-dios, ese de piel tersa, bronceada, que anoche había estado gimiendo su nombre mientras le arañaba la espalda… No, ni de chiste lo cambiaba por otro, por muy bueno que estuviera. Eren tenía su corazón, su polla, todo de él.

El hombre "Apolo", como lo bautizó mentalmente, tenía la melena rubia natural algo larga, una tupida barba recortada pulcramente que le daba marco a unos bonitos y sensuales labios rosas, atractivos ojos verdes, de un color casi diría igual, al de su suculento y joven novio, lentes bifocales redonditos, al mejor estilo Jhon Lennon, y por último un cuerpazo de sargento de ejército, todo dentro de unos… ¿1,80mts? Por ahí debía andar, tal vez un poco más, porque sin dudas sería más alto que Eren. Levi estaba resignado a su altura, y en esta etapa de su vida no le producía ni cosquillas que se burlaran de él, su baja estatura se compensaba con otras "dotes" mucho más importantes, "dotes" que su bonito novio lamía y chupaba casi a diario. No, de ninguna manera le cambiaría a Dios unos centímetros de más en altura por unos centímetros de menos allá abajo, no señor, déjenlo nomás como estaba.

Todo esto elucubró en los 3 segundos en los que hizo una veloz inspección de arriba abajo, del orangután rubio frente a él.

— ¿Sí? Buenos días… -habló con su ronca y grave voz, especialmente antes de tomar el café del desayuno. Eren se estaba duchando mientras tanto, hacía unos minutos ya había cortado el agua.

El hombre frente a él frunció el ceño, miró un pequeño papel que tenía entre las manos y luego volvió a mirar a Levi. Vestía ropa extranjera, a decir por las letras bordadas en uno de los bolsillos, algo como ruso o similar, una maleta medio grande de color verde oliva a su costado y una gran mochila en la espalda, sin duda era turista, o extranjero. De hecho se dio cuenta que podía ser extranjero porque había un leve acento entre alemán y ruso cuando al fin lo escuchó hablar.

— ¿Este es el departamento 77 del edificio Stoghen? ¿Barrio Sina?

—Sí, ¿a quién busca? ¿O qué quiere, señor?

— ¿Eren Jaeger vive aquí? –esta vez Levi prestó más atención.

—Sí, vive aquí, ¿quién lo busca?

—Pensé que vivía solo –dijo frunciendo un poco los músculos del rostro en un rictus de molestia.

—Pues hace ya un año que vivo con él, ¿me dice su nombre así le aviso?

— ¿Quién eres tú? –lo increpó el grandote apretando el papel en sus manos y retorciéndolo.

—Eso debería decirme usted a mí, no tengo por qué responderle primero, siendo que usted es el que ha venido a la puerta de mi casa. ¿Quién es usted y porqué está buscando a Eren?

— ¿Eres un guardaespaldas? ¿Un compañero de departamento?

Levi comenzó a cabrearse.

—Escuche, señor sin nombre, le doy exactamente diez segundos para presentarse debidamente o en su defecto lo eyectaré de aquí metiéndole una gran patada en su misterioso culo, ¿he sido claro?

— ¿Qué pasa, amor? –dijo acercándose Eren mientras se refregaba el cabello todavía húmedo por el baño reciente. Normalmente salía de la ducha y su pareja le tenía listo un desayuno fenomenal, el cual tomaba sentado en su falda, siempre en short o directamente en bóxer. Era una especie de "rutina" entre ellos. Mientras Levi miraba el aburrido noticiero, acariciaba las preciosas piernas del de cabello castaño. Y eso podía terminar en un "rapidito" sobre la mesa o unos manoseos que lo ponían de increíble buen humor para afrontar el día. Pero cuando vio al hombre frente a la puerta quedó paralizado.

—Este idiota te busca y no quiere decirme quién es, ¿lo conoces? –dijo Levi de mal humor.

— ¿Eren?

—Zeke…

— ¿Qué carajo pasa aquí?

—Ven Levi –Eren lo arrastró del brazo un poco para adentro, estaba pálido y casi descompuesto, le susurró-. Es mi hermano…

— ¿Tienes un hermano?

—Bueno, medio hermano, por parte de mi papá. Escucha, trátalo bien, es algo… mmm… especial y… eehh… es homofóbico… él no sabía que yo…

— ¿Eren? –dijo el otro colándose por la puerta y arrastrando su valija. Levi levantó una ceja y lo miró con mala cara.

—Zeke, entra, entra, ya me termino de vestir, espérame por favor, toma asiento. Ya vuelvo –miró a Levi por detrás del gorilón que había entrado y juntó sus manos en una muda súplica de que no complicara la situación.

La verdad era que ni él, ni Eren hablaban mucho de sus familiares. Levi conocía a Carla, la madre de Eren, - que incluso había ido a visitarlos un par de veces. Una mujer hermosa y asombrosa, que desde un principio aceptó la relación sin problemas. Eren había crecido con ella, se había separado de su padre hacía unos diez años y ahora vivía un ardoroso romance con un tipo poco sociable (como él) de nombre Keith. Parecían llevarse bien, Eren era feliz, y si el mocoso estaba contento a él le bastaba. Con respecto a él mismo, su madre había muerto cuando era pequeño, no conocía a su padre y vivió hasta los 18 con un tío que pasaba más tiempo fuera que dentro de la casa. Por lo que Levi desde temprana edad aprendió a valerse por sí mismo.

Y ahora descubría que su novio tenía un medio hermano ogro (por la altura, Levi rápidamente lo había degrado del puesto de semi-dios, especialmente al enterarse que era homofóbico), que encima parecía dispuesto a instalarse ahí. Hell, no.

—Soy Levi –se presentó de entrada e imponiéndose, no le importaba si era el supremo pontífice, que supiera que él tenía peso en ese departamento también-, y soy la pareja de tu hermano –al diablo con el pedido del mocoso, tenía 33 años, no iba a estar escondiéndose debajo de la alfombra a esas alturas de su vida, además pagaba el alquiler por completo hacía más de seis meses (al principio solo pagaba la mitad), para que Eren no tuviera que trabajar y pudiera estudiar sin apremios.

El más bajo disfrutó ampliamente la forma grosera en que se le desfiguraba la cara al rubio peli largo cara de culo fruncido y cagado.

—No me gustan esa clase de bromas –cortó en seco el hombre y carraspeando se adentró en el departamento. Dejando su enorme equipaje a un costado del sillón y sacándose la campera que dejó desparramada en el mismo. Levi levantó la prenda con bronca y le habló de mala manera.

—No soporto el desorden, para la ropa de calle hay un guardarropa, está detrás de la puerta, agradecería que lo usaras –y luego dejó la campera colgada en ese lugar.

Pero el tal Zeke lo ignoró por completo, se fue a la cocina para empezar a revolver en busca de una taza, hacía frío y necesitaba urgentemente un café caliente, o cualquier cosa que lo hiciera revivir un poco.

— ¿Qué buscas? –preguntó Levi apareciendo por detrás.

—No me hables, marica –contestó mirándolo de manera glacial. Levi casi que no podía creer el desparpajo de ese desconocido, no le contestó de inmediato porque lo agarró de sorpresa con las guardias bajas. Justo entró Eren, con unos jeans y un buzo cuello de tortuga, poco le faltaba para convertirse en una monja.

—No te preocupes, Zeke, ve a sentarte, te haré ese capuchino que te gusta tanto –le dijo con una tierna sonrisa, mientras el rubio le magreaba la cabeza y luego lo abrazaba con cariño.

—Aaaah, tenía tantas ganas de verte cachorrito. Debes cumplir tu promesa, la próxima vez debes venir a Rusia. Papá está en Alemania en estos momentos, ocupado con una conferencia. Yo me instalaré en casa cuando termine aquí, podrías venirte conmigo, después de todo empiezan tus vacaciones en un mes, ¿no?

—Ah, sí… es verdad –dijo Eren un poco presionado-. Ya tendremos tiempo de planificar las cosas, ejem… él es Levi, eh… vivimos aquí hace un año y bueno, no tuve oportunidad de hablarte de él.

—Sí, bueno, prepárame el capuchino, tengo muchas cosas que mostrarte. ¿Sigue disponible la habitación del ala sur?

—Bu-bueno, ahora la usamos para guardar artículos de limpieza que Levi colecciona, pero dame unos minutos, después de desayunar la ordenaremos para que estés a gusto.

—Gracias, hermanito –magreó su cabeza y se dirigió al living pasando al lado de Levi y rozando bruscamente su hombro en el proceso.

—Tch –el hombre se cruzó de brazos y miró sombríamente a Eren-. De ninguna manera.

—Por favor –le rogó en susurros-. Por favor, por favor, haré lo que sea, pero por favor. No tengo muchos parientes y con él tenemos una muy buena relación.

—Sí, tan buena que en un año ni siquiera lo nombraste, tampoco vi fotos de él en la casa.

—No, bueno, los álbumes están en la casa de mi madre.

—Que se quede con ella.

— ¡Levi! No es su madre, y yo soy su único pariente en el país, siempre me ha ayudado. Cada año me manda una ayuda monetaria para costearme los útiles y los libros de estudio. Por favor… escucha, si colaboras yo… -miró hacia el living y se acercó para ponerle carita de cachorro apaleado-, usaré todas esas… ropas que te gustan tanto, no pondré resistencia, lo juro…

Levi rodó los ojos, se odiaba por ser tan débil, ese jovencito lo llevaba de la nariz. Suspiró y lo besó sutilmente en los labios.

—Una semana, ni un día más…

—Está bien… y otra cosa… delante de él, por favor, evitemos… ya sabes, muestras de afecto, ¿sí? Me siento en verdad incómodo porque él… bueno, es largo de explicar –dijo refregándose la nuca nervioso.

—Pero le dirás la verdad, no mentiremos acerca de nuestra relación.

—Sí, sí, pero dame… unos días, él pensó que era una broma, le cuesta mucho aceptar… eeh…

—Como sea. Haré waffles, ¿vas a querer?

—Sí, am-Levi. ¿Quieres un capuchino, también?

—No, gracias, yo tomaré café negro. ¿Te preparo tu chocolatada?

—No, tomaré un capuchino.

—De acuerdo.

La tensión en la mesa era palpable. Zeke ignoraba por completo a Levi, y el más bajo simplemente se limitó a leer el diario y tomar su café caliente de a sorbitos. Eren lo miró agradecido. Lo amaba tanto, era un buen hombre, lo cuidaba y se preocupaba por él, y en la cama… uuufff… no había nadie que lo complaciera tan bien, el mejor de todos. Levi era… perfecto, incluso con su baja estatura.

—Estas fotos fueron de la última nevada –decía el rubio mostrándole en su Tablet las imágenes-. Papá pescó un fuerte catarro, mira estuvo en cama varios días. Por cierto, te ha mandado un regalo que te encantará.

— ¿De verdad? Recibí un email de él hace unos días, diciéndome que recibiría una sorpresa, ¿qué es? –dijo con los ojos brillantes de curiosidad.

Su hermano sacó una llave y se la puso en las manos. Eren la miró desde varios ángulos, era plateada y corta y en el mango tenía el emblema de la marca Peugeot.

—Tu primer auto, Eren. Está en el estacionamiento del edificio, ¿quieres ir a verlo?

— ¡Oh, por Dios! ¿Es en serio? –exclamó saltando de la silla como un resorte.

—Vamos a que lo uses –ofreció Zeke poniéndose de pie, mientras Eren los seguía con una sonrisa imposible de disimular.

—Levi, ven –invitó.

—No, ve tú, yo arreglaré la mesa.

—Vamos, cachorrito –dijo su hermano tirando de su agarre, y los dos partieron.

—Ponte un abrigo –dijeron al mismo tiempo Zeke y Levi y se miraron, Eren rió candorosamente.

—Ahora tengo dos madres sustitutas –comentó alegremente mientras sacaba la campera y se ponía los zapatos para irse casi a los brincos.

—Madre la que te voy a dar en la noche –susurró Levi levantando una ceja. Zeke lo miró con molestia y tomó su propia campera para dejar el departamento-. Jodido mono gigante.

—0—

Volvieron como a las dos horas, Eren parecía exaltado, hablando hasta por las orejas, y el gigantón lo abrazaba, le pellizcaba los pómulos y magreaba su cabeza. El más bajo pensó que era un mano larga, pero decidió ignorarlos y volver a su trabajo en la computadora. Trabaja de manera on line, básicamente compraba y vendía figuras de colección, y hacía jugosas sumas al tener contactos fieles y confiables a los que les compraba al por mayor. Luego publicaba los objetos y una vez que levantaba los pedidos, los embalaba para despacharlos dos veces a la semana.

Tenía dos muebles repletos de los mismos, algunos sellados en caja, otros *unboxing de segunda mano (*sin cajas), figuras raras y otras sin desembalar. Prácticamente se pasaba el día recibiendo depósitos y haciendo compras de los pedidos. Llevaba todo pulcramente ordenado en un archivo de Excel, que subía periódicamente a la nube para tener un respaldo en caso de que algo le pasara a su computadora.

Era feliz, sin moverse de su hogar, cumpliendo los sueños de los coleccionistas y vendiendo a precios que eran verdaderamente una *ganga (*económicos) frente a sus competidores. Eso y su estricto cumplimiento en los plazos, lo hacía uno de los vendedores más confiables y buscados del mercado de coleccionistas.

Eren se sacó la campera y fue a buscar sus útiles, en media hora debía partir a la universidad. Zeke se acercó a los compartimentos y miró con desdén las figuras. Trató de tomar una caja y Levi se puso de pie.

—No toques eso, es malditamente caro, y las cajas deben estar en perfectas condiciones, una sola abolladura y perderán todo su valor.

— ¿Hablas en serio? ¿Estos juguetes mediocres? –dijo señalándolos y Levi contuvo un suspiro.

—Estos "juguetes", como le llama un ignorante de tema como tú, son FIGURAS DE COLECCIÓN, y justamente los de ese sector son los más raros y caros de conseguir. Sin ir más lejos, ese que estabas por tomar vale $250 dólares.

— ¿Qué? ¿Esa porquería de plástico?

—Es PVC, y no, no es una porquería. Me encargo de la compra y venta de los mismos, tengo valiosos clientes y este negocio me deja una cuantiosa suma de dinero, ese es mi trabajo.

—Ppfff… -bufó el hombre cruzándose de brazos-. Un perdedor…

—Pues este perdedor paga el alquiler, la comida y todo lo que se necesita tanto para Eren como para mí. No menosprecies a otros porque no tienen un título como tú.

—Joder, los maricas sí que son sensibles –deslizó el rubio por lo bajo y fue donde su maleta.

Eren salió y notó la incomodidad de inmediato.

—Le-levi, ya me voy.

—Tu lonchera está en la cocina, te puse jugo de duraznos y sándwiches de pavo con mostaza. Espero sean de tu agrado.

El joven le tiró un mudo beso en el aire, guiñándole un ojo y haciéndolo olvidar cualquier incomodidad anterior.

—Vamos, te llevaré –ofreció el rubio y Eren aceptó. Saludó a Levi y se fueron de nuevo. El hombre volvió a sus quehaceres. Bueno, era cuestión de aguantar una semana, además su precioso novio luego lo complacería con esos trajes tan lindos que había conseguido de Japón. De sólo imaginárselo su entrepierna le palpitaba.

—0—

Zeke ingresó al departamento como si fuera su casa.

— ¿Podrías golpear antes de entrar? –le pidió secamente el de cabello oscuro.

—Eren me dio una copia de la llave, no es como si fuera un ladrón. Bueno, ¿me muestras mi habitación?

Levi se levantó de mala gana y lo guió al cuarto de limpieza. Ya iba mascullando molesto por tener que correr sus preciosos desinfectantes para hacerle lugar a ese germen de titán. Abrió la puerta y zeke miró todo con la boca abierta.

—¡Por Odin! ¡¿Qué diantres es todo esto?!

—Trapo de piso te presento a Zeke –dijo el otro sarcásticamente-. Zeke, el señor trapo de piso. También aprovecho de presentarte a los señores cloros, a los aerosoles ambientales, los insecticidas, los desinfect-

—Ya entendí. Pero esto es… un exceso… Ya te veía yo cara de rarito, mira la cantidad descomunal de cosas arrumbadas, sin dudas esto es propio de un obsesivo sin remedio. Te estás psicoanalizando, supongo.

—No tiene nada de extraño que a un hombre le gusten los implementos de limpieza.

—Nomás falta que te pongas tu delantal rosado y un trapo en la cabeza mientras limpias al son de música electrónica.

—Es color chicle, no rosado, y no sé qué tanto problema te haces, limpiar un poco no mata a nadie –retrucó ingresando al recinto y comenzando a acomodar las cosas para hacer lugar, aunque ya estaban acomodadas, era cuestión de moverlas para dejar el lugar en condiciones.

—Moriré aquí si duermo entre tanto olor que quema las fosas nasales, ¡atchís! –estornudó mientras su nariz se ponía un poco roja. Eso no podía ser…

— ¿En verdad eres alérgico a los implementos de limpieza? –Levi no se lo creía.

— ¡Atchís! Ya lo estás viendo –dijo sacando un pañuelo para sonarse fuerte la nariz.

—Joder, y después somos los maricas los sensibles, veamos… No tenemos otras habitaciones disponibles.

—Bien, dormiré con Eren entonces –dijo dirigiéndose a la habitación de ellos, Levi salió como reguero de pólvora detrás del alto-. ¿Por qué hay una cama matrimonial aquí? –dijo quedándose frío delante de la cama.

— ¿Lo haces a propósito, cierto? Ya te lo dije, Eren y yo somos p-

— ¡Ya basta! No creas que no sé lo que te propones –lo encaró al fin el rubio-. No me agradas, Levi, estás tratando de corromper a mi dulce hermanito, pero no lo permitiré. Aquí se termina la fiesta, ¿me oyes? Yo cuidaré la pureza de Eren.

El más bajo se rió abiertamente y luego suspiró.

—Tampoco me agradas, gigantón, pero te respetaré porque sé que para Eren eso es importante. Si quieres dormir aquí me tiene sin cuidado, pero no toques una sola de mis cosas. Estar aquí no me impedirá pasar tiempo con la persona que amo. Así que has todo el berrinche que tu caprichoso culo quiera, me tiene sin cuidado –dicho lo cual se giró y lo dejó solo.

Luego de que Zeke acomodara su ropa en algunos estantes que estaban vacíos, entró al baño en suite, dejó su cepillo de dientes y otras cosas, y abrió el botiquín para dejar su espuma de afeitar, se encontró con una botella de vaselina líquida y una enorme caja de preservativos. Se puso rojo de colérico, de solo imaginar, muy brevemente por supuesto, a ese enano y su hermano en actividades que se supone eran prohibidas y penadas en su país. Salvaría el honor de su familia, lo había decidido, correría a ese engendro de satanás del departamento, costara lo que le costara.

Cuando regresó al living, Levi estaba tecleando en su notebook mientras fumaba tranquilamente.

— ¡Ah, no, eso sí que no! –dijo mientras tomaba con asco el cigarrillo y abría una ventana para tirarlo afuera-. En esta casa está prohibido fumar.

Levi se puso de pie completamente molesto y se acercó a paso seguro al más alto, mirándolo con una furia que lo hizo retroceder unos pasos por la sorpresa.

—Atrévete a tirar de nuevo otro de mis cigarros, y te juro que el próximo lo apagaré en tus bolas, ¿me has escuchado? No tomes decisiones en este lugar, porque esta es MI CASA, mía.

—De ninguna manera –dijo recomponiéndose el otro-. Yo pagaré el alquiler si tanto te preocupa, Eren no necesita ningún pigmeo que lo mantenga mientras tenga a su familia.

— ¿Pero quién te crees que eres?, orangután subdesarrollado, no me vengas a dar órdenes a mí, acabas de llegar y te las das de sargento, te voy a rajar el culo a patadas para que aprendas cuál es tu lugar.

Justo segundos antes de que se iniciara una batalla campal comenzó a sonar el celular de Levi, era Eren, atendió de inmediato.

— ¿Amor? ¿Está todo bien? –al hombre nunca dejaría de sorprenderle el sexto sentido que tenía el mocoso para presentir cuando las cosas se ponían peligrosas-. Por favor, no te pongas a discutir con mi hermano, ¿sí? Por favor…

—Está todo bien –dijo a regañadientes-. Tú no te preocupes, por cierto, ¿te dieron la nota del parcial?

— ¡PROMOCIONÉ! –dijo el joven más que feliz. Levi semi sonrió y Zeke levantó una ceja.

—Eso es mocoso, te dije que te iría bien. Concéntrate en tus clases, aquí la estamos pasando de maravilla con el ogro que tienes por hermano, Dios bendiga los buenos genes que heredaste.

— ¡Amor! Ja, ja, ja, no seas malo, ambos son importantes para mí. Trata de llevarte bien con él por favor. No es tan malo como parece, es… especial, eso es todo.

—Lo sé, ya me lo dijiste.

— ¿Eren? –Zeke le sacó el celular de las manos al más bajo e interrumpió la conversación. Levi gruñó y trató de mantener la calma. Una vez que terminó de hablar y cortó se lo devolvió.

— ¿Acaso te criaron cavernícolas? Ten un poco más de respeto, carajo.

—Sólo quería hablar con MI hermano un momento, qué tanto aspaviento.

Al final Zeke se fue a la habitación a recostarse un poco, el jetlag estaba causando estragos en su cuerpo, y el cansancio le cayó de golpe luego de la euforia inicial de ver de nuevo a su querido cachorrito… y a ese cerdo castrador cara de estreñido de su… compañero de piso o lo que fuera.

Levi aprovechó para limpiar minuciosamente, siempre que se ponía ansioso eso le ayudaba a liberar estrés, y vaya que sus niveles habían saltado hasta el techo luego de semejante invasión a su privacidad. La casa quedó espléndida. Una vez a gusto entró a la habitación para tomar un baño. Zeke dormía plácidamente en la cama. Sacó un poco de su ropa y pertenencias y las llevó a la habitación de la limpieza, donde ya había puesto un colchón y frazadas. Ni modo, solo era una maldita semana y se librarían de ese hombre de las cavernas.

—0—

—Oh, ¿así qué tomarás ese curso? –dijo Eren asombrado.

—Así es, es una especialidad, y estoy en verdad emocionado –comentó sonriente el rubio.

— ¿Cuánto dura? –preguntó sin una pizca de gracia el más bajo.

—Tres semanas –contestó mientras pinchaba un raviol-. Qué asco de salsa –se quejó.

—A la próxima cocina tú –recriminó Levi.

—Podrías usar verduras frescas, esas salsas de caja me causan acidez, y son tan sosas…

— ¿Dónde te quedarás hasta que termine tu curso? –tanto Zeke como Eren lo miraron al mismo tiempo.

—Eren, ¿tienes algún problema que me quede en tu casa? Colaboraré con lo que haya que pagar.

—No te preocupes, Zeke, quédate cuanto gustes, siempre eres bienvenido –acotó el joven sonriendo feliz, mientras Levi sentía que se le caía un piano encima.

—0—

La primera semana pasó tortuosamente lenta, al menos el orangután gigante se iba a su, disque curso, y al menos Levi podía respirar tranquilo por las mañanas. Pero las discusiones se multiplicaban, parecía que le buscaba el pelo al huevo y cualquier acción por parte de Levi era criticada con saña.

—Estás equivocado, el poder abrasivo de Míster Olimpia es mil veces mejor que ese *mamarracho (*cosa malhecha, inútil, que no sirve).

—No oses hablar mal de la "Gotita limpiadora" –defendió Levi con el producto en la mano.

—Además –dijo el otro acomodándose los anteojos dándose aires de sabio-, es ridículamente caro en comparación. Un producto de baja calidad y dudoso rendimiento.

—Los caños están brillando, no seas obtuso y acepta las pruebas de lo evidente.

Eren los miró desde el pasillo, ya se estaba acostumbrando a esa dinámica en el departamento, ambos querían tener la razón siempre, eran como dos machos alfas que se peleaban por liderar la manada, bueno, la manada en este caso era él. Y no había manera de que no pudieran tener una conversación sin que se enfrascaran en una pelea sin sentido y que lo agotaba mentalmente. Meneó la cabeza y los dejó seguir con su perorata.

—Brillan porque te los pasas fregando como poseído, no porque el producto sea bueno. Allá tú que hallas satisfacción en fregar como una cenicienta, pero si no has probado a Míster Olimpia, no puedes compararlos de ningún modo.

—Métete en el culo a tu Míster Olimpia, no necesito que un bodoque me venga a enseñar sobre productos de limpieza, los he probado todos.

—Terco como una mula.

—Me voy a fumar –dijo con bronca mientras salía al balcón. Encima tenía que cagarse de frío afuera para fumar un puto cigarro, porque el maldito tenía alergia al tabaco. Jodido rubio de mierda.

Eren salió por detrás con una taza de café caliente y se la alcanzó. Lo besó suavemente en la mejilla y le colocó un cobertor sobre la espalda.

—Gracias por todo, sé que es un gran esfuerzo para ti. Lamento que las cosas se tornaran así.

—No te preocupes, mocoso, he sobrevivido a peores que él. Es que simplemente busca pelito por cada mínima cosa. Sabes que soy tranquilo y paciente, pero parece dispuesto a hacerme rabiar por lo que sea.

—No le des tanta importancia, mi amor. Por cierto, mañana pasé mis clases para la tarde, cuando se vaya Zeke podremos tener un tiempo a solas –le susurró cómplice en el oído, Levi lo miró de reojo y tomó una feroz bocanada, hacía cinco días que no podía darle siquiera un beso como la gente-. Estoy ansioso –dijo el joven relamiéndose los labios.

—Buena movida, Jaeger. Contaré los minutos, realmente tengo muchas ganas de hacerte el amor.

Eren desvió la mirada con una gran sonrisa y se mordió un poco el labio inferior.

—No me incites o te tomaré aquí mismo –le largó sin anestesia el hombre mirándolo con hambre.

—Ya, ya, calma, tigre, mañana tendremos muchas horas para hacer todo lo que gustes. Por cierto –dijo antes de volver adentro-, el traje de enfermera me queda perfecto…

Levi quería saltar del balcón, su bestia interna resoplaba vapor caliente dentro de su cuerpo. Dios bendiga al espermatozoide que fecundó el óvulo de Carla y dio existencia a ese joven que era más caliente que el magma de los volcanes. Tragó en seco e inspiró para calmarse. Al menos tendría una buena compensación por haberse portado tan bien.

—0—

No esperaron ni quince minutos, una vez que el rubio cruzó el portal y se fue. Se besaron apasionadamente en la entrada, lamiendo, mordiendo y arrancándose la ropa con rapidez.

—Es-espera, aaah, Levi… el t-traje…

—Apúrate mocoso, no doy más –le dijo resoplando agitado y liberándolo dolorosamente de sus brazos.

Se tiró sobre el sofá, moviendo una de sus piernas con ansiedad, mirando a cada segundo al cuarto, había trancado la puerta desde adentro, no fuera que volviera el gorila ese y los interrumpiera en lo mejor. Tuvo que esperar diez minutos, diez putos minutos que le parecieron una eternidad. Pero cuando sus ojos vieron ese apretado trajecito blanco que apenas le cubría el trasero, las medias blancas a medio muslo, el gorrito sobre el cabello castaño y brillante, la jeringa de plástico en una mano, y ese mirada del mocoso en modo diva, Levi creyó que iba a derretirse y lo iban a tener que levantar con cucharitas.

—Parece que alguien está enfermo –dijo metido completamente en su papel mientras caminaba sensualmente hacia su novio que estaba mudo de la impresión. Se sentó a horcajadas sobre él, dejándole ver esa bonita ropa interior blanca que se adhería indecentemente a su entrepierna-. ¿Quiere que lo cure, señor?

—Joder, mocoso, estás divino –las fuertes manos del hombre resbalaron por al tersa espalda y apretaron groseramente el trasero redondo y firme.

Se besaron con ganas, refregando sus cuerpos, enredando sus lenguas y disfrutando a pleno. ¡Qué afortunado era por todos los dioses!

Justo cuando le había abierto el traje sobre el pecho y le estaba mordisqueando los pezones, escucharon la puerta de adelante siento golpeada.

— ¿Eren? No puedo entrar.

El joven desapareció en menos de un parpadeo. Levi se puso de pie y abrió la puerta con la expresión más ruda de toda su puta vida. Ahí estaba, el orangután rubio, con su cara de idiota.

— ¿Por qué trabaron la puerta? –dijo mirándolo con rabia y entrando-. Cancelaron la clase, me acaban de avisar por mensaje. Menos mal que no había arrancado el auto, hubiera ido al vicio.

Levi tuvo que apelar a todo su autocontrol para no ahorcarlo allí mismo.

Mientras tomaban un té y conversaba con su novio sobre alguna cosa que les interesaba a ambos, Levi escribió en el buscador de Google Chrome: Como matar una persona y hacer desaparecer su cuerpo…

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By Luna de Acero… divertida…