Se despertó en la oscuridad de la madrugada, sola, su calor ya no estaba. El dolor de cabeza cada vez aumentaba mas, sus ojos rojos de tanto llorarlo a solas. Su sangre manchaba sus manos, casí lo mato en el Triskelion y ahora había dejado que Ross llevará el control. Steve..su Steve había caído. Maria Hill primero mató a su madre y ahora había matado a su alma gemela.

Salió de la cama dejando caer las sabanas al suelo,se cambio de ropa ponindose una camiseta de tirantas negra y unos shorts ropa sin ni siquiera ponerse unos zapatos se dirigio hacía el gimnasio de la base Avengers. Al entrar al lugar oscuro donde muchas noches estuvo Steve, pasando horas intentado acostumbrarse a este nuevo mundo para él. Respiro profundamente y quedando frente el saco de boxeo empezó a pegar puñetazos llenos de rabia y dolor, una y otra vez hasta que sus nudillos pasaron de un blanco inmaculado a estar salpicados por sangre, siguió dando puñetazos sin notar dolor, aunque para ese momento las lagrimas ya habían salido de sus ojos. Noto un movimiento en la habitación pero no le hecho la suficiente cuenta, si no era Steve no le importaba quien viniese, le daba igual, ya no le importaba nada.

Una mano paró el siguiente puñetazo que iba hacía el saco de boxeo que tenía manchas de sangre. La morena intento arrebatar su brazo de la mano que la había cogido, pero la pelirroja, la temida viuda negra, su amiga, apretó el agarre y la miró seria.

A la morena se le seco la garganta mirando a los ojos vacío de la pelirroja, ambas estaban congeladas alumbradas tan solo por la luna. Los ojos de la morena se llenaron de lagrimas de nuevo, la pelirroja la abrazo sin duda y ambas cayeron a la corchoneta de forma comoda. La morena seguía llorando en los brazos de la pelirroja y esta acariciando su pelo negro.

Los sollozos llenaron la base Avenger, y solo tres de ellos estaban despiertos, dos de ellas en el gimnasio una consolando a la otra y en su nido siempre vigilante Clint Barton protegiendo a su hermana y a la mujer que amaba.