INUYASHA NO NOS PERTENECE. ESTE FIC ES SIN FINES DE LUCRO.
ESTE FIC HA SIDO ESCRITO POR EL GAZZIERO GUMI EN HONOR AL CUMPLEAÑOS DE KAREN KUCHIKI, QUERIDA AMIGA Y FANÁTICA DEL ANIMÉ Y LOS FANFICS. ESPERAMOS LO DISFRUTES!
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ADVERTENCIA: LEMON
Kagome Higurashi es una simple ejecutiva en una compañía liderada por el importante e imponente Sesshomaru Taisho, y cada mañana se deleita viéndolo pasar hasta la presidencia. ¿Cómo puede un hombre estar tan bueno? ¿Sabrá que existo? ¡Mierda! Parece que sí…
OH, MY GOD!
Por Gazziero-Gumi
MINICAPÍTULO 1: Claudia Gazziero
Y entonces, Sesshomaru Taisho entró en el ascensor. Odiaba toparse con él, su actitud desinteresada y la forma en que la mirada por el rabillo del ojo cada vez que la encontraba. ¿Qué le costaba seguir la tradición y pronunciar un simple "buenos días" como todos los mortales? Gracias a Dios el cubículo iba lleno, no soportaría un sólo viaje más con él a solas. Hacía una semana se había encontrado en ese mismo recorrido y él ni siquiera la había mirado.
Bien, tampoco es que ella fuera alguien en esa empresa, sólo era la simple secretaria ejecutiva de Inuyasha Taisho, el hermano menor del Presidente. Dudaba que él supiera de su existencia, rara vez se encontraban a solas.
Miró la moderna pantalla táctil y suspiró, sólo faltaban veinte pisos, y los otros ejecutivos charlaban amenamente mientras ella iba recluida en el fondo del elevador, como una insignificante cucaracha. De repente, se detuvieron y todos los hombres bajaron en un piso, al parecer, iban a una reunión. Se sintió sola en medio de ese cuadrado de espejos, pero eso cambió cuando Sesshomaru entró de nuevo y cerró las puertas apretando suavemente un botón. Él no se había ido, sólo se había bajado para dejar pasar a esos hombres. Oh Dios, ¿por qué?
Otra vez sola con él, no debía ponerse nerviosa, daba igual que él fuera el presidente, que fuera condenadamente huraño y que fuera salvajemente atractivo. Observó su alta y ancha espalda por encima del saco, imaginando los músculos detrás de la tela. Estaba realmente bueno, ¿cómo lograba mantenerse así? Tenía casi cuarenta años, era imposible.
Exhaló nerviosa, intentando alejar esos pensamientos de su mente y subiendo la mirada a duras penas. Tenía un buen trasero, un muy buen trasero, se cuidaba, era musculoso y atlético. Obvio, era un hombre medianamente joven y rico, seguramente tenía una dura rutina para mantenerse como un Dios Griego.
Y por Dios que le sentaba bien. Sus manos comenzaron a transpirar y su respiración a acelerarse. Oh, mierda, no quería que él notara que ella estaba babeando como una idiota tras el. Miró sigilosamente por el espejo y buscó su cara. Él también la estaba mirando, de hecho, sus ojos extraños ojos ámbares estaban fijos en ella.
Mierda, mierda, mierda, se dio cuenta. Tierra, trágame por favor. Dios, llévame en este momento al infierno. Mi lujuria merece ser castigada con la muerte. No lo mires, no lo mires. ¡Deja de mirarlo, carajo!
—Señorita Higurashi… ¿verdad? —interrumpió él.
CONTINUARÁ…
¿Y? Lo continuamos?
Publicación: 07/03/2014
