¡Lindo día para todos! Este es mi primer fic de Frozen, de verdad amo amo amo amo amo esa película jeje. Este fic, es sólo una idea que traía algo de tiempo conmigo, espero lo disfruten.

PD.: Porque yo creo que todos los malos tienen corazón

Sus personajes no me pertenecen, ¿Creo que es obvio? ^^

Omnisciente de un amor no correspondido.

Era completamente extraña la sensación de quedarse sentado escuchando el cantar de las aves, y la calidez de los rayos solares en su blanca tez, tal vez él no podría ser Rey ni de su propio hogar ni mucho menos de algún otro, tal vez su carencia de amor lo hizo pensar no sólo en frío, sino cegado por querer ser igual a sus hermanos mayores y a su padre.

Increíblemente en esos 2 años de lejanía en la cárcel cumpliendo su condena, lo cambiaran de increíble manera, pero nadie le creería el desprecio de la "calurosa bienvenida" de su familia le dejo en claro lo poco agradable que sería su vida, aunque… ¿cuándo fue agradable?, si en el caso contrario hubiese sido de tal manera no habría querido matar a la Reina Elsa.

No pudo evitar sonreír a la par que cerraba su libro colocándolo en su regazo, lentamente se giró hacia el ventanal de aquella solitaria biblioteca, su ahora refugio de sabiduría.

Vio en la lejanía a los guardias, y algunos de sus hermanos tomar el sol galopando sus corceles.

Pero, sacudió su cabeza un poco, ellos jamás desde niños habían forjado un lazo de amistad o hermandad, eso envidiaba de Anna.

-Anna…- Aquella peli-roja, de erubescentes mejillas salpicadas de pecas, y sus ojos claros, tan azules como el cielo, y sus manos suaves.

Hans, el 13º hijo del Rey del condado de las Islas del Sur, no podía ahora pensar como cualquier persona de su edad, sólo decidió en ese lapso de tiempo borrar sus errores convirtiéndose ser otra persona, pero dolía desde el fondo de su corazón el desprecio que le daban en el reino de Arendelle, y no era para menos; puesto era considerado un asesino, manipulador, raptor, traidor y avaricioso.

Apretó sus puños, y golpeo el muro frente al ventanal. Ya no podía ser débil ante sus codiciosas ideas y antiguos sentimientos.

Pero si de algo se arrepentía era de haber usado a Anna, era inocente ante sus macabros planes, ella sólo quería amor, pero ¿quién no?

El amor hace que los humanos erremos y cometamos locuras, pero tal vez sus últimas palabras al dejarla sola convirtiéndose en hielo eran un reflejo de lo único que le decían sus familiares.

Sí tan sólo hubiera besado aquellos labios dispuestos a darlo todo por él. Rió con sorna.

-La puerta es el amor, vaya tontería.- Pero abrió sus ojos de par en par dirigiendo la mirada hacia un escritorio con tintas, plumas y papeles.

No podría esperar una bienvenida con su indecorosa actitud, pero sí, estaba enamorado, por lo único puro y sincero que llego a su vida, lucharía.

Procedió a escribir, con su mejor letra y una mejor actitud.

"Destinatario: Princess Anna of Arendelle Kingdom"

Maîtresse Anna, mis palabras no serán las mejores por ahora, tal vez creas

Que no es sincera la manera de buscar y ser, pero quiero ser tuyo, quiero…"

Hans no estaba muy convencido de aquellas palabras, desbordaban mucha confianza, así que tomo el papel y lo deshecho, tomando otro, otro, y otro.

Arendelle Kingdom~

Era una linda mañana no se podía negar, eso sí, a cierta Princesa le costaba trabajo levantarse, lo cual era una ardua tarea para la servidumbre levantarla.

-Buenos días Princesa Anna, es hora de tomar el desayuno y prepararle el baño.- Dijo una muchacha de no más de 20 años que llevaba una vianda y una serie de toallas y jarrones.

-ñiamisa, ah.- Anna balbuceaba incoherencias, a la vez que la chica pasaba temerosa.

-Son las 9 de la mañana Princesa, el señor Kristoff y la Reina Elsa la esperan en la sala de reuniones.

La chica de pijama verde solo reposaba boca abajo, y con las sábanas revueltas entre su fino cuerpo, las almohadas sobre su no tan peinado cabello. Hasta que asusto a la chica de uniforme que llevaba la vianda.

-Lo siento mucho, ya me levantaré en 5 minutitos- Se sobresaltó.

Luego de unos 30 Minutos, Anna decidía que vestido usar, aunque no decidía que hacer con su cabello. No sabía qué situación la esperaría así que no tenía ni la menor idea sobre que colores y cortes usar, hasta que hurgó y encontró un vestido color verde con incrustaciones tornasoladas en las mangas y encaje en los bordes del descote en "v" y largo vaporoso de tul, era un verde olivo muy tenue, pero bastante lindo, decidió colocarse el cabello suelto en ondas suaves, con algo de ayuda por supuesto, y una tiara lisa color salmón.

Ya su atuendo estaba listo, y se vio en el espejo segura, se sentía muy hermosa, y vería a Kristoff luego de 2 meses que no salían, por su trabajo, estaba radiante, hasta que salió corriendo sin esperar nada más, escaleras hacia el salón.

-…Ya Anna debería estar aquí- decía molesta Elsa, sobando su cien, algunas veces su hermana la exasperaba, y sin razones aparentes. Se excusó con Kristoff que estaba algo nervioso luego de la amplia, larga y solemne plática que tuvo con la Reina, hermana de su novia.

Las manos del repartidor de hielo oficial del Reino eran sudorosas completamente, a su vez que llevaba en uno de sus bolsillos del traje raramente lavado y pulcro que traía.

Mientras sólo pensaba en las palabras que le dedicaría Sven.

Elsa se giró sonriente hacia Kristoff, y tomo con delicadeza sus manos acto que sorprendió al chico.

-Sé que cuidarás de mi hermana, aunque hace poco la tuve de regreso, pero es hora de que formen su propio hogar.

Kristoff se sonrojo, mirando tenso al reloj de pared, Elsa, lo soltó sonrojada también, nunca habían tenido ese contacto.

La tensión del momento se cortó al momento en que Anna entraba sonriente, seguida por uno de los mayordomos.

-Milady, Reina Elsa, ha llegado una carta de emisor desde las Islas del Sur- La carta estaba en una bandeja de plata que el mayordomo sereno le poso a Anna a la vez que esta se giraba hacia Elsa y Kristoff temerosa.

Tenía un presentimiento, ¿pero en 2 años que podría ser?

Continuará…