Claramente no soy propietaria de Hey, Arnold!, pero no se me ocurrió que más escribir aquí.

Xoxoxoxoxoxoxoxo

Náuseas

Arnold intentó contenerse un poco más de tiempo. Dolor de estómago y mariposas. Arnold arrugó el entrecejo una vez más. ¿Por qué nadie le había avisado? ¿Por qué no aparecía dentro de las advertencias, así como se advierte a las personas con diabetes, aconsejándoles no participar?

Una mano conocida y anhelada se posó con fuerza en su hombro. Sin necesidad de girar, las mariposas en tormento le alertaron de quién era.

"¡Muy bien, Arnoldo! Ya me aburrí de jugar a las escondidas. Has estado evitándome toda la feria desde que volviste a ganar el concurso de comida, ¡y eso hace más de tres horas!"

Arnold salió corriendo. Después buscaría la fortaleza y el modo de lidiar con la culpa y la rabia (justa en esta ocasión) Pataki. Ahora, debía encontrar de manera urgente un baño para vomitar.

Xoxoxoxoxo

N/A: Si lo preguntan, esta historia sí se inspira en una historia real. Y no diré más al respecto.