Pareja: Red-X & Raven
Summary: Cada cierto tiempo había en el equipo algún Titán desdichado que desease que la tierra se lo engullera sin masticarlo. Lamentablemente para ellos la misma tierra se encargaba de escupirlos apenas probarlos.
Nota: Intento de humor. Serie de one shots que en su mayoría tendrán continuación. Unos relatos no estarán tan minis como otros.
Teen Titan no me pertenece y yo lloro por eso.
VERGÜENZAS
Momento vergonzoso número I: El derrumbe.
¡Bien!¡Esto sí que era vergonzoso! Si su equipo la viera ahora mismo seguramente pensaría… bueno, en verdad ella no sabía qué pensarían, pero a ciencia cierta de seguro sería algo malo. Soltó un gemido y se sintió muy incómoda. Excesivamente incomoda.
– No te muevas más por favor.
Rogó, casi suplicó, ella batallando en controlarse. No quería que por un descuido de ella ambos terminaran muerto. Obviamente por cortesía de sus poderes.
–L-o… Lo siento, no es mi intención – balbuceó sonrojado el chico bajo la máscara, con un tono de voz que mostraba placer – t-te juro que no era mi intención terminar así.
Ella sólo asintió incómoda, sin saber cómo hacer para salir de 'esa' circunstancia. Y más porque, bueno, apegándose a la molesta verdad, de cierta manera le daba un placer culposo estar así.
–Tú tampoco te muevas mucho.
Rezongó él después de unos minutos cuando ella intento arrastrar su cadera hacia arriba en un intento de acomodarse mejor. Raven sólo asintió levemente, intentando no moverse más para no volver a estar tan pegada de 'eso'. Porque si, ella, la pura y buena y casta Raven, había terminado en una posición muy comprometedora con el ladronzuelo Red-X. Sin modo alguno de escapar los dos de momento.
Y todo era culpa de Cyborg y su inútil y mala puntería. Ella sólo estaba haciendo su labor de justiciera persiguiendo al ladrón –el cual había robado una generosa cantidad de dinero en el banco de la ciudad – que huía de ellos mientras una socarrona risa se escapaba de su garganta.
–Nunca lo hubiera perseguido –Pensó inquieta al notar como él se desplomaba sobre ella, juntando su pecho semidesnudo con el de ella misma. Otro gemido ahogado al sentirlo más cerca.
–Perdón, la espalda me mata – murmuró él en su oído, rosando con su aliento la oreja de la chica.
Y ella no le dijo nada. Ni como hacerlo. Pues de no ser por él posiblemente no hubiese salido viva de ese accidente. Si, el villano la había salvado. Ella lo había estado persiguiendo por las calles. Sola. Su equipo se había separado pues Adonis y Red–X, por azares del destino, habían atacado el mismo día en diferentes lugares. Y mientras Cyborg y Chico Bestia iban por el otro, Robin, Star y ella intentarían capturar al enmascarado. En esos momentos ella era la única que no estaba atrapada en alguna 'x' pegajosa contra algún muro y le seguía como su sombra: pisándole los talones.
Todo hasta que de la nada un rayo de Cyborg se estrelló contra un rascacielos y provocó un derrumbe de escombros hacia el sitio donde ella se encontraba y, centrada estaba en su tarea, se dio cuenta hasta muy tarde que el mundo se le caía encima. Cerró los ojos en el aire, no pudiendo reaccionar a tiempo y esperando salir viva de eso. No obstante sólo sintió unos brazos rodeándola e impulsándola al piso, bajo del cuerpo del ladón, el cual se había transportado, sin darse cuenta, para cubrir a la bruja y ponerla a salvo de lo que el chico robótico había provocado.
Así que sí. El chico logró salvarla, dañando en el acto su cinturón para tele transportarse y destrozando el comunicador de la gótica en aquellos escombros que les rodeaban. Ambos de milagro sobrevivieron, puesto que se formó un hueco apretujado en el área donde ellos estaban.
Pero ahí no acaba el problema. No señor. Al parecer el estar él sobre ella, con una de sus piernas masculinas separando ligeramente las femeninas de ella y sus pelvis dolorosamente cercas las unas de las otras, había acarreado despertar la parte sagrada del castaño. El cuál estaba más que avergonzado y no dejo de dar muestras de ello en todo el trascurso del tiempo que había estado ahí con Raven. Solos y apretujados.
Y Raven había notado cómo el intentaba separar – fallidamente he de aclarar– esas partes de ella, apoyándose sobre sus antebrazos, colocando todo el peso de sus pies en las puntas de los dedos y echando la cadera lo más lejano que se lo permitía la roca que los tenía prisioneros. Una posición totalmente incómoda, de poca ayuda y que ya había sido desecha por el ladrón al no aguantar más el dolor del cuerpo.
Raven se sintió culpable, a sabiendas que el que su enemigo estuviese ahí, lastimado, con la ropa desgarrada, y medía mascara estrellada era en parte su culpa. La otra parte de la culpa era de Cyborg, –gruñó por eso– pero de él se encargaría más tarde. Intentó tranquilizarse, para poder usar sus poderes sin que las rocas se partieran y los aplastaran, y con mesura acarició la espalda del ladrón.
–… Q-que haces –gimió en un susurró él, sintiendo la deliciosa caricia de la Titán.
–intento curar tú espalda.
– ¿A-a-sí?
Otro gemido y sintió como alguien se alegraba un poco más.
–T-t-tengo que tocar el área si quiero que sane. A-a-así que por favor intenta c-o-o-ontenerte un poco.
Bien, ambos estaban excitados y dispuestos físicamente. Una vergüenza total para ambos.
Su espalda musculosa y caliente fue tocada en su totalidad por las frías y suaves manos de la chica, sanando con dificultad lo más que podía la espalda del muchacho que reposaba sobre ella. Pasaron unos minutos en donde ambos se mordían el labio hasta que ella paró de hacerlo.
–Es lo más que puedo curarte.
Murmuró temblorosa, sintiendo que sus poderes se descontrolarían en cualquier momento.
– ¿Aún no puedes usar tu poderes de tele transportación?
Preguntó él, con el dolor en su mayoría mermado. Su voz ronca volvió a retumbar en su piel.
–Estas muy cerca de mí y así no puedo concentrarme del todo. Muy apenas logré hacer magia curativa, no quiero ni imaginar intentar hacer otro tipo de magia.
Estaba inquieta. Pero aun así logró murmurar lentamente, intentando no exaltarse al escuchar su voz tan cerca de ella.
–Bueno, si te consuela a mí me alegra notoriamente el haber acabado sobre ti antes que cualquiera otro de tus compañeros.
Soltó ahora sin vergüenza el hombre provocando que Raven se sonrojara aún más.
–Supongo que gracias.
Soltó una pequeña risa nerviosa. Lo cual lamentó al instante al notar como vibraban un poco las piedras sobre ellos. Red–X se tensó, y al ver como las rocas dejaban de estar peligrosamente a borde del colapso meditó sobre su situación.
–Tal vez si cambiases de posición podría lograr que te concentrases mejor.
Raven sólo lo miró en esa oscuridad. Con una curiosa voz le respondió preguntándole:
– ¿Cómo piensas lograr eso?
Levantó la ceja izquierda, esperando a que se explicase.
–Tú… sólo no te alteres mucho por esto.
Murmuro nuevamente, y esta vez su brazo derecho la alzaba un poco, logrando meterse entre su cintura y el piso, y Red–X la jalaba hacia él, pegándose lo máximo posible al cuerpo de la bruja –la cual boqueaba como pez e intentaba que no le diera un paro cardiaco ante tan escandalosa unión– y lentamente la comenzó a girar con su peso hacia arriba de él, hasta lograr que se colocase por completo como antes estaba el chico. Ella arriba y él abajo, con las piernas entrelazadas y una terrible cercanía entre los dos. Eso sólo alborotó un poco más la hormona del joven al sentir el peso del busto de la chica sobre su pecho. Gruñó lleno de placer, esperando que la chica no tomara eso en cuenta.
–Espero y así tú tengas más libertad de movimiento –
Raven al instante notó que eso era cierto. Como su acompañante lo había previsto: ella, al ser de complexión mediana, lograba deslizarse con mayor facilidad en el lugar. Usando esto a su favor, desenrosco su pierna de donde estaba y con mucho cuidado escaló sobre el cuerpo del chico hasta sentarse en su abdomen, restregando ciertos atributos sobre la cara del hombre. Respiró lo más que pudo por unos segundos, tranquilizándose lo suficiente como para tener el control necesario para salir de ahí.
–Moriría feliz a…
No terminó de balbucear el chico, pues una escalofriante energía los envolvió y sacó del lugar en menos de un segundo. Terminando así en uno de los almacenes cercanos a la costa.
–…quí…
Concluyó por decir, cuando sintió que la energía que los cubrías se alejaba de ellos de una forma sinuosa y rápida. Cerrando ambos los ojos por la luz que les lastimaba la vista. Ambos esbozaron una sonrisa, alegres de ya no estar atrapados en ese lugar. Raven comenzó a incorporarse, alejando su cuerpo del chico.
–Creo que debería de agradecerte el salvar…
Empezó a hablar, pero el castaño la sujetó del brazo, la colocó nuevamente con la espalda dando al piso y lanzando la estrellada máscara a algún lugar desconocido la besó con ansias, recorriendo sin pudor ni temor la piel de ella con sus grandes manos. Varias ventanas estallaron por la sorpresa y por el gozo de la hibrida.
–Todo el tiempo quise hacer eso.
Le gruño en el oído por última vez, apretando su hombría contra su femineidad.
–Gracias por curar mi espalda – la volvió a besar – y si algún día quieres que te vuelva a rescatar, sólo avísame. Ya sabes cuál es el precio.
Le sonrió pícaramente, y tomando su cinturón desapareció dejando a Raven despeinada y con la boca abierta mirando donde antes estaba él. Indignada profirió un grito, que se combinó con su frustración sexual y que hizo temblar media ciudad.
Excitada, crispada y abochornada sólo un pensamiento cruzó por su cabeza.
¡Si, la salvó! ¡Pero el muy hijo de puta le había mentido sobre su cinturón!
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¡Oh! ¡Ese Jason es un pilluelo!
Bueno, sé que la que debería de tener vergüenza soy yo al sacar otra historia sin actualizar las que tengo. Pero la verdad es que mi vergüenza está de vacaciones en estos momentos…
Ñee… bueno, hoy cumplo años (wuu!), así que decidí regalarme mi propia seria de one shots. (Sí, me hago un auto regalo ._.), así que espero y disfruten (lo que lo lean) mi regalo de mi para mí!
Como sea, ahí nos vemos hasta la próxima actualización dentro de quien sabe cuándo! :)!
Saludos,
Pichón Salvaje.
PD.- Cualquier error que hayan visto favor de avisarme de él!
09/Febrero/2014
