Disclaimer: Ni Dragon Ball ni sus personajes me pertenecen.

Viaje

(Roam)

Un fic por Mirai Shock!

Traducción por Apolonia


Acto Uno
"A través de la Vida Silvestre"


Oigo un viento
Silbando del aire
Susurrando en mi oído
Muchacho, Mercurio está disparándose a través de cada grado
Bailando en esos sucios y polvorientos senderos
Tómelo de cadera a cadera con cohetes a través del desierto
Alrededor del mundo el viaje comienza con un beso


El cielo se dispersaba suavemente con brillantes estrellas. El aire era fresco, claro y nítido con la promesa de una primavera que tal vez no vendrá con el sol de la mañana siguiente, pero vendría lo suficientemente pronto. Una suave brisa cruzó a través de los cercanos árboles y movió el el cabello del joven que descansaba en el techo de la dorada cúpula de la que había llamado su casa durante el tiempo que podía recordar.

Trunks se inclinó, sintiendo el frío del metal incluso a través de su chaqueta. Sus ojos, del claro azul de un cielo de verano, escanearon los puntos de luz por encima, preguntándose de cuál había venido su padre. Nunca había preguntado en qué dirección estaba la estrella de Vegeta-sei, y su padre nunca se había ofrecido para darle la información. Por horas, como un niño, alzaba su vista al cielo nocturno y soñaba con un planeta que había muerto hace mucho. ¿Cómo había sido Vegeta-sei? Los Saiyajin habían sido una feroz raza de guerreros, ¿pero había habido algún científico, algún poeta, algún soñador? ¿La gente habría reído y llorado y enamorado? Suposo que sí, pero no había manera de asegurarse. A menos, por supuesto, que le preguntara a alguien que haya estado allí.

Se rió para sí mismo mientras se imaginaba tratando de abordar el tema con su padre, un inflexible toro. Papa, ¿como era vivir en Vegeta-sei? ¿Habían personas que no se conviertieran en guerreron? ¿Qué hacían? No había duda que su padre no le respondería—tenía un molesto hábito de ignorar las preguntas que no se sentía como para responder—o quizá sólo quería no tener en cuenta la observación. Posiblemente esa era la razón por la que Trunks nunca había preguntado.

"Zenni para tus pensamientos."

"¿Mm?" Parpadeó mientras una suave silueta cayó frete a su vista. Then he smiled and relaxed. Luego sonrió y se relajó. "Ah, Juu-chan. Oh, solo estaba mirando a las estrellas."

Juuhachi-gou se sentó a su lado en la azotea. "Son casi las once treinta."

"¿Tan tarde? Lo siento, no me dí cuenta." Él se sentó y dirigió su atención a la joven mujer a su lado. "¿Y viniste a aquí para buscarme?"

"Algo así." Con una suave sonrisa, Juuhachi-gou se acercó y corrió algunas mechas del cabello lavanda pálido de sus ojos (por supuesto, cayeron nuevamente en su lugar). "Una esposa tiene que hacer un seguimiento de su marido, después de todo."

Él rodó sus ojos en exasperación de broma. "¡Sólo a pasado un mes! ¿Tan corta es mi correa ya?"

Ella le frunció el ceño un poco. "No quise hacerte sentir confinado. Te dejaré en paz."

"Whoa-ho, ¡espera un minuto!" Mientras ella comenzaba a elevarse, él capturó su muñeca y tiró de ella sin esfuerzo hacia su regazo. Él gruñó un poco—era más pesada de lo que parecía—pero sonrió mientras la besaba inteligentemente en la nariz. "Sólo bromeaba. No te enfades."

"No me enfado." Luchó por aferrarse a su ceño fruncido, pero finalmente lo perdió y se permitió la misma sonrisa que siempre logra cerca de él. "Cuando necesites tu espacio, sólo tienes que hacérmelo saber."

"Lo sé." Trunks envolvió sus brazos a su alrededor. "Ahora necesito a mi niña jewel."

Ella se acomodó contra él, curvándose un poco. "Tonto Murasakige."

"Sólo para ti, Juu-chan."

"¿Entonces qué estabas haciendo aquí solo?"

"Simplemente mirando las estrellas."

"Oh, ¿de verdad? ¿Siempre te ves tan solemne cuando miras a las estrellas?"

Trunks rió. "Supongo que no puedo hacerte pasar nada, ¿o sí?"

"No mucho, no."

"Me preguntaba donde estaba Vegeta-sei. Sabes, de donde vienen los Saiyajin."

"¿Por qué querrías saber? Pensé que el planeta fue destruido."

"Lo fue...Oh, no puedo explicarlo. Supongo que soy sólo curioso."

"Mm." Ella descansó su cabeza sobre su hombro. "Tal vez estés solo en busca de una conexión con esa parte de tu herencia. Siempre podrías preguntarle—"

"¿A mi padre? Pensé en eso. Se reiría."

"Probablemente. Pero nunca se sabe. Podría estar contento que estés interesado."

Trunks la miró de soslayo. "¿Desde cuándo te has convertido en una experta sobre mi padre?"

"Él y yo somos igual de alguna manera, sabes. Probablemente sea esa la razón por la que no nos llevamos bien."

"Esa es una inquietante reflexión." Trunks acarició el pálido, blanco sedoso cabello. "Me alegro que no seas nada como Papá en todas las cosas realmente importantes. Las cosas podrían ser un poco incómodas de lo contrario."

Ella acaricó un poco su pecho. "¿No crees que deberíamos ir dentro?"

Se detuvo, considerándolo. "A la larga. Pero no ahora."

Juuhachi-gou suspiró, pero estaba sonriendo mientras los brazos se apretaban más a su alrededor.


Algo cálido, grueso y peludo acarició la parte de atrás de las rodillas de Bulma mientras se sentaba en su computadora.

Vegeta!" gritó, y un esponjoso mechón de color naranja-amarillo cayó sobre su silla. "Oh—oh, sólo eres usted, Raion." Se inclinó casi por completo, se agachó y alzó en sus brazos al felino. "¡Oof! ¡Qué enorme muchacho eres! ¡No creo que Trunks haya pesado así cuando tenía un año de edad." Acercó al gato, escuchando el rápido ritmo de su ronroneo. "Nadie podría pensar que sólo el invierno pasado eras ese medio hambriento pequeño peludo y miserable animalito que Bra encontró en el bosque."

She looked into the half-closed, sleepy golden eyes and smiled wistfully. Miró a los medio cerrados, dorados ojos adormecidos y sonrió melancólica. "Mi padre amaba los gatos, también," murmuró, acariciando a Raion bajo su mentón. Él inclinó su cabeza hacia atrás contengo, cerrando los ojos. "Los extraño demasiado, Raion. A Mamá también."

A shadow fell over her, and she looked up. Una sombra cayó sobre ella, y alzó su vista. Ella forzó un pequeño ceño fruncido en su rostro. "¿Qué quieres?"

Su marido sonrió. "¿Tu gritaste?"

"¿Qué—? Oh. No, pensé que estabas siendo descortés con tu cola de nuevo."

The Saiya-jin folded his arms and glared at her. El Saiyajin cruzó sus brazos y la miró. "¿De qué demonios estás hablando?"

Los brillantes ojos azules de Bulma se angostaron. "Sabes perfectamente bien. No me puedo arriesgar más a inclinarme o incluso a usar nada corto y cómodo a tu alrededor, o ese—ese apéndice tuyo y comienza a frotarme y acariciarme y... y a toquetearme de la manera más inadecuada."

Vegeta giró sus ojos y le dio la espalda.

"Bastardo. Él es sólo un bastardo, ¿o no, Raion?" Besó al gato en la parte superior de su peluda cabeza, luego lo puso en el suelo. Mientras se inclinaba—

escalofrío Contra la parte exterior de su muslo, arriba en su muslo, y esta vez no fue el gato. Bulma se movió, trató de alejarse, y cayó de su silla. "¡Maldición, Vegeta! ¡Sabe que odio—!"

Vegeta se había ido. Entre un momento y otro simplemente había desaparecido.

Humeante, Bulma y se levantó y acomodó su silla. Raion la miró con cautela desde abajo de de su escritorio mientras se sentaba; una vez acomodada, se curvó contento sobre sus pies.

"Hmph." Bulma volvió a su trabajo. "Raion, ¿por qué dejar que me persuadiera en casarme con él?"

Raion—sabiamente, tal vez— no respondió. Probablemente porque sabía que la respuesta a eso tanto como Bulma.


Silbando alegremente, Rinriku peinaba la espesa franja de espigado y negro cabello que estaba su cuero cabelludo. Excepto por ese detalle, el reflejo en el espejo no era tan diferente del que había mirado atrás alguna vez al joven conocido como Krillin. Incluso el gi de color naranja era el mismo, aunque ahora mismo sólo estaba usando pantalones sueltos.

Seikai-san en el viejo templo solía decir que siempre viajamos en los mismos círculos no importa cuántas vidas experimentemos. No estoy seguro si alguna vez previó que volvería con mis antiguos recuerdos intactos, pasar tiempo con Goku de nuevo... pero que demonios, es tan bueno.

Corrió la navaja de afeitar bajo el agua del grifo y comenzó a rasurar lo oscuro de su tupida melena. Wow, seis meses desde el Budokai. No sólo estoy viendo a Goku de nuevo—no creo que hayamos pasado todo este tiempo juntos antes que los jinzouningen vinieran, una vez que ambos crecimos—pero incluso tengo una hija ahora. Por su puesto, habría sido lindo tener a la esposa en la ganga... pero eso fue otro mundo, otro tiempo y otro yo. No tiene sentido entristecerme. Por lo menos ya no tenemos que ocultarnos cada vez que vemos a alguien volar sobre la isla ahora. En estos días es por lo general cuando suele venir Goku de visita.

"¿Papá?"

Rinriku miró en el espejo y vio a su hija reflejada en la puerta. "Hey, ¡musume! ¿Necesitas el baño? No tardaré mucho más."

"No, está bien, papá. Sólo quería decirte que me estaba yendo a la cama. Quiero dirigirme a la Corporación Cápsula mañana por la mañana." Marron sofocó un bostezo. "¿Por qué haces eso, de todos modos?"

"¿Qué, afeitarme? Bueno, porque mi cabello no crece realmente así y si no lo mantengo, mi cabello crecerá tan tupidos que Cham comenzará a llamarme 'Mini-Él'."

Marron rió. "No, ¡tonto! Me refiero a ¿por qué te afeitas por la noche? ¿No sería mejor a primera hora de la mañana?"

"¿Qué, y luchar contra ti, Cham, el Maestro Roshi, Puar y Oolong por los privilegios del baño? No, gracias." Rinriku inclinó su cabeza bajo el grifo, enjuagando los últimos restos de jabón de su cuero cabelludo, y poniendo la maquinilla de afeitar de lado. Cerró el grifo y tomó una toalla, rápidamente frotándola sobre su cabeza y la franja húmeda de pelo negro que se quedaba. "Entonces, estás muy ansiosa por volver a casa a ver a tu mamá de nuevo, eh."

Marron se ruborizó un poco. "Lo haces sonar como que estoy dispuesta para dejar de VERTE, papá."

"Aw, ahora, tú sabes que no quise decirlo de esa manera. Y—y yo espero, sabes, que te hayas divertido aquí durante el último mes—"

"Estás siendo tonto de nuevo." Marron se inclinó ligeramente y le dio un beso a un lado de la cabeza de su padre. "Podría vivir aquí para siempre y ser perfectamente feliz."

"Hey, sabes que siempre eres bienvenida aquí. ¿Quieres que te arrope, castañita?"

"Muy bien." A los diecisiete, Marron estaba un poco grande para que su padre la arropara... pero entonces, había estado sin su padre durante la mayor parte de su vida. Era dulce, y nostálgico, por muy refrescante y mundano que se haya convertido en una parte indispensable de su ritual de cada noche.

Rinriku puso la manta sobre los hombros de Marron mientras ella se acostaba en su cama. Se inclinó (no tenía que inclinarse mucho) y la besó ligeramente en la alta, blanca frente. "Buenas noches, musume."

"Buenas noches, tou-san." Marron se curvó con el pequeño Pikachu de peluche que había obtenido para su cumpleaños y ya estaba medio dormida cuando su padre se detuvo y la miró de nuevo antes de salir de la habitación y apagar la luz.


Cerca de la medianoche, las nubes se empezaron a reunir; probablemente llovería antes del amanecer. Sobre las nuves una solitaria figura oscilaba en el aire, con las piernas cruzadas, los brazos cruzados, la cabeza gacha, ojos cerrados, amplia capa blanca ondeando a su alrededor como perezosas alas.

Piccolo flotaba en el aire, sus sentidos en sintonía con el ritmo y tararear del planeta bajo él. Las cosas parecían bastante pacíficas. La parte de él que aún recordaba ser Kami-sama estaba contenta. La Tierra había conocido demasiados disturbios en las últimas dos décadas; era un bien merecido respiro.

Time was when I'd be down there raising all the hell I could handle when things got this quiet—and I could handle plenty. La parte de él que fue Piccolo Daimaoh, el Rey Demonio—la parte más prominente, la personalidad más establecida entre las partes de él que lo hacían un solo ser—se burlaba de tales consideraciones tontas. El momento fue cuando llegué aquí trayendo todo el infierno que pude cuando las cosas estaban tranquilas—y sí que podía. Mucho. Maldición, me estoy volviendo viejo. Sentado aquí como una maldita madre gallina cuidando a un montón de polluelos durmiendo. Todo esto es tu culpa, Kami, tú maldito viejo eres una mala influencia sobre mí.

Por supuesto, los cambios en él habían llegado mucho antes de que incluso hubiera considerado la fusión con parte que lo había echado de él tiempo atrás. Había sido ese año en el desierto, cuidando a Gohan mientras él luchaba por sobrevivir, para encontrarse y superar las crecientes dificultades puestas por él por su sensei, su maestro... su guardián.

Piccolo mismo.

With a small shift in his awareness, Piccolo reached out with his senses to brush a familiar presence. Con un pequeño cambio en su conciencia, Piccolo alzó sus sentidos para acariciar una presencia familiar. La mente de Gohan despertaba de su sueño, y el Namekseijin enviaba una oleada de calma, de tranquilidad relajante: Está bien, muchacho. Duerme, todo está bien.

Señor Pic'lo... Un adormecido reconocimiento, rápidamente sumergido en el desplazamiento de las suaves imágenes de los sueños.

El antiguo Rey Demonio, el antiguo Kami-sama, bajó tranquilamente de las nubes, para finalmente descansar junto a una fresca, brumosa cascada. Allí permaneció hasta que los primeros rayos del sol se liberaron para iluminar el horizonte.