Faltaban algunas semanas para navidad, esa época del año siempre le había gustado, cada año soñaba con tener una gran cena, dar regalos, abrazos y palabras de amor, siempre en esa época soñaba que su madre le besaba y le decía lo mucho que lo amaba, su padre siempre le decía que eran tonterías, que dejara de soñar con eso.
Para el no eran cosas tontas, él quería sentirse amado, si eran sueños o no, no quería saberlo , él realmente sentía que su madre estaba ahí, con él .

Este año creyó que todo iba a ser diferente, su padre le había promedio que le iba a dar una sorpresa muy grande, se había emocionado de sobre manera, era la primera vez que su padre le iba a dar un regalo, fuera lo que fuera estaba seguro que le gustaría .
Jamás creyó que su padre sería capaz de hacer semejante cosa, le había vendido a un hombre que fácilmente le duplicaba la edad, era un hombre regordete, con mucho dinero.

Por un momento creyó que estaba jugando, su padre nunca le había dado alguna muestra de amor pero, hacer semejante cosa..
Mordió su labio inferior con fuerza y sin pensarlo dos veces metió una patada en la entrepierna de su padre y salió disparado hacia la salida, para su fortuna aquel hombre había ido solo y él ni de broma lo iba a alcanzar, demasiadas hamburguesas y sodas estaban sobre él.

Realmente hacía frío, el cielo se encontraba nublado y pequeños copos de nieve comenzaban a caer sobre la ciudad. No podía ser peor, apenas tenía encima una delgada sudadera y unos pantalones de algodón, iba descalzo, sus pies ya estaban bastantes maltratados pero no iba a detenerse, no iba a regresar a su casa, ahí solo le esperaba una vida miserable.

Toda su vida había vivido con los constantes abusos psicológicos de su padre, siempre le maldecía, le recordaba cada día de su vida que por su culpa su madre había muerto, le decía que hubiese sido mejor que el no hubiera nacido. Y él no podía estar más de acuerdo, si a él le hubieran dado la opción de entre nacer o no, definitivamente no lo hubiese hecho, de esa forma jamás hubiese desgraciado la vida de sus padres y él no hubiese vivido aquel martirio.

Había corrido por un buen rato, varias personas de la calle le miraban curiosos, no era normal que un omega saliera solo a tan altas horas de la noche. Algunos betas le sonrían con malicia y eso solo incrementaba su miedo, tenía que seguir corriendo si quería estar a salvo.

Doblo a la izquierda y después a la derecha, corrió dos metros más y entonces sintió como sus piernas comenzaron a flaquear, el frío ya le estaba cobrando fractura. Estaban a mediados de Noviembre y según había visto en las noticias, esta iba a ser una de las noches más frías del mes.

Miles de lágrimas comenzaron a inundar su rostro, aún se aferraba a las paredes de las calles, no quería darse por vencido.

Con la manga de sus sudadera limpió sus ojos, aunque lo quisiera su cuerpo ya no le respondía. Tal vez era cierto lo que le había dicho su padre, él era un inútil, no podía hacer nada bien

Camino algunos pasos más, pudo apreciar algunas luces de colores, y sonido de coches. Estaba llegando al centro, estaba a unos cuantos metros. Y entonces una ráfaga de aire frío azotó su cuerpo, tiritando se soltó de la pared, el sonido de unos pasos cerca le alertaron pero ya no pudo hacer nada, su cuerpo cayó directo a la fría nieve.

Él dueño de esos pasos se acercó rápidamente hacia él, entre abrió sus ojos y pudo ver el rostro preocupado de un hombre de cabello azabache. Él sujeto le preguntó repetidamente por su nombre pero ya no tenía nada de fuerza para contestar o moverse. Lo único que recuerda es haber sido arropado por un cálido abrigo y el haber sido arrullado por el delicioso aroma a pino y lavanda.

°°❄️°°

Hubo veces en las que la idea de quitarse la vida le rondaba por la cabeza, en casa su padre siempre le recordaba el fracaso de hijo que él era."Lo único que pudiste haber hecho bien es nacer como beta u alfa, pero no naciste como un maldito omega"

Y él nunca había negado su naturaleza, a él le gustaba, creía que el hecho de formar una nueva vida era maravilloso, no todos tenían la suerte de crear vida, lamentablemente.

Pero las burlas constante de sus compañeros, las miradas furiosas de vecinos y su padre, hicieron que comenzará a odiar su cuerpo, a odiarse. Era un mundo injusto, omegas criaturas que eran tachadas como escorias, lacras de la sociedad. Todo eso era sumamente estúpido, en su mayoría los omegas eran criaturas amables, tranquilas, tolerantes, amorosas y sobre todo maternales. Ellos eran los únicos que podían llevar en su vientre a los hijos de alfas, pocas veces una beta podía soportar un embarazo y una alfa.. Difícilmente podía quedar embarazada, eso y que su propia naturaleza le pedía un omega, no ser pareja de otra alfa.
Pero de una u otra forma a los omegas nunca se les daba el lugar que se merecía, y probablemente sería así por algún tiempo, todavía había muchas personas que pensaban que los omegas solo eran basura. Nada ayudaba a aumentar la autoestima del pequeño, sin amor y con bastante rechazo y odio por parte de todos, estuvo a punto de tomar la decisión más loca de su vida.

Fue un día lluvioso de abril que estuvo a punto de quitarse la vida, iba a tomar diversos medicamentos para acabar con su sufrir, pero no pudo hacerlo. Fue como si algo lo hubiese detenido, lágrimas gruesas bajaron por su rostro, aventó la botella de medicamentos y salió de la bañera.
Se recriminó así mismo por su tonta decisión y entonces se juro que jamás iba a volver hacer aquello..

..

El olor a comida inundó sus fosas nasales, cuando abrió sus ojos se quedó observando el techo, se encogió en su lugar y estuvo a punto de quedarse dormido pero el olor de las sábanas que cubrían su cuerpo lo pusieron alerta, era el olor de un alfa.

Rápidamente se levantó de su lugar y entonces comenzó a observar todo a su alrededor, era una habitación grande, fácilmente doblaba a su habitación en tamaño. Las paredes estaban pintadas de color hueso, no había ningún cuadro en la habitación, solo había un gran estante lleno de libros y un sillón del otro lado.

Colocó su mano izquierda sobre su frente, la fiebre le había bajado. Entonces se dio cuenta que no tenía la ropa que anteriormente portaba. ¡Lo habían visto desnudo!

Se puso de pie y se acercó a la ventana, desde ahí se podía ver perfectamente como la nieve había teñido de blanco la ciudad, le daba un aspecto bastante hermoso.
Pego su frente al vidrio y soltó un pesado suspiro, debía ir a ver a ese alfa y ver que quería de él, con suerte él alfa le pediría pagar por el haberle ayudado y si no... Diablos, no quería imaginar que haría con él

Genial, salía de un problema y ya se estaba metiendo en otro.

El sonido de la puerta abrirse lo espanto, retrocedió un par de pasos y entonces pudo ver al sujeto que lo había ayudado. Bastante alto y con hombros anchos, su cabello era como lo recordaba, y tenía unos ojos que ¡Oh! Bastante lindos debía decir, de un color chocolatoso.

—Me alegra saber que has despertado —Le sonrió—Te encontré cerca de donde yo estaba y te traje a mi departamento, espero no te moleste.

Koushi simplemente negó con la cabeza—G-gracias por haberme ayudado, pero yo... Hm, no tengo como pagarte, ahora mismo no tengo nada de dinero pero cuando comience a trabajar te prometo que y-

El azabache soltó una pequeña carcajada—No me debes nada, lo hice porque quise. No te preocupes por nada, ahora ven he hecho un poco de comida.

Koushi lo miro con sus ojos bien abiertos, aquel alfa era bastante amable, si fuera otro alfa seguramente... Negó con la cabeza, no quería pensar en cosas desagradables

Siguió a él azabache hasta la cocina, ahí dentro había distintos platillos, arroz blanco, salchichas fritas, huevos y fruta picada. Una comida bastante sencilla, pero ese gesto enterneció su corazón.

—Espero te guste, es poco porque no se cocinar per-

—Es perfecto, gracias —Koushi le mostró una sonrisa sincera. Él azabache quedó encantado con esa sonrisa, lo observo por algunos segundos y entonces recordó que no se había presentado.

—Hm, lo siento no me presente, mi nombre es Daichi Sawamura. -Le tendió la mano

—Koushi Sugawara —Apretó la mano ajena —Mucho gusto.

Daichi sonrió -El gusto es mío.

Y entonces ese día Daichi pensó en lo lindo que sonaría el nombre de Koushi con su apellido.

"Koushi Sawamura" Bastante hermoso debía decir.

Y es que había quedado hipnotizado con el muchacho, porque eso era. Suga como le había apodado, le había contado que el apenas tenía 18 años, pero eso no le quitaba lo encantador.
Debía admitir que su corazón se paralizó cuando lo vio tendido en la nieve, bastante asustado se había acercado a él, buscando su cuello para comprobar si había pulso. Grande fue su suerte al comprobar que si lo tenía y fue cuando se dedicó a observar al muchacho, mejillas redondas (rojizas por la fiebre), pestañas largas y brillantes, un inusual cabello peligris y unos labios carnosos, bastantes apetecibles.

Era toda una hermosura.

.
De alguna forma logró hacer que Suga se quedara unos días más en su departamento para que guardará reposo y repusiera energías. Suga acepto a regañadientes, realmente quería ir a buscar un empleo de otra forma, no podría comenzar a ganar dinero y no tener dinero es morir de hambre.

—He llegado —Aviso desde la puerta Daichi, había pasado exactamente una semana desde que conoció a Suga y cada día era realmente asombroso. Sin falta, Suga siempre le recibía con una sonrisa en los labios y un Bienvenido.

Se llevaban bastante bien, Daichi pudo conocer muchas cosas de él peligris, se enteraron que ambos amaban la música de Guns Roses, My chemical romance, One ock rock y a varios genios de lo clásico, Chopin, Mozart, Boccherini, Bethoven y Debussy. Amaban los libros de suspenso, terror y drama, también que ambos amaban la comida picante, de echo Suga le había cocinado su comida favorita.

Además, Daichi se enteró de la razón del porque Suga huyó de casa. Ese día no supo cómo reaccionar, él era un Alfa y había visto como distintos hombres hablaban tan casualmente, de cómo habían comprado un nuevo omega, él nunca había dicho nada al respecto, porque sus propios tíos tenían a distintos omegas para su disposición y es que, no sólo era para quedar bien con amigos sino que era para poder ver a cual, de todos los omegas, se embarazaba.
Para desgracia de algunos, los sentimientos de los omegas estaban muy ligados a sus aparatos reproductores, si ellos no se sentían amados y protegidos por su pareja, difícilmente quedaban embarazados, de hecho si un omega por azares del destino quedaba embarazado y este no tenía el apoyo de su pareja se producía una clase de aborto, si el bebé tenía amor y el omega también ambos salían bien del parto, fácil y sencillo.

Seguramente para eso quería ese viejo a Suga, solo para tenerlo como esclavo sexual y fabrica de bebes. Y Daichi maldijo a ese viejo depravado. ¿Cómo podría alguien llegar a tener a una persona a su lado y solo usarla?
Era algo bastante enfermo, si él llegase a tener a una persona a su lado ¡Cuan feliz lo haría!

Y entonces observo a Koushi, haciendo la comida y dedicándole una sonrisa. Porque Daichi había insistido en que él tenía que cocinar y es que su comida era realmente deliciosa, ninguna que hubiese probado antes se comparaba

Realmente ese chico le provocaba muchos sentimientos, pero sabía que no debía ilusionarse con él, él ya tenía un matrimonio arreglado, debía de cumplir con su palabra. No podía deshacer algo que ya tiene años de arreglado, su padre lo mataría si lo hiciera.

No debía enamorarse de Suga

°°❄️°°

Hola!

¿Cómo están? Espero que bien.

Bueno aquí estoy yo con un nuevo proyecto, este ya lo tengo terminado, así que las actualizaciones serán constantes. No se preocupen.

El fic no es muy largo, solo serán 4 capítulos más uno o dos extras. Estoy trabajando en el primer extra, pero veré cuantos hago, primero quiero medir tiempos y cosas como esas.

Dato.. No poner demasiada atención al título, cuando acabe la historia es que podrán ver la frase completa u: 🌸 En ella me inspire bastante

En fin, nos vemos ~.

No olviden votar y cementar 🌼🌼🌸