Hola chicas,

Os traigo una nueva historia un poco diferente con los personajes que no suelen estar emparejados normalmente. Solo espero que os guste

Los personajes son originales de Stephanie Meyer y la historia mia.

La historia está registrada anti plagio.

Espero que os guste. Os dejo con el prefacio y el capitulo 1

Las actus serán los miercoles por la tarde noche

Besitos

PREFACIO

-¿Te arrepientes? – le susurró a su lado

Estaban en Central Park, sentados en un banco. Se notaba en el clima la próxima llegada del verano. El sol bañaba con sus calor a las cientos de personas que jugaban allí con sus hijos ajenos a lo que les pasaba a ellos dos.

Bella lo miró. Esos ojos azules en los que podía perderse durante horas, con un brillo especial que le calentaba el corazón y que le hacían recordar demasiados momentos de esa noche. La luz de la discoteca, los olores, la música, sus besos.

Una lágrima se derramó por su mejilla y no pudo evitar sonreír cuando vio dibujada en él su misma sonrisa, con esos hoyuelos que, aunque le costaría muchísimo reconocer, había soñado muchas veces desde entonces, y ahora los vería cada día el resto de su vida

"El resto de su vida" se repitió así misma. Y entonces lo tuvo claro. Si por alguna circunstancia en esos meses había tenido una duda de si estaba haciendo lo correcto o no. En ese momento todas ellas se disiparon.

-No me arrepiento de nada – contesto en un leve susurro y dejando caer otra lágrima por su mejilla.

CAPITULO 1: NADA MAS IMPORTA

(Canción: Nothing Esle Matters – Metallica)

TAN CERCA NO IMPORTA CUAN LEJOS, NO SERIA MUCHO MAS DEL CORAZON
POR SIEMPRE CONFIANDO EN QUIENES SOMOS, Y NADA MAS IMPORTA
NUNCA ME ABRI A MI MISMO DE ESTA MANERA, LA VIDA ES NUESTRA Y LA VIVIMOS A NUESTRA MANERA
TODAS ESAS PALABRAS SIMPLEMENTE NO LAS DIJE, Y NADA MAS IMPORTA
BUSQUE CONFIANZA Y LA ENCONTRE EN TI, CADA DIA PARA NOSOTROS ALGO NUEVO
LA MENTE ABIERTA PARA UNA MIRADA DIFERENTE, Y NADA MAS IMPORTA
NUNCA IMPORTO POR LO QUE HACIAN, NUNCA IMPORTO POR LO QUE SABIAN
PERO LO SE, TAN CERCA NO IMPORTA CUAN LEJOS...
NO SERIA MUCHO MAS DEL CORAZON, POR SIEMPRE CONFIANDO EN QUIENES SOMOS
Y NADA MAS IMPORTA
NUNCA IMPORTO POR LO QUE HACIAN, NUNCA IMPORTO POR LO QUE SABIAN
PERO LO SE, NUNCA ME ABRI A MI MISMO DE ESTA MANERA
LA VIDA ES NUESTRA Y LA VIVIMOS A NUESTRA MANERA, TODAS ESAS PALABRAS SIMPLEMENTE NO LAS DIJE
Y NADA MAS IMPORTA
BUSQUE CONFIANZA Y LA ENCONTRE EN TI, CADA DIA PARA NOSOTROS ALGO NUEVO
LA MENTE ABIERTA PARA UNA MIRADA DIFERENTE, Y NADA MAS IMPORTA
NUNCA IMPORO LAS COSAS QUE DECIAN, NUNCA IMPORTARON LOS JUEGOS QUE JUGARON
NUNCA ME IMPORTO LO QUE ELLOS HACIAN, NUNCA ME IMPORTO LO QUE ELLOS SABIAN
Y LO SE.

-¿Cómo puedes escuchar esta música? es deprimente

-¿Deprimente? ¿Te estás escuchando hermanita?¡Tu adorabas esta música! Escucho esta música porque llevo toda la vida escuchándotela a ti – Bella fue a cambiar la emisora cuando Alice le dio un manotazo – Es mi coche y se escucha lo que yo pongo – sin retirar la vista de la carretera mostro su sonrisa mas triunfal

-¿Qué malo tiene la música de hoy en día, es alegre, divertida y se puede bailar? – Alice no pudo evitar reír al ver a su hermana bailando en el asiento del copiloto – Además todo es mentira, no existe la confianza, no se puede confiar en nadie, el amor no existe, solo es un arma en manos de las personas que te ayudan a destruirte.

-¿Otra vez con lo mismo Bella? ¿Cuánto tiempo hace ya? ¿2 años?

-y medio – completó Bella cabizbaja

-Creo que ya va siendo hora de que olvides a ese tío. No se mereces tus recuerdos y ya es hora de que tú rehagas tu vida. No puedes estar toda la vida sola hermanita.

-Mira quién va a hablar. "Mi trabajo es lo mas importante y no tengo tiempo para hacer vida social" – Bella habló gesticulando e imitando la voz de su hermana.

-Ja, ja, ja. Mírala que graciosa ella. Ahora en serio Bella, no puedes estar toda la vida sola porque un tío te la jugase

-¿Me la jugase? – Bella no pudo evitar levantar la voz sobresaltada por la falta de sensibilidad de su hermana. Alice había estado con ella cuando todo paso y nadie mejor que su hermana sabia como lo había pasado – Me dejó, estábamos prometidos y no solo me dejó. ¡Estaba con otra! Me engañó, ¿como quieres que vuelva a confiar alguna vez en alguien?

Ni siquiera se había dado cuenta de que estaba llorando hasta que sintió en sus manos unas gotas del líquido salado. Alice se arrepintió al momento de lo que hizo y se golpeó mentalmente por haber sido tan insensible. Realmente pensaba que su hermana necesitaba encontrar a alguien que le hiciese olvidar lo que Alec le hizo pero esa sin duda no había sido la forma correcta de hacerlo.

-Lo siento Bells. No me había dado cuenta. Solo es que estoy cansada de verte sola y triste. Aun te escucho hablar de él en sueños. Sé que guardas una foto de vosotros dos en tu libro de "Orgullo y Prejuicio".

Bella no pudo evitar sorprenderse ante las palabras de su hermana. Pensaba que todo lo había ocultado bastante bien. Tenía sueños pero las pesadillas habían cesado y no sabía que hablaba en sueños. Pero le había sido imposible deshacerse de todo. Aunque los recuerdos solo le hacían más daños, precisamente esos recuerdos eran lo único que le hacía sentirse vivía fuera de su trabajo, le dolía, lo sentía y eso le hacía ver que seguía viva.

Cuando empezó a salir con Alec pensó que no podía haberle pasado nada mejor. Era un chico cuatro años mayor que ella. Se conocieron en La Toscana mientras ella visitaba a sus padres durante las vacaciones de verano de la universidad. Fue una relación de verano, Dos meses inolvidables, donde le enseñó a besar, a acariciar, a hacer el amor, a amar. Le costó lo inimaginable separarse de él.

Pero la sorpresa se la llevó cuando al reiniciar sus clases descubrió que era su profesor en una de sus clases optativas, estilismo de casas y negocios. Tuvieron que estar durante los cuatro meses que duró la asignatura comportándose como alumna y profesor, resistiendo las tentaciones, contando los días.

El día que terminó el cuatrimestre, Alec le pidió salir y estuvieron juntos casi cuatro años, el último de ellos separados. Él tuvo que volver a La Toscana por trabajo y habían mantenido la relación ha distancia, ese era el último año de Bella y después de terminar los estudios, ella tenía pensado volver a Italia para reencontrarse con él. Y así lo hizo, pero sin duda lo que encontró no era para nada lo que se esperaba. Descubrió a Alec con otra chica.

Bella sacudió la cabeza cuando los recuerdos de aquel día volvieron a su cabeza. Ni siquiera se había dado cuenta de que Alice había reanudado la marcha. Había veces que se sumía tanto en sus pensamientos que perdía la noción del tiempo.

-¿Qué os ha parecido la canción? Sin duda todo un clásico que no puede quedar en el olvido, Nothing Else Mathers de Scorpions. Ahora os dejamos con otro tema, algo más movido y actual

-Dios mio que voz! – suspiró Alice después de escuchar la voz del presentador del programa de su emisora favorita – lo que daría por escuchar esa voz susurrándome al oído que me quiere – Bella no pudo evitar mirar a su hermana frunciendo el ceño. ¿Su hermana hablando de amor? Sin duda estaba peor de lo que pensaba. Le había conocido varios chicos a su hermana, pero ninguno dentro de la categoría novio y mucho menos amor. Alice vivía solo por y para su trabajo -¿Qué pasa? – Alice que estaba concentrada en la carretera y en la radio, no se había dado cuenta de cómo la estaba mirando su hermana.

-¿te estás escuchando a ti misma? – Bella hablaba casi sin poder contener la risa – ¿De verdad me estás diciendo que estas enamorada de una voz en una radio?

-¿Pero tu has escuchado esa voz Bella? Susurrante, ronca, varonil,… Dios! Me tiembla el cuerpo solo de pensar escuchar esa voz cerca de mi oído. No te puede imaginar lo que provoca cuando tengo puesto los auriculares en la cama.

Bella tuvo que llevarse las manos a la boca para apagar una sonora carcajada que salía de sus labios. No podía creer lo que estaba escuchando. Realmente ni se había fijado en la voz del interlocutor, estaba tan hundida en sus pensamientos que a su alrededor no existía nada mas.

-De verdad peque, después dices que yo necesito salir. ¿Te has visto a ti misma? Creo que deberías aplicarte el cuento y conocer más chicos de verdad y no voces en una radio.

-Hola Angie, ¿hay algo nuevo?

Cuando Bella volvió de Italia, después de pasar unos meses en casa de sus padres sin tener contacto con el mundo, decidió montar su propio negocio. Le pidió ayuda a sus padres, y se asoció con una de sus mejores amigas. De eso hacia algo más de un año y poco a poco había conseguido hacerse un hueco en la Alta sociedad de Nueva York.

-Ha llamado una señora. Me ha dicho que le gustaría que vieras su local y le hicieras un proyecto. Le han hablado muy bien de ti.

-Bien, llámala y dile que mañana a las ocho y media de la mañana si le viene bien, nos vemos en la puerta de su local. Pídele la dirección y me la mandas a mi correo en cuanto la tengas. ¿Esta Rose?

-Sí, está en su despacho aunque hoy se ha levantado con el pie izquierdo – Bella no pudo evitar reír mientras negaba con la cabeza.

-¿Royce? – Ángela asintió devolviéndole la sonrisa – Gracias Angie. Por cierto, dale besos a Ben de mi parte cuando lo veas y a ver si organizamos una noche de chicas, últimamente nos vemos poco y necesitamos salir.

-Dalo por hecho Bella. Consultaré mi agenda y la tuya – ninguna de las dos pudo evitar sonreír. Se conocían de la universidad. Ambas habían estudiado lo mismo y además de su amiga y secretaria también se apoyaba en ella cuando necesitaba ayuda en algún proyecto.

-¿Se puede? – aunque intentaba guardar la sonrisa le era imposible. Bella conocía muy bien a Rose y sabia de su carácter y sobretodo cuando se refería a Royce, su ex, el chico con el que llevaba desde la universidad. Cuando Rose se giró no le paso desapercibida la sonrisa de Bella y frunció el ceño mientras asentía

- ¿Ángela? – Bella asintió sonriendo haciendo que Rose bufara.

-¿Qué ha pasado esta vez?

-El muy gilipollas ahora se le ha metido en la cabeza que quiere las dos mascaras de Carnaval que compramos en Venecia. ¡Y un cuerno! Eso fue un capricho mío y no pienso dárselo, ya le he dado demasiadas cosas. Le he dicho que si quiere algo que se atreva a ir por allí. Pero que no estoy seguro que cuando salga pueda reproducirse algún día. Rambo no lo aprecia demasiado.

Sin poder evitarlo Bella se echó a reír. Rambo, un Rottweiler, era lo primero que había comprando Rose cuando se separó de Royce para que le hiciese compañía en la enorme casa que tenía para ella sola. Aunque Bella realmente había días que no sabía quien daba más miedo de los dos si el perro o la propia Rose.

-¿Y tú no te rías? – Rose al final se vio contagiada por la risa de Bella de manera involuntaria – es que todos los tíos tienen que ser unos cerdos, no se salva ni uno – Bella le dio la razón asintiendo.

-Eso mismo venia yo hablando con Alice cuando me ha dejado aquí en la oficina. Está obsesionada con un tío que sale en la radio en un programa de música. Dice que está enamorada de ese tío por su voz.

-La pobre aun sigue creyendo que el amor existe y que algún día encontrará a su príncipe azul – Ambas suspiraron y vinieron a sus mentes flashes rápidos de sus relaciones – En fin.

-¿Va todo bien por aquí?

-Si todo perfecto, los pagos están al día y la caja está en positivo. Podemos decir que vamos viento en popa – Rose había estudiado económicas y cuando Bella le propuso ser la que llevase la parte financiera y administrativa del negocio no pudo rechazarlo. Su propia empresa y además trabajando de lo que más le gustaba - ¿Qué haces hoy? ¿Tienes planes?

-He quedado con mi bañera y con el señor Fitzwilliam Darcy para pasar un rato tranquilo. Después una ensalada y me acostaré temprano. – Rose no pudo evitar fruncir el ceño al escuchar el nombre.

-¿Otra vez Orgullo y Prejuicio? – Bella se encogió de hombros – no crees en el amor pero tienes como novela favorita una comedia romántica que te sabes de memoria.

-Soy mujer de costumbres Rose, ya me conoces, al menos se que un hombre en esta vida me será fiel – las dos se sumieron en un silencio durante unos segundo donde nuevos recuerdos acudían a sus mentes. Las dos lo habían pasado mal en el futuro y era muy normal que estando juntas acabasen hablando de chicos y tuviesen esos lapsus mentales.

-¿Tienes como volver a casa?

-Sí, hoy me he venido en la moto – Bella sonrió al pronunciar esas palabras. Ese era uno de sus vicios. La velocidad. No lo cambiaba por nada del mundo.

Aun cuando volvía a casa, se le hacía raro encontrarla vacía. Aunque Alice vivía con ella pero su pequeña hermana era una esclava del trabajo. Y después de trabajar durante el día en la clínica se pasaba por el hospital para echar una mano en el ala de pediatría que siempre solía estar muy concurrida e incluso en días como el de hoy, sustituía a alguno de los internos y ella hacía la guardia.

El olor a chocolate y almizcle inundó sus fosas nasales cuando entró en el salón. Le encantaban los olores excesivamente dulces, esos que se adhieren a la ropa solo por estar allí. Sobre la mesita donde acostumbraba a dejar las llaves, el móvil y el casco, el contestador parpadeaba

-"Hola mis niñas soy mamá, solo quería saber cómo estabais. Hace unos días que no hablo con vosotras y sabéis que aunque estemos a muchos kilómetros me gusta estar pendiente de vosotros. Llamadme. Un beso. Os queremos"

Bella sonrió al escuchar la voz de su madre y no pudo evitar emocionarse ligeramente. Quería con locura a sus padres y los echaba mucho de menos pero Italia no era un lugar para ella, allí solo los tenía a ellos, en Nueva York lo tenía todo. Había pasado en La Toscana, cinco años, había aprendido italiano y se había sacado allí el bachillerato, teniendo que dejar a sus amigos en Estados Unidos. Fue una decisión difícil al principio pero cuando le concedieron la beca para estudiar en Columbia no se lo pensó mucho y decidió volver a casa, aunque eso implicara separarse de sus padres.

-"Bells soy Angie, aunque te lo he enviado a tu correo pero te llamo para confirmártelo. La Sra. Cullen está de acuerdo en que os veáis mañana a las ocho y media en el local. Te he enviado la dirección a tu correo. Por cierto, este viernes tenemos la agenda libre. Noche de chicas, Rose ya lo sabe. Un beso. Hasta mañana Bells"

El mensaje de Ángela apartó de su cabeza los resquicios de tristeza y la hizo sonreír. Cada día estaba más contenta de tenerla a su lado y no descartaba si la cosa seguía prosperando ofrecerle un puesto de mayor responsabilidad en poco tiempo.

Cuando el pequeño aparato le confirmo que no había más mensaje entro en su cuarto de baño para preparar la bañera. Mientras se llenaba comenzó su rutina. Fue a la cocina y abrió una botella de su vino favorito y se lo sirvió en una copa, se desnudó en dormitorio y dejo la ropa perfectamente recogida en su vestidor. Cogió su ejemplar de Orgullo y Prejuicio y encendió una a una las velas que estaban colocadas en el baño. Cuando terminó la bañera estaba en su punto perfecto. Era un ritual que repetía demasiadas veces y lo tenía todo calculado.

Ella siempre se había caracterizado por ser una persona muy ordenada. Le gustaba llevar perfecto control de todo y que sus cosas estuviesen siempre en el mismo sitio. Todo tenía su lugar en la casa. Más de una vez había discutido con Alice porque había dejado su estetoscopio sobre la mesa del comedor o la bata colgada en alguna de las sillas de la cocina.

No pudo evitar sonreír cuando leyó otra de las barbaridades de Lydia Bennett, la hermana de Elizabeth, en una de sus salidas de caza a uno de los oficiales de Meryton.

Se había quedado tan sumergida de nuevo que ni siquiera se había dado cuenta de que el reloj había dado las doce, de que el agua se había enfriado y el vino calentado. Salió de la bañera, liando una toalla alrededor de su cuerpo y se peino el pelo haciéndose una trenza para evitar que se le enredara.

A sus oídos, débilmente llegó el sonido de una canción. Se sorprendió porque no esperaba que nadie estuviese en la casa.

-¿Alice? – Preguntó mientras iba andando hacía la habitación de su hermana. El sonido de la música iba incrementándose según se acercaba a ella - ¿Alice? Volvió a repetir, ya preocupada por la falta de respuesta de su hermana. Cuando llegó a su puerta casi cae de espaldas al abrirse esta de pronto a la vez que la menor de las hermanas salía por ella llevándose un susto similar - ¿Se puede saber que hacer aquí? –Alice frunció el ceño

-Hola a ti también hermanita, no pasa nada por el susto que me has metido – le respondió Alice visiblemente enfadada pasando por su lado esquivándola.

-¿Susto? ¿Y el que me he metido yo cuando he escuchado música estando sola? Podías al menos haber avisado de que venías.

-Lo he hecho. Te he mandado un mensaje a tu móvil y te he saludado al entrar, pero no me has respondido. ¿De nuevo acompañada por FItz? – Alice sonrió sin ningún ápice de enfado en su voz. Bella no pudo evitar sonrojarse. Sabía que no era la primera vez que le pasaba, pero ese era su pequeño mundo donde solo estaba ella.

-¿Cómo es que estas aquí?

-No hacía falta hoy en el hospital. Todo estaba al final muy tranquilo y prefirieron que fuese otro día. ¿Te apetece una noche de palomitas y cine?

-Eso siempre

Hasta aqui el primer capitulo. Aunque tengo previsto actualizar solo los miercoles si veo que la historia gusta subiré algun que otro capitulo intermedio :)

Hasta el miercoles!