Maldita sea.
Se quejaba internamente la kunoichi, preguntándose como jodidos había terminado en esta situación: mirando el techo de un pequeño cuarto, a oscuras.
Se encontraba acostada en una cama individual, de sabanas blancas. No alcanzaba a distinguir mucho, la única fuente de iluminación era la luz que se filtraba debajo de lo que parecía una puerta.
Aun recostada, levanto un brazo a la altura del rostro para quitar de su rostro un mechón rosa rebelde, fue entonces cuando algo a lo largo de su antebrazo llamo su atención. Apenas se distinguía bajo la tenue luz. Marcas de lo que claramente era un sello.
Un sellado de chackra.
-¡Maldición!- grito al mismo tiempo que dejaba caer el brazo bruscamente a un costado, lo cual solo le causo un agudo dolor que le recorría el abdomen. Había abierto una herida profunda a lo ancho de este, causada por una espada.
Tocando su abdomen, descubrió que debajo de la blusa roja había vendas bien sujetas, alguien la había vendado. Comenzó a sentir que la sangre emanaba despacio de la herida.
Se incorporo un poco con extremo cuidado para observar su alrededor. No había ventanas ni ningún otro mueble más que la cama en la que se encontraba acostada.
Cálmate Sakura. Era lo que se repetía internamente la muchacha. Tratando de evitar pensamientos que nublaban su mente de miedo implicando la muerte, la violación y la tortura.
Se encontraba a merced de su captor.
Su captor.
No sabía quién jodidos era, pero igual la situación era mala, muy mala.
Escucho pasos.
Calmados y firmes.
Se le acelero el ritmo cardiaco a tal punto que pensó que la otra persona era capaz de escuchar sus latidos. Sentía que su corazón se le saldría del pecho.
Los pasos se hacían cada vez más fuertes, dedujo que debía ser un hombre grande o una mujer pesada ya que sonaban pesados. Deseaba que fuera la segunda opción.
Los pasos se detuvieron justo en la puerta.
Un ruido seco sonó junto con un chirrido dejando claro la falta de aceite en la puerta. Un halo de luz amarilla entro en la habitación. Sakura cerró los ojos, después de estar acostumbrada a la oscuridad ese cambio repentino la encandilo.
Entreabrió los ojos para toparse con la figura que se encontraba en el marco de la puerta.
Un hombre.
De aspecto calmado y con esos ojos tan negros que sentía que miraba a un vacio interminable donde cualquier diminuta onda de luz era consumida por la oscuridad, al igual que ese cabello.
Itachi.
Itachi Uchiha.
Entonces lo recordó.
Se encontraba volviendo de una misión de la aldea de la arena, tan solo tenía que entregar unos pergaminos al ahora Kazekage, Gaara. Se encontraba viajando de regreso a la aldea de la Hoja, ya llevaba un día de viaje. Estaba cayendo la noche y por las nubes oscuras en el cielo estaba por caer una tormenta. Por lo cual decidió que sería mejor descasar y encontrar refugio.
Encontró una cueva lo suficientemente ancha como para meter alrededor de 50 personas en ella y de largo, pues no supo con exactitud ya que se extendía perdiéndose en la oscuridad. Sakura hubiera preferido un lugar más pequeño pero ya llevaba alrededor de una hora y media buscando hasta que dio con esta cueva, añadiendo el hecho de que ya había anochecido y el clima no parecía estar a su favor. Y Acomodando su mochila decidió encender una fogata, probablemente sería una noche fría.
No tardo en armar una fogata y acercar ambas manos a esta, la temperatura estaba descendiendo. Afuera de la cueva los arboles comenzaban a doblarse debido al aire que rugía.
Entonces comenzó a llover, una lluvia fuerte que en segundo humedeció todo el suelo fuera de la cueva. No se escuchaba más que el estridente sonido de la lluvia y el rugir del viento.
Sakura se sobresalto al ver el primer destello de luz incandescente y en unos instantes escuchar el trueno.
Genial, lo que faltaba. Se dijo así misma. Al mismo tiempo que se acurrucaba en la pared de la cueva. Sera una noche larga.
No podía dormir, no es que le dieran miedo los relámpagos pero si se sobresaltaba cada vez que escuchaba uno al mismo tiempo que se mantenía alerta en caso de algún peligro.
Fue entonces cuando escucho el crujir de una rama justo fuera de la cueva, alarmada se puso a la defensiva recogiendo un kunai.
Espero.
El momento tenso paso después de 2 minutos en los que no escuchaba nada más que el golpe de la lluvia en el suelo. Dejo el kunai en el piso y suspiro aliviada.
Fue entonces cuando otro relámpago ilumino la vista que tenia fuera de la cueva y lo que alcanzo a ver en una fracción de segundo la dejo helada.
Cinco grandes figuras se delinearon.
Todas figuras masculinas.
Volviendo a su posición defensiva se puso de pie. Y entro en el campo de iluminación de la fogata las figuras masculinas, todos igual de empapados unos más altos que otros, y por sus bandas de la Aldea oculta del sonido. Sakura se encontraba a tan solo 10 metros de los hombres.
-Miren lo que tenemos aquí- dijo un hombre el más alto y robusto de todos con una voz divertida –Una kunoichi de la Hoja, y yo que solo quería un lugar donde pasar la tormenta. Que afortunados somos, algo de diversión- esto último diciéndolo en un tono que a Sakura le erizo los vellos.
El hombre que hablo les lanzo una mirada a los otros y estos sonrieron con picardía.
El hombre robusto se lanzo sobre ella con una velocidad sorprendente tratando de propinarle un golpe en el estomago a la muchacha. Sakura como era más pequeña tuvo el tiempo suficiente para agacharse y con un puño lleno de chackra propinarle un fuerte golpe en el estomago que rompió por lo menos varias costillas.
El hombre se inclino escupiendo sangre y Sakura aprovecho para hincarse en el piso y barrer este con la pierna, logrando así derrumbar al hombre.
Uno menos. Pensó, se levanto y con kunai en mano espero el siguiente ataque. Los hombres la miraban atónitos, no pensaron que fuera tan fuerte y derribara de dos golpes a su compañero. Se miraron entre sí, la atacarían entre todos.
Una ráfaga de Kunais venia directo a ella. Los esquivo con facilidad y desvió algunos con su kunai.
Gran error.
No noto que entre los Kunais venían unas pequeñas agujas. Solo hasta que sintió que algo se le clavaba en el antebrazo derecho y muslo izquierdo.
Eran delgadas e invisibles para el ojo humano con tan poca iluminación. Se las saco, fue entonces que sintió un hormigueo extraño y entumecimiento de su pierna y brazo.
-V-Veneno- dijo más que nada para sí misma.
-Que inteligente- le contesto un hombre bajito y delgado.
Los miembros afectados no le respondían, eran como si no pertenecieran al cuerpo de la kunoichi. Ahora tan solo tenía un brazo para defenderse y una pierna para moverse.
Un hombre rubio de grandes músculos, arremetió contra ella con espada en mano. Sakura lo bloqueo con el kunai. Tan solo se escuchaba el rechinar de metal contra metal. El hombre rubio llevo su mano libre a su espalda, y saco una escondida espada. Sakura lo noto pero con tan solo una mano el funcionamiento no era mucho lo que pudo hacer.
En un rápido movimiento el hombre le corto a lo largo del abdomen y le dio una patada en el mismo lugar que le tiro e hizo que avanzara sobre su espalda cinco metros.
Sakura tirada boca arriba en el piso, trato de sanar la herida con el brazo que le funcionaba. Se estaba empezando a empapar de sangre su blusa.
De un rápido movimiento el hombre rubio se posiciono sobre ella, tomo su muñeca de donde empezaba a emanar chackra verde y la puso a un costado de su cabeza.
-S-suéltame- se quejo tratando de oponer resistencia.
-Más vale que cooperes- dijo el rubio al mismo tiempo que ponía su espada en la garganta de ella.
Sakura pensaba que tal vez era mejor que el hombre le cortara la garganta, en definitiva no quería ser violada por cuatro hombres.
¿Así es como terminara mi vida? ¿Violada? Eran los pensamientos de la kunoichi.
El hombre estaba besándole el cuello cuando sintió un tirón que lo apartaba de la kunoichi suficientemente fuerte para tirarlo al suelo.
Sakura distinguió una capa negra y unos ojos rojos como la sangre que miraban a los hombres.
Su vista se empezó a nublar, debido a la carga emocional y la falta de sangre.
Entonces todo se volvió negro.
Itachi me salvo.
Fue lo primero que pensó Sakura.
Itachi se recargo en el marco de la puerta con una expresión calmada y serena.
-Hasta que despiertas- dijo el pelinegro sin dirigirle la mirada.
-t-tu…me salvaste –dijo en un susurro apenas audible, olvidando su herida se incorporo bruscamente -¡ugh!- una punzada de dolor la recorrió, Sakura se inclino hacia adelante y sostuvo su abdomen, ahora sentía la venda mas húmeda.
-No deberías hacer movimientos bruscos- dijo Itachi tranquilo y firme. –Aun no ha cerrado tu herida-
Sakura lo observo, Itachi era por lo menos 20 cm más alta que ella. -¿Dónde estoy?-
-En una guarida de Akatsuki- contesto Itachi.-Supongo que tienes hambre, ya pasan de las 12 de mediodía-
-¿Por qué me salvaste?- pregunto una seria Sakura ignorando la invitación a comer.
Itachi la miro directamente a los ojos, y después la examino de pies a cabeza. A Sakura esa mirada la hacía sentirse desnuda.
Itachi la salvo, si, es verdad.
El la reconoció cuando entro en esa cueva en busca de refugio, en donde él también se estaba refugiando del clima impetuoso, y ocultándose como solo él sabe, se debatía que debía hacer con la chica ¿Debería asesinarla? La muchacha ni si quiera noto su presencia, podría haberla tomarla por sorpresa y de un golpe acabar con su vida. Pero no lo hizo. Y recargado en la pared tan solo se limito a observarla, no era una amenaza en potencia, eso estaba claro.
Cuando aquellos hombres aparecieron no sabía qué hacer, ¿la debería de ayudar? Eso parecía lo correcto. Pero entonces ella derribo a un robusto hombre de solo dos golpes, tal vez ella podía sola.
Pero noto algo extraño en la chica, era como si no le funcionara una pierna y un brazo, entonces aquel hombre la ataco hiriéndola y derribándola. Vio que de su mano emanaba un chackra verde, el sabia que tipo de jutsu era ese. Un jutsu médico.
Una ninja medico, fue lo que pensó.
Observo como el hombre se posicionaba encima de ella. Fue entonces cuando algo hirvió dentro de el, aquellos hombres la violarían.
Activando el Sharingan y con una velocidad sorprendente, arremetió contra el hombre que se encontraba encima de ella.
Y en tan solo unos minutos termino con sus oponentes.
-Sakura Haruno- dijo Itachi con la vista fija en esos orbes verdes.-Te necesito-
Sakura sorprendida pregunto -¿Para qué?-
-Necesito de tus habilidades médicas-
