MUGGLE ENTE MAGOS
CAPITULO 1: Alyonora
Flash Back
Volvía a estar escondida bajo la mesa. Sus gritos la habían asustado y, como siempre, la mesa le servia de refugio. Se sentaba apoyada en la pared y se abrazaba las piernas. Se estaba ahí un buen rato, hasta que luego salía.
Esta vez, fue su padre quien chillo, nunca lo había hecho, al menos no de tal forma, se asusto, realmente mucho y se metió debajo la mesa. Se abrazo las piernas y un mal presentimiento la inundo. Se quedó callada, oyendo todo lo que ocurría. Volvió a oír a su padre chillar, luego voces que no conocía, luego su madre, chillo, una, dos, tres veces, hasta que, después del último chillido nadie hablo. No hubo ruido alguno, simplemente unos cinco plop que dejaron la casa inmersa en un silencio abismal. Espero un par de segundos y salio a cuatro patas de la mesa. Fue caminando por el comedor, luego llego a la cocina, y, finalmente, decidió subir a las habitaciones. Abrió su habitación, nadie. Abrió el baño, nadie. Y, finalmente se quedo delante de la habitación de sus padres, sin abrir la puerta. Respiro hondo y con la mano temblorosa abrió la puerta, la empujo flojito y el muelle hizo el resto. La siguiente imagen se le quedaría en la mente por siempre. Abrió los ojos, quedo mirando sin poder entrar y luego una lagrima empezó a rodar por su mejilla. Corrió, entonces, hasta el cuerpo inerte de su madre, que se hallaba tumbada en la cama. Probó de hacer que se despertara, le chilló, la movió, pero… nada. Su madre no se movía. Retrocedió un par de pasos y se dirigió al cuerpo de su padre, mientras sus ojos no dejaban de desprender lagrimas. Se agachó a los pies de la cama, lugar donde se encontraba él. Hizo lo mismo como con su madre, le chillo y luego lo zarandeo, pero nada. Pidió y rogó que se despertaran, que le dijeran algo, pero… nada, no lo hicieron. A gatas salió de la habitación, bajó las escaleras y volvió a sentarse debajo la mesa. Ahí, de nuevo, con las piernas apretadas en su pecho y llorando, se quedó un buen rato, sin saber qué o quién había hecho eso a sus padres. No comprendía el porqué. Lloró y lloró. Pero tres plop más, hizo que callara, que dejara de llorar y se asustara, apretando más el abrazo de sus piernas. Las voces que oía ahora no eran las mismas que antes, pero estaba asustada por lo que se quedó ahí, sin mover un músculo.
-…no, nadie…todos… están muertos…- la voz de mujer parecía conmocionada.
- ¿Y el hijo?- la voz de hombre, mucho más entera que la primera hizo que la niña se asustara y se apretara más las piernas y empezó a temblar.
- No había ningún cuerpo de niño… solamente los cuerpos de los adultos…
- Pues hay una habitación de niños y, si no recuerdo mal, tenían una hija…
- Voy a ver si la veo. Quizás se ha escondido.- La niña oyó como alguien bajaba las escaleras. Se asusto, pero no podía salir de ahí, además pensaba que nadie la buscaría, ahí, en su refugio.
Pasaron un par de minutos hasta que la cabeza de una señora de unos veinte y pocos se le pareció por un costado de la mesa. Ella no se movió. Sólo deseo que no le dijera nada, que se fueran.
- Hola…- la señora le sonreía. Se agachó y a cuatro patas le alargo los brazos.- Ven.- la niña sólo negó con la cabeza.- De verdad, no te haré daño. Ven.- la niña la miraba con mucho miedo.- Los señores malos ya se han ido…- la niña seguía sin moverse. La señora decidió levantarse y la niña vio como otros dos pares de piernas se acercaban a la mesa.
- Hola…- esta vez era un hombre quien la miraba. La señora estaba detrás de él.- Me llamo Remus Lupin, ¿y tu?- la chica no contesto.- Necesito que salgas de ahí para llevarte a un lugar seguro.- la niña solo los miraba con mucho miedo.
- Mira guapísima, sino vienes, los que han…
- Tonks! Por Merlín calla ¿No ves que no sabe nada? y es mejor que continúe así…
- Papa y mama están muertos…- el hilo de voz de la niña hizo que Lupin y Tonks se dieran cuanta que ya los había visto y se maldijeron por dentro, pues no era una imagen que una niña debiera ver. Ella comprendió las miradas de esas dos personas, conocían a sus padres.
Se puso a cuatro patas y salió de la mesa. Remus la cogió en brazos y le beso la frente, ella solo se abrazo.
Segundos después se encontraba en un despacho. En él habían cinco personas, una pareja de pelirrojos, una señora con moño, un hombre de negro y un abuelo (así fue como los definió ella). Remus seguía teniendo en brazos a la niña y miró al más mayor de todos.
- Estaban muertos… llegamos tarde.
- ¿Y ella?
- Escondida.- contestó Tonks.- Estaba debajo la mesa.- Se formo un silencio. En el cual, la niña pensó en sus padres y en ese imagen que había visto y empezó a hipar.
- Dámela Remus…- la señora pelirroja la cogió en brazos y la acuno.
- ¿Vio todo?
- no lo creo…- miro a la niña, que intentaba salir de los brazos de Molly. Al final Molly la bajo. La niña miró a Remus y le agarró la capa para que bajara. El se agacho y la miró a los ojos.
- estaban muertos… en la habitación…- esa frase confirmaba lo que el Moddy acababa de suponer. Remus miró a Albus, a Minerva y, finalmente a Snape.
- ¿Qué hacemos?- Snape se acerco a la chiquita que, sorprendentemente, no se asustó y se agacho. La niña lo miró y luego recordó ese olor tan característico. Ella había estado con él antes.
Snape le sonrió y ella se acerco a él. Lo abrazó y él se levantó con la chica en brazos.
- Se queda conmigo…- Snape había dicho eso lo más seguro de si mismo, sin tono de frialdad ni nada, era un tono tan normal como el de cualquier persona.
- No.- Molly era quien había objetado.- Usted no puede cuidar de la niña…
- ¿Por que no?
- No ve… usted es tan… es… es profesor de mágia y la niña es muggle, no podrá estar por ella…
- Es mi sobrina, señora Wealsey y estoy en mi derecho de saber lo qué hacer.
- Pero…
- Molly…- Arthur hablaba por primera vez.- Es su sobrina, sabrá lo que hacer.
- ¿Estas seguro Severus?- preguntó Albus. Él miro a la niña, que ya estaba dormida y asintió.
Fin del Flash Back
- ¡¡Alyanora!! ¡¡Tierra llamando a Nora!!- La chica salió de sus pensamientos y miro a quien la llamaba. Su tío. Estaba delante de ella mirándola algo impaciente.
- ¡hola!- se levantó del banco y cogió la maleta de su lado.
- ¿en qué pensabas?
- Nah… cosas…- sonrió y lo miró.- ¿Podrías ponerte más a menudo esta ropa, no? Te queda muy bien…
- Venga Nora, no me hagas reír…
-Que te lo digo en serio… cada vez que te digo que la ropa muggle te queda bien me haces lo mismo…- la chica sonría mientras ella y su tío se iban hacia fuera de la estación de trenes donde habían quedado.
Alyanora ya no era la niña de cuatro años que Remus, Tonks y Muddy rescataron de la casa en donde los Mortifagos habían entrado, sino que más bien ya era toda una adolescente de diecisiete años. Sabía todo respecto la magia, puesto que su tío se lo había enseñado, también sabía lo suficiente como para distinguir un mortífago de un brujo, una poción bien hecha de la que no y un largo etc.
- Nora, si no te importa, antes de ir a casa tendríamos que pasar por el Callejón Diagon.
- Vale, pero me compras un helado.
- Eres una chantajista, loo sabes, ¿verdad?- la chica asintió y sonrió.
Snape cogió un taxi y se fueron hasta el Caldero Chorreante. Una vez ahí, Snape apunto a la chica, dijo unas palabras y su vestido se transformo en una túnica verde y luego hizo lo mismo con el traje de él que se transformo en su túnica negra.
Una vez cambiados entraron en el Callejón.
Fueron a Flourish and Blotts donde Snape compró un par de libros. Nora lo seguía y miraba la gente, las tiendas, todo. Había estado muchas veces ahí, pero siempre le hacia gracia todo eso.
Nora se quedó mirando, como si algo la hubiera hipnotizado, un libro de tapas verdes. Intento cogerlo pero estaba demasiado alto y no llegaba, por lo que se puso de puntillas y lo rozaba con los dedos, pero nada, seguía sin alcanzarlo. Miró a su alrededor y vio a un chico de su edad, se acerco a él, ya que parecía ser más alto que ella.
- ¿Perdona, me podrías alcanzar ese libro?- el chico se la miro con cara de asco y siguió a lo suyo. Ese gesto le molesto y volvió a insistir, aun sonriendo.- ¿Me lo podrías alcanzar, por favor?- remarco las dos ultimas palabras y el chico hizo lo mismo.- ¡Estas sordo o que te pasa!- la chica se había enfadado.
- no me apetece.- Nora miró al chico.
- vaya, porque me pensaba que eras sordo…- Nora volteo y intento volver a alcanzar el libro. El chico la miró y se puso a su lado.
- Usa la varita…- Nora lo miro y lo ignoro.- Accio…- el libro que Nora quería estaba en las manos de aquel chico que antes le había hecho enfurecer.
- ¿Me lo das?
- ¿Cómo te llamas?
- no te importa, ahora, ¿me lo das?- el chico se lo pensó.
-no. Dime tu nombre y lo tendrás.
- Alyonora.- dicho y hecho, Nora tenía ahora el libro en su posesión. Se giró y fue hacia la caja.
Allí estaba Severus, mirando a la chica, ella le tendió el libro y él lo pagó.
- ¿Qué pasó?- Snape miraba a la chica algo preocupado y ella intentaba que su tío le diese el libro que le acababa de comprar.
- Nada… que tenía ganas de tocar las narices… ¿Me vas a dar ya el libro?
- No. Que te dijo…
- Tío…- Nora lo miro con ojos suplicantes.- ¡Oh! Siempre se a de hacer lo que tu quieras… Le pedí que me ayudara a alcanzar el libro, no me hizo caso, le pedí de nuevo con corrección y me siguió ignorando me enfade puesto que cada vez que le pedía me miraba con superioridad y me dijo que no le apetecía, así que volví a intentar coger el libro… fue cuando me dijo que usara la varita y lo ignore, la usó él y para que me diera el libro, me peidó el nombre. Fin ¿Ahora, por favor me das el libro?- Snape miró a la chica.
- ¿Quién era?
- Creo que un alumno de tu casa. Dame el libro…
- ¿Cuál?
- Em…- la chica pensó en las veces que su tío le había definido algunos de los alumnos de su casa, Slytherin.- Creo… creo que Zabbini, Blasie Zabbini.- Snape le dio el libro. Ella sonrió y empezó a hojearlo. Era un libro que hablaba sobre el Quidditch. Nora seguía a su tío por intuición, puesto que él iba a cosas muy concretas mientras ella seguía leyendo.
- ¿por qué ese libro?- dijo de repente Snape, parándose delante de una heladería.
- No se… habla del Quidditch… parece interesante: El Quiddtch de todas las épocas, por Kennilworthy Whisp.- la chica leyó la portada. Luego miró a su tío que parecía haberse puesto serio de repente. Nora comprendió y siguió a lo suyo. Se sentó en una mesa de dentro de la heladería y empezó a leer el libro. Mientras tanto, Severus, acababa de empezar una conversación que se podría llegar a definir como: no muy amena, con un señor de su igual edad de cabellos rubios y ojos grises.
Pasaron unos diez o quince minutos hasta que su tío entro en la heladería, en los cuales, Nora ya había pedido su helado y se lo había acabado. Snape pagó y se fueron a casa.
Al llegar a casa, Nora deshizo su maleta y se cambió, poniéndose unos pantalones piratas negros y una camiseta de manga larga de color azul claro que usaba siempre para ir por casa. Se fue a la cocina e hizo la cena. Sabía que el elfo podía hacer la cena, pero había llegado a casas con ganas de cocinar. Alyanora estudiaba en un internado muggle, en el que podía salir, como los estudiantes de Hogwarts, para las vacaciones y todo eso, así podía estar con su tío. Estaba acostumbrada a que en muchas ocasiones su tío se tuviera que ir por las razones de la Orden, pero no le importaba, era mejor estar en casa que en el internado. Le gustaba mucho esa casa y su habitación también, era una mezcla entre gustos muggles y mágicos de una adolescente. Recordaría siempre la vez que, al llegar al internado nadie sabia que era un elfo domestico.
Flash Back
Una niña de seis años, entraba por primera vez en esa escuela que tanto le había hablado su tío. Era… era… era enorme y parecía… podía llegar a ser un castillo, pero de dimensiones reducidas. Se encontraba en medio de Londres y era impresionante lo grande que podía llegar a ser. Nora se sentía muy, muy, muy pequeñita, pero a la vez grande. Se sentía grande porque podía hacer cosas por si sola, sin su tío, era como si se fuera a dormir a casa de una amiga (que no tenia) por muchos meses. Eso le parecía realmente divertido, aunque… dejar a su tío le daba mucha pena… Él le había dicho que pasaría a verla algún día si su trabajo de profesor se lo permitía y que sobretodo, no mencionara nada de lo que días ataras le había dicho (nada relacionado con el mundo mágico).
Respiro hondo, miró a su tío, le dio un beso en la mejilla y se adentro en el colegio. Cuando entro, todo de niñas de su misma edad parecía que ya habían hecho amigas y todos los niños también, así que se quedó quietecita, esperando a que una maestra viniera y les enseñara los dormitorios. Los chicos y las chicas se dividieron, unos a la derecha y las otras a la izquierda.
Nora siguió a la maestra, ella era de las últimas. Al entrar en el dormitorio, vio comieran habitaciones de cinco. Ella entró en una que parecía que estaba vacía y luego se lleno. Entraron tres chicas y luego una cuarta. Las camas estaban hechas.
- ¡Mira esa cama!- una de las niñas había mirado la cama en la que se iba a tumbar.- Mi mama también hace así de bien las camas.
- Seguro que lo ha hecho un elfo domestico…- suspiro Nora recordando el de casa de su tío.
- ¿qué has dicho?- la chica que había hablado antes, de pelo rubio y ojos verdes la miro sorprendida.
- Que la habrá hecho un elfo domestico…- dijo como si fuera lo más normal del mundo.
- ¿Qué es eso?- la ultima chica que había entrado, una chica morena de ojos grises, que dormiría a su lado, la miraba extrañada.
- Pues…pues es…- entonces recordó que Eso era un término mágico. Que los muggles no sabían nada de Elfos. Intento inventarse algo, pero no le venia nada a la cabeza.
- Seguro que así es como le llamas a tu sirviente…- dijo la chica castaña de su derecha, que parecía ser hija de alguien con mucho dinero.
- Er… si, eso…- Nora asintió y sin saber que hacer miro la maleta la puso encima de su cama y la empezó a deshacer.
Fin del Flash Back
Nora fue hacia la mesa del comedor y puso los platos y la comida y al poco su tío bajó del despacho y se pusieron a cenar. Durante la cena Nora le explico todo lo que había pasado ese trimestre en el colegio y él la escuchaba atentamente. Le habló de Naia, una amiga que había estado con ella desde pequeña. Era la chica con la que ahora compartía habitación puesto que a partir de quinto curso las habitaciones eran dobles.
- ¿Y de chicos?- al oír esa pregunta Nora casi se atraganta. Snape mantenía la compostura, pero Nora intentaba que el trozo de carne que se había comido no se le quedara en mitad de la garganta.- ¿estás bien?
- si, pero ¿a que ha venido esa pregunta?- Preguntó Nora que ya había dejado de ahogarse.
- No se, me has estado comentado que tu amiga Naia se trae a los ligues a la habitación, pero tu no has dicho ningún nombre de chico que no estuviera ligado con el de Naia. Además eres muy guapa y seguro que los tienes como quieres.
- Gracias por el comentario tío Severus, pero… digamos que los tíos de ahí son un poco… ¿Cómo decirlo?…- Nora buscaba la palabra ideal cuando un plop se oyó y Snape se levanto rápidamente para ir hacia el recibidor donde había sonado.
Nora sabía que debía mantenerse a la espera y que si por casualidad (nunca es por tal cualidad) el elfo Domestico la llamaba, quería decir que tenía que desaparecer de la casa con polvos Flu e ir a Hogwarts. Se quedó quieta e intento escuchar las voces que venían del recibidor. De repente recordó esa voz. Era una voz calida y se levantó y fue hacia el recibidor y allí estaba. Sonrió y se dejó ver.
- ¡Albus!- Nora se acercó al hombre y lo abrazó. Hacia mucho que no sabia de él.
- Alyonora…- era la única o de las únicas personas que la llamaban así.- ¿Cómo estas?
- bien y ¿tu? No sabia que venias sino hubiera hecho algo más de comer, porque te quedas ¿verdad?
- esto…
- yo de usted le haria caso. Además cocina muy bien.- Albus finalmente acepto la invitación y se quedó a cenar.
Después de cenar Nora recogió las cosas y las llevó a la cocina.
- tío, me voy a la habitación.- miró a Albus.- Buenas noches.- Sonrió y subió rapidamente las escaleras hacia su cuarto.
Los dos profesores miraron como la chica subía las escaleras y luego Albus miro a Severus.
- Como ha crecido…
- si, mucho. Se parece mucho a su madre.
- Aun recuerdo la primera vez que la vimos. Se quedó dormida es sus brazos.- Severus medio sonrió.
- no ha venido para hablar de mi sobrina, ¿me equivoco?- Albus se puso serio.
- Si y no.- Snape con la mirada lo cuestionaba.- Recuerdas el porque Alyanora llegó a estar bajo tu custodia, ¿verdad?
- ¿Cómo olvidarlo?
- Pues… digamos que Ellos la vuelven a buscar…
- ¿Pero…?
- Lo sé, deberías estar informado. Pero lo acabamos de saber puesto que han vuelto a atacar la casa donde vivía tu hermana.
Oo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.oO
Weno y que os a parecido??
Tengo que agradecer que Nott Mordred me haya ayudado a encontrar un nombre para la portagonista y que me haya dicho como era el nombre de la libreria del callejon: ASIAS!!!
Weno tmb os agradecere q si os leeis el capt i os gusta me dejeis un RR,
PETONS/Muxus/Besos/Kisses
Taeko
