Declaimer: Ninguno de los personajes de Rurouni Kenshin me perteneces, solo los utilizo para darle vida a las tantas historias que giran en mi cabecita, cuyo propósito es entretenerme y mantenerme ocupada

Declaimer: Ninguno de los personajes de Rurouni Kenshin me perteneces, solo los utilizo para darle vida a las tantas historias que giran en mi cabecita, cuyo propósito es entretenerme y mantenerme ocupada.

"El adiós que no sabré decir"

o O o

.:22 de abril del 2008:.

Capitulo I; Ojos azules

15 de febrero del 2008

Un hombre pelirrojo apresura su paso, estaba llegando tarde a una cena importante de negocios… cuando de repente al doblar la esquina se detuvo abruptamente antes de chocar con una niña…

Ella quedo estática en su lugar sin mover ningún músculo, con la mirada al frente en un punto aislado, sin saber que decir. Kenshin estaba perplejo, no entendía por que la muchacha estaba tan quieta sin siquiera mirarlo, hasta que su mente lo proceso. –No puede ver… Agito la mano frente a ella… que seguía inmóvil y asustada.

-Disculpa

-No tiene que hacer eso… soy ciega –le confirmo

Kenshin estaba apenado, como si lo hubieran atrapado en un acto ilícito. Pero la muchacha sonrió sinceramente, era la primera vez que se topada con alguien como él, generalmente todos la ignoraban y hasta se aprovechaban de su discapacidad. En cambio él era muy gracioso…

-¡Descuide señor, tenga más cuidado en la próxima esquina! –comento, siguiendo su camino.

Él también retomo el suyo, pensando en la preciosa niña con la que se topo, tenia los ojos más hermosos que él haya visto –Es un lastima que ella no los pueda ver –

Cuando se acerco a la próxima esquina, recordó la advertencia de la bella muchacha y disminuyo su paso. Cuando se iba acercando, una moto a toda velocidad paso frente a él, que se apoya en la pared, sin pensarlo don veces, esa muchacha le dio suerte.

Pero debia ir a esa escueta reunión, si es que quería tener la cabeza pegada a su cuello.

Hiko Himura –seria su verdugo… él estaría encantado

Después de una agotadora reunión de trabajo, sentando en una amueblaba oficina, un hombre entrado en edad hablaba con su hijo. Al parecer no eran buenas noticias para el muchacho.

-Qué pasa? ¿Acaso te tome por sorpresa?- agrego el hombre en tono sarcástico.

La verdad era que el anuncio si impacto bastante al joven, pero no deseaba darle a su progenitor la satisfacción de verlo en ese estado. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para controlar sus impulsos y fingir ante el.

-¿Sabes? Acabas de ahorrarme el trabajo de buscarme una mujer. No sabes como te lo agradezco- menciono con el mismo tono sarcástico que su padre.

-No tienes que hacerlo. Sabes que lo hago por ti-

El muchacho sintió que se enfureció mas al escuchar esas palabras de su padre, ya que para el era una hipocresía. Jamás había sentido ese amor que el tanto decía profesarle.

En vista de que ya habían tratado todos los puntos, Hiko Seijuro Himura solo agrego.

-Pues entonces ya esta arreglado. El compromiso se anunciara en una semana, al parecer ella todavía no lo sabe. Creo que podrás esperar hasta entonces para conocerla ¿no?-

- Hiko yo me retiro. Tengo cosas que hacer.

-De acuerdo. Puedes salir.-

El pelirrojo abandono el despacho rápidamente. Necesitaba hacerlo urgentemente pues ya no podía disimular su rabia. En esos momentos sentía odio hacia ese hombre, el estaba seguro que era él quien había hecho desaparecer a su novia Tomoe… Lo odiaba por eso. Además lo había comprometido con una mujer desconocida para él, ello solo lograba enfurecerlo aun más si era posible, pero para mantener un ambiente de paz en su casa, el debía acatar lo que Hiko dijera. Por el momento.

Sábado 23 de febrero del 2008

Una Semana después en la oficina del Hiten Mitsuryugi los ánimos se encontraban mas calmos.

-Hoy en la noche conocerás a tu futura esposa, baka-deishi, según sé, es una belleza, además de joven. Yo tomaría tu lugar, pero sabes que la ley prohíbe; estar casado con dos mujeres sin que ellas se enteren.

-Bien –aunque dudo que sea bella, creo que será más bien una mujer mayor desesperada. ¿Qué joven se casaría con alguien a quien no conoce? Él no conocía a ninguna

-Te llevaras una enorme sorpresa –pensó Hiko al adivinar los pensamientos de su hijo.

Todo estaba preparada para la noche del compromiso, la residencia Himura se encontraba repleto de flores de todo tipo… los Himura se esmeraron en que todo quedará perfecto. Hiko se encontraba con Okon saludando a los recién llegados, una balada lenta se escuchaba de fondo, cuando la familia Kamiya ingreso al recinto. La mansión era enorme, muy elegante y hermosa, muy propia de la legendaria familia Himura.

-Kaoru acompáñame, te presentaré a tu futuro prometido –comento el señor Kojiro

-Esta bien abuelo -

-¡Oh valla, que bueno verte tan bien Kojiro! –exclamo Hiko al reconocerlo.

Él y Kojiro Kamiya habían echo un pacto cuando eran jóvenes, "ser familia" y para eso debían casar a sus respectivos hijos. Hiko no los pudo tener, pero adopto a uno, Kenshin. El señor Kojiro tambien adopto a una hija, pero esta se negó rotundamente a concretar un matrimonio arreglado, en lugar de ella se casaría a su única nieta, los padres de ella habían muerto y no podrían oponerse, dado que ella era menor de edad estaba bajo su tutela. Sonaba cruel, pero a él ya no lo quedaba mucho tiempo, y quería ver bien casada a su querida nieta antes de morir, no quería dejarla sola con su discapacidad. Siempre habría algún despiadado que intentaría aprovecharse de ella, como ese despreciable Yushikiro, y ella era tan inocente y dulce, no lo merecía. Como su única familia él debía velar por el futuro de su nieta.

-Lo mismo digo Hiko.Un placer verte Okon, los años te trataron muy bien.

-Gracias Kojiro

- Y ella debe ser Kaoru ¿no es así?

-Sí es así –dijo mantenía su mirada en algún punto fijo de la sala

-¡Oh! –Se sorprendió Hiko provocando que ella agachase la mirada –¡Que hermosa niña eres! Tienes unos hermosos ojos-dijo

-Gracias –susurro, no entendía por que, pero se sentía cohibida entre tanta gente que a diferencia de ella, sí podía ver. Nunca le gustaron este tipo de reuniones, generalmente le gustaba pasear con su perro Ekenai o con su amiga Misao.

-¡Baka-deshi ven! –A Hiko le encantaba poner en ridículo a su hijo

- Te presento a tu prometida –le señalo a Kaoru

No entendío que le sorprendió más, si lo bella que era o que si darse cuenta de que era la misma niña de la mañana. Él esperaba una mujer treintena e inclusive mayor, no a jovencita de 17 años. En que estaba pensando el señor Kojiro cuando lo prometió con él.

-Oro… Pero…

-Hola –lo saludo secamente, quizás si lo trataba mal él desistiese de casarse con ella

-Hola señorita Kamiya

-Por que no …. –por poco e iba a decir que le mostrara el jardín pero se le ocurrió otra cosa –por que no la llevas a pasear por el jardín mientras se conocen.

-Ven –dijo ofreciéndole su brazo, pero recordando que ella no podía ver la tomo de la mano. Algo le decía a ella que ya se había topado con él, llámenlo instinto, pero nunca fallaba.

-Quiero hablar con usted seriamente. –dijo ella, cuando estuvieron lo sensatamente lejos como para ser escuchados.

-Me parece bien habla

-Mira, yo no quise venir, pero considere conveniente decirle que yo no quiero casarme con usted señor Himura.

Kenshin arqueo una ceja antes de continuar

-¿Tan desagradable te parezco?- cuestiono con tono sarcástico

-No es eso. Usted y yo no nos conocemos, y yo… ¿cree que es posible que nos casemos bajo estas condiciones? Apuesto a que usted tampoco lo desea-

-Tienes razón. Yo tampoco quiero casarme contigo-

-Entonces tienes que ayudarme. Hable con ellos … Usted es el ultimo recurso para mi, yo ya lo intente todo.

-Espera un momento. Dije que no quería casarme, pero no dije que no lo voy a hacer-

Ella no pudo evitar mirarlo confundida

-No entiendo-

-Te lo explicare de forma que lo entiendas. Tengo mis propios planes, que solo se podrán llevar a cabo si yo me caso, así que no voy a dejar que un capricho tuyo los arruine-

-¡¿Cómo puedes ser tan egoísta?! ¿No te das cuenta de que vas a arruinar nuestras vidas?-

-Para mí, mis objetivos son importantes, no me importa lo que pienses. Haré lo que sea necesario. No me importa la opinión de una niñita como tu.-

Kaoru estaba a punto de estallar de ira. Sentía mucha rabia por las palabras de su prometido. Dio media vuelta para alejarse, no sin antes advertirle.

-Si te casas conmigo, serás el hombre más infeliz del mundo- Eso era con toda ley una amenaza.

-Uhy te toco una fierecilla –comento su amigo Sanozuke

-Ni que lo digas

-¿Pero dime que paso? Por que se fue echa una furia

-Le dije que me iba a casar con ella quiera o no… pero -Pero no lo sé,

-Por que no intentas hablar con ella y tranquilizarla, según sé tus planes son casarte para luego, al poco tiempo divorciarte y encontrar a la bruja. –dijo Sano

-Sano… Es solo que…!la viste! Tengo miedo de dañarla.

-La dañaste hace unos momentos. Esta en todo su derecho de no querer casarse contigo, tú te sientes igual y te desquitaste con ella. Además no se de que te quejas, realmente es hermosa.

La conciencia le pesaba… debía hablar con ella. No entendía por que, pero no quería tener un mal trato con Kamiya, no con ella. Era de lo más extraño por que nunca le importo la impresión que causaba a los demás. Generalmente prefería alejar a las personas, con un trato tosco y descortés.

--

Kaoru tenia entre sus manos un jazmín que saco de uno de los floreros. Se sentía cansada, dolida. Sabia que Kenshin himura era el mismo hombre con el que se topo una semana atrás, solo esperaba que no se lo comentará con su abuelo, sino la castigaría por salir sin supervisión.

Ella no quería casarse, no sin amor, se sentía tan sola, tan triste… pero a ese hombre no le importaba sus sentimientos, solo sus planes. ¿Cuáles serian?

Kenshin estaba en la puerta que daba al balcón, se quedo observándola. Sano tenia razón ella era muy hermosa, tenía un encanto cautivador, – es angelical – pensó.

-Dime que quiere señor Himura

Como es que ella supo que él estaba tras ella. No lo entendía, era como si supiera todo lo que sucede a su alrededor sin necesidad de ver, es más cuando caminaba no tanteaba, ni se tropezaba con algo, solamente caminaba erguidamente esquivando los obstáculos. Lo sorprendía.

-Señorita Kaoru yo… Lo lamento mucho. No quise ser tan cruel, es solo

-Estas asustado

Kenshin abrió bien los ojos. Esta chica ….

-¿Por qué dices eso?

-Aunque he perdido la capacidad visual, me he acostumbrado a ver con otros ojos. Sé que tienes miedo, pero no entiendo por que. No entiendo por que insistes en casarte conmigo, siendo que no lo deseas.

- y ¿Por qué tú lo haces?

-Yo… como veras mi abuelo tiene una salud delicada y hace poco le anunciaron que no le queda mucho tiempo de vida y no quiere dejar a su invalida nieta sola. No quiero alterarlo, sé que solo lo hace por mi bien, pero realmente no quiero casarme aun, no me siento preparada y no creo estarlo algún día.

-Te entiendo y realmente lo siento. Haremos un trato.

-¿Un trato?

-Sí. Cásate conmigo yo recibiré mi parte, y cuando tú abuelo este más estable nos divorciamos. ¿Te parece?

-quiero confiar en usted, pero toda mi vida solo he conocido a gente que a intentado aprovecharse de mi. ¿Por qué habría usted de ser diferente?

-Tendrás que confiar en mí. Pues por lo que veo la boda se realizará lo queramos o no. Solo intento lloverme bien contigo, pues ambos queremos complacer a nuestros padres. Mira puedes confiar en mí, yo soy…

-Sé que eres honorable y sincero. Pero…

-Te respetaré y cuidaré. Te prometo que no te tocaré, sí es lo que te preocupa

-¿Lo prometes?

-Sí.

-Entonces que tal sí ¿somos amigos? –sugirió ella

-¿Amigos?…

-Sí. Pero si no te gusta la idea pode.

-No. Esta bien, es solo que no tengo amigos,

- y ese muchacho con el que hablas no es tu amigo. –pregunto dubitativamente.

-¿Sano? Bueno es una persona que aprecio mucho, pero para que llamarlo amigo, necesito confiar en él.

-¿Y no confías en él?

-Creo que no.

-¿Hace cuanto que lo conoces?

- Hace algunos años-hizo una mueca-ahora que lo pienso, es como una espina que se te clava, te molesta, pero no te la puedes sacar, y con el tiempo de acostumbras a ella.-

-Pero se ve que te aprecio y me dijiste que tu también. Es un buen comienzo.

-Supongo.

-Yo tengo dos mejores amigos, por quienes daría mi vida. Ekenia y Misao, ellos son mis únicos y mejor amigos. Ekenia es un pastor alemán leal y muy cariñoso –sonrió brillantemente, cosa que cautivo a Kenshin y continuo –Misao es una amiga muy alegre e imperativa a veces me cuesta seguirle el paso, es muy amable y dulce. Espero que lo conozcas pronto.

-Seguro que sí son como me los describes nos llevaremos bien. –noto que Kaoru tiritaba imperceptiblemente así que se caco el saco y lo coloco sobre sus hombros. Kaoru se asombro por ese accionar, pero solo puedo agradecer en un murmullo.

Kenshin no sabia lo que le pasaba, supuestamente él debía de ser frió e indiferente con su prometida, no colocarle su saco para protegerla del frió. No es que no fuera un caballero, pero nunca lo había hecho por nadie con tanta urgencia y necesidad. Debe ser que me siento paternal con ella -pensó

Continuará…

NOTAS DEL AUTOR;

-Bien intento mejor mi estilo de escritura, así que sí os tenéis un consejo para mi, por favor, háganmelo saber. Estaré muy agradecida.

-Kenshin tiene 28 años, por si las dudas. Kaoru 17. Tomoe supongo que 30 años.

-Este fic lo escribí hace unos día… ya casi lo tengo terminado. La próxima actualización será el sábado 26 de abril. Hasta entonces.

-Gracias a todos los que se detiene este fic.

Ciao