(EDIT 06/noviembre/2016: He corregido la ortografía de los capítulos del 1 al 10. Dejé mis comentarios tal como están para que vean cómo escribía en aquel tiempo xD Si ven algún error pueden avisarme con un review)
Hace un par de dias se me ocurrio esta historia, asi que pense ¿por que no?
y aqui esta, aun no se cuandos capitulos seran pero espero que sea de su agrado.
La batalla de las diosas
capítulo 1: Chicas poderosas.
Una enorme y celestial puerta dorada se abrió, de ahí salió una mujer de radiante belleza, piel blanca como ningún otra, cabello dorado y rizado, y hermosos ojos brillantes color miel. Caminó sin prisa por el pasillo, tenía tal elegancia al caminar que encantaría a cualquiera. El pasillo era blanco con adornos de oro, una enorme alfombra roja y dorada muy elegante, había algunos retratos en las paredes que mostraban la historia "familiar" de tal lugar, cada retrato con su respectivo marco de oro puro.
-¿Qué haces aquí?- dijo una hermosa mujer, aunque no tan hermosa como la anterior, tenía una cabellera color castaño rojizo recogido en un elegante peinado-. ¿Por qué estabas en la habitación de mi esposo?- su voz reflejaba unos celos perversos.
-No seas ridícula, Hera, yo nunca me metería con tu esposo jajajaja.- dijo la radiante mujer de cabello dorado con seriedad pero su risa musical y burlona hacia dudar si lo que decía era verdad o mentira-. Solo hablábamos de ciertos asuntos.
-¿Qué tipo de asuntos?- preguntó la castaña aún con celos incontrolables.
-Asuntos que te involucran a ti.
-¿A mí?- preguntó con mayor interés.
-Observa con atención.
La mujer de cabellos dorados sacó casi mágicamente de sus vestidos una esfera de cristal de la cual comenzaron a reflejarse imágenes, imágenes del mundo de los mortales, y todas esas imágenes mostraban violencia, injusticia, desprecio y vergüenza hacia la mujer.
-¿Te eso hablaban?- dijo la castaña en tono de burla-. ¿Sobre el maltrato de el hombre hacia la mujer? sabes que eso es algo de lo más natural, así es como debe ser, no se puede cambiar las cosas, hace milenios que se decidió.
-¿No se puede cambiar, dices? tu esposo ya me dio el permiso para cambiarlo todo.
-¡Espera, Afrodita!- la castaña pronunció el nombre con tono de asco-. Si tanto te importa, déjame decirte que los humanos ya se dieron cuenta de su error en menospreciar a la mujer, cada vez las mujeres tienen un rol más importante en su sociedad, los mortales comienzan a cambiar, tú lo sabes.
-Oh mi querida Hera.- dijo la bella rubia.- Los humanos nunca van a cambiar, puede que algunos sí, pero la mayoría será siempre igual de egoísta, cambiaron sólo en apariencia. No te hablo sólo como amiga, sino como nuera, recuerda que por ti tuve que casarme con ese hijo tuyo, me la debes querida mía.
-Y tú le has sido infiel con tus amantes en incontables ocasiones.
-Sí, eso es, ¿lo recuerdas verdad?- dijo la rubia con sarcasmo-. Aquel día en que me descubrió con Ares, ¡fue todo un show! incluso invitó a todos los dioses a que vieran mi vergüenza ¿y dónde estaba las diosas en ese momento?
-¡Silencio!- grito indignada la hermosa castaña.
-¡Estaban en casa! ocultándose con vergüenza de lo que YO, una mujer, hice. ¡Qué fácil! ¡¿no?!, los hombres tienen total libertad de engañar a sus esposas y no hay nadie que les diga algo ¡pero si a una mujer se le ocurre hacer tal cosa, pero que show se arma! ¡¿no es así?!... aunque claro, eso no se aplica a ti ¿cierto?
-¿Qué quisiste decir con que Zeus te dio permiso de cambiarlo todo?- preguntó la castaña amenazadoramente.
-Todo se aclarará pronto, querida Hera, sígueme por favor.
Ambas continuaron caminando por ese extenso y elegante pasillo, doblaron varias veces hasta que entraron a una habitación, una habitación de paredes color rojizo oscuro, muy poco iluminada, un enorme sofá de cuero marrón estaba en el centro, enfrente de él una sencilla alfombra, una chimenea que desprendía fuego color verde y por encima un enorme cuadro con una pintura. En el sofá otra mujer yacía sentada ahí, una mujer de cabello oscuro y lacio, piel blanca y ojos rojos como la sangre, lucía un hermoso vestido negro.
-¡¿Qué hace aquí Perséfone?! ¡¿no debería estar en el Hades con su esposo?!- dijo la castaña estallando en furia.
-Él no tiene por qué enterarse.- dijo la de cabellos dorados-. Ella decidió ayudarnos voluntariamente en este asunto.
-Creí que ustedes dos tenían... problemas.- dijo con suficiencia.
-Lo de Adonis ya está superado, fuimos grandes amigas antes, no veo por qué no podemos serlo ahora.- dijo la rubia con una sonrisa, provocando que la castaña enfureciera aún mas.
-Si de rencores estamos hablando, Hera.- dijo la de cabello negro con tranquilidad.- Déjame decirte que aun no olvido lo de Zagreo.
La castaña le lanzó una sonrisa con maldad, la de cabello oscuro no reaccionó ante tal insulto, Hera dio media vuelta y avanzó hacia la salida.
-Sea lo que sea que estén planeando, no me interesa.
-Espera, Hera.- dijo Afrodita, la rubia, tomándola del hombro.- Tú eres Hera, reina de los dioses, esposa-hermana de Zeus el dios del cielo y el trueno, hija de Crono y Rea, nieta de Urano y Gea. Zeus se cansó de gobernar, por eso me encomendó a mí hacer lo que me plazca con el mundo, me permitió empezar todo de nuevo, ¿acaso no lo vez? tú serias la gobernante, eres la indicada para gobernar este nuevo mundo, tú y sólo tú.
Hera esperó, pensó detenidamente en cada palabra que Afrodita le decía, pero todo se concentraba en una única parte "tú serías la gobernante"... perfecto.
-¿Y de qué trataría ese nuevo mundo?- dijo con mucho interés, sin voltear a verla a los ojos.
-¿Aún no lo captas? pensé que eras más lista, será todo exactamente igual, pero con la mujer en la cabeza del mundo, se acabó la era del hombre, las mujeres gobernarán.
-¿Qué pasará con el mundo anterior?
-Todo será borrado, lo que es, lo que fue y lo que será, tanto vivos como muertos, borraré a todas esas almas, inclusive a las que ya descansan en el inframundo, todo será como si nunca hubiera sido, eso sera el nuevo comienzo.
-Pero... todas esas almas.- Hera dudó.
-Piensa en tu madre, piensa en Rea.- ambas voltearon a ver la gran pintura que adornaba a la habitación, en él mostraba la imagen de una mujer, la imagen de Rea-. Recuerda lo mucho que sufrió al lado de Crono, recuerda lo que hizo tu padre a ti y a tus hermanos, hazlo por ella, hagámoslo por ella.
Continuó escuchando las palabras de Afrodita, pero en el fondo algo le decía una y otra vez "tú serias la gobernante", sentía lástima por todas esas almas cuya existencia sería borrada de la historia pero su deseo de poder era aún más grande.
-Hagámoslo.- dijo finalmente la castaña con voz decidida.
-Perfecto.
-Pero no es tan fácil.- dijo la de cabello oscuro, Perséfone, levantándose de su asiento-. El universo no puede destruirse con sólo desearlo, se debe hacer poco a poco...
.
..
...
La ciudad de Santadilla, una hermosa ciudad, el sol brillaba reluciente y el cielo era de un azul brillante, las nubes lucían tan esponjosas y blancas, las mariposas volaban como cualquier día de primavera, las personas vivían tranquilamente, todo era tranquilo el la ciudad de Santadilla hasta que... ¡Mojo Jojo ataca Santadilla!
Mojo Jojo, un simio verde con un casco en la cabeza, el cual oculta su enorme cerebro que es muestra de su gran inteligencia, él es el archienemigo de Las Chicas Superpoderosas. Se encontraba destruyendo la ciudad con su nuevo robot, el robot tenía forma de un pulpo gigante, en la punta de cada tentáculo tenia unas filosas navajas que cortaban cualquier cosa que tocaran, de la parte de arriba lanzaba un potente láser rojo que destruía los edificios, dentro de la maquina se podía ver a Mojo controlando el aparato con sus controles.
-Esta vez ni Las Chicas Superpoderosas podrán detenerme.- dijo el malvado mono-. Porque yo, Mojo Jojo he creado esta gran maquina invencible, y así es como yo, Mojo Jojo destruiré Saldadilla, porque yo Mojo Jojo soy mucho más listo que ustedes, y es por eso que esta vez mi victoria está asegurada.
Entonces un trío de luces de colores cruzaron el cielo, eran los reconocibles colores de ellas, azul, verde y rosa. Todos los ciudadanos al verlas llegar se tranquilizaron, ellas siempre eran su salvación, todo el mundo amaba a esa chicas, no tenían forma de agradecer todo lo que ellas habían hecho por ellos. Las tres chicas se acercaron al lugar, había pasado ya muchos años desde que el profesor Utonio las creó, ahora las tres chicas eran jovencitas que aparentaban tener la edad de 18 años, habían crecido mucho, ya no eran unas niñas.
-¡Ya cállate Mojo!- dijo una de ellas, la chica de ojos verdes, cabello corto oscuro y despeinado, blusa corta sin mangas y falda verde, debajo de la falta llevaba un notable short de color negro y debajo de la blusa otra mas apretada con mangas cortas color negro no muy larga, dejando ver su ombligo; unas botas negras, unas calcetas verde oscuro que le llegaban a casi a las rodillas, y unos guantes negros. Bellota.
-Veo que tú nunca aprenderás, Mojo Jojo, irás directo a prisión.- dijo en tono justiciero la líder. Una chica de ojos rosas, cabello muy largo, le llegaba por debajo de la cadera, cubría su frente con el fleco, era un hermoso cabello pelirrojo atado a un enorme moño rojo; llevaba una corta blusa escolar que dejaba al descubierto su estomago, tenía un moño rojo en la parte del cuello, el resto era rosa y blanco; su falda también era escolar, de bloques color rosa, con una linea horizontal negra el la parte de abajo, levaba zapatos escolares negros y calcetas blancas hasta las rodillas. Bombón.
-Mojo, ¿no crees que ya estás algo viejo para esto? no te vaya a hacer daño.- dijo dulcemente la más pequeña del grupo. Una linda chica rubia con ojos azules, con su cabello atado en dos coletas que le llegaban varios centímetros por debajo de los hombros pero antes de llegar a la cintura; tenia un sencillo y cómodo vestido color azul claro, casi blanco, con encajes en la cintura; unas sencillas sandalias azules, un adorable collar que llevaba como adorno una pequeña flor plateada y una pulsera del mismo color. Burbuja.
-¿Viejo? ¿yo?- dijo Mojo-. Yo no soy viejo, y si fuera viejo eso no importaría porque para la maldad no hay vejez y no hay limite para cuando debes dejar de ser malvado, y repito, yo, Mojo Jojo, no soy viejo, ¿ustedes no creen se ya demasiado viejas para jugar a las superheroínas?
-Te equivocas, Mojo.- dijo Burbuja dulcemente mientras volaba a toda velocidad a dirección del robot de Mojo, lanzándole así una fuerte patada que hizo que el robot, con Mojo dentro, saliera volando por los aires hasta estrellarse contra un edificio.
-Para patear el trasero de los villanos no hay edad.- dijo Bellota sacando láser de los ojos, haciendo que el robot se calentara y comenzara a salir humo, Bellota voló hasta el robot y utilizó sus manos para abrirlo y sacar a Mojo de adentro para después darle un par de puñetazos que le sacaron varios dientes al mono.
-No importa el tiempo que pase, Mojo.- dijo Bombón acercándose al lugar-. Puedes seguir intentando destruir la ciudad una vez salgas de la cárcel pero nosotras siempre estaremos aquí.- sujetó a Mojo y le dio un fuerte golpe en el estomago.
-Porque nosotras...- dijo la rubia.
-Siempre seremos...- dijo Bellota mientras terminaba de destruir el robot.
-Las Chicas Superpoderosas.- dijo la líder mientras que en ese instante el robot explotó, lanzando fuego y humo.- Y eso no cambiará nunca.
Este es mi primer fic de las chicas superpoderosas, ase unos dias no tenia idea de que haria uno jeje fue inspiracion que surgio de la nada xD
me encanta la mitologia griega, por eso se me ocurrio agragar todo eso en una historia, y esta era perfecta
este apenas es el inicio, pronto comenzara lo interesante, esta es solo una introduccion
no estoy segura cuando podre subir otro capitulo, pero si subire otro, lo juro jeje
espero que dejen sus rewiews
