Disclaimer: Avatar la Leyenda de Korra pertenece a Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko. Esta historia es de mi total autoría.


asami & korra

.

Tornasol Rojo

.

.

.


Es mágico.

El mundo en el que vive Asami es mágico. Korra siempre ha pensado en ello.

Alrededor de las seis de la mañana, mientras Korra apenas está levantándose, Asami le saluda con la sonrisa curvada entre los labios rojos recién pintados y se va a la academia de danzas. Korra siente en el aire un aroma dulce y no sabe si es el cabello de Asami o el café caliente entre sus manos. Es de la clase de personas que deja impregnada su presencia en cada rincón de una habitación luego de abandonarla, y miras al techo, al suelo, a la puerta y sólo ves su figura diciéndote adiós. Korra deja el café en la mesa y mientras se sienta y mira al vacío, piensa que las despedidas de Asami saben a mala suerte. Pero entonces se le hace tarde y se va corriendo a la facultad. Korra vuelve temprano y la casa todavía está vacía—llena de la fragancia de dulces mañanas y entre libros y montañas de fotocopias se pone a estudiar.

Se hace de noche y Asami aparece en el departamento con el cabello despeinado y una expresión inconclusa que Korra nunca acaba de entender. Sin embargo, le saluda como normalmente lo hace y Asami enciende el equipo de música y comienza a bailar otra vez.

Korra se aleja de sus estudios y se echa en el sofá mientras una cerveza le enfría los dedos de la mano y suspira porque Asami fuma demasiados cigarros al día y duerme poco y aun así continúa igual de hermosa que el primer día que la vio. Piensa que debe ser irreal, como un fantasma o un hada mágica. Entonces Asami se mueve con más intensidad y a Korra le late fuerte el corazón, porque ella es tan real, es tan real que le duele.

La música parece volverse tiras de papel de color anaranjado y se deslizan por la piel de Asami mientras ella cierra los ojos y baila porque ha nacido para ello. Korra piensa en cómo su rutina era tan aburrida y monocromática hasta que aquellos labios rojos le sonrieron en ésa calurosa e irremediablemente estupenda tarde de verano, mientras entrevistaba a la última muchacha que buscaba un departamento bonito y económico donde pudiera escuchar música hasta altas horas de la noche sin que a nadie le molestara. Han pasado cerca de dos años ya, y le avergüenza admitir que su presencia es todavía como un misterio para ella.

Asami se detiene y su respiración está agitada pero la expresión en su rostro no cambia. Korra le alcanza una cerveza y le rozan los dedos tibios por dos pequeños segundos y se siente exactamente como la primera vez que la tocó.

Las palabras de Asami saben a decisiones equivocadas y su rostro parece de mentira, pero Korra se promete a sí misma que a pesar de que las cosas se vuelvan ácidas, no escapará de aquella nube de canciones mágicas.

Korra está dispuesta a intentar entenderle mejor.


Para ser honesta, no shippeo el Korrasami, pero sí soy fan de la amistad tan fuerte que hay entre estas dos. Tenía dando vueltas en la cabeza una oración de este shot desde hace algún tiempo, sin embargo no tenía pensado algo concreto para darle forma, así que esto ha salido en el acto. No estoy muy segura de qué es, tiene algún sentido escondido por ahí.

Espero que les haya gustado.
Hiyorin.