Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Y bueno aquí me ayo preguntándome que carajos hago haciendo un fic omegaverse? Bueno, es porque me lo pidieron, ni modo, como que me mandé, es mi primera vez, por favor no sean duros, investigué todo lo que pude e hice 23 páginas! Es larguito, pero bueno, NO pidan segunda parte, jajaja, por Dios! Espero sus tomatasos, ya me puse las botas de lluvia y el sobretodo. Besitos mis amores, con muuuucho, mucho cariño. A disfrutar! Reviews onegai?

DEDICADO ESPECIALMENTE PARA HYDEN ROMO QUE ME DIO LA IDEA, OYE CHICO ESPERO QUE TE GUSTE Y SI NO, DESDE YA TE PIDO DISCULPAS!

Disclaimer: Los personajes pertenecen al puto amo Isayana Hajime.

Advertencia: Lemon, angs, feels, ya saben... lean bajo su propia responsabilidad.

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"Prefiero una libertad peligrosa, que una esclavitud tranquila."

Mariano Moreno

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Se sentía débil, adormilado, y el dolor de cabeza se hacía más y más fuerte.

-: Levi… ¡Ey! – Le dijo Hanji zamarreándolo de la remera - ¿Tomaste tus supresores? – Susurró muy cerca de su oído para que nadie más escuchara.

-: ¿Crees que soy idiota? ¡Tch!

-: Pero… entonces…

-: No están funcionando como antes – dijo el pelinegro suspirando.

-: Te vienes a mi casa esta noche, ¿escuchaste?

-: Lo haré.

-: Deberías probar con la nueva monodroga, esa de las propagandas, mi padre dice que es lo mejor que ha salido.

-: No tengo tanto dinero… es imposible para mí… ¡Ugggh! – dijo agarrándose el vientre con dolor.

-: ¿Estás tomando esas hierbas de nuevo, no? ¡Levi, por Dios! Te van a terminar matando.

-: Claro, porque mejor es que un Alpha me tome y me haga su esclavo, o mejor dicho su fábrica de bebés, sinceramente prefiero morir… - Sus ojos se opacaron y se cerraron.

-: No, no te duermas, Levi, Levi… Si te duermes ellos se darán cuenta, anda vamos, bebe un poco – Le dio de su refresco que era en exceso dulce y empalagoso, pero sabía que el azúcar lo mantendría despabilado, estaba bajando de peso de nuevo. Estaba mortalmente preocupada por su amigo.

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-: Papá… oye… me preguntaba… - dijo la jovencita mirando a su progenitor a través de los cristales de sus lentes, sin animarse del todo – Tengo un amigo…

El hombre la miró con seriedad y suspiró cansado, sacándose sus propios anteojos.

-: ¿Tu amigo quiere cambiar? – La joven asintió - ¿Entiendes lo que eso significa?

-: ¿Pero lo ayudarías no?

-: Por supuesto – dijo el hombre con una sonrisa misteriosa – Dile que venga hoy por la noche, hablaremos, y si él está de acuerdo comenzaremos el proceso.

-: ¡Papá! – Dijo Hanji colgándose de su cuello y soltando las lágrimas – Gracias por entender, gracias… Le avisaré ahora… estará muy feliz, mucho…

-: ¿Es menor?

-: Bueno, tiene 17.

-: ¿Familia?

-: Ninguna, bueno eso me dijo, que su padre lo abandonó al nacer y enterarse que era un Omega, que su madre murió por una enfermedad, que su tío lo cobijó un tiempo y luego se cansó de él y tener que comprarle los supresores… es muy triste, papi…

-: ¿Y ahora vive solo?

-: Ese es el problema, en la fábrica es mi colega, pero trabaja media jornada porque intenta estudiar en las horas restantes, tiene que repartir lo que gana entre los supresores y el alquiler de la pieza donde vive, y… esto es una suposición, pero parece que lo estafaron con los supresores, así que los ha remplazado con… esa cosa… ridonetria…

-: ¿Qué? ¿Acaso tu amigo no sabe que eso lo puede matar?

-: Lo sabe, pero papá, ya no tiene dinero, su situación es desesperante. Ayúdalo.

-: ¡Mierda! ¿Sabes si la ha consumido mucho?

-: Con esta fueron tres veces en el año, al menos las que me contó a mí.

El hombre frunció el ceño.

-: Tendría que revisarlo cuando antes, hay que ver que su útero no se haya contaminado, si ha sido así ya no nos sirve.

-: ¿Qué? – la joven lo miró con sorpresa.

-: Me refiero a que usaremos su útero para venderlo a alguna omega rica que esté con problemas para concebir, si está arruinado tendremos problemas para costear los gastos de la operación.

Hanji suspiró aliviada.

-: Dijo que iba a venir esta noche, pero no ha aparecido aún, deberíamos ir a buscarlo papá, me da miedo que esté solo, tal vez se ha desmayado.

-: Bien, ponte un abrigo y vamos.

El doctor sonrió para sus adentros, con suerte podía encontrarse con una asombrosa fuente de dinero.

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Levi armó un bolso y se fue con su amiga y su padre. El hombre lo miraba de reojo, las ropas del muchacho no eran las mejores, tendría que comprarle algo adecuado, era una lástima que fuera tan bajito, pero primero debía asegurarse de su estado de salud.

-: Escucha Levi – dijo el hombre con voz amable y paternal – De ahora en adelante ésta es tu casa, siéntete a gusto. Es demasiado grande para mi hija y para mí, por cierto ella ha hablado maravillas de ti. Ya sé qué eres un omega, pero no te preocupes, contarás con toda mi protección, por ahora deja de tomar hierbas raras, toma – dijo alcanzándole un blíster de pastillas.

-: Gracias, Zeke, pero no puedo aceptarlo.

-: Claro que puedes – dijo el hombre insistiendo – No seas malagradecido, muchacho, además si tienes problemas con tu celo, será un problema en la casa también, no quiero alphas rondando por aquí o que atenten contra ti. No seas obtuso.

Levi aceptó con algo de vergüenza.

-: Se lo pagaré, señor, solo deme un poco de tiempo.

-: No te estreses, niño – dijo magreando su cabeza – Nadie te está pidiendo que devuelvas nada, soy médico, tengo acceso a estas píldoras prácticamente gratis. Y para nosotros es un placer poder ayudar. Ahora acomódate, esta será tu habitación de ahora en más.

Levi fue a la cocina y tomó la primera pastilla, de verdad esperaba que funcionara.

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Levi estaba casi feliz, no podía creer la generosidad de esa familia de dos. Hanji era prácticamente una hermana para él. Zeke era el padre que nunca tuvo, en los últimos tres meses había estado en un paraíso, al menos si lo comparaba con la mierda que había vivido hasta el momento.

El doctor le daba vitaminas con regularidad y se esmeraba para que comiera adecuadamente, ya había recuperado unos kilos. Le había comprado ropa nueva, y aunque eso lo hacía sentir un poco incómodo, estaba dejando que lo consintieran. Igual seguía trabajando, se sentía en la obligación de retribuir un poco todas sus comodidades, aunque Zeke no le aceptara un céntimo. Mantenía la casa brillando, y aunque era malo en la cocina se estaba esmerando. El celo ya no le dio mayores problemas gracias a la nueva medicación. Lo único que Zeke le pedía a cambio es que se hiciera los estudios y chequeos regularmente.

-: Bien – le dijo una tarde – es hora que hagamos la revisión de tu útero. Creo que ya estás en condiciones de soportarlo.

El joven entró al laboratorio que el hombre tenía en el sótano de la casa, allí pasaba la mayor parte del día y unas horas de consultorio por las mañanas.

Levi estaba nervioso, sabía lo que le harían para la revisión. Hanji entró con él, pero el joven le pidió privacidad, no quería que viera el espectáculo, la jovencita estaba muy emocionada y se fue a regañadientes.

-: Bien, sácate toda la ropa Levi, allí tienes una bata – dijo señalando a un perchero.

A pesar de la bata, Levi se sentía muy desnudo, lo hizo recostar en una camilla boca abajo y la levantó con un pedal, de modo que las caderas de Levi quedaban algo expuestas. Prendió el monitor del aparato y tomó un instrumento, parecía una especie de vibrador fino y largo, le colocó un preservativo encima y le puso algo de lubricante, Levi ya estaba transpirando.

-: Bien, muchacho, vas a tener que relajarte, será algo rápido, esto entrará en ti, aquí en la punta está la cámara y en el monitor veremos tu interior, cruza los dedos, esperemos que todo esté bien. Bueno, aquí vamos – el doctor le levantó la parte posterior de la bata dejando su trasero expuesto, admiró la forma musculosa de sus piernas y la lozana piel, y se relamió de gusto pensando en todos los billetes que vendrían con eso. Separó un poco las nalgas y presionó con firmeza pero con suavidad en el recto del joven.

Levi intentaba estoicamente permanecer tranquilo, pero estaba complicado, finalmente pudo meter la cámara y luego empujó con delicadeza, era fino, menos que un dedo, el pelinegro sentía algo frío y húmedo deslizarse dentro, era incómodo pero nada doloroso.

-: Veamos – dijo el doctor mirando al monitor, revolvió un poco hasta que lo encontró - ¡Eureka! Aquí lo tenemos, tu hermoso y redondo útero. Levi veía manchas en el monitor, algo parecido a una especie de bolsa – Bien, las paredes bien, la forma… perfecta… a ver… - el galeno estuvo entretenido un buen rato, capturando tomas del interior y midiendo los pliegues y las distancias hasta estar satisfecho, internamente suspiró aliviado – Ahora tu ovario, veamos… perfecto, es esa cosa redondita de allí, ¿lo ves?

Levi asintió pero no le encontraba mucha forma. Finalmente el doctor sacó el aparato y le alcanzó algunas servilletas al joven, mientras bajaba la camilla.

-: ¡Listo! Hemos terminado, estás en perfectas condiciones, vístete y conversaremos un momento.

Levi se terminó de vestir de nuevo y fue a sentarse frente al doctor.

-: Bien, mira Levi, lo que voy a proponerte es estrictamente confidencial, por no decir que raya en la ilegalidad. Mediante una complicada intervención quirúrgica podemos remover tu útero, como así también tu ovario, pero luego deberás seguir un estricto control hormonal. Voy a ser sincero, puede llevarte meses de recuperación, y vas a tener que tomar una gran cantidad de medicamentos para regular tus hormonas de nuevo. Será u proceso largo y lamentablemente muy doloroso. Pero puedo garantizarte el resultado. Te convertiremos en un Beta.

-: ¿Un beta? – dijo el joven esperanzado.

-: Así es, pero ya sabes, hay un estricto control gubernamental respecto a los omegas, con seguridad te piden que te presentes en el registro nacional todos los meses, ¿cierto? – Levi asintió – por lo que deberemos hacerte una nueva identidad, Levi Ackerman, va a desaparecer, ¿lo entiendes? – El joven pensaba y asentía – Y por supuesto vamos a tener que reubicarte en otra ciudad, así es como funciona, pero tendrás otra vida, donde no deberás lidiar con celos y alphas hambrientos que te acosen. Por supuesto, todo esto es en extremo caro, pero casualmente tengo una omega de muy buena posición económica que estaría dispuesta a comprar tu útero, ya que ella ha tenido problemas para concebir, ella se encargaría de los gastos. No te apresures a responderme ahora, piénsalo detenidamente, esto significa modificar radicalmente toda tu vida. Te daré tres días, ¿está bien?

-: Sí… Zeke… muchas gracias.

-: No te preocupes muchacho, estoy para ayudarte.

El joven se retiró con una sonrisa, lo que era mucho decir, ya que era bastante inexpresivo, no que no tuviera sentimientos, simplemente la vida no le había dado demasiadas oportunidades para hacerlo. Pero parecía que finalmente se estaban abriendo los caminos. Levi no era una persona muy religiosa, su madre tenía un crucifijo en la casa y la única oración que se sabía era el Ave María, pero de alguna manera quería rezar, quería que Dios bendijera a ese buen hombre que tanto estaba haciendo por él.

Cuando Zeke se quedó solo, sacó su celular y marcó un conocido número.

-: ¿Grisha? Te estoy mandando el e-mail con el detalle… Mmm… sólo la altura, por lo demás es perfecto, ¿sabes de quien es hijo?... No lo creerías… de la famosa Kuchel… si… la misma… Hasta que por fin me prestas atención, vamos a hablar de los términos monetarios mañana, piénsalo bien y analiza que ofertarás… tengo muchos interesados y lo sabes… Ja, ja, ja… como digas, adiós.

Los ojos del hombre relucieron con codicia.

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Dos semanas después Levi renunció a la fábrica, tenía a su corazón latiendo con fuerza, estaba muy emocionado, por fin se le presentaba la oportunidad de ser común, de ser un beta sin preocupaciones de celos o de alphas que lo rondaran.

-: Estoy tan feliz – dijo Hanji mientras unas lágrimas se le escapaban – Pero a la vez estoy triste… buaaaaa… - Levi le friccionaba la espalda y le pasaba pañuelos descartables – Te extrañaré tanto.

-: Bueno, no lo veamos como una despedida Han, sólo como un "hasta pronto", ¿puede ser? Tu papá dijo que dentro de unos cinco años podré volver por aquí, o puedo ponerme en contacto así vas a verme allá… Eres la mejor amiga que tuve en mi vida…

-: Snif, Snif, y la única.

-: Sí, bueno, pero la mejor, nunca podré agradecerte lo suficiente, ni a tu padre.

-: ¡Te quiero, enano! – dijo entre lágrimas la castaña mientras casi lo ahorcaba en un abrazo, a Levi no le gustaban mucho las muestras de afecto, pero lo cierto es que necesitaba sentir el apoyo de alguien, tenía un poco de miedo por su futuro incierto, por la recuperación, pero en general estaba muy feliz.

-: Bien, ¿ya estás listo? – Dijo Zeke mientras entraba a la habitación.

-: Sí, ya hice el bolso – respondió Levi poniéndose de pie. Hanji volvió a abrazarlo.

-: Cuidate mucho, rezaré por ti.

-: Volveremos a vernos, Han, mantendré esa esperanza.

Los vio marcharse en medio de la noche cerrada, una leve llovizna cubría el lugar. Tendrían al menos unas seis horas de viaje hasta el lugar donde se llevaría a cabo la operación.

-: Tú tranquilo, Levi, ya hice esto un par de veces, todo saldrá bien, puedes confiar. Por cierto, dame tus documentos, cuando despiertes de la operación ya tendrás los nuevos. ¿Hay algún nombre que te guste en particular?

El joven pensó un poco mientras revolvía en su bolso para sacar lo solicitado. Se lo alcanzó a Zeke y siguió pensando.

-: Si no te decides tendré que escoger yo, estuve pensando en "Florecida flor de los pantanos" ¿Qué te parece? – El joven rio ante la ocurrencia y se apresuró a decidir.

-: Creo que Rivaille es bonito – dijo suspirando, le gustaba mucho su nombre, pero debería acostumbrarse a que ya no sería más Levi, eso era… un poco doloroso.

-: Oh, un nombre francés, buena elección.

Durmió gran parte del viaje. Para cuando se despertó era de día y aún seguía lloviendo, estaban atravesando una llanura, donde lo único que se veía a los costados eran pastizales secos.

-: ¿Dónde estamos? – preguntó refregándose los ojos.

-: Estamos atravesando las afuera de la ciudad de Sina, recibí un mensaje, tuvieron que cambiar la localidad de la intervención, ya que les allanaron la clínica. Ah, es muy triste, pero esto es así, los que queremos hacer un bien por los omegas somos enemigos del gobierno y nos acosan constantemente. Pero no te preocupes, todo sigue en pie.

-: De acuerdo.

-: En los asientos de atrás hay una lonchera con sándwiches de queso y unas latas de gaseosa, lamento no tener algo más nutritivo, pero come un poco como desayuno.

-: Gracias, Zeke. ¿Quieres un poco?

-: Sí, yo también desayunaré, estoy cansando y necesito reponer fuerzas.

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Cerca de la noche llegaron a los confines del distrito Maria, era una zona muy poco poblada y de pocas luces, Zeke estaba extenuado, prácticamente no se había detenido en casi 18 horas. Una trafic blanca con vidrios polarizados los esperaba. Zeke estacionó y descendieron.

Se encontraron con un hombre muy apuesto, de ojos obscuros, alto, piel morena y anteojos, Levi pudo apreciar el increíble parecido con Zeke, parecían hermanos, pero le restó importancia a ese detalle.

-: Bienvenidos – dijo el hombre con mucha cortesía y de inmediato tomó a Levi de la mandíbula para mirarlo con especial atención, el chico tembló un poco, ¿por qué lo miraba así? Luego silbó con asombro y miró a Zeke – Realmente es muy hermoso.

El joven se ruborizó de inmediato.

-: Tranquilo, Grisha, no asustes a Levi – dijo el doctor refregándose las manos, nervioso.

-: No te preocupes pequeño, estarás en muy buenas manos. ¿Tienes los documentos?

-: Aquí están – dijo el doctor entregándole un sobre.

-: Perfecto, bien, ¿vamos, Levi?

El joven miró a Zeke y el hombre le apretó con fuerza las manos.

-: Que tengas una buena vida, hijo.

-: Gracias, Dios lo bendiga señor, lo tendré presente en mis oraciones.

-: Sí, sí, bueno, no es para tanto. Cuida de él Grisha, espero que cumplas con tu parte.

-: ¿Alguna vez te fallé? – dijo el otro hombre, su mirada fría y calculadora se posó luego en Levi, se dio cuenta de inmediato, ese hombre era un Alpha.

Lo siguió al otro vehículo, mirando hacia atrás de vez en cuando, viendo como Zeke se subía a su auto y se marchaba. Le abrieron la puerta, había dos hombres musculosos sentados más atrás. Se subió y se sentó en uno de los asientos de adelante aferrando su bolso.

-: Levi, te presento a Reiner y Berthold, son mis asistentes, no tengas miedo, son betas, ellos cuidarán de ti hasta que lleguemos a las instalaciones.

-: ¿Aún falta más camino? – preguntó el joven con temor.

-: No mucho, estamos a unas dos horas. ¿Tienes hambre, sed, necesitas algo?

-: Estoy bien, gracias.

-: Buen chico.

El hombre cerró la puerta y se fue al frente para tomar el volante. Levi suspiró mirando por la ventana, los "asistentes" lo miraban de reojo, cuchicheaban cosas y se reían bajito. Algo no le estaba gustando en todo esto, pero debía confiar, Zeke y Hanji eran de su entera confianza. Ya falta menos, pensó dándose ánimos, pronto tendría una vida normal y sin problemas.

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Llegaron por un camino de tierra a una especie de edificio en medio de la nada, o al menos no se veía casas, ni pueblos, ni ciudades cerca.

Todos descendieron y Grisha se mostró muy amable con el joven. Lo condujo adentro, después de pasar al menos dos controles con guardias armados.

-: No te preocupes, Levi, ya Zeke te debe haber contado lo mucho que nos persigue el gobierno, de manera que tenemos que ser en extremo cautelosos. ¿Estás nervioso?

-: Un poco – admitió el pelinegro.

-: Relájate, lo único es que no podrás almorzar, necesito que tengas tu estómago vacío, o cuando te coloquen la anestesia puedes llegar a vomitar. Bien, llegamos.

Entraron a una especie de consultorio médico.

-: Bien, muéstrame las pastillas que estuviste tomando, las que te dio Zeke.

Levi le alcanzó el blíster.

-: Perfecto, muy bien, desvístete por favor, allí tienes una bata. Luego te voy a dejar unos antibióticos aquí – dijo sirviendo un vaso con abundante agua y un par de pastillas de diverso color – Aquí tienes una toalla, necesito que orines y que te limpies profundamente, allí está el baño – comentó señalando a un rincón, luego te pondré en la camilla, empezaremos de inmediato. Puedes estar tranquilo, todo saldrá bien – dijo sonriendo escuetamente, el joven asintió y se fue a bañar.

Una vez listo se sentó en la camilla de acero que estaba helada. Se recostó, mientras el nuevo doctor lo canalizaba con una especie de suero.

-: Esto es para que no te deshidrates, y ahora vendrá el anestesista. Cuando te inyecte te vas a sentir un poco mareado, pero no te preocupes, es lo normal. Cualquier cosa que sientas o te moleste, me avisas de inmediato, ¿de acuerdo?

-: De acuerdo – el joven obedeció.

Una hermosa joven rubia, de brillantes ojos celestes ingresó. Se acercó con los instrumentos a él.

-: Hola, Levi, mi nombre es Annie y soy la anestesista. Voy a pincharte ahora, ¿te asustan las agujas?

-: No – respondió el chico.

-: Bien, inspira profundo.

El líquido se sentía frío, ingresó rápidamente a su sistema. Tal como le dijera el doctor se empezó a sentir mareado y se le revolvió el estómago. Pero pronto sintió un sueño muy pesado invadiéndolo, mientras dejaba de sentir sus extremidades, hasta que finalmente perdió la consciencia del todo.

-: Vaya, que hermoso es – dijo la mujer acariciando el brazo donde recientemente lo había inyectado – Su piel es tan suave.

-: No toques la mercadería Annie, especialmente ésta, es altamente valiosa.

-: Ya, Grisha, no voy a hacerle nada. Yo tengo mi propia pareja. Aunque realmente envidio al que se adueñe de esta preciosura.

-: Bien, hay que prepararlo, no perdamos tiempo.

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Levi escuchaba murmullos lejanos, intentaba abrir sus ojos, pero le pesaban muchísimo los párpados, luego de un tiempo que no pudo definir, finalmente puso abrirlos, todo estaba en penumbras, estaba completamente vestido. Su cuerpo le pesaba, se dormía por momentos y volvía a despertarse, trataba de hablar pero sólo salían gruñidos de su boca y la saliva se le caía un poco, movió sus manos y vio un par de esposas alrededor de sus muñecas.

-: ¿Queee? – dijo arrastrando las palabras. Estaba encima de una especie de cama, una litera en el suelo, luego de mucho esfuerzo se pudo sentar. Miró alrededor, era un cuarto pequeño, como de dos por dos, todas paredes grises y al frente una especie de puerta de vidrio. A un costado un inodoro y una especie de bacha de acero para lavarse las manos. Se arrastró hasta la puerta frontal y miró afuera. Era un pasillo largo y al frente había cubículos como el suyo. En dos vio personas. Un rubio menudo de ojos azules en la que estaba al frente y al lado una jovencita pelirroja que lloraba y lloraba - ¿Qué es esto? – dijo mirando alrededor. El rubio lo miraba con tristeza.

Levi trató de ponerse de pie con esfuerzo y comenzó a golpear el vidrio, pero se dio cuenta que era increíblemente grueso. Con seguridad nadie escucharía del otro lado. Miró al rubio y trató de hablar con él.

-: Oi, ¿qué es esto? – Trataba de modular bien las palabras para darse a entender - ¿Dónde estamos?

El rubio abrió su boca y comenzó a volcar su aliento sobre la puerta hasta que la empañó un poco, entonces escribió con un dedo: Cárcel. Levi veía las letras dadas vuelta desde su posición pero entendió el mensaje. Hizo lo mismo que el rubio y escribió: ¿Por qué? El rubio le respondió: Venta de omegas.

Levi sintió un estremecimiento en todo el cuerpo, y un sudor frío que lo recorría. Sacudió su cabeza como negando y el rubio escribió: "Fuimos engañados". El joven cayó de rodillas mientras respiraba agitadamente. Entonces… ¿todo había sido una farsa? No, no era posible. Zeke no le había mentido, ¿o sí? Estaba devastado. Se prendió una luz roja dentro de los recintos y el rubio limpió su aliento y fue a sentarse a un rincón. Levi se sentía un poco débil.

Reiner se apareció con una especie de carrito de comida como el de los hospitales. Abrió un compartimento arriba en las puertas de vidrio, que luego Levi se daría cuenta que en realidad eran acrílico y empezó a entregarles las bandejas.

-: Ey, tú, muévete que no tengo todo el día – dijo con hostilidad a Levi. El joven se acercó y aceptó la misma.

-: ¿Dónde está el doctor Grisha? – le preguntó esperando que todo fuera un gran malentendido.

El rubio lo miró con sorna y se rió.

-: Ni idea, el viejo probablemente esté repartiendo la foto de ustedes por la red para ver posibles compradores.

-: ¿Qué?

-: Es mejor que te vayas enterando, todos los estudios que te hicieron era para asegurarse que no tuvieras enfermedades y que fueras fértil y en buen estado. Luego te comprará algún Alpha al que le intereses. Mírale el lado positivo, con seguridad te vas a ir con alguien muy rico, aunque tienen su lado perverso, pero si te portas bien y obedeces tendrás una vida sin problemas. Nosotros solo te cuidamos y te llevamos hacia ellos, eso es todo. No pongas esa cara, peor sería que deambularas por ahí a la merced de cualquiera que pudiera violarte, preñarte y dejarte abandonado. Te lo digo chico, es el mejor final para un omega como tú, deberías estar feliz. Ahora come y no causes problemas.

Levi dejó la bandeja a un costado y fue a acurrucarse sobre su futón, se sentía un completo idiota, tan confiado, había entrado solo a la boca del lobo, su vida nunca le pertenecería, era un esclavo, seleccionado por la naturaleza para servir, aun contra su voluntad.

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Tres días pasaron, y las bandejas se acumularon, Levi no tocaba una pizca de comida, apenas mojaba sus labios con las botellas de agua que le entregaban. Grisha no estaba muy contento.

-: Eren, busca a Mikasa, encárgate que el estúpido ése del séptimo cubículo se alimente, la subasta será en cinco días y necesito que esté en condiciones.

El ojiverde bufó molesto, siempre era así con su padre, el trabajo sucio se lo dejaba siempre a él, lidiar con los omegas que se querían hacer los rebeldes, pero ya estaba acostumbrado. Para el joven eran menos que animales, como cerdos engordando para llevarlos al matadero. Buscó a su hermana y se fueron a los cubículos. Apenas una rendija tenían esos lugares para que los omegas pudieran respirar.

-: Ey, no te olvides de los filtros – le dijo la pelinegra mientras le aventaba los tapones. Eren se los colocó en la nariz, era para evitar ser influenciado por las feromonas de esos animales, luego se puso un barbijo y guantes de látex para dirigirse al lugar. Suspiró hastiado antes de entrar, siempre era igual, súplicas, tas súplicas, lágrimas, promesas, otra vez la jodida cosa.

Lo encontró acurrucado al fondo tapado con la manta, echo un pequeño bulto.

-: Oye, omega siete – lo llamó, su padre les había enseñado que una vez que los omegas eran capturados perdían todos sus derechos, su identidad, y así debían ser tratados para saber su lugar – Te estoy hablando – Se acercó a paso firme y le quitó la manta de un tirón. Le llamó la atención la pálida piel y el retinto cabello sobresaliendo de su cabeza, ¿no era algo pequeño? Esperaba que no fuera un niño, pero se sintió aliviado cuando se giró. Ese omega lo miraba con mucha seriedad. Eren clavó sus enormes ojos verdes en él y lo miró desde su altura, sabía perfectamente como intimidarlos, él era un Alpha, él era el jefe - ¿Qué pasa que no comes? – preguntó.

Pero Levi simplemente endureció sus facciones y continuó mirándolo con bronca.

-: Cuida la forma en que me miras, escoria – le habló el joven – Y vamos, empieza a tragar, no tengo todo el día – Con el pie le acercó la bandeja, Levi la miró unos segundos y luego volvió sus ojos al más alto, esas esferas azules ardían en llamas, Eren se sorprendió de que un omega pudiera tener tanta fuerza en una simple mirada - ¿No has escuchado? Come.

-: No recibiré órdenes de nadie y mucho menos de un mocoso como tú – la gruesa voz de la menuda persona frente a él lo alertó, ¿qué rayos pasaba con ese idiota?

-: O comes por las buenas, o comes por las malas – amenazó el Alpha.

-: Oblígame – lo desafió el otro.

Eren se quitó el barbijo y decidió usar "La Voz", era una de las habilidades especiales que tenía, no todos los Alphas nacían con ese don, y él era un afortunado.

-: No te rebeles conmigo – le dijo con su voz potente y de mando, Levi sintió que su cuerpo temblaba – ¡Come ahora, es una orden!

Eren vió como el otro apretaba la mandíbula, mientras su frente se perlaba de sudor, estaba luchando, realmente lo hacía, su cuerpo intentaba moverse y el omega más se esmeraba en desobedecer.

-: Maldito, estúpido – Eren tomó la bandeja y hundió la cuchara en la especie de puré que había, se acuclilló y se acercó a Levi, el joven quiso manotear el cubierto pero Eren apretó su en mano contra el suelo. Ahora que lo miraba de cerca no pudo menos que aceptar que era en verdad un especímen muy, muy hermoso. Seguramente lo venderían por una enorme cantidad de dinero. Su piel invitaba a lamerla.

Levi afiló los ojos y liberó un poco de sus feromonas, Eren sintió un escozor en su boca.

-: ¿Qué haces, engendro? – Le habló de nuevo con la Voz – Deja de liberar feromonas y traga, te lo estoy ordenando, no se te ocurra querer escupirla.

Levi temblaba y abrió su boca para tomar la comida, mientras sus ojos seguían mirándolo con odio. Eren estaba muy impresionado, era la primera vez que un omega se mostraba tan fuerte, eso no era muy normal, por lo general no tenía que repetir las cosas dos veces para que acataran sus órdenes. Y esta vez se tuvo que esmerar en verdad para lograr algo de cooperación.

-: Tú nos perteneces – le siguió hablando de la misma manera mientras lo alimentaba, Levi tragaba con bronca, casi sin masticar – Si luego que te vayas decides suicidarte, será tu elección, pero mientras estés aquí, vas a obedecerme, ¿está claro?

Levi apretó los dientes, mientras el cubierto chocaba en sus labios.

-: ¡Traga de una vez!

El omega gruñó embravecido pero no abrió su boca, Eren apretó su mandíbula con la mano libre hasta que lo obligó a recibir el siguiente bocado.

-: ¿Qué mierda pasa contigo? – dijo más para él que para el otro. Levi vio los filtros en sus fosas nasales, cedió un poco y tragó un par de cucharadas más. Era un Alpha apuesto, aunque muy estúpido como todos ellos. Apenas Eren bajó un poco la guardia, Levi se le tiró encima y de un rápido movimiento le quitó los filtros para lanzar una espesa y pesada nube de feromonas. Eren lo tomó de los hombros y trató de incorporarse pero de inmediato lo invadió el delicioso aroma, suspiró pesado mientras miraba con deseo al pelinegro. Levi no tendría otra oportunidad. Se acercó a su rostro y lamió tentadoramente los labios del Alpha, mientras refregaba su trasero en su ombligo donde estaba prácticamente sentado.

-: Sácame de aquí – le dijo con voz necesitada – Y dejaré que me folles cuanto quieras…

Eren no podía pensar bien, había olido omegas antes, siempre el resultado era el mismo, atrayente y tentador, pero éste… éste era algo especial, suspiró pesado y juntó sus bocas rápidamente. Levi estaba algo sorprendido, pero tenía que colaborar, por lo que liberó aún más y más feromonas. "¿Quién domina a quien, ahora, idiota?", pensó el pelinegro. Eren le apretó el trasero con fuerza y sintió una descarga de electricidad en su espalda baja, de inmediato su ropa interior empezó a humedecerse.

-: ¿Qué? – dijo sin entender, no estaba en celo, había estado tomando los supresores, entonces ¿por qué? Su útero estaba secretando fluidos con rapidez - ¡Aaaah! – largó un fuerte gemido cuando sintió la erección del Alpha debajo de él a través de la ropa.

-: ¿Eren? – una voz de afuera los interrumpió y con algo de dolor Levi retrocedió hasta quedarse en el rincón. Eren se puso de pie y buscó los filtros para colocárselos de nuevo, y de un salto se fue a la puerta.

-: Quédate ahí – le ordenó a su hermana, que se estaba acercando por el dulcísimo y tentador aroma que le llegaba de a oleadas – Vete de inmediato, no estás con los filtros y este inmundo está largando su asqueroso olor. ¡Muévete! – Mikasa asintió y salió del lugar, en realidad Eren estaba marcando su territorio. Luego miró a Levi – Termina tu comida – le dijo esta vez con voz más tranquila. El pelinegro obedeció aunque sin muchos ánimos. Sentía la ardiente mirada del Alpha sobre su cuerpo, y aún en contra de su voluntad sentía la lubricación escurriéndole desde adentro, estaba algo sofocado, probablemente tanto largar feromonas había causado ese efecto. Debía ser más cuidadoso, lo único que le faltaba es que ese mastodonte se excitara y lo anudara para dejarlo preñado, hell, no.

Tragó como pudo y luego bebió un par de sorbos de agua para evitar vomitar. Eren se acercó para levantar la bandeja.

-: Esa mierda es asquerosa – fue lo último que dijo Levi antes de acurrucarse de nuevo.

El alpha no volvió a dirigirle la palabra, salió y cerró la puerta, dejó la bandeja en el carro y fue a encerrarse un rato al baño. Se masturbó por cerca de media hora, resoplando enardecido, mientras su imaginación se nublaba con esos fantásticos ojos azules. ¡Maldita sea!, pensó, ese omega le gustaba bastante. Hasta el momento no había tenido mayor problema con ninguno, él no era un alpha cualquiera, él podía dominarse, aunque admitía que el chico las tenía bien puestas por haberlo atacado de esa manera. Luego se fue al laboratorio y tomó el expediente del pelinegro.

-: Levi – pronunció en voz alta, y luego se dio cuenta, ése era el hijo de Kuchel Ackerman, con razón la fuerza de resistencia que tenía. Cualquier otro omega hubiera sucumbido a sus órdenes de inmediato. Se sonrió, al menos era refrescante encontrar ese tipo de casos "especiales" de vez en cuando.

Eren no era un chico virgen, a sus 22 años había conocido los placeres del sexo en reiteradas ocasiones, pero siempre se enrollaba con betas para no tener que atarse a nadie. No le entusiasmaba tener una pareja fija de por vida, no por ahora. Aunque admitía que ese jovencito era demasiado tentador, su aroma era increíblemente adictivo. Ahora mismo lo recordaba y tenía que tragar en seco, y su boca, era tan deliciosa y suave. Se le crispaban los bellos de la nuca de solo pensar en lo increíble que debería sentirse hundirse en ese maravilloso omega. Pero tenía que mantener sus deseos a rayas, esta era "mercadería" demasiado especial.

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Tomó una toalla y la ropa seleccionada y fue a buscarlo, ya se había encargado de los otros dos y había dejado el platillo fuerte para el final.

-: Levántate – le ordenó, pero como siempre Levi lo miraba desafiante, se acercó y lo levantó bruscamente de un brazo, tuvo que arrastrarlo hasta las duchas. Lo empujó contra una y se sentó en un banco frente a la misma – Desnúdate y lávate, no tengo todo el día, así que hazlo rápido.

Levi se sentía intimidado, aunque no lo demostraría, seguía mirándolo de esa forma rebelde.

-: ¿Puedes tener la decencia de girarte al menos? – le preguntó, pero Eren bufó cruzándose de brazos.

-: Claro que no, apenas lo haga tratarás de escapar. Vamos, que tienes lo mismo que yo, no te hagas el tímido, no tuviste reparos en refregar tu culo en mi la última vez.

Levi rodó los ojos y Eren sintió que se le calentaba la sangre, ese omega estaba caminando al borde del abismo. El más bajo comenzó a sacarse la ropa con endemoniada lentitud, el moreno miraba atentamente cada porción de piel que era descubierta. Era como un ángel, o al menos eso pensó, aunque los ángeles con seguridad no tendrían miradas asesinas, se deleitó observando esa preciosa y blanca piel, firme, sus músculos bastante marcados y esos glúteos redondos y apetecibles. Levi le dio la espalda y Eren se relamió hambriento. Esta vez ni siquiera estaba bajo los efectos de sus feromonas, entonces ¿por qué? ¿Por qué le atraía tanto?

Ver el agua caliente deslizarse por ese menudo cuerpo fue acaso más perturbador, los poros abriéndose ante el calor, la sedosidad acuosa acariciando cada centímetro del omega, haciéndolo ver brilloso y apetecible. Eren se sacó los filtros, deseaba olerlo, realmente quería sentir ese increíble aroma, los guardó en su bolsillo y volvió la vista al espectáculo frente a él. El jabón resbalando por todas partes, se excitaba, no podía evitarlo, ese cuerpo lo estaba llamando. Aflojó algunos botones de su camisa porque se estaba sintiendo muy, muy caliente.

Levi terminó de enjuagarse el cabello, estaba complacido, hacía días que no podía tomar una ducha decente, y realmente lo apreciaba. Giró su cabeza por sobre su hombro disimuladamente y se sorprendió de ver cómo brillaban los ojos de Eren, casi como si pudiera morderlo con ellos. Volvió la vista al frente para terminar de sacarse el jabón, e involuntariamente su cuerpo comenzó a expulsar las feromonas. Intentaba estoicamente no hacerlo, por lo general funcionaba a voluntad suya, pero ahora, era casi imposible. Apenas un sutil perfume le llegó a Eren y su garganta gruñó complacida. Se sentía algo asustado, el ojiverde era como un lobo hambriento y él un indefenso conejo que no tenía adonde escapar. Cerró la ducha y cuando volteó lo tenía casi encima.

-: Voy a secarte – le dijo el hombre con la blanca toalla en las manos.

-: Pu-puedo hacerlo yo mismo – trató de mantener su postura el joven, pero sabía que el otro no aceptaría un no por respuesta.

Primero secó su cabeza un buen rato, y luego siguió con sus brazos, su pecho, cuando la rugosa superficie acarició los delicados pezones éstos se endurecieron, dándole a Eren una hermosa vista, Levi mantenía su cabeza gacha, no quería ni mirar al Alpha, mientras luchaba internamente para que sus feromonas no se dispararan como locas. Al secar la espalda lo apretó un poco contra su cuerpo, Levi sintió la dureza de esa complexión y se estremeció un poco. Por primera vez en su vida deseaba tocar a otra persona, quería sacarle la camisa y abrazar ese pecho caliente, porque a comparación suya podía sentir la calidez de la anatomía de ese Alpha a través de la ropa. Eren lo giró y Levi apoyó sus palmas contra la pared, el moreno acercó sus labios a uno de los oídos del pelinegro.

-: Abre las piernas – le ordenó con La Voz, Levi no se resistió siquiera, su mente empezaba a diluirse y su respiración a agitarse. Eren fue muy meticuloso para secar toda su entrepierna y su trasero, pero se sorprendió cuando vio algo viscoso sobre la toalla. La arrojó al piso y con su mano desnuda acarició sutilmente la espalda del omega, viendo como la piel se erizaba a su paso – Hermoso – susurró mientras seguía aspirando las feromonas. Deslizó un par de dedos entre las nalgas del pelinegro que se puso en puntas de pie estremeciéndose y tocó su entrada para luego mirar que efectivamente se estaba lubricando, y mucho - ¿Estás en celo? – le preguntó.

-: N-no… no es… ti-tiempo… - Levi apenas podía hablar, odiaba mostrarse tan débil, pero tampoco lo podía evitar – Aaaahhmmm… - lanzó un hondo y ronco gemido cuando sintió los dedos de Eren colarse con facilidad en su interior, muchos más fluidos brotaron de su interior.

Eren lo giró de nuevo mientras resoplaba excitado y lo besó con ganas. Oh, sí, era increíblemente delicioso, adictivo, sabroso, lo apretaba con su cuerpo y Levi le empezó a desprender la camisa. ¿Qué más daba?, pensó el pelinegro, si de todas maneras harían cualquier cosa con él, al menos tenía ganas de que ese hombre lo tomara, y si él estaba dispuesto no le molestaba en absoluto. Levi tocó esa morena y exquisita piel a su antojo, caliente como era de esperarse, ni siquiera sabía qué estaba haciendo, se dejaba llevar por su instinto. Eren besó su cuello mordisqueándolo y arrancándole más y más gemidos. Sus dedos yendo más profundo.

Eren levantó una de las hermosas piernas del pelinegro y la colocó sobre su cadera, mientras volvía a besarlo, acariciaba sus pezones frotando sus pulgares en círculos sobre su pecho, y Levi se retorcía de placer, a esas alturas era una nube intensa de feromonas que volvía loco al Alpha.

-: Nom… Aaaahhhmm… t-tu… nom… nombre,.. aaah - suspiraba Levi doblegado por las sensaciones.

-: Eren, me llamo Eren… y te haré mío ahora, Levi.

El más bajo le desprendió los pantalones que cayeron alrededor de sus pies, le bajó la ropa interior y acarició esa brillante y hermosa erección.

Eren lo levantó con facilidad y Levi enredó sus piernas en su cintura. No aguantaban más, ninguno, Eren lo sostenía del trasero, lo abrió ligeramente y se refregó contra su entrada empapándose de sus fluidos que ahora goteaban sin control. Luego de unos minutos comiéndose las bocas y refregándose descaradamente, finalmente Eren enfiló a esa abertura que deseaba ser llenada y se enterró de una sola estocada, asombrándose de la facilidad con que había podido entrar. Leví se arqueó con algo de dolor al sentir que algo se desgarraba dentro de él. Pero luego del ardor inicial, el placer volvió con mayor fuerza. Eren lo embestía rítmicamente, mientras Levi se abrazaba a su cuello para no caer, ambos gimiendo y disfrutando el acto inmensamente.

Era la primera vez de Eren con un omega, y entonces entendió lo increíblemente placentero que era estar con uno, no había comparación, era imposible sentirse así de bien con un beta. Era como si todo su cuerpo lo sintiera, absolutamente cautivado por su aroma, por su cuerpo tan perfecto y suave, que lo albergaba tan bien, apretándolo deliciosamente. Miraba el rostro de Levi por ratos, el joven con los ojos casi en blanco, temblando y disfrutando también, era lo más erótico que alguna vez había experimentado. No quería salir nunca de adentro de su omega… un momento… ¿su omega? No, de ninguna manera, no lo marcaría, porque no era de su propiedad y nunca lo sería, un dolor profundo se alejó en su pecho, de sólo imaginar que se lo llevarían lejos de él, que otras manos lo tocarían, que otro se hundiría entre sus piernas. ¡No!

Incrementó la velocidad de las estocadas, y Levi se mordió los labios, mientras su cara estaba roja, arañó la espalda de Eren con fuerza pero sin llegar a lastimarlo.

-: E-eren… - le resopló en el rostro – Más, más, quiero más.

Quería complacerlo, por lo que empezó a mover sus caderas en círculos, mientras volvía a besarlo.

-: ¡Ah! – dio un grito corto el pelinegro - ¡Ahí, Eren, ahí, justo ahí, joooderrrr! ¡Ah, ah, ah, quiero más, no pares, no pares! ¡Ah, ah, ah!

Bajó las piernas de Levi y dolorosamente salió de su interior, lo giró rápidamente e hizo que bajara un poco su espalda, lo levantó un poco de los muslos para que subiera sus pies encima de los de él y volvió a hundirse hasta la base en su interior, ambos gimieron envueltos en pura lascivia, el castaño le agarró con firmeza las caderas y comenzó a bombearlo con ganas. Levi arañaba la pared, mientras de su boca colgaban sendos hilos de saliva. Joder que era la gloria follar con un verdadero Alpha, era como si supiera exactamente lo que estaba esperando, estaba en puntas de pie para facilitarle el acceso mientras desde ese ángulo Eren tenía una vista espectacular de su retaguardia. Sus pieles chocaban produciendo un sonido acuoso y excitante.

El ojiverde lo tomó de los cabellos y tiró de él para que acercar su cabeza a la suya. Miró justo al costado de su nuca, donde el cuello se unía con el hombro y abrió su boca casi sin pensarlo, como todo lo que había sucedido hasta ahora, nada planificado, todo llevado a cabo por el fuerte e incontrolable deseo de sus cuerpos. Se detuvo a centímetros de dejar su marca, mientras lo soltaba y trataba de mantener la compostura. Ya era bastante lo que estaba haciendo, si lo marcaba su padre no se lo perdonaría. Había visto un par de muertes a casusa de Alphas que no se controlaron al momento de lidiar con los omegas. Por eso ahora sólo contrataba a betas. ¿Su padre sería capaz de matarlo? Pensamientos fugaces pasaban por su mente, pero fácilmente eran olvidados una vez que se hundía en Levi.

Lo vió cansado y sudoroso, entonces lo liberó un momento para arrastrarlo al banco, lo acostó de espaldas y abrió sus piernas para nuevamente entrar a su candente cuerpo. En esa posición llegaba incluso más profundo, pero una mueca de dolor en el rostro de Levi hizo que se detuviera. El pelinegro puso una mano sobre el vientre de Eren empujando débilmente.

-: N-no tan fu-fuerte – le suplicó con los pómulos rojos. El muchacho obedeció de inmediato y comenzó con lentas y suaves estocadas, el semblante del omega cambió por completo y comenzó a disfrutarlo de nuevo. Lo atenazó con sus piernas y lo abrazó para hundir su cara en el bronceado pecho, Eren lo tomó de la barbilla y lo besó con un poco más de tranquilidad. ¡Rayos que era bonito!

Levi era flexible, resistente, su piel olía a flores de sakuras, su cabello era sedoso al tacto, sus ojos que miraban rebeldes eran tan atractivos. Soy realmente afortunado, pensó Eren, poder tener ese sexo tan increíble y gustoso con semejante ser.

El más bajo estaba agotado, Eren lo hizo venirse al menos tres veces, realmente que ya no aguantaba más, ¡joder! Era su primera vez y ese Alpha no le había tenido compasión. Finalmente el ojiverde lo sentó sobre su falda y apretándolo contra su pecho se vino en su interior, haciendo un esfuerzo sobre humano para no anudar en él. Estuvieron varios minutos resoplando y manteniendo la unión.

Eren ayudó al castaño a bañarse de nuevo, aprovechando él también, el cuerpo del omega temblaba por momentos, y si no fuera porque lo veía bastante débil lo hubiera tomado otra vez. Se alarmó cuando vio restos de sangre salir de su interior junto con su esencia.

-: ¿Te lastimé? – dijo preocupado el Alpha.

-: No – respondió apenas el joven – Es que… yo nunca estuve con nadie antes…

Eren quería salir gritando de la alegría, de modo que lo abrazó desde la espalda y posó su mentón en su hombro.

-: ¿Fui el primero para ti?

El joven asintió, pero le dolió ver esa expresión de tristeza en su rostro, se sintió mal de sentirse tan feliz y que el omega estuviera tan deprimido, no quería verlo así.

-: Lamento haber sido tan… yo no sabía.

-: Está bien, yo te lo permití, y también lo disfruté…

Eren cerró el agua y los secó a ambos. Miraba la hermosa piel blanca, firme y seca, tenía tantas ganas de marcarlo. Levi era un omega maravilloso, sin dudas que podría ir de la mano con él y sentirse orgulloso de que fuera su pareja. Sacudió su cabeza, con seguridad las feromonas todavía estaban haciendo estragos en él, apenas se lo había cruzado como mucho dos veces y ya estaba pensando idioteces. Si hasta hace unas horas atrás ni siquiera sabía cómo se llamaba.

Cuando estaban por salir vio a Levi agarrándose débilmente de las paredes se acercó y se agachó.

-: Vamos, sube en mi espalda – le dijo, el omega tenía su orgullo, pero para qué iba a mentir, estaba completamente destruido, por lo que aceptó la ayuda. Lo dejó en su cubículo y le habló desde la puerta – Espérame, iré a buscar la cena – y se fue.

Levi lo miró de reojo, ¿espérame? ¿Adónde creía que se iría? Si estaba encerrado como un preso, suspiró profundamente y se sentó en su esquina sobre el futón cubriéndose el cuerpo con su manta. Cuando Eren regresó Levi estaba casi dormido.

-: Ey… Ey… - dijo acercándose y acariciando su mejilla – No te duermas, vamos, debes comer, yo lo haré contigo. Mira te traje milanesas y papas doradas, ¿te gusta esto?

Levi hizo un esfuerzo por despabilarse y se le hizo agua la boca, así que asintió, Eren no le iba a entregar un cuchillo, de manera que le cortaba la comida y lo alimentaba como un bebé. Se sorprendía de lo bien que lo trataba Eren, tan diferente de hace dos días, como si fuera una delicada pieza de porcelana, era agradable, que fueran de esa manera con él. Pero claro, como no si él era una mercadería que pronto iba a ponerse en venta. Comieron en silencio, a Levi le había sorprendido la gran cantidad que Eren había traído en su plato, pero entre los dos se lo devoraron hasta no dejar ni migas, estaban en verdad hambrientos. Luego el castaño le acercó una lata de bebida sabor mango, al pelinegro le encantó su sabor dulce y suave.

-: ¿Quieres un poco? – dijo sacando una barra de chocolate, Levi aceptó. Luego se acostó en el futón - ¿Te hace frío? Sólo tienes esta delgada manta. ¿Quieres otra?

-: Sí… - apenas respondió el pelinegro ya prácticamente dormido del todo. Eren fue y le consiguió dos, lo arropó mientras lo miraba dormir con tranquilidad, acarició su mejilla suavemente.

-: Eres en verdad muy hermoso… - Miró su reloj que marcaba las tres de la mañana – Mierda.

Trató de entrar a su cuarto sin hacer ruido, pero Mikasa lo estaba esperando.

-: Eren – le dijo antes que se perdiera por la puerta - ¿Dónde estabas?

-: Haciendo cosas, ¿o acaso debo reportarte cada paso que doy?

-: Fui a revisar los omegas antes de apagar las luces, y el 7 no estaba en su cubículo, por lo que fui a las duchas a buscarte, pensé que te había atacado o algo.

El joven se giró y la miró sin molestarse en explicar nada.

-: ¿Y?

-: ¿Y? Eren, sabes que está prohibido usar la mercadería – lo amonestó – Si padre se entera…

-: Papá no se va a enterar, ¿o sí?

-: Sabes que jamás te delataría – dijo su hermana resoplando – Ahora cuenta, ¿es tan bueno como dicen?

-: Es bastante genial – dijo el joven sonriendo un poco.

-: Bien, sólo ten cuidado y piensa con tu cabeza antes que con tu pene, o al menos avísame, si hubiera sido otro en vez de mi hubiera sido un gran problema.

-: Lo tendré en cuenta, ahora necesito dormir, y por cierto, gracias.

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Levi se despertó muy calentito, y se encontró envuelto en las mantas, trató de sentarse, le dolía un poco dentro de su cuerpo. Pronto empezó a recordar todo lo que había sucedido. Deseaba ver a ese Alpha de nuevo, se sintió estúpido de querer algo así. Al menos tenía una idea con lo que tendría que lidiar después. No quería resignarse a pensar que siempre sería así, el "objeto" de placer de algún Alpha. Prefería morir. Pensó que no sería tan malo, después de todo no le quedaba nada en este mundo, nadie que lo esperara. Tal vez podría volver a ver a su madre en el más allá. Se quedó el resto del día tirado en ese rincón, sólo se levantó para recibir las bandejas de comida que dejó a un costado, tomó el agua porque estaba muy sediento y eso fue todo. Por la noche abrieron la puerta, era él, pudo darse cuenta porque su cuerpo comenzó a reaccionar involuntariamente.

-: Ey, ¿otra vez vas a dejar de comer? Vamos, ven, voy a alimentarte.

Se sentó y no lo miró en ningún momento. Eren se sentó en futón y abrió una lonchera que había llevado con pastel de papas casero y una ensalada de papas y huevo.

-: ¿Es porque no te gusta la comida que la dejas? – le preguntó con suavidad. Pero Levi no le contestaba, al menos estaba masticando lo que le daba – No te vuelvas mimado – habló mientras le acariciaba una mejilla, Levi se estremeció ante el roce, liberando un poco de feromonas sin siquiera proponérselo - ¿Quieres hacerlo de nuevo? – le dijo Eren inhalando con fuerza – Pero primero debes terminar la comida, entonces luego yo te haré sentir bien.

Levi giró la cabeza alejándose del contacto del Alpha y tomando la cuchara comió por sus propios medios. No quería que lo tratara como un niño.

-: Eres muy hermoso – le dijo el alpha pero Levi ni siquiera lo miró – Vas a hacer muy feliz al que se quede contigo…

Cuando terminó de comer el ojiverde le alcanzó la gaseosa. A medida que tomaba empezaba a sentir como su útero escurría jugos, las feromonas se intensificaron.

-: Mierda, ya no puedo esperar, Levi – le dijo Eren agitado – Déjame hacértelo, por favor.

El pelinegro dejó la bebida a un costado y se trepó sobre el otro para besarlo con ganas, esta vez ambos prácticamente se arrancaron la ropa, pronto estaba acoplados y disfrutando de nuevo, sin pensar demasiado las consecuencias. Eren quería morderlo, dejar sus marcas en todo su delicioso cuerpo, pero se refrenaba lo más que podía. Cada vez que entraba en el cuerpo de Levi el placer y la satisfacción lo inundaban de una manera gloriosa.

Levi se sentía tan bien, en los brazos de ese Alpha sus problemas desaparecían, el dolor se alejaba, al menos las horas que sus cuerpos estaban en libre contacto. Nuevamente perdieron la noción del tiempo, y simplemente se rindieron a lo que sentían. Esta vez Eren fue diferente, iba suave, como si pudiera adivinar lo que el cuerpo del pelinegro necesitaba, lo acarició incontables veces, haciéndolo gozar una y otra vez, Levi también puso de su parte, besándolo, probando esa piel morena, mordisqueándolo y grabándose a fuego su sabor. Sus fluidos se escurrían por sus blancas piernas, como si su anatomía le suplicara que no se detuviera.

Luego de intensas dos horas, Eren lo acostó sobre su espalda en el futón, mientras lo seguía embistiendo con fuerza, Levi estaba a punto de venirse de nuevo, entonces se enterró muy profundo en él y se dejó arrastrar por la pasión. Su falo convulsionó dentro del más pequeño y su glande comenzó a crecer, mientras Eren gruñía de gozo, apretando las mantas debajo de ellos con fruición, jamás, jamás en toda su vida había sentido algo como eso. Levi lo sintió crecer dentro de él y se alarmó un poco, pero lo apretó justo sobre su próstata y con un agónico gemido se corrió copiosamente sobre su estómago, cuando pudo retomar un poco el control de su cuerpo, se dio cuenta que Eren seguía tenso y no paraba de crecer dentro suyo, era un poco doloroso. ¿Qué estaba pasando?

-: E-Eren… - lo llamó agónico y se sorprendió cuando vio los ojos del alpha que habían cambiado a un intenso dorado, levantó una mano y acarició su rostro dulcemente, entonces el más alto habló entre dientes.

-: Ya… casi… s-solo un… un poco… más… ¡Aaaaaarrggh! – Con un violento espasmo sintió a su semilla liberarse de una manera profusa, chorros y chorros que llenaron por completo el útero del omega. A Levi se le llenaron los ojos de lágrimas, dolía, dolía mucho dentro de él, ¿qué era eso? Pero de inmediato sintió como si una ola de calidez lo embargara desde su vientre a todo su cuerpo, sumiéndolo en un climáx intenso y liberándolo de toda sensación molesta. ¿Qué era? Su cuerpo se debilitó por completo y quedó lánguido e indefenso debajo del alpha. Eren resoplaba como si hubiera corrido una maratón, gruesas gotas de transpiración le perlaban el cuerpo y descendían de su rostro para impactar en el pecho de Levi que estaba como en un trance. Estuvieron más de media hora en ese estado de sopor y ensueño, hasta que finalmente el falo de Eren comenzó a ponerse flácido. Delicadamente salió del interior del omega, quien se sintió muy vacío.

El alpha se sentó a un costado resoplando todavía. Cuando puedo moverse del todo, se vistió y envolvió en las sábanas al omega para llevarlo a las duchas, donde lo lavó y luego lo secó con suavidad. Ahora estaba peor que el día anterior. Cuando miraba a Levi era como si el omega resplandeciera ante sus ojos, que ahora habían vuelto a su verde habitual. Definitivamente quería que le perteneciera, quería marcarlo con todas sus fuerzas. Levi lo miró de una manera dulce y sintió que algo se revolvía en su estómago, se acercó y lo besó delicadamente, sintiendo que el corazón le latía apresurado.

-: Vamos, debes descansar – lo llevó entrelazando sus dedos y lo arropó en el futón con sábanas nuevas. Se llevó la ropa que el omega tenía puesta antes para hacerla lavar. Y luego se dirigió a su habitación, ya era casi de madrugada.

-: Eren… - lo llamó Mikasa cruzándose de brazos, el muchacho tenía la cabeza gacha.

-: No quiero que lo vendan – dijo en voz baja, pero la joven lo escuchó perfectamente.

-: ¡Mierda, Eren! ¡Mierda! Sabía que esto iba a pasar, no deberías haber caído en su trampa, jodido omega del demonio.

-: No hables así de él – le dijo a modo de advertencia.

-: No podemos hacer nada, ¿qué le diremos a papá? ¿Eh? Eren – dijo alarmada - ¡No se te habrá ocurrido marcarlo, cierto?

-: No, no lo hice – Mikasa suspiró aliviada pero luego volvió a abrir grande sus ojos cuando le contó lo siguiente – Pero anudé en él.

-: ¿Anu… anudaste? ¡Joder, Eren! – Dijo zamarronéandolo de los hombros - ¿Qué mierda tienes en tu cabeza? ¡Joder! ¿Qué va a pasar si lo preñaste? ¡¿Qué va a pasar?!

La mujer estaba completamente alterada, se tiraba de los cabellos mientras caminaba de un lugar a otro.

-: Esta vez la cagaste, esta vez sí que la cagaste en grande.

-: Ayúdame, Mikasa – dijo Eren mirándolo con ojos suplicantes – Te lo ruego, por lo que más quieras, ayúdame a liberarlo – la chica lo miró espantada.

-: ¡¿Queeee?! ¡No, no, no! ¡NOOO! No te ayudaré a eso.

-: No puedo hacerlo sin ti, no quiero ese destino para él, por favor – la abrazó con fuerza mientras sus ojos se llenaban de lágrimas – Si está encinta no quiero que otro toque a mi hijo, por favor.

Mikasa suspiró con sentimiento, esto era un jodido lío.

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La noche anterior a la subasta Eren visitó una última vez a Levi. Luego de amarse un par de horas y de anudar nuevamente en él, luego de bañarlo y dejarlo en su cubículo le habló en voz baja.

-: Toma – le dijo dándole una especie de control remoto – te traje una mochila, hay un buzo con capucha allí y otra cosas necesarias – Se sacó su reloj y lo colocó en la muñeca del más bajo – Cuando sean las tres de la mañana, las luces van a cortarse en todo el edificio, eso mantendrá a los guardias ocupados un buen rato. Aquí tiene un mapa de las instalaciones – dijo alcanzándole un papel – Está todo detallado con mucha precisión, léelo bien y no te equivoques, con esta llave podrás abrir la puerta final. Corre lo más rápido que puedas sin mirar atrás, encontrarás una moto a algunos kilómetros, la llave está en el bolsillo de afuera de la mochila, al igual que tus documentos y suficiente dinero para que puedas estar sin problemas por un tiempo. Aléjate, lo más que puedas, atraviesa ciudades, vete del país si es necesario, es la única oportunidad que tendrás de huir, no la desaproveches.

-: ¿Por qué? – dijo Levi pero antes de que continuara Eren lo besó apasionadamente.

-: No preguntes, solo hazlo. Levi… - dijo tomando su cara con ambas manos – No me olvides. Besó su frente y se retiró.

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A pesar de sentirse cansado no pudo pegar un ojo, estaba con miedo de dormirse y pasarse de la hora, efectivamente a las tres en punto todo quedó a obscuras. La luz roja se prendió en los pasillos y Levi tomó la mochila, con el control logró abrir la puerta, pero cuando se estaba yendo miró a los otros omegas que estaban con sus rostros pegados a sus puertas, no podía dejarlos allí. Buscó hasta que encontró una especie de barra en un cuarto de herramientas al final del pasillo y con algo de esfuerzo logró abrirles.

-: Cállense y síganme – fue todo lo que les dijo. Habían perdido tiempo, pero no habría podido con su consciencia si los dejaba allí. Siguieron las instrucciones y en menos de media hora más estuvieron saliendo del edificio, lloviznaba, el aire frío los golpeo con fuerza y empezaron a correr desesperados. Llegaron a un alambrado de tres metros, que debería estar electrificado, pero gracias al corte de luz no lo estaba. Subieron con rapidez, y apenas pusieron un pie en tierra vieron como se encendía todas las luces del edificio.

Corrieron sin parar, sintiendo que se les iba la vida en ello, sin pensar en el cansancio, ni en la fatiga, se cayeron una par de veces porque aún era obscuro y no veían bien el camino, pero finalmente llegaron hasta la moto. Levi revolvió el bolsillo y sacó la llave. No miró atrás, tal como Eren le había pedido, encendió el vehículo y los tres apretados se fueron de allí. La gasolina les alcanzó para llegar a un pueblito colindante. Sólo cargaron de nuevo el tanque y continuaron, con Farlan, así se llamaba el rubio omega, se turnaron para manejar. No recuerdan cuantas ciudades atravesaron, dormían en debajo de los puentes o en puntos escondidos, turnándose para mantener la guardia. En la mochila había cuchillos y otras armas de defensa. Tuvieron que reparar la moto unas dos veces.

Al cabo de un mes de arduo camino, decidieron quedarse en una campiña, las casas estaban alejadas una de otras, y en el pueblo al que escasamente llegaba el correo cado dos semanas, había una fábrica de madera que necesitaba mano de obra con urgencia.

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Después de una ardua jornada en la fábrica, sus amigos llegaron agotados, la cabaña donde residían ahora estaba impecable como siempre, y el exquisito aroma a comida casera inundó sus fosas nasales.

-: ¡Bro! – Dijo Isabel, la jovencita del pelo rojo – Tengo hambre.

-: Ve a bañarte roñosa – la regañó Levi – Nadie se sentará en mi mesa en esas fachas.

-: Yo haré lo mismo – agregó Farlan mientras se perdía para los cuartos.

Una vez refrescados y limpios, la mesa los esperaba servida. Agradecieron por la comida y la buena vida y empezaron.

-: Que bueno que ahora cocinas rico, bro – dijo Isabel con picardía.

-: Los primeros tiempos casi nos envenenas –agregó Farlan divertido.

-: Ya cállense mocosos – amonestó Levi.

-: Bro, con Far vimos unas cositas hermosas, hermosas en la tienda del pueblo, una ropita preciosa para Levicito.

El ojiazul sonrió con delicadeza y acarició su vientre que ya se notaba abultado. Un mes atrás había dejado la fábrica, no quería que vieran un omega embarazado y sin un alpha al lado, eso llamaría la atención. Cuando naciera deberían mudarse, pero habían ahorrado lo suficiente para poder establecerse en otro lugar, además todavía le quedaba un remanente de lo que Eren le había dado en aquel entonces.

Eren. Ese nombre vino a sus pensamientos y sintió que la criaturita dentro de él se removía pateando suavemente.

-: Ey, tranquilo, estoy aquí – dijo poniendo su mano sobre la incipiente panza – Todo saldrá bien, ya verás…

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Eren miró al horizonte, una angustia profunda se coló en su pecho. Lo sabía, sabía que estaban bien y a salvo, eso lo dejaba tranquilo, pero por otra parte, el llamado de su omega le dolía profundamente. No lo había marcado, era cierto, pero la conexión que ahora existía entre ellos era más fuerte que eso. Y lo sería por siempre…

By Luna de Acero… muy nerviosa…