Disclaimer: los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto; la historia, en cambio, sí es de mi invención.
Advertencias: Universo Alterno (AU), lenguaje soez y escenas sexuales explícitas. Por el bien del fandom y de la historia, intentaré que no haya rastro de OoC.
.
El ángel exterminador
Prólogo
.
—Despierta, pedazo de mierda.
Itachi notó cómo la saliva del guardia rociaba su cara tras escupir aquellas palabras. El insolente volumen de su voz no logró afectarlo, por lo que mantuvo los ojos cerrados y una expresión serena en el rostro. Por supuesto, el Uchiha había escuchado sus resonantes pasos muchas celdas atrás como para que lo pillase por sorpresa, pero quería darse el placer de escuchar su asquerosa voz una última vez y regocijarse en ello.
Aquel nueve de junio Itachi cumplía por fin los dieciocho años. No había dormido en toda la noche, aunque aquello era algo a lo que ya se había habituado desde su entrada en el reformatorio. La lección, dura pero necesaria, la había aprendido cuando el líder del grupo más veterano intentó meterle las manos en los pantalones. Ahora, en el régimen más liberal y con unos compañeros por los que sentía cierta empatía, era casi innecesario mantenerse alerta por las noches. Su ropa interior ya no aparecía por las mañanas con restos de orín o peores cosas, ni tampoco se atrevieron a cortarle más el pelo. Pero había instintos que, en aquel punto de su vida, eran ya imposibles de reprimir.
—¿No me has escuchado? —escupió de nuevo el vigilante, dando un puntapié en la pared—. ¡Te he dicho que despiertes!
Abrió los ojos lentamente. Contempló el rostro colorado de su interlocutor reprimiento una mueca en su interior, y descendió de lo alto de la litera bajo la atenta mirada del guardia. Advirtió que uno de sus compañeros de habitación lo observaba con expresión divertida. Los otros dos, en cambio, mostraban indiferencia para camuflar los celos que en el fondo sentían hacia el chico de cabellos negros.
El día en que alguien cumplía los dieciocho años en un centro de menores significaba el inicio de la libertad, el desenjaule. El día en que uno volvía a la civilización absuelto de sus pecados...
Incluso aunque entre esos pecados figurase el haber matado a tus propios padres.
¡Hola! Llevaba algo así como semanas con esta idea en la cabeza, y no he podido resistirme a iniciar un nuevo long fic. Es un reto personal el recrear un universo alterno en el que se mantengan, en la medida de lo posible, los sucesos de la serie original. Un saludo, y gracias a todo aquel que lea esta historia.
