Los personajes de Naruto no me pertenecen. La historia de las siguientes líneas sí.

¡Hola a todos! espero les guste esta nueva historia.
Mimipurity fue la que me inspiró a escribirla (ella es genial, chéquenla) pues,
aunque soy fiel amante del SasuSaku, creo que Kakashi puede revivir
algo que Sakura creía muerto.


Los latidos acelerados de mi corazón taladraban mis oídos sin piedad alguna, podía escuchar cada vez que mi órgano bombeaba sangre como mil tambores resonando al mismo tiempo. Mis rodillas estaban ancladas al piso y el movimiento dejó de ser una opción pues todos mis sentidos estaban aturdidos impidiéndome reaccionar más… Ya no quería reaccionar.

Apreté con todas mis fuerzas mis ojos. —No. —Me regañé.— Tienes que mirarlo. —Y entonces abrí lentamente los ojos develando poco a poco su imagen que, mientras más se esclarecía un zumbido resonaba en mi cabeza cada vez más agudo. Recorrí cada parte de su cuerpo con la mirada y cuando nuestros ojos se encontraron el zumbido se volvió insoportable. Pude sentir el movimiento de su mano desenfundar su espada que elevó con un brazo mostrando su figura a contraluz, ahora Sasuke no era más que una sombra. El metal brilló y la hoja afilada caía directamente sobre mi.

—Está bien… Sasuke. Si así quieres que esto termine… está bien. Mi amor por ti jamás flaqueó ni un solo instante y si voy a morir… será mirándote a los ojos. —Susurraba las palabras automáticamente sin poder escucharlas por el sonido atronador dentro de mi cabeza, las lágrimas bañaban mis mejillas y supe que en unos instantes ya no quedaría nada de mi.

La hoja de la espada cayó pero yo aún seguía respirando. Una figura se había lanzado hacia mi, envolviendo mi cuerpo con sus brazos, salvándome… otra vez. Un alarido de dolor salió de aquel que me cubría, esto hizo que mis sentidos volvieran a ser míos y me incorporé para encontrarme con la espada de Sasuke llena de chakra hundida en el costado de Kakashi sensei.

Las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas y a este punto era imposible contenerlas. Volví a encontrarme con sus ojos y, con su mirada puesta fijamente en mi retiró la espada sin titubear… sin mostrar ni una sola pizca de arrepentimiento, de dolor, de vergüenza. Algo dentro de mi estalló como jamás creí que sucedería y golpeé con todas mis fuerzas el suelo debajo de Sasuke, obligándolo a alejarse al menos 20 metros de nosotros, pues las grietas que causó mi puño destrozaron gran parte del terreno. Tomé en mis brazos a Kakashi sensei, dirigí una última mirada a Sasuke… estaba molesto. Después miré a Naruto y él solo asintió, permitiéndome huir del lugar tan rápido como pude.


La brisa acaricia mi cuerpo suavemente, como si me quisiera consolar por los eventos de aquella tarde. Las luces de la aldea se apagaban una a una, dejando solamente a la luna brillar. Abrazo mis piernas con fuerza.

—Naruto y los demás aún no han regresado… —No puedo evitar preocuparme, sé que ese tarado está bien pero, hace ya varias horas que no lo veo. La abertura de la ventana parece encajar perfectamente con mi cuerpo.

—¿Sakura? —Escucho que me llama.

—¿Se siente mejor, Kakashi sensei? —Le digo sin despegar la vista de la aldea.

—Sí… solo necesito descansar y, espero salir de aquí lo más pronto posible. —Su voz suena desgastada, aún sin verlo sé que está poniendo demasiado esfuerzo tan solo en hablar así que me bajo de la ventana y camino hacia su camilla.

—Necesitará más que "pronto" para recuperarse… sabe muy bien que su herida es profunda y necesita más que solo descanso. —Miro el punto en donde la espada logró cortarlo que está cubierto por la delgada sábana blanca. No podía mirarlo sin sentirme culpable. Kakashi sensei está así por mi.

—Sakura… ¿estás bien? —¿Cómo era posible que él en su estado me pregunte si yo estoy bien?… De nuevo las lágrimas incontenibles. De nuevo soy víctima de las circunstancias… soy víctima de Sasuke. Aprieto los puños tan fuerte como puedo y tiemblo de impotencia.

—¡NO VUELVA A SALVARME! ¿De acuerdo? —No quiero gritar pero lo estoy haciendo. Kakashi sensei me mira sorprendido. —Si Sasuke va a matarme… ¡ENTONCES MORIRÉ Y SE ACABÓ! Por mi culpa está en esta condición y no puedo perdonarme que…

Su mano sujetó con fuerza mi muñeca interrumpiendo mis palabras. Su expresión ya no era de sorpresa, ahora estaba verdaderamente molesto, pocas veces he visto a Kakashi sensei con tanta furia en su mirada.

—Te prohibo que hables así, Sakura. —Se incorporó en la cama y jaló mi mano hacia él, asegurándose de que lo viera directamente a los ojos. Aún en su condición tenía la fuerza suficiente como para jalarme y no dejarme ir.

—Kakashi sensei… —El hombre entonces soltó un quejido, instintivamente bajé la mirada y vi una gran mancha roja en la sábana blanca. De inmediato levanté la sábana y corrí hacia los cajones por vendas nuevas. Con sumo cuidado retiré los vendajes pasados dejando al descubierto la profunda herida que tenía en el costado. Apliqué un poco de chakra para reducir el dolor. Kakashi lanzó la cabeza hacia atrás, le pasé mi mano libre y la apretó con fuerza. El dolor que él sentía era demasiado. Lo vendé y le traje una semilla.

—Cómala —le dije mientras depositaba la semilla en su mano. —le ayudará a dormirse más rápido.

Sin cuestionarme bajó su máscara, dejando al descubierto su rostro. Miré hacia otro lado, ruborizada y nerviosa. Era más apuesto de lo que me había podido imaginar. Sacudí la cabeza retirando el pensamiento y crucé la habitación, sentándome en un sillón individual, recargando la cabeza sobre mi mano y cerrando los ojos.

—¿Dormirás aquí? —Me dijo con vos notoriamente adormilada. Asentí esperando que aún tuviese los ojos abiertos.

—Pronto amanecerá, de todas maneras. Además, son órdenes directas de la Hokage el mantenerlo vigilado. —dije en caso de que ya estuviera más dormido que despierto, y después de estas palabras el sueño me envolvió. Las imágenes de mi cabeza revivían una y otra vez los ojos de Sasuke mirándome sin emociones.


La puerta corrediza de la habitación se abrió, despertándome casi de inmediato. Una enfermera corría a toda prisa hacia Kakashi pero para sorpresa de ambas él estaba despierto leyendo su habitual libro. Sus ojos se posaron en mi.

—¿Se encuentra bien? —preguntó la enfermera un tanto confundida.

—Más que bien. ¿A qué su comportamiento tan acelerado? —dijo él sin quitarme la mirada de encima.

—Vine a relevar a la señorita Haruno… Naruto y los demás acaban de volver, pensé que usted necesitaría ayuda…

—Iré de inmediato —dije levantándome del sillón, mi cuello sintió un tirón… había sido una noche tremendamente incómoda. —Aunque creí que Lady Tsunade quería que cuidara a Kakashi…

—Sí —bufó la enfermera, era más o menos de la edad de Kakashi y parecía que quería quedarse con él. Solté una risita y miré al hombre en la cama, él parecía no darse cuenta. —Me dijo que en cuanto termines con Naruto… regreses.

—Bien. —dije y salí de la habitación aguantándome la risa.


La imagen de Naruto en la cama me revolvió el estómago, estaba tan golpeado que el sentimiento de culpabilidad volvió a apoderarse de mi. Ésta vez, sin embargo, pude contener las lágrimas aún estando frente a él, sonriéndole mientras me deshacía por dentro. Naruto me miró con su habitual sonrisa, me dijo lo bien que se sentía y lo impaciente que estaba por salir de ahí, otro ninja médico entró para un chequeo rutinario y me dijo que no se encontraba grave.

—Parece que estás mejorando en tus peleas, Naruto —le dijo el ninja y el ego de Naruto, como era de esperarse, se disparó hasta los cielos.

—¿Escuchaste eso Sakura? ¡Estoy mejorando como ninja! Pronto traeré de vuelta a Sasuke y… —siguió hablando pero yo ya no escuchaba. Me di media vuelta y salí de la habitación dejando a Naruto hablando solo. Me gritaba en la distancia pero no quería regresar, no quería saber absolutamente nada del tema, así que me fui a donde esperaba que nadie me encontrase.


Estoy hecha un ovillo sobre una rama gruesa de un árbol, en los extremos de la aldea. Le doy la espalda a la gente, a las casas, a la familia y a las responsabilidades. La tristeza es una con mi cuerpo y no puedo deshacerme de ella. Al subir el tronco lo hice concentrando el chakra con mis pies y no pude evitar recordar que gracias a ese ejercicio pude obtener la admiración de los tres integrantes de mi equipo, gracias a mi control de chakra pude demostrar que no era solo una carga para los demás… pero… ¿pero ahora? Sasuke quiere vengarse, Naruto no deja de perseguirlo por la promesa que me hizo y Kakashi sensei está herido en la cama de un hospital.

—Tendría que estar cuidándolo. —me dije a mi misma en voz alta cuando de pronto la rama comenzó a tambalearse y supe que se quebraría así que salté para mantenerme segura, saqué una shuriken esperando el ataque pero me tranquilicé cuando vi a Lady Tsunade frente a mi.

—Así es, Sakura. —me dijo con voz autoritaria. —deberías estar cuidando a Kakashi. Te ordeno que regreses y atiendas sus heridas, sabes muy bien que en estos tiempos los ninja médico están en misiones y, eres la mejor que tengo. Kakashi no puede alentar ni un día más su recuperación y eso depende de ti. No voy a tenerte lástima por lo que sea que haya pasado, así que, recobra la compostura y pasaré a revisar que estés trabajando a mediodía. Si no te encuentro ahí…

—Lo siento Lady Tsunade. Volveré al trabajo. —Dicho esto me fui. Sabía que había sido grosera pero, prefería evitar más regaños.


Abrí la puerta de la habitación de Kakashi sensei, la enfermera que lo cuidaba abrió la boca decepcionada y comenzó a guardar sus cosas en su botiquín. Había una cortina que me impedía ver a Kakashi así que en cuanto salió la enfermera del cuarto me acerqué a verlo. Había una tina con agua en el suelo y Kakashi tenía la mano aferrada al tubo de la cortina.

—¿Qué sucedía aquí? —le pregunté risueña.

—Insistía en darme un baño… ¡Tuve que aferrarme al tubo para evitar que me bajara a la tina! —No pude evitar reír ante la situación, toqué el agua y aún seguía caliente.

—Puedo llamar a un enfermero si quiere darse un baño… -Kakashi negó con la cabeza.

—Puedo hacerlo, solo… inhibe el dolor, quita las vendas y ayúdame a bajar, el resto lo haré yo. —hice lo que me pidió, coloqué varias almohadas en el suelo para que estuviese cómodo y dejé que el mismo se desvistiera mientras yo esperaba al otro lado de la cortina.

—Si necesita algo, aquí estoy…

—Creo que necesitaré algo de ropa… está en el armario… ¿podrías…? —Pensé que lo mejor sería solamente pasarle un pantalón holgado, después de todo era mejor que las heridas no estuvieran en contacto la tela.

—¿Puedes ayudarme, Sakura? —me dijo y caminé hacia él con cierto nerviosismo. A pesar de la curiosidad que sentía no podía arriesgarme con Kakashi sensei, quien estaba sentado en la cama empapado con los bóxers puestos y los pies aún en la tina. —Intenté levantar mis piernas pero, necesito aplicar fuerza en el abdomen y…

—No se preocupe —dije con el tono más dulce que pude. Retiré la tina y tomé una toalla, comencé a secar sus pies. Subí a su cabello, que goteaba con persistencia, él abrió sus piernas dejándome colocarme en medio de estas , para alcanzarlo mejor. Sequé su rostro con delicadeza y él me miraba fijamente, su expresión era seria pero había algo diferente… quizá era la cercanía de nuestros cuerpos pero, era distinto. Sequé sus brazos que albergaban varios golpes y luego su pecho.

Me incliné sobre él para secarle la espalda juntando nuestros cuerpos… no tenía idea de porqué lo hice así en vez de rodear la cama y secarlo por atrás, estaba completamente ruborizada y me sentí una completa idiota, pero entonces sentí sus manos posándose sobre mis piernas. No aplicaba presión, no me acariciaba, simplemente tenía sus manos sobre mis mallas y el tacto me produjo un escalofrío. Me separé lentamente. Nuestras miradas se cruzaron. Mi corazón estaba acelerándose cada vez más así que me separé y lo recosté sobre la cama, vendé de nuevo su herida.

—Iré a tirar el agua al patio. —le dije y sin mirarlo levanté la tina y salí de la habitación.


Tal como había dicho, Lady Tsunade me visitó en el hospital. Me encontró en una sala leyendo los avances que presentaba Kakashi. Se acercó hacia mi y colocó su mano en mi hombro. No pude mirarla a los ojos.

—Eres una buena muchacha, Sakura.

Y se fue. El resto del día lo ocupé en preparar las plantas medicinales par aplicarle a Kakashi sensei por la noche. Sabía que debía regresar a la habitación y seguir al pendiente de su cuidado pero, aún me sentía nerviosa. Incluso mandé a la enfermera loca a llevarle la comida porque incluso pararme en el pasillo hizo que mi corazón diera un vuelco. No entendía nada.


El sol había caído ya, no era muy noche… no más de las 8. Por fin entré al cuarto de Kakashi sensei y la enfermera loca repitió la acción que hizo la primera vez que la interrumpí: abrió la boca decepcionada y recogió sus cosas, marchándose cabizbaja.

—¡Gracias al cielo! —dijo Kakashi entre risas —Por un momento creí que me habías abandonado ante esa enfermera y comencé a preocuparme, estuvo toda la tarde dándome cucharadas en la boca y contándome sobre sus intensos deseos de encontrar el amor. ¡Ni siquiera me dejó leer!.

—Lo siento Kakashi sensei — dije sin poder evitar reírme. La enfermera sí que estaba chiflada. —Se me ocurrió prepararle un manto de hierbas medicinales que controlarán el dolor y cerrarán la herida más pronto, aunque debo advertirle… arderá al principio.

—Si no queda de otra… —Él hizo una mueca pero terminó por suspirar y asentir. Retiré las vendas manchadas y limpié la herida con agua antes de depositar lentamente las hierbas húmedas sobre la herida. Él apretó los puños con fuerza, vendé la herida apretando las hierbas a su piel y después de un minuto o dos la presión de sus puños cesó.

—¿Aún le duele? —pregunté mientras limpiaba el desastre que las hierbas habían causado.

—Mucho menos que cuando la pusiste, ¿qué rayos contiene? —Iba a explicarle todos los ingredientes pero me limité a reír. Caminé hacia la estantería y advertí el libro de Kakashi sensei, así que lo tomé y tomé uno para mi. Le lancé su libro y él lo miró como un niño al que le dan un dulce, no esperó para abrirlo y comenzar su lectura.

—Creí que ya lo había leído…

—Esta sería la cuarta vez — confesó apenado.

—Vaya que le gusta, ¿huh? —Nuestras miradas volvieron a encontrarse en la distancia. Desvié la mirada hacia el sillón de la otra noche y me tumbé en él, tendría que encontrar una mejor posición para dormir. Abrí el libro y comencé a leerlo, para hacerle compañía a Kakashi sensei.

Ambos nos sumimos un buen rato en nuestros respectivos libros, llegó un punto en que la oscuridad de la aldea era tal que ni la lámpara de la habitación alumbraba lo suficiente, provocando que la vista se forzara intentando descifrar lo que las páginas decían. Con la vista cansada deposité el libro en un estante cercano y me acomodé en el sillón, cerrando los ojos.

—Sakura — me llamó, abrí los ojos de inmediato y me incorporé tan rápido como pude.

—¿Si, sensei? —Él también había dejado su libro a un lado. Con sus brazos se movió dejando un espacio en la cama y después la palmeó varias veces.

—Ese sillón se ve algo incómodo. Deberías dormir aquí. —Un deje de nerviosismo se hizo notorio en su voz. Me acerqué cautelosa hacia la cama.

—¿Seguro? ¿No lo incomodaré? Necesita el mayor descanso que pueda y… —Esta era la segunda vez que su mano tomando mi muñeca interrumpía mis palabras. Me atrajo hacia él, ésta vez con suavidad y me dejé llevar. Quedé sentada sobre mis piernas admirándolo, él tenía solamente una almohada en su espalda así que le era algo complejo mirarme.

—Sé lo triste que estás… y, necesitas que alguien te escuche. —Sin decir una palabra más me recosté a su lado, recargué mi cabeza en su pecho y envolví su pierna con la mía. Las lágrimas rodaron por mis mejillas y caían en la piel desnuda de Kakashi sensei. —Mírame.

Alcé el rostro y me encontré con su mirada puesta fijamente en mi, era cálida pero no como cuando me equivocaba y me corregía con paciencia… no, era como si intentara protegerme. Con su otra mano pasó su pulgar por mi mejilla limpiando las lágrimas, aunque seguían brotando. Él sonrió. Después me acarició el cabello y no pude evitar cerrar los ojos. Deslizó su mano por mi espalda y un toque eléctrico me recorrió el cuerpo. Descansó su mano en mi cintura y la apretó suavemente. Sentí su aliento en mi frente.

—Aún tienes al equipo 7 contigo. —me dijo y sonreí ligeramente. Sabía que era cierto, estaba Naruto, estaba Sai y estaba Kakashi sensei, cuidando mi sueño.


N/A: ¡HOLA A TODOS! Este es mi primer fic de Naruto y la verdad, estoy muy nerviosa! No me había animado a escribir sobre este anime porque para mi es legendario, intocable y magnífico pero leyendo algunos fics me inspiró a escribir uno propio. Dato curioso, la historia iba a ser sobre Gaara y Sakura pero, la verdad siento que Kakashi es un amor prohibido. AMO el SasuSaku con locura y quizá escriba sobre ellos luego, y la verdad, jamás había shippeado a Sakura con Kakashi hasta que leí a Mimipurity y debo decir, me dio cosquillas hermosas y fui muy feliz así que quise hacer mi propia versión.

La historia está contada en primera persona ya que considero que las emociones de Sakura son sumamente complejas, y necesita decir y pensar todo lo que siente.

No sé si será un Two-Shot o si haré de eso una serie, ¿qué les gustaría? Déjenme un review para conocer lo que piensan de la historia :)