Bueno, he aquí otro fic dedicado a la mejor pareja (Nejiten, por supuesto… ni se les ocurra pensar en otra¬¬) aun esta en proyecto pero me esforzare por hacerlo lo mejor posible… sin mucha blabla ahora solo lean…

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Por tu culpa

Capítulo I

"Esforzándose por un nuevo futuro"

El sonido de las ramas crujiendo le dieron a entender que ya había llegado. Alzó la vista y ahí lo vio. El Hyuuga estaba sentado en una rama enorme de aquel frondoso árbol. Se lo veía tan bien dentro de ese traje ANBU, de eso no había duda.

-¿Llevan esperando mucho tiempo?- preguntó mirando a la joven y a la pequeña que tenía en brazos.

-Apenas llegamos -le contestó con una habitual sonrisa, cosa que la pequeña también hizo para recibir al Hyuuga.

Neji bajó de un salto y se sentó junto a su familia. Su amada familia, lo que lo mantenía en pie cuando estaba en medio de las misiones de muerte; por quien daría la vida sin pensarlo dos veces.

Apenas se sentó la pequeña no esperó más y fue directo a los brazos de su padre. Sus pequeñas manitas agarraron un mechón de cabello del Hyuuga, lo que causó gracia en Tenten. Su hija era muy apegada a su padre, y eso le daba gusto.

Neji tomó a la pequeña y la sentó en su regazo, no sin antes recibir un buen tirón de cabello como muestra de amor.

-Eres mi princesita- le dijo Neji a la pequeña mientras le daba un enorme beso en su mejilla rosada. Desde que era padre su vida dio un cambio enorme. Era un hombre más abierto y por supuesto mucho más cariñoso. La paternidad lo había cambiado para bien. Los lindos y pícaros ojitos marrones miraron detenidamente a esos profundos ojos nacarados que tenía en frente. Papá y mamá eran todo para ella. Los adoraba y ellos la adoraban.

Sobre todo Neji. A pesar de que su primogénita no poseía su símbolo de linaje, no le importaba. Kanae era su hija, y nadie lo iba a cambiar. A pesar de lo que dijeran, esa pequeña de ojitos marrones y mini-coletas castañas era su todo. Ella y Tenten eran su razón de vivir.

-¿A qué hora vendrás esta noche?- preguntó Tenten mientras posaba su cabeza en el hombro de su esposo sintiendo una mano acariciando su mejilla delicadamente y luego un delicado besó en su sien.

-Trataré de llegar lo más temprano posible. En tres días tengo una misión de dos semana, así que quiero pasar el mayor tiempo posible con ustedes.- respondió mientras acariciaba la cabeza de la pequeña Kanae, logrando que una risita mostrara el inicio de dos pequeños dientes que comenzaban a crecer.

Se quedaron en silencio un largo tiempo. Desde que Kanae había llegado a sus vidas acostumbraban a pasar la tarde los tres bajo aquel roble antiguo, disfrutando de la compañía y el amor en familia.

-Te amo, Neji.

-Y yo las amo a las dos...- besó dulcemente a su hija y luego a su esposa. Dios, como las adoraba. Antes hubiera pensado que su vida se limitaría a ser Capitán ANBU y a hacerse más fuerte. Ahora era esposo de la mujer que lo amó desde el principio y lo liberó de su antigua cárcel llamada "destino", y padre de una cosita divina de apenas un año y medio de edad que reía apenas lo miraba y que decía con una gran sonrisa "papá".

-Debo irme, mi equipo me espera…

-No, espera un poco más.- dijo posando su mano sobre su pecho.

Sintió el suave tacto de Tenten sobre su cuello, y luego un beso cálido en la base de su clavícula. ¿Cómo no resistirse a esa caricia divina?

-Solo un minuto más- sintió el suave tacto de su pequeña mano sobre su pecho. Bajo la mirada para encontrarse con dos suaves ojos chocolates rogándole con laminada un minuto mas.

Y un minuto más esperó, un minuto espero. Sin darse cuenta la pequeña se había quedado dormida en los brazos de su padre. Se la veía tan linda con su cabecita apoyada en el pecho de papá.

Los ojos de Tenten destellaron con un brillo típico en ella al ver tan linda escena. Neji sonrió junto con la joven; no solo por su hija sino también por ver ese brillo en sus ojos otra vez. Y estaba realmente agradecido de que ese gracioso brillito volviera a aparecer en esos achocolatados ojos. Hace dos años sus ojos habían dejado de brillar como siempre lo hacían. Habían perdido vida, pero ¿por qué?

La respuesta era simple pero dolorosa de aceptarla, o creerla. Nadie tenía la culpa de lo que había pasado. Pero a pesar de no haber culpables Neji sentía que todo el dolor por el que había pasado aquella joven de apenas 20 años había sido por su estupidez. Y es que es increíble que después de haber pasado por una experiencia tan traumática Tenten volvía a ser la misma chica con esa sonrisa en sus labios y alma inquebrantable.

A decir verdad, tal vez su alma sí había quedado marcada con cicatrices que ya no se podían borrar. Después de todo, la primera vez ya no se puede recuperar aunque más lo quisiera.

Hace cerca de 3 años su vida había quedado sellada y manchada.

Fue durante una misión, o tal vez hace algunos meses antes de que comenzara la experiencia más horrible de toda su vida.

Era un 12 de febrero en Konoha cuando la carroza real proveniente del País del Rayo arribaba junto con un sinfín de guardias y sirvientes. La heredera principal para el puesto del Feudal había llegado a Konoha para presenciar una ceremonia importante y sumamente culta. Y desde el primer momento en que puso un pie en la aldea, las cosas comenzaron a cambiar.

Primero que nada, Hyuuga Neji.

La mañana del sábado 12 comenzó como cualquier otra. El equipo Gai se había reunido para entrenar en su campo designado. Todo fue normal hasta que cada quien fue por su camino cuando el entrenamiento terminó.

Gai y Lee fueron directo a la oficina de la Hokage porque se les fue asignados una misión de última hora, y Neji acompañó a Tenten hasta su casa. Pero en el trayecto se encontraron con una no muy buena sorpresa.

Unas cuadras antes de llegar al apartamento de la Kunoichi decidieron entrar en un parque cercano para platicar, idea de Tenten. Caminaron por un estrecho camino de piedras a la sombra de enormes árboles. Tenten se puso a hablar de cualquier cosa mientras Neji solo asentía a todo lo que decía.

Se sentaron en una banca al pie del lago principal, haciendo del momento muy romántico según la castaña. La vista era perfecta y no había ninguna persona para molestar.

Pero todo el romanticismo se fue a la mierda cuando de "casualidad" la joven princesa de la aldea de la nube llegó con 5 sirvientes para disfrutar de los hermosos sitios que Konoha ofrecía.

Neji giró el rostro y no pudo evitar no mirarla. Sus cabellos lacios y rubios como el sol brillaban radiantemente, y sus ojos de un curioso color lila hacían de ella una mujer realmente hermosa. Su piel pálida como la nieve contrastaba notablemente con el paisaje y su elegante kimono de color verde agua le sentaba de maravilla.

Neji quedó fascinado con la chica, y bajo la desilusionada y triste mirada de Tenten el joven dijo con una voz que nunca se hubiera reconocido como la suya.

-Es bonita.- Tenten lo miró sorprendida. Tenía razón, era realmente bonita y elegante. Y Neji siendo un hombre como cualquier otro su belleza lo atrajo. Pero que Hyuuga Neji dijera que una mujer era bonita sin razón aparente era un milagro. Más que milagro.

-Debe ser la princesa del País del Rayo, Kawasaki Aiko-san. Ella y su hermano están de visita en Konoha para una reunión con algunas autoridades.- respondió la joven Kunoichi como leyéndole la mente al genio Hyuuga. -¿Te gustó a simple vista, verdad?

Un ligero rubor cubrió las mejillas del Hyuuga.

-No digas tonterías. No tengo cabeza para pensar en tonterías como esas.- le respondió muy natural y con ese tono de voz habitual que siempre usaba para demostrar su superioridad.

-Mentiroso, se nota en tus ojos que te agradó.- dijo tratando de aparentar desinterés en el tema. Pero la verdad le molestaba rotundamente que Neji, siendo su compañero de equipo desde los 12 años nunca le había prestado tanta atención, y aquella joven ya había conseguido que el genio Hyuuga dijera que era bonita, solo con una mirada.

Pero a quien engañaba. Aquella joven era todo lo opuesto a Tenten, su color de cabello, su tono de piel, el color de sus ojos. Todo. Incluso la elegancia que no poseía una chica que adoraba las armas blancas en vez de los preciosos kimonos. Era más que obvio que Neji la mirara. Pero esos ojos se veían distintos. Irradiaban algo desconocido. Algo parecido a… ¿cariño?

No podía ser posible. Hyuuga Neji estaba viendo de forma cariñosa a una joven que apenas había vista en pocos minutos.

-Oe oe, cuidado se te cae la baba -dijo Tenten con una risita.

Neji giró la vista hacia Tenten quien lo miraba de forma divertida.

-Tienes algo aquí -volvió a reír y señaló la comisura de su labio inferior, cosa que no agradó mucho al Hyuuga.

-Deja de decir estupideces, vámonos.- se levantó y tomó con algo de brusquedad la muñeca de la Kunoichi, y se la llevó fuera del parque.

Llegaron al departamento de la joven en pocos minutos, y Tenten antes de abrir la puerta decidió decirle algo que jamás pensó que le diría al chico de sus más profundos sueños.

-Si te gustó tanto como creo, deberías tratar de conocerla. ¿Quién sabe lo que pueda pasar?- tras decir eso abrió la puerta y desapareció detrás de ella, dejando a Neji pensativo por lo que había dicho. Tal vez tenía razón. Tal vez debía tratar de conocerla; después de todo, aquella chica lo había dejado fascinado.

Continuara… espero que les haya gustado. Y esperen que se pone mejor… bye!!