PROLOGO
Cuando el sol de la tarde estaba por caer, dando inicio a la noche, en una laguna pantanosa, con miles de luciérnagas iluminando el casi cielo nocturno, un hombre yacía sentado a la orilla, pensando si el mundo podría ser tan irreal pero hermoso como esa paisaje oscuro y con la luz de pequeñas criaturas brillantes, pensó en su historia, en lo que había hecho hasta ese día y lo que vendría después.
No asistir al funeral de un ser al que amaste como un padre y que por azares del destino tuviste que ser tu el que diera fin con su vida, era igual de desgarrador que el no haber asistido al funeral de su amor, del único amor que había sentido, puro y real, que aunque no fuera correspondido fue lo único que lo hacía vivir con la esperanza de seguir, y de pronto, un ardor en su antebrazo izquierdo lo hace caer en la realidad, un sirviente, seguidor de un maniático, dispuesto a matarlo si lo llegaba a traicionar, dulce ironía ya lo había hecho; dejó de pensar, y se preparó, otra reunión llena de asesinos, trastornados, y con hambre y sed de venganza y poder, la ambición era lo que reinaba en las reuniones de mortífagos.
La reunión, "estúpida reunión", maldecía Snape, ¿cómo era posible que después de asesinar a ese gran mago, le dieran la dirección de Hogwarts?, había cosas que de verdad sentía que se le iban de las manos.
Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses, y al cabo de 10 meses, se encontraba en esa casa, donde casi muere una vez gracias a Black, pero esta vez su muerte era segura, el fin se acercaba, lo presentía; cerro su mente por última vez, y entro en ella esperando el fin de sus días.
Todo pasó demasiado rápido para su gusto, de pronto dejo de sentir las mordidas de esa estúpida serpiente, no sentía su cuerpo, no sentía nada, lo último que recordaba era haber visto esos ojos, los ojos de Lily, "mi Lily" se decía Snape así mismo, y dando como último respiro, un suspiro de amor, y se dejo llevar por la inconsciencia, por la muerte de su cuerpo, se dejo llevar por todo, no esperaba ir al cielo, ni al infierno, pues sabía que todo lo hizo por un propósito cuidar de Potter hijo, esperaba llegar a un lugar intermedio, al "limbo" como lo llamaban los muggles.
Abrió los ojos, y cayó en cuenta que todo lo que le rodeaba era color blanco, y se percató de que todo su ser dolía… "¿En dónde estoy?, Ya estoy muerto, acaso ¿tendré un juicio celestial?" pensando en esto último con su inigualable sarcasmo. De pronto escucho como se abría la puerta de ese lugar tan pulcro y ¿celestial?, una voz que reconocería hasta en el mismo infierno:
- ¿Se encuentra bien Profesor Snape? -, la estúpida voz de Potter,
- "¿Harry Potter había muerto también?, ¿mi psicótico exjefe sigue con vida?, ¿Tanto arriesgarme para que el ingrato niñato echará todo a perder?" pensaba mientras salía de su inconsciencia... No podía ser cierto.
