¿Tenía que perderte para atraparte?
Ya llevaban meses de estar jugando juntos. Se conocían perfectamente, se complementaban, se necesitaban uno al otro. Sus pases eran para él lo que las demás personas llamaban felicidad. Solo a él le llegaban, y solo a él se las hacían. Por esto, y muchas otras razones más, no lograba entender lo que en ese momento estaba pasando. ¿Acaso lo estaban remplazando por otro? Ya había pasado como dos semanas en las que él no le hablaba, no practicaba con él, no se iban juntos a casa.
-¡Hinata! Oi ¡Hinata! ¡Es tu turno!- Sugawara-san lo había estado llamando ya varias veces.
- ¿Eh?- acaba de reaccionar Hinata, estaba inmerso en sus pensamientos
-¿Qué te pasa? Últimamente no has estado concentrado en la práctica- Sugawara sonaba preocupado, pero no era para menos. El menor ya llevaba días como si estuviera en las nubes, no corría tan rápido, parecía que sólo tuviera unas pocas horas de sueño en las noches, y todos los días un pedacito de su luz se iba apagando.
- No pasa nada, es sólo que no eh dormido bien, jejeje- No podía ni reír sinceramente, todos se daban cuenta de que esa no era su risa, le faltaba algo, le faltaba alguien.
-¡Idiota! ¿Qué estás haciendo? ¿¡No ves que estas en el entrenamiento!?- lo que le faltaba, la razón de sus problemas venía a insultarle. Y la verdad, no tenía las fuerzas para responderle como siempre lo hacía.
- Si, si lo siento Kageyama- Eso fue suficiente para que todos en el gimnasio se dieran cuenta que algo andaba mal pero no entendían que pudo haber pasado. Ni siquiera el aludido entendía lo que acaba de pasar, ¿acaso Hinata no le riñó?
- ¿Seguro estas bien?- pregunta muy preocupada la madre de Karasuno.
- Sí, estoy bien, no pasa nada… la verdad mejor me retiro, creo que necesito dormir- y no era de menos, ya llevaba días pensando en las noches porque Kageyama ya no se la pasaba con el sino que con Yamaguchi. Era ilógico, ellos no se llevaban bien, o ¿sí? Ya ni lo sabía, solo quería irse rápido para no tener que seguir viendo al armador con otro.
De vuelta a su casa se encontraba solo y pensativo. Primero no entendía porque se sentía de esa manera si, al fin de cuentas, Kageyama tenía derecho a estar con quien él quisiera. No era como si Hinata pudiera monopolizarlo, aunque lo deseara. Y, además, ¿por qué quería hacer eso?, era algo estúpido de su parte, es decir, no es como si su amistad llegará a esos límites. Ya estaba desesperado, nada tenía sentido, solo sabía que se sentía solo si él no estaba ahí a su lado.
-¡Hinata espera! - Escucho a sus espaldas y volteo. Se llevó una gran sorpresa, no podía creer quién venía tras él.
- ¿Tsu...Tsukishima?-
- Demonios, llevo llamándote como una cuadra y no respondías. ¿En qué diablos estabas pensado?-
-E-eh… ¿qué haces aquí?- no lograba entenderlo, de todas las personas que podían existir en el mundo para buscarlo, la que menos se imaginaba que iba a ser, sería precisamente Tsukishima.
-Quería hablar contigo-
- ¿Eh?-
- No te sorprendas, hablo en serio-
- O-ok-
Ambos decidieron que sería mejor ir a un café para hablar, fuera lo que fuera que el bloqueador quisiera hablar. Caminaron un rato sumidos en un silencio que sorprendentemente no era incomodo, porque Hinata sentía un aura de paz alrededor del más grande. Era como si sus problemas se esfumaran y solo pudiera pensar en….nada, simplemente nada.
Llegaron y se sentaron. Pidieron cada uno algo de tomar, todo invitado por Tsukishima. Cuando llegaron las bebidas, al poco tiempo por lo que no habían tantos clientes, el pequeño decidió arriesgarse y preguntar qué era lo que tenía que decirle.
-Eeestoo… ¿para qué me querías hablar?-
- Para ser sincero, quería saber ¿si la razón por la que estas así últimamente era porque Kageyama ahora se la pasa con Yamaguchi?- y le dio al clavo, directamente donde duele. Y eso fue suficiente para que al otro se le aguaran los ojos, y era la primera vez que lo hacía, no podía creerlo, había logrado sacarle de adentro el agua ya contenida por días.
-Sniff….Cómo lo supiste, nadie se había dado cuenta….sniff-
-La verdad es que sabes disimular, pero ya te había pillado varias veces mirándolos con ojos de….celos- Ahí estaba de nuevo, directo al corazón. Así que eso es lo que se llaman celos, pensó Hinata- no te sorprendas, me costó mucho darme cuenta, pero estos días estabas cada vez peor la verdad, se me estaba haciendo raro, y hoy fue ya algo que nadie se esperaba. Esa respuesta que le diste al Rey fue sin precedentes.-
- ¿Y a ti eso te preocupa?-
- Claro- Aunque pareciera que Tsukishima odiara al otro no era así de verdad, a quién detestaba era a Kageyama. El otro, por casualidad de la vida, le toco parecer que le odiaba- no es como si a ti te tuviera rencor, la verdad-
- ¿En serio?- No lo podía creer, eso sí que estaba extraño- entonces… ¿no nos odiamos?-
- No- y en ese momento volvió a aparecer, esa sonrisa que podría llenar de luz el mundo entero. Hinata no se sentía tan solo en ese momento, era como si Tsukishima lo acabara de salvar del frio invierno de diciembre, y lo trajera de nuevo al verano de julio. Y eso fue suficiente para el más alto, se sentía mejor porque el otro estuviera un poquito más feliz, aunque no lo demostrara.
- Entonces eso significa que…¿somos amigos?- tenía que preguntar, solo para estar seguros.
-Supongo. Pero volviendo a temas…- y fue interrumpido por un abrazo del más bajo, uno sincero y cálido, uno que hasta al mismo "Tsuki" le parecía tierno, uno que hasta él correspondería.
- ¡Gracias! ¡Gracias! No sabes lo que acabas de hacer por mí- decía un Hinata realmente feliz por no sentirse tan solo por primera vez después de tantos días.
Y esta escena no pasó desapercibida por alguien quien se había sentido incomodo el momento en que, extrañamente, el bloqueador se había ofrecido para hablar con el pequeño Hinata, ya que todos estaban bastante preocupados por su estado. No lograba entender que tenía que ver el mayor ahí, puesto que ni siquiera le hablaba al otro. Así que decidió seguirlos, y como se arrepintió, no podía creer que Hinata le estuviera abriendo su corazón al más alto de los de primer año de esa manera. Ni siquiera con él lo hacía, y se suponía que eran más cercanos. Pensaba en los malditos celos, no podía creerlo.
Al día siguiente en la práctica Hinata se veía mucho mejor, nadie sabe que le dijo Tsukishima pero había tenido efecto. Pero lo más sorprendente de todo era que ahora el pequeño se la andaba con él, era como si se conocieran de toda la vida. Y es que, para sorpresa de ambos, la compañía del otro los relajaba de alguna manera, como si el resto del mundo y sus problemas desaparecieran.
Pero esto no les agradaba a dos personas. Yamaguchi sentía que le estaban quitando a su mejor amigo, a su compañero, a su primer y eterno amor. Así era, le gustaba Tsukishima y mucho. Pero ahora otro lo estaban arrebatando de sus manos. Y Kageyama no se quedaba atrás, echaba humo por las orejas, no podía creer que le bastara un día a Hinata para que lo remplazara con cualquiera, bueno no cualquiera, con la persona que más odiaba. Que no se daba cuenta que él era el que lo amaba, no otro, ninguno. Solo él entendía sus movimientos y solo él los podía complementar.
-Hey idiota, práctica conmigo- tenía que hacer algo para separarlos.
-No, estoy ocupado, ahora mismo estoy practicando con él- señalando al más alto- además, tú ya estabas practicando con Yamaguchi así que déjame en paz- Kageyama no lo podía creer, estaba siendo rechazado por Hinata, quien todo el tiempo le rogaba que practicaran juntos.
¿Y ahora qué vas a hacer para recuperar a quien perdiste sin intención?... ¿o si la tenías?
