Persona Rota

Abrió el diario y leyó en voz alta - Este diario es propiedad de Hinata Hyuga, si éstas leyendo esto, es porque eres yo y quieres releer tu pasado; eres mi hija, lo encontraste en el ático y te di permiso (si no es así ¡ni se te ocurra leerlo, devuélvelo de donde lo encontraste!) o…estoy muerta.-

Comenzó a repasar las páginas, una por una, leyendo de vez en cuando alguna frase que le llamase la atención.

-…y todo eran peleas, al principio, cuando era niña, solía llorar, luego, intente ser mediadora de la situación, después comencé a enojarme y me molestaba con ambos, finalmente, decidí ignorarlos-

-Se convirtió en una costumbre y para mí, eso era normal -

-En mi casa no hay felicidad, todo es apariencia-

-No sé lo que es el amor, yo no sé querer-

-Tengo miedo de lastimar a aquellos que se me acercan; tengo miedo de que me lastimen-

-Estoy podrida, estoy rota, la verdad es, que ya estoy cansada, muy cansada, ya no puedo más…–

Una lágrima cayó sobre la ya amarillenta hoja, haciendo que la letra en esta, se dispersase. Observo también, que en dicha página había señales de antiguas lagrimas; entonces, recordando, repitió en voz alta–Todo lo que pasa en una hoja, queda grabado, como en tu piel, como en tu alma; nada se borra, porque siempre queda un rastro.- Suspiro con pesadez y siguió leyendo.

-Mi familia esta maldita, la raíz está podrida, todos estamos condenados a ser infelices…-

-Soy una persona rota, y eso, eso no tiene arreglo-

-Él, me rompió el corazón. Fue la única vez que me enamore y ahora…-

-Cuando lo conocí, mi mundo cambio; era alguien nuevo, aprendí muchas cosas con él, tenía voluntad y muchas ganas de vivir, y su sonrisa, como olvidarla…-

-Ella me traiciono, no era mi amiga, solo quería que alguien me comprendiera, y ella, solo se rio y me humillo, por eso hice lo que hice, ella se merecía eso y mucho más-

-Y todo llega, el karma existe-

-La primera vez que lo vi, pensé que había conocido a la persona perfecta para mí, que lo anterior, solo había sido un pequeño enamoramiento; esto, era real-

-¡Bien!- exclamo, cerrando de un golpe el diario.

- Solo queda armar las páginas, para encontrarle coherencia a esto. Hace mucho tiempo que no lo veía. Se ve un poco viejo, pero, sé que puedo hacerlo – Sostuvo triunfante su brazo en el aire, a manera de darse aliento y fuerza.

La chica, esbozo una leve sonrisa, tomo el diario entre sus manos y bajo despreocupadamente la escalera. Hizo un ademan con la mano a forma de saludo y salió por la puerta, rumbo a un auto, donde un hombre la esperaba.

-¿Conseguiste lo que estabas buscando? – pregunto de forma dulce.

-Sí, acá esta todo lo que necesito- contestó ella, mientras apretaba con fuerza el diario entre sus manos; miró con melancolía la casa de la cual había salido antes. –Sera mejor que nos marchemos, no quiero llegar al anochecer y ya es muy tarde- exclamo soltando un suspiro.´

Él la miro y sonrió, luego observo el diario que se encontraba en su regazo y su mirada cambio, apretó las manos sobre el manubrio y murmuro – Todo por ese maldito diario-. Hizo una mueca y negó con la cabeza a lo que la mujer preguntaba. Encendió el auto y se marcharon de allí.