SUPERMAN VS STARGATE
(Escrito por Federico Hernán Bravo)
Nota del Autor: Superman, su entorno y todo lo demás pertenecen pura y exclusivamente a DC Comics, Jerry Siegel y Joe Shuster.
Introducción: Desde hace tiempo, vengo barajando la posibilidad de escribir este relato. Me considero un fan del Hombre de Acero desde hace años y creo que prueba de ello es más que suficiente la impresionante colección de comics del "Gran S" que tengo conmigo. Sin embargo, enfrenté un gran desafío el poder juntar el maravilloso universo de Superman con el fabuloso mundo donde se mueven nuestros amigos del SG-1. Por que el universo de StarGate es una cosa y el de Superman es otra… Sin embargo, cuando uno esta empecinado en un proyecto y le busca la vuelta, se la encuentra. El relato que sigue a continuación es fruto de ese elaborado esfuerzo. Por supuesto, este relato entra dentro de la categoría de "croosovers". No es el primero que escribo, dado que ya he incursionado en el genero ("StarGate Vs. Alien") pero si es el primero que hago sobre Superman…
Respecto al Hombre del Mañana, no creo que ni él ni su entorno necesiten mucha presentación. ¿Quién no ha leído un comic de Superman, visto las películas o las series que derivaron de este singular personaje? Pero es justo decir que dado las incontables versiones que existen, he tenido que usar más o menos una que se ajuste al "saber popular". El Superman que encontraran en este relato, "codeándose" con el SG-1, es el que todos conocen… y quizás un poco más, ya que uno les pone un pedacito de su alma a los personajes, así que también tiene ese agregado extra.
Respecto al archinemesis del Ultimo Hijo de Krypton, Lex Luthor, he decidido usar la versión que sale en los comics más cercanos en el tiempo. Esto es: en los comics más o menos actuales, Lex Luthor es un filántropo multimillonario, dueño de una gran corporación (llamada a veces "LexCorp" o "LuthorCorp", como yo he elegido llamarla también, por sencillamente gustarme) de doble cara; mientras que toda Metrópolis le cree un tipo duro, pero legal, por el otro lado esconde toda su maldad, la cual no duda en destilar cuando es necesario.
Pero, seguramente se preguntarán ¿Y el SG-1?. Pues nuestros héroes siguen siendo ellos mismos, enfrentados a un inesperado avatar fruto de una terrible alianza de villanos que ya verán que se dará a medida que el relato avance…
Sin más, he aquí la historia.
CAPITULO 1
La nave pirámide flotaba lentamente en aquel impresionante campo de asteroides. En su interior, sentado en un trono dorado y comandando a sus fieles soldados Jaffa, Baal, el ultimo de los Señores del Sistema Goa'uld, esperaba ansioso y expectante los resultados de la exploración que sus científicos llevaban a cabo del agreste paisaje que les rodeaba…
Pronto, sucede. Un hombre vestido con una blanca túnica, el clásico atuendo de los científicos Goa'ulds, aparece, haciendo una inclinación llena de reverencia a su Amo y Señor.
-Mi Lord Baal. Tenemos resultados – dijo.
Baal se permitió una sonrisa astuta. Ni por un momento había dudado de que su misión entre los restos de un planeta destruido hace muchos años por un cataclismo geológico le depararía muchas satisfacciones. Sin embargo, en verdad estaba ansioso por lo que sus hombres habían descubierto…
-Enséñamelo – ordenó. La voz que emergió de sus labios era fuerte, grave y ultraterrena.
El científico hizo otra reverencia y se volvió hacia dos guardias Jaffa que esperaban en la entrada al salón. A una seña suya, ingresaron cargando con algo de dificultad una pesada caja de acero reforzada con recubrimiento de plomo.
…Los ojos de Baal relampaguearon por un momento, al ser abierta y dejar delante suyo un espectáculo maravilloso…
Dispuestas dentro de la caja, había una considerable cantidad de una asombrosa roca verde, cuyo brillo fosforescente iluminó la sala, haciendo palidecer la luz proyectada por las lámparas cercanas.
Riendo de satisfacción, Baal estira una mano y extrae una de las rocas. Su fulgor ni siquiera mengua al ser sostenida con fuerza por el Goa'uld.
-Estas rocas despiden una curiosa radiación, Mi Lord – explicó el científico – Hemos analizado su composición molécular, así como su estructura atómica… y determinamos su inofensividad con respecto a todas las formas de vida a la cual sometimos a sus influencias – hizo una pausa y luego, continuó – Personalmente, creo que su uso como arma contra los Tau'ri esta descartado.
Baal negó con la cabeza. Con su mano, alzó hacia el techo el pedazo de roca verde, admirándola como quien admira un diamante precioso.
-Y, sin embargo, esta apariencia de inofensividad es solo eso: una mera apariencia – dijo, riendo – Sus propiedades justamente son los que necesito… si quiero someter al Ultimo Hijo de Krypton.
Se produjo el silencio, cuando el terrible Señor del Sistema pronunció el nombre del antiguo y orgulloso mundo que supo existir hace tantos años en ese lugar…
Krypton.
Una avanzada sociedad de humanos habían vivido allí, alzándose desafiantes al cosmos. Un mundo de maravillas tecnológicas sin igual ni comparación. Un pináculo de la civilización.
Krypton.
Un planeta arrogante que no pudo prever siquiera su cataclismico final cuando las presiones internas de su núcleo lo reventaron como a una fruta podrida, desparramando en el espacio sus restos rocosos.
Cientos, miles y quizás billones de almas se perdieron en la destrucción, a excepción de una sola. Una sola, palpitante, henchida de esperanza y arrojada a bordo de una pequeña astronave momentos antes del estallido final. Una sola vida que cruzaría el negro vacío estelar en dirección a la lejana Tierra y que, al crecer y desarrollarse, cambiaria el destino de muchas personas, merced a los superpoderes adquiridos bajo la influencia de un sol color amarillo.
Kal-El.
Hijo de Jor-El y Lara.
El ultimo de su raza.
SUPERMAN.
Con la roca de Kryptonita en su mano todavía, Baal se volvió hacia sus sirvientes.
-Recojan todo el material y pongan rumbo a las nuevas coordenadas prefijadas – dijo, sentándose en su trono otra vez – Deseo estar solo de momento.
Obedientes, el científico y los dos guardias Jaffa abandonaron la habitación. Una vez que estuvo solo, el Goa'uld admiró de nuevo el pedazo de roca radiactiva, sonriendo torvamente.
Esta vez tenía un plan magistral.
Un plan con el que destruiría de una vez por todas a sus odiados enemigos del SG-1 y que le permitiría, de paso, someter al ser más poderoso del Universo conocido.
Con su sonrisa diabólica congelada en su rostro, Baal activó un emisor holográfico y una imagen en tercera dimensión de un hombre calvo, humano en apariencia y vestido con un pulcro traje de negocios, se materializó a escasos centímetros de él.
-Veo que has tenido éxito en tu misión – dijo la aparición holográfica. Se acomodó su corbata despreocupadamente, mientras sus ojos verdes se fijaban en los del Señor del Sistema – Supongo que mis datos de las coordenadas del planeta han sido exactos.
-Tan solo queda un campo de desperdicios… y de esto – Baal alzó el fragmento de Kryptonita delante de su interlocutor.
El hombre calvo del traje de negocios silbó, evidentemente complacido y una sonrisa fugaz atravesó su seductor rostro.
-Hacia tiempo que no veía un pedazo de aquellas cosas… Caen muy pocas en la Tierra últimamente.
-Di orden de recoger todos los fragmentos que encontráramos. Tal y como acordamos, Lex Luthor de la Tierra, ahora te toca a ti hacer lo tuyo…
La sonrisa de Luthor se ensanchó ampliamente.
-Por supuesto, mí estimado Baal… Nuestra sociedad da inicio formalmente. Desde aquí, te prometo que tus enemigos serán… convenientemente dominados… y puedes estar seguro, con total certeza, de que Lex Luthor SIEMPRE cumple con lo que promete…
CUARTEL GENERAL DEL SGC
SALA DE REUNIONES
La espera se volvía agónica. En un momento dado del inmutable silencio que parecía invadir la habitación, Daniel Jackson levantó la mirada y la fijó en sus compañeros de equipo.
Recibió un reflejo de su misma angustia, ya fuera que observara a Teal'c, a Carter o a Mitchell. Éste último rompió este manto de mudez al exclamar, en voz alta:
-Como se esta tardando. ¿Le habrá pasado algo?
-Es curioso… Que el General Landry nos llame a una reunión importante y luego, no aparezca – Carter frunció el ceño – Solo puede significar malas noticias.
-Más malas noticias no, por favor – Mitchell revoleó sus ojos hacia el techo, fastidiado - ¡Como si no tuviéramos suficiente con el tema de los Ori!
-…Y todavía nos falta encontrar el arma de Merlín – Jackson se removió en su asiento, inquieto – No nos podemos dar el lujo de perder mas tiempo… cada segundo que gastamos nos acerca mas y mas a la destrucción.
Carter iba a agregar algo, pero en ese momento la puerta de la sala se abrió y un preocupado Landry entró a ocupar su lugar ante la mesa…
-¡Madre de Dios! – dijo, desabrochándose el cuello superior del traje militar, en un gesto de cansancio - ¡He tenido mejores días que este, creanme!
-¿Señor? ¿Qué…?
El General alzó una mano. La pregunta de Carter quedó incompleta solo hasta que el jefe máximo del SGC tomó un sorbo de agua de un vaso. Luego, por fin pudo proseguir contando de primera mano lo que le había ocurrido y que motivaba su queja.
-Acabo de venir de una reunión con el Comité de Supervisión del Proyecto StarGate – explicó – Estamos en aprietos… de los grandes.
-¿Qué sucede? ¿Woolsey ataca de nuevo? – preguntó Mitchell, sarcástico.
-Ojala fuera solo eso… - Landry meneó la cabeza, negativamente – Un importante accionista corporativo quiere unirse al Proyecto StarGate… mejor dicho, "comprar" parte de él al Gobierno. Ahora están en tratativas para llevar a cabo la operación.
Todo el SG-1 casi saltó de sus asientos al recibir tamaña noticia. Incluso Teal'c, quien siempre se mostraba dueño de sus emociones, se vio sorprendido por aquello.
-¿Quieren comprar el Proyecto StarGate? ¿Eso se puede hacer?
-Me temo que si, Mitchell – Landry bufó, molesto – Y mas si consideramos al accionista mayoritario que esta pugnando por inmiscuir sus narices aquí.
-¿Es alguien conocido?
-¿El nombre de LEX LUTHOR le dice algo, doctor Jackson?
La diversidad de reacciones al oír aquello era digna de analizar detenidamente. Mientras Teal'c permanecía apático, el resto de sus compañeros iniciaron una enérgica y hasta acalorada discusión…
-¡No puede ser! ¿Cómo una empresa privada como LuthorCorp puede tener acceso al Programa StarGate? ¡Es ilógico!
-Concuerdo con el Coronel Mitchell, señor. LuthorCorp es una corporación ajena al Programa. ¿Por qué y desde cuando Lex Luthor decide inmiscuirse en esto?
-Desde que Lex es amigo intimo del Presidente, Coronel Carter. Y además, LuthorCorp tiene también un importante contrato gubernamental con el Departamento de Defensa. Lo raro era que todavía no hubiera puesto sus ojos en nosotros… parece que ahora lo va a revertir – Landry se masajeó las sienes, agotado. Si no dormía un rato después de aquello, le darían migrañas, eso seguro.
Teal'c intervino.
-¿Es este Lex Luthor alguien peligroso?
Jackson se lo explicó. Era obvio que al ser alienígena, el Jaffa no estaba obligado a saber algunas cosas concernientes a la Tierra y a su particular mundo de los negocios.
-Mas bien, legalmente peligroso seria lo apropiado – dijo – Alexander Luthor (o solo "Lex", como le llaman) es un multimillonario, un filántropo. Es el dueño de LuthorCorp, un conglomerado vasto de empresas de diversas ramas interconectadas entre si. Luthor tiene su sede principal en la Torre Lex, ubicada en la ciudad de Metrópolis… desde allá dirige todo, según sé.
-¿Dónde queda esta "Metrópolis"? No había oído hablar de ella, ciertamente, en todo este tiempo que llevo con ustedes en la Tierra.
-Metrópolis es una gran ciudad de la Costa Este – Carter señaló a un mapa enmarcado en una pared cercana, de Estados Unidos – Esta cerca de Nueva York. Son, prácticamente, localidades vecinas.
-Es un gran lugar – dijo Mitchell, uniéndose a las explicaciones – Suelen llamarla a veces "La Ciudad del Mañana", por el diseño de sus rascacielos… Ahí vive el "Gran S".
Teal'c enarcó una ceja.
-¿El Gran S?
-Si… Ya sabes, el Hombre de Acero… el tipo ese de la capa roja y el pijama azul – tomado por sorpresa por la inocencia del Jaffa respecto al tema, Cameron no sabia como diablos hacerse entender. Intentó, de todas formas, explicarle – Este… El Gran Boy Scout… el tipo este que… que…
Teal'c lo miraba ahora como si se hubiera vuelto loco. Mitchell se volvió hacia sus compañeros, suplicante.
-Este… ¿Chicos?
-Superman es… bien, no se yo tampoco como explicarlo correctamente, de manera científica y razonable – Jackson se acomodó sus gafas, nervioso – Digamos que es un superhéroe.
-¿Superhéroe?
-Tiene… esto… se supone que tiene muchos poderes como volar y eso… y… este…
Daniel le echó una mirada a Carter. La Coronel entendió el gesto y lo relevó de la explicación, tomando ella la posta.
-Puede volar, tiene una incalculable fuerza física; dispara rayos de calor por los ojos, se mueve a súper velocidad, visión de rayos X…
Teal'c enarcó ahora las dos cejas, confuso. Pestañeó.
-Gracias, Sam, pero creo que solo mareas a nuestro amigo, je – dijo Jackson.
-Hay algo que no entiendo. ¿Qué tiene que ver este Superman con Lex Luthor?
La pregunta del Jaffa motivo un pequeño silencio, mientras el SG-1 y Landry se miraban entre si. Carter fue nuevamente la encargada de explicar.
-Algo… Se sabe que Luthor ha mantenido muchas veces disputas contra Superman y el Hombre de Acero con él. Dicen que lo acusó de varios crímenes y acciones no del todo legales… pero nada se ha probado, claro.
-Como sea y a pesar de lo que Sam dice, tener a Lex Luthor y su corporación en la cima no me inspiraría ninguna confianza, General.
-Entiendo su preocupación, Dr. Jackson – dijo Landry – Conozco a Luthor, desgraciadamente… tanto como para no querer saber NADA con dejarle acceso al StarGate.
-Me imagino.
-Esta tarde habrá una nueva reunión, por cierto. Asistirá el Presidente en persona y el Comité de Supervisión.
-Luthor también estará ahí, supongo...
-Es el invitado principal, doctor – el General se puso de pie - Voy a asistir… y espero que venga conmigo, por cierto. Intentaremos ver si podemos cambiar el rumbo de las cosas allí. En el SGC son muchos que no quieren saber nada con LuthorCorp. Si tenemos éxito, lograremos hacer desistir al Presidente de su incorporación… Hasta el momento, y por orden "de arriba" todas las misiones SG quedan suspendidas.
Jackson se puso de pie de golpe, de la mesa. Miró fuertemente a Landry.
-¡Pero…! ¿Y los Ori? ¿Y el arma de Merlín?
-Me temo que eso deberá esperar también – el General comenzó a caminar hacia la puerta de salida – Roguemos por evitar las garras de Luthor, mejor. Creanme cuando les digo que preferiría cien mil veces vérmelas con los Ori que con Luthor. Al menos, los Ori siguen una línea… no es lo mismo que podríamos decir de Lex.
CIUDAD DE METROPOLIS, MÁS TARDE
REDACCION DEL DIARIO "EL PLANETA"
Cuando el ascensor se abrió y el usual sonido de conversaciones y el traquetear de las maquinas de escribir asaltaron los sentidos de Clark Kent, el periodista (alter ego del poderoso Superman) sonrió y atravesó el vestíbulo, dirigiéndose directamente hacia su escritorio.
-Hey, Jimmy… ¿Algo nuevo? – preguntó a un joven pelirrojo pecoso, quien en esos momentos depositaba un par de legajos en su mesa y en la de su compañera de equipo en El Planeta, Lois Lane.
-Lo usual, señor Kent – el muchacho se encogió de hombros, sonriendo tímidamente – Superman y sus hazañas de costumbre… Dicen que le vieron hace poco evitando una colisión de trenes y esas cosas... Como ve, nada fuera de lo normal.
Clark asintió. Se acomodó sus gafas de montura gruesa y se sentó delante de su escritorio, listo para empezar su labor matinal.
Lo que ni Jimmy Olsen ni el resto de Metrópolis sabían en realidad (ni el mundo, en general) era que la jornada de Kent había empezado mas temprano aquel día…
Sin ir mas lejos, aquella mañana, Superman estuvo más que ocupado volando por toda la ciudad, sofocando incendios, evitando accidentes fatales y hasta frustrando un atentado terrorista de un grupo criminal que había amenazado volar con una bomba el Lexor Hotel.
"Si, lo que podía decirse una mañana MUY ocupada", pensó Clark, enganchando una hoja en el rodillo de su maquina de escribir y comenzando a pulsar las teclas.
-¡Kent! ¡Deja todo lo que estas haciendo y ven aquí! – gritó la voz grave de Perry White, editor y Director principal del Planeta, emergiendo desde las profundidades de su oficina.
-El jefe llamando, señor Kent – Jimmy lo miró, un tanto preocupado.
-Si, Jim… me di cuenta.
Clark se puso de pie, se acomodó la corbata de su traje y se encaminó hacia la oficina de Perry. Se detuvo un momento antes delante de la puerta para mirarse en el vidrio del marco. Su aspecto era pulcramente impecable.
Clark Kent era alto, de hombros anchos y bastante atractivo. En general, les gustaba mucho a las mujeres aquellos ojos celestes suyos… El único defecto que el audaz periodista tenia era, en opinión de todos, las horribles gafas de lentes gruesos que llevaba puestas.
Lois solía gastarle bromas con respecto a eso, diciéndole que lo mejor seria que se comprara un par de lentes de contacto, para reemplazar semejantes "aparatos".
…Lo que la chica no sabía era que en realidad, así como las gafas y el resto de la personalidad de Clark, solo eran una tapadera para encubrir a Superman, el Ultimo Hijo de Krypton, oculto entre nosotros, en la Tierra…
Entró en la oficina.
White estaba acompañado de una muchacha morena y atractiva en ese momento, con quien discutía enérgicamente… Los dos se volvieron cuando Kent entró.
-¿Quería verme, Sr. White? – preguntó – Hola Lois – saludó a la chica.
-Hey, Smallville… ¿Dónde diablos estabas esta mañana temprano? Te llamé por teléfono a tu departamento y no contestaba nadie. ¿Te quitaron la línea?
-Muy graciosa, Lois. Estaba… fuera – sonrió – Ya sabes… El trabajo del reportero y eso. Las noticias siempre están ahí afuera y hay que encontrarlas.
Lois resopló, divertida.
-Clark, cualquiera diría que estas pretendiendo ganarme el Pulitzer con esa actitud tuya…
-¿Yo?
-Si y no pongas cara de inocente, señor Kent. Nos conocemos hace tiempo.
-Lois, Lois, vamos… Tú escribes mejor que yo, jamás podría robarte una exclusiva.
-No me digas.
-Ejem… ¿Terminaron? – dijo Perry, mirando a sus dos reporteros estrella, irónico – Kent, estas retrasado a la noticia y justo le estaba explicando a Lois la cobertura que quiero del loco ese que acaba de desafiar a Superman por TV.
-¿Loco? ¿Por la TV? Creo que efectivamente me perdí algo, jefe – la sonrisa de Clark había desaparecido de su rostro – Le pregunté a Jimmy si había sucedido algo y no me ha dicho nada de eso…
-Olsen vive en una burbuja – Perry meneó la cabeza. Tomó un control remoto y encendió un televisor cercano con vídeocasetera incluida – Lo tenemos grabado. Los de la WLEX nos ganaron la exclusiva, lamentablemente – hubo un gesto de reproche en el tono en que dijo aquello – Yo solo creo que se trata de un loco mas que se planta a desafiar a Superman, pero Lois me decía que este tenia algo que le daba mala espina.
Una imagen apareció en la pantalla. Un hombre de porte elegante, ataviado con una suntuosa túnica roja de alguna clase. Sonreía y sus ojos brillaban, sobrenaturales, mientras hablaba. Estaba sentado en un trono, rodeado de guardias armados con trajes grises de mirada feroz y desafiante, cuyas frentes tenían un emblema muy extraño tatuado.
-Saludos, Tau'ri, soy Baal, Señor del Sistema Goa'uld. He venido hasta su ciudad para retar a duelo al Ultimo Hijo de Krypton. El ser que ustedes llaman "Superman".
Clark seguía con todo detalle el mensaje de aquel sujeto. Por la voz extraña y deformada que salía de sus labios, aquel sin duda alguna se trataba de una entidad alienígena.
No era el primer extraterrestre al que Superman tenía que vérselas, en realidad. Sin ir más lejos, hacia poco había tenido un enfrentamiento en la Luna contra Brainiac, otro de sus más terribles archienemigos, que venia de lo más lejano del espacio…
Pero algo había en este "Baal" que particularmente lo perturbaba y mucho. Su postura era… segura, autosuficiente.
No podía ser tomado a la ligera.
-…Si estas viendo este mensaje, Superman, es mejor que aceptes mi reto. Si dudas de mi poder, solo conseguirás desatar mi ira sobre tu querida ciudad, Metrópolis – los ojos de Baal volvieron a brillar – Solo como muestra de la veracidad de mis palabras… Al mediodía, tiempo Tau'ri estimado, mi nave estará en posición sobre tu ciudad… Esa será la señal de que mi desafío esta plantado y que es una realidad que tendrás que aceptar.
Aquello era todo. Perry apagó el TV y la vídeocasetera, con el mensaje grabado.
-Bueno… - consultó su reloj – Se supone que en estos momentos su nave estaría sobre nosotros… No pareciera que…
Pero las palabras del director del Planeta quedaron ahogadas por un coro de gritos que venia directamente desde las calles de Metrópolis. Lois fue la primera que corrió hacia una ventana y la abrió, avistando lo que sucedía fuera… y retrocedió, espantada.
En esos momentos, la luz del Sol quedo bloqueada por algo inmenso, en el cielo. Una silueta tenebrosa, inconfundible y de forma piramidal surgía a la vista de todos, provocando un pánico sin igual en la ciudad.
…Emergiendo como una pesadilla de mil infiernos, la nave madre de Baal hacia acto de presencia...
-¡Por el fantasma del Cesar! – exclamó Perry, atónito - ¡Kent! ¡Quiero fotos de eso y la exclusiva de…! ¿Kent? ¿Kent? ¿Dónde diablos se metió este muchacho?
En la terraza del Planeta, al lado del globo terráqueo giratorio de bronce, Clark mudaba sus ropas de reportero y se colocaba a súper velocidad su traje azul y su capa roja, convirtiéndose inmediatamente en el ser más poderoso del mundo…
-Esto, decididamente es un trabajo para SUPERMAN.
Continuara…
