POV Len.

He aquí otro día monótono y triste. Bueno soy Kagamine Len y tengo catorce años. Mi familia es una madre borracha, un padre drogadicto y una hermana gemela que, hasta la fecha, sigue sin aparecer. ¿Quién es? No lo sé, mis padres la vendieron y yo no me he dado por vencido en encontrarla. Yo creo que si ella me brinda apoyo yo sería feliz, quiero encontrarla para no estar solo nunca más. Ella sería para mí la niña de mis ojos, claro, si no tiene malos hábitos. Según tengo entendido su nombre es Rin, pero no sé si aún conserva su nombre o se lo cambiaron cuando se la llevaron, debe sufrir mucho. Pero la encontraré.

POV Rin.

Otro día más estando preocupada por él. Soy Kagamine Rin y tengo catorce años, según tengo entendido mis padres me vendieron cuando era una bebé y tengo un gemelo al que busco sin cesar con todo lo que tengo en mi alcance, él seguramente debe estar muy solo y triste al igual que yo. ¿Con quién vivo? Ah pues vivo, desde que se encontraron que me maltrataban, con Hatsune Miku y con Meiko-san. Antes vivía con las personas con las que me vendieron, era desdichada pero luego Miku-chan demandó a esas personas y ahora vivo con ella y Meiko-san, ellas me cuidan y me quieren. Pero me preocupa Len, así se llama, creo. Lo escuché de esas personas que mi gemelo Kagamine Len me buscaba y yo hago lo mismo para ayudarle un poco para encontrarnos.

-Rin-chan, Meiko onee-san dice que te apresures para ir a clases.-ella es Miku-chan. Es una linda chica con cabello y ojos aguamarina y su piel es blanca.

-Ya voy, Miku-chan, es solo que mi cabello esta enredado.-soy rubia, lacia y de cabello corto pero aún así se enreda. Soy de ojos azules y piel blanca.

-A ver, déjame ayudarte con eso.-Miku-chan tomó un cepillo y con cuidado desenredó mi cabello y lo adornó con mi típico moño blanco.

-Muchas gracias, Miku-chan.-agradecí a mi amiga.

-¿Para qué son las amigas, eh?-dijo Miku.

-Anda, mejor nos vamos, que ya es tarde.-le dije a Miku.

-Es cierto.-Miku-chan y yo saludamos a Meiko, tomamos un jugo de naranja rápido, tomamos nuestros bentos, mochilas, nos pusimos los zapatos y salimos disparadas (metafóricamente) hacia la escuela. Apenas llegamos a tiempo y tomamos nuestros lugares cansadas y sin aliento.

-Ohayo, Rin-chan, Miku-chan.-saludó nuestra amiga Gumi. Se llama Megumi pero le decimos Gumi.

-Ohayo Gumi.-dijimos Miku-chan y yo con tono cansado.

-¿De nuevo tarde?-preguntó.

-¿Qué no es obvio?-respondió Miku y reprendí una risita.

-Buenos días, clase.-saludó la sensei, se llama Akari Yui.

-Buenos días, Akari-sensei.-respondimos en coro.

-Hoy tendremos dos nuevos compañeros. Onegai, pasen y preséntense.-dijo Akari-sensei pero no presté atención a quienes entraron pues me sumí en mi mundo.

-Soy Shion Kaito y tengo quince años. Espero nos llevemos bien.-escuche una voz masculina.

-Y yo soy Kagamine Len.-me sobresalté por el nombre y apellido y lo enfoqué. Era idéntico a mi.-Tengo catorce años, por favor cuiden de mi.-sigo en shock.

-Shion-san, siéntese al lado de Hatsune-san. De pie, Hatsune-san.-dijo Akari-sensei y Miku-chan se levantó y el chico de pelo azul se sentó a un lado de Miku-chan.

-Y Kagamine-san, ¿adivine? Se sentará atrás de Kagamine-san. De pie, Kagamine-san.-dijo y con la cabeza gacha me levanté.

-No puede ser.-dijo mi posible hermano Len-san.-Te busqué por mucho tiempo, Rin-san.

POV Len.

¡Por fin! La encontré después de mucho tiempo. Es mi hermana Rin. Expliqué la situación a la sensei y pedí permiso de hablar con mi hermana perdida. Ella afirmó pero sólo nos daría las primeras dos horas de clase para hablar del caso y luego regresaríamos a clase y después iríamos con la psicóloga y la trabajadora social para hablar acerca del tema y poner en claro la situación en la que vivo con mis padres. A ver si me dejan ir donde vive Rin.

-Así que es cierto, te llamas Len.-dijo Rin como en shock.

-¿Y cómo lo supiste?-pregunté.

-Es que las personas con las que me vendieron estaban alarmadas porque me encontraras, al parecer tus padres los habían puesto al tanto.-dijo Rin y tenía rabia, si rabia hacia mis padres por no haberme dicho que si sabían donde se encontraba Rin. Es tan frustrante saber que lo sabían y no me lo dijeron.

-Maldición.-murmuré.-¿Sigues viviendo con esos desgraciados?-le pregunté.

-No, mi amiga Miku los demandó y ahora vivo con ella y su tutora Meiko. Ellas me han tratado muy bien.-me contestó con cierta chispa al hablar de ellas.

-Me alegro mucho de que ya no sufras. Si no te molesta, ¿podrías contarme como fue tu vida con esa mala gente?-pregunté un tanto incomodo.

-Si, no te incomodes. Bueno, me trataban como sirvienta y me ponían a trabajar. Iba a la escuela pero era muy difícil no llegar cansada a ella. Cuando hacia algo mal o aunque no lo hiciera, ellos me golpeaban. Hubo un punto en que Miku-chan me tuvo que llevar al hospital y me hospitalizaron por un mes entero porque las heridas fueron de gravedad. Tenía apenas diez años. Ahí mismo, Meiko-san denunció a esa gente y me fui a vivir con ellas, pues en ese tiempo tuve un severo problema de desconfianza hacia la gente que, viviendo con ellas, poco a poco superé. Ahora todo el mundo me conoce y quiere.-me contó con un cierto aire de tristeza y yo no pude evitar llorar. No pude estar para ella cuando lo necesitaba y me siento impotente. Pronto, Rin puso una mano en mi hombro en señal de que me calmara.

-No llores, Len-san. Lo bueno es que todo acabó.-dijo Rin.

-Llámame Len simplemente, ¿si? Es que me siento impotente por no poder haber estado ahí para ti, Rin-san. Te busqué desde que tengo seis años y me enteré de tu existencia y veo que has sufrido más que yo. Mamá y papá son borrachos y drogadictos pero nunca me han golpeado. De hecho pare ellos no existo.-le revelé.

-Oh, ya veo. Dime Rin simplemente. También has sufrido y tampoco he dejado de pensar si estabas bien desde que supe que existías.-dijo Rin.

-¿Y qué es lo que más te gusta, Rin?-le pregunté.

-Adoro el anime de Pokémon. Me gusta la música mucho, he compuesto mis propias canciones.-dijo Rin animada con mi pregunta.

-Ah, a mi también me gusta mucho Pokémon y me gusta mucho cantar.-respondí.

Así hablamos de nuestros gustos y tenemos muchas cosas en común. Por algo somos hermanos, ¿no? Le conté acerca de nuestros padres y ella me contó acerca de las personas con las que estuvo viviendo, vaya desgraciados. Lo bueno es que se los llevaron a la cárcel y ojalá no salgan de ahí en mucho tiempo o yo cometeré un crimen que implique cadena perpetua.

-Será mejor que entremos a clase.-sugirió Rin.

-Si.-contesté.


Konnichiwa.

Bueno este es mi primer fanfiction y espero esté bien. Si ven algo que no esté en orden me avisan para editarlo, por favor. Este fic es RinXLen, si no te gusta, por favor no lo leas. Lo digo tarde. Gracias por leer. Si llegaron a este punto supongo que les gustó.

Gracias.

Marie.