Capitulo 1: Reencuentro
Lunes, 18 de septiembre de 2021 9:20 a.m
El teléfono sonó varias veces, según llegaban varios mensajes. Esto hizo que Blaine despertase del profundo sueño en el que estaba sumido. Blaine cogió el móvil y comprobó los mensajes. Eran de un número que no conocía y que no le resultó remotamente familiar:
"¡Blaine! ¡Cuánto tiempo!"
"Estas en NY, ¿verdad? Podríamos vernos…"
"Asumo que aun estás dormido, así que no te molesto, pero contesta cuando veas los mensajes. –S"
"S…" repitió Blaine en la cama mientras dejaba el móvil en la mesilla.
Blaine no era capaz de recordar algún nombre significativo en su vida que empezara por S. "Quizás alguien con me enrollase alguna noche… "pensó. Con este pensamiento, decidió que era mejor no contestar y fue a darse una ducha.
Al volver al cuarto principal de su suite del Waldorf-Astoria, escuchó sonar su móvil, pero esta vez era una llamada, de aquel número desconocido. Blaine ignoró la llamada y empezó a vestirse.
14.05 p.m.
Había salido de su ensayo matutino y se dirigía a su restaurante de siempre a comer, cuando dos chicas lo pararon justo cuando se disponía a cruzar.
"¡Disculpa! Eres Blaine Anderson, ¿verdad?"
"El mismo" contestó con una sonrisa, siempre era agradable conocer fans, especialmente cuando se ponían nerviosas y no sabían cómo actuar. Uno de los grandes atractivos de Blaine como actor es que siempre había sido bueno con los fans.
"Fuimos el sábado a ver American Dream y nos encantó" dijo la chica que aun no había hablado, tendiéndole una libreta y un rotulador negro "¿Puedes firmarnos unos autógrafos?"
Sin perder un ápice de su sonrisa, Blaine accedió, cogió la libreta mientras dijo "Pues si os gustó es que hago bien me trabajo, lo cual es un alivio" comentó fingiendo falsa tranquilidad y riéndose con las chicas. "¿A nombre de quién?" añadió señalando la libreta con el rotulador.
"Case y Kaley" dijeron las chicas al unisonó.
Blaine firmó dos autógrafos con dedicatoria incluida, uno para cada chica, y se lo devolvió.
"Muchas gracias" Contestó la chica que le había llamado al principio "No sabíamos como ibas a tomarte que te lo pidiéramos pero eres tan majo como dicen" elogió haciendo que Blaine pudiera notar el nerviosismo y la adulación en su voz.
"Oh… muchas gracias, chicas. Sois adorables, pero me tengo que ir a comer, si quiero llegar a la hora y mantener mi trabajo en el musical…" dijo Blaine poniendo cara de circunstancia.
"Oh, sí, lo siento, perdón que te paráramos…" dijo la otra chica, poniéndose colorada.
Blaine se acercó para abrazarlas, riéndose y se despidió de ellas diciendo "No lo sintáis, siempre es agradable conocer fans. Hasta pronto chicas" terminó, siguiendo su camino hacia el restaurante.
Una vez dentro y con su comida en la mesa, encendió el móvil y vio un mensaje con cinco llamadas perdidas de aquel número desconocido. Blaine arrugó el gesto, si eso seguía así su equipo de seguridad personal tendría que tomar cartas en el asunto.
Martes, 19 de septiembre de 2021, 9.07 a.m.
El móvil volvió a sonar, despertando al joven de su profundo sueño. Era el mismo número del día anterior. Esta vez con bastante cabreo, Blaine cogió la llamada:
"¿Quién es? "Gruñó al móvil.
"Woah, Anderson sigues teniendo mal despertar" contestó al otro lado una voz risueña
"¿Cómo? ¿Con quién hablo?" respondió el moreno, todavía molesto.
"¿Qué con quien hablas? ¿Te has olvidado de tu mejor amigo del instituto? Vaya…" dijo la voz al otro lado pasado del tono risueño al apagado.
"Un momento…" respondió Blaine, saliendo de la cama y comenzando a despejarse, siendo capaz de comprender lo que estaba pasando. "mejor amigo del instituto… S…" murmuró caminando por su cuarto "¿Sam? ¿Samuel Evans? ¿Eres tú?" Y al pronunciar su nombre una sonrisa se estableció en su cara.
"Vaya… parece que no me has olvidado al fin y al cabo" respondió la voz risueña de nuevo. "¡Claro que soy yo, idiota! Podrías haberme cogido el teléfono ayer, ¿no crees?"
"Sammy, por lo que a mí respecta, hasta hace cinco minutos eras un acosador" dijo Blaine riéndose.
"Eso, me da que pensar. Parece que la fama te ha sentado bien, ¿No, señor actor de musicales revelación?"
"¿Tu qué crees?" contestó el moreno, fanfarroneando "Un momento… ¿estás en Nueva York? ¿Qué haces aquí?"
"Larga historia. ¿Podemos vernos y te pongo al día?"
"Sí, claro, a las diez tengo ensayo y salgo a las dos, ahora te mando la dirección de un restaurante y quedamos para comer ¿De acuerdo?"
"Si, vale" dijo Sam, quitándose el teléfono del oído para comprobar que había recibido la dirección "Allí nos vemos, enano"
"No me llames enano, idiota" gruñó Blaine.
Pero no obtuvo respuesta, Sam había colgado.
Había colgado, para terminar de vestirse salir del motel en el que había tenido que dormir y salir camino a su nuevo trabajo. Miró una dirección en un papel que sacó de su bolsillo, buscó en un mapa, la parada de metro más cercana y se metió, salió a una calle enmarcada por edificios de gran altura, donde la gente iba y venía, sin preocuparse de a quien arrollara en el camino. Aun después de haber sido arrollado por dos personas hasta que consiguió encontrar el edificio al que tenía que ir, Sam entró en el ascensor con una amplia sonrisa, debida en parte a la emoción de su nuevo trabajo y en parte a las ganas que tenia de ver a su mejor amigo, después de ocho años sin saber nada de él. Y tenía que pedirle algunas cosas…
Martes, 19 de septiembre de 2021, 13.52pm
Sam estaba parado frente al restaurante donde había acordado esperar a Blaine, mirando su reflejo en uno de los cristales del sitio. Llevaba una camisa y una americana desabrochada con unos chinos oscuros. Muy diferente a como solía vestir ocho años atrás. Aprovechó que no había señales de Blaine por ningún lado para comprobar que no tenía ningún mensaje en el móvil. Tras hacerlo volvió a guardar el teléfono en el bolsillo interior de la americana.
Tras unos minutos más de espera, Sam pudo ver una cabeza, que le resultaba vagamente familiar, saliendo a toda prisa de uno de los edificios.
Blaine salía a toda prisa de su ensayo que se había alargado más de lo previsto, cruzó la calle rápidamente y busco a su amigo con la mirada, se fijó en el hombre, bien vestido que estaba mirándole sonriente y no pudo creer lo que estaba viendo.
"Imposible." Dijo señalándole "Jamás pensé que vería al señor Sam Ropa Casual Evans vistiendo como alguien con clase" apuntó sonriendo mientras se acercaba.
"Y yo pensando que en estos ocho años habrías crecido un par de centímetros y ni eso… Que decepción" contestó el rubio con falsa pesadumbre.
"¡Idiota! No has cambiado nada…" respondió Blaine dándole un puñetazo en el hombro a su antiguo compañero.
Los dos se fundieron en un abrazo, intenso, típico de dos personas que llevan ocho años sin verse. Ocho años, con asuntos sin resolver, aunque en aquel momento ninguno de los dos fue consciente de aquello. Simplemente se había echado de menos.
"Crecer no habrás crecido, pero parece que sí que has estado entrenando" dijo el rubio cuando el abrazo finalizó apretando el brazo del moreno.
Las bromas siguieron mientras entraban en el restaurante y se sentaban en una mesa.
"Te preguntaría que como te ha ido, pero probablemente en la People vengan mas detalles" dijo Sam, mientras se quitaba su chaqueta y la colocaba en el respaldo de la silla.
"Probablemente" coincidió Blaine riéndose y pidiendo por ambos." Y.. ¿Qué ha sido de ti? No volví a saber nada de ti después de la graduación…" añadió con cierto reparo por el verdadero motivo por el que no había intentado mantener el contacto, creando cierta incomodidad, que Sam también notó pero decidió ignorar.
"Pues, me gradué y conseguí entrar en la Universidad de Lima, decidí que lo mejor era hacer una carrera orientada a las finanzas, para ayudar a mi padre con su empresa, así que hice Empresariales, me gradué a los cinco años, empecé a trabajar en el negocio de reparaciones de mi padre que prosperó y prosperó. "
Entonces llegaron los platos de comida, con dos sándwiches vegetales con patatas y Blaine aprovechó la pausa, para interrumpir el monólogo de Sam.
"Eso es genial, Sammy. Me alegro de que os haya ido bien" asintió con algo de pena en su voz por no haber estado ahí para Sam en esos ocho años "Todo por aquella tontería" pensó sin tratar de demostrarlo de manera alguna mientras Sam seguía con su historia, tan sonriente como lo recordaba.
"Pues tras abrir 25 tiendas en todo Ohio, mi padre consiguió abrir tres tiendas en Michigan, dos en Indiana y cinco en Kentucky y Pensilvania. Todo siguió genial, a partir de ahí y comencé a hacer cargo de la contabilidad y de las decisiones importantes, a la par que enseñaba a mi padre y contratábamos más gente para ayudarnos, todo siguió creciendo, muchas más tiendas se abrieron, aunque otras se cerraron. Y hace cosa de tres meses, mi padre me dijo que quería dar el salto e intentarlo en Nueva York y que quería que yo fuera el director de todo lo que ocurriese aquí" mintió Sam en esta última parte. "Y no fui capaz de negarme" terminó sonriendo y dando un mordisco a su comida.
Blaine había estado atento a todo el relato de su ex-compañero de Glee Club, mientras comía.
"Dios, Sam, no sabes lo que me alegro de que os vaya tan bien. Os lo merecéis, de verdad. Y más después de todo lo que pasasteis aquel año en el que tuvisteis que mudaros a Kentucky y todo eso…" respondió Blaine tratando de quitarle hierro a todo aquello. "Un momento… ¿Eso quiere decir que te quedas en la ciudad?" continuó Blaine al darse cuenta, sin poder ocultar su alegría porque pasara aquello.
"Si, todo sale bien, que espero que salga, sí, tengo que quedarme" contestó Sam sonriendo "Y tengo que pedirte una cosa" añadió dándole un mordisco a su sándwich.
"Sí, claro, lo que sea" dijo Blaine, sin pesar sin quiera antes de que las palabras salieran disparadas por su boca.
"Imagino que siendo lo famoso y exitoso que eres, según las revistas "apuntilló el rubio, riéndose. " Tendrás espacio de sobra en tu casa para acogerme unos días, ¿verdad?" terminó escudriñando a Blaine con la mirada. Al darse cuenta de todo lo que eso podría suponer, decidió matizar "Solo unos días, hasta que encuentre un sitio adecuado donde quedarme, que no se parezca demasiado al motel en el que he tenido que pasar la noche"
"Sam" dijo Blaine incorporándose en su asiento y moviéndose algo incomodo debido a los recuerdos que comenzaban a acecharle, tras la petición de Sam. "Puedes quedarte en mi suite todo el tiempo que quieras. Hay espacio de sobra para pedirles que pongan otra cama, y el tiempo, de verdad te lo digo, no es problema" explicó Blaine apartando su plato hacia el centro de la mesa, dándose cuenta entonces de algo "Espera… ¡Mierda! ¡Has tenido que pasar la noche en un motel porque no te cogí el teléfono ayer, pensando que eras alguno de mis ex!" dijo bajando el tono, sintiéndose estúpido por su forma de actuar el día anterior.
"Eh, Blaine, tranquilo" trató de animarle Sam "No esperaba que me contestaras siquiera" añadió, dándose cuenta justo cuando soltó la ultima palabra de que aquello podría ser muy malinterpretable. "Y… gracias por dejarme quedarme contigo, ¿A dónde llevo mis cosas?"
"Al Waldorf-Astoria, tengo mi suite allí" contestó el moreno, tratando de no darle demasiadas vueltas a lo que había contestado el hombre que tenía enfrente. "Llamaré para avisar y para que monten la cama"
"Muchas gracias otra vez, Blai. De verdad" dijo agradecido Sam, llevándose una mano al pecho, justo encima del corazón, inconscientemente.
"No, las des. Es para lo que estamos los amigos" respondió Blaine, sonriendo. Después de eso, miró el reloj. "Pero voy a tener que marcharme, Sam. Tengo gimnasio en media hora y después ensayo de canto" Sacó un boli y cogió una de las servilletas de papel que había en la mesa, apuntando una dirección" Ven a recogerme a esta dirección a las ocho y media, luego te acompaño a instalarte y después podemos salir, a cenar y a tomar algo para celebrar tu llegada a la gran ciudad" añadió levantándose y poniéndose la chaqueta, tendiéndole el papel a Sam, una vez levantado.
Sam cogió el papel, lo guardó y se despidió de Blaine, viendo como abandonaba el restaurante y se iba caminando, hasta desaparecer de su vista. Sam, salió del restaurante poco después, caminando hacia su hotel con una sensación agridulce. Por un lado, estaba contento de haber recuperado el contacto con su mejor amigo y todo lo que aquello suponía. Por el otro, todo este acercamiento le daba miedo, porque podía sacar cosas, en especial ciertos sentimientos, que no estaba seguro de si era lo que debía sentir.
