Disclaimer: Harry Potter, todos los demás personajes y algunos lugares son propiedad de J.K Rowling.

Hago esto sin fines de lucro mi objetivo es divertirme y pasar un buen rato.

Advertencias: Este fic es slash, relación chico y chico.

Este fic es EWE…Epilogue? What Epilogue?, por lo tanto ignoro el Epílogo escrito por J.K Rowling.

Es clasificación M, por lo tanto tiene sexo explícito y no es recomendable para mentes débiles.

Si no te gusta no lo leas, y como dicen por ahí "bajo advertencia no hay engaño".


CONSTRUYENDO UN FUTURO

Capítulo 1

Tal vez era tonto tener alguna esperanza, después de todo, que decidiera pararse a saludarlo e invitarle un café a mitad del Callejón Diagon en un día cualquiera, no significaba nada.

Era una café común y corriente del Callejón Diagon, la fachada era color café claro y desde su perspectiva parecía cómodo y digno de un Malfoy, enseguida deshecho el pensamiento; hacía tiempo que a nadie le importaban los Malfoy y mucho menos su opinión sobre cualquier cosa.

Había que aceptarlo, el apellido Malfoy jamás sería el mismo; pero que se mordiera la lengua si algún día aceptaba que se sentía infinitamente agradecido - por aun tener casa y madre- hacia a la persona que le había invitado el café: Harry Potter.

Entro al café justo después de Potter con un movimiento elegante y oyó como tres segundos después la puerta se cerraba sola detrás de él; gracias a un hechizo previamente ejecutado. Pronto se dio cuenta de que aquel café era de su agrado, estaba decorado con un estilo moderno pero a la vez rústico, las paredes estaban pintadas de un verde bastante agradable –verde Slytherin pensó para sí- , adornadas con algunos cuadros con bodegones luminosos y paisajes verdaderamente preciosos.

El tono verde del local le otorgaba un aspecto elegante que se acentuaba con sinuosas lámparas colgantes de las que emanaba una luz blanca que confería tranquilidad al ambiente; por otro lado las mesas eran de un tono obscuro de madera y a los lados tenía pequeños sillones al parecer muy cómodos a juego, con el resto del local.

Potter se dirigió hacia una mesa vacía en el fondo del café, lejos de miradas y oídos indiscretos; parecía nervioso, pues sus ojos iban de una lado a otro y no se tranquilizaron hasta que Draco estuvo sentado frente a el; hubiese preferido que los ojos de Potter siguieran bailando al ritmo del tarantallegra en vez de haberse fijado por completo en él.

Se sentía absorto observando aquel iris verde imposible, como si su vida ahora sólo dependiese de seguir sumergido en esos profundos y brillantes ojos, tan dulces, tan transparentes, tan inocentes y tan… tan de Potter.

Una necesidad de ver esos ojos cada segundo de su vida, de verse reflejado siempre en ellos, de jamás separarse de ellos y de por sobre todo saberse dueño de los ojos que lo contemplaban lo invadió; sintió pánico que se disipó completamente al analizar –si esa era la palabra- el rostro de Potter por primera vez desde hacía cinco años y no sólo sus ojos.

Tenía poco menos de un mes que había decidido regresar a Londres desde su exilio auto impuesto y aún no se había fijado bien en Potter por miedo a que pasara justo lo que acababa de pasar. Lo que encontró ahora le sorprendió más de lo que esperaba. Los rastros adolescentes habían quedado en el pasado siendo reemplazados por expresiones más maduras, más atractivas, más consientes de mundo y más experimentadas, empero lo que más le llamaba la atención de su rostro fue el grado de sabiduría y poder que Potter sustentaba y revelaba a través de sus rasgos, lo que vio no lo desencantó, simplemente… lo descolocó.

De nuevo sintió esa necesidad de poseer al hombre que tenía enfrente, de saberlo suyo.

Se despejó la mente parpadeando y tratando de olvidar su pasado para concentrarse en el presente - evitando reabrir heridas viejas que creyó cerradas- y más concretamente en la expresión de Potter que en sus rasgos.

Al segundo se dio cuenta cómo Potter cambiaba de concentrado a desconcertado, seguramente fue su respuesta a la cara de estúpido que Draco debía tener; pero no lo podía evitar, por más que lo intentara, por mucho que se lo negara, Draco lo sabía y ya no tenía caso ocultárselo a él mismo, amaba a Potter.

Decidió ignorar este asunto por un rato, ya en Malfoy Mannor tendría tiempo para desencadenar sus emociones, y mantener la calma y frialdad típica de un Malfoy; recompuso su mejor sonrisa y aspecto frívolo para enfrentarse a su infierno personal.

-Potter… ¿me trajiste aquí para hablar o para sentarte a verme como si fueras un retrasado mental?- dijo Draco en tono despectivo.

-Pues Malfoy, ciertamente el que empezó a verme con cara de retrasado mental fuiste tú y en cuanto a lo otro, sí, te pedí que vinieras para hablar- respondió Potter recomponiendo su gesto y adoptando una actitud relajada.

-Entonces habla Potter no tengo todo el tiempo.

-Bien primero quiero reiterarte mi petición de que te dirijas a mi por mi nombre de pila ya es suficiente con las muchas personas que se dirigen a mi por mi apellido, también lo hago porque después de todo somos compañeros de trabajo- se reclinó un poco en su sillón, inhaló lentamente para exhalar después y siguió- pero antes, ¿no te invitó a tomar una café?- .

Le hizo una seña a la mesera más cercana, la chica casi dio saltos de emoción, seguro pensaba ¡oh Dios, voy a atender al Chico-que-vivió!; sin embargo Potter no le presto la más mínima atención, lo que hizo que a Draco le picara una duda que pensaba resolver.

Disimuladamente ladeo la cabeza para mirar la mano de Potter – Harry para sus adentros- la última vez que había visto esa mano tenía la piel más suave y lucía un ostentoso anillo de bodas; la causa de su desesperación, en vez de eso el anillo había sido sustituido por uno más sencillo y que tenía grabado un único símbolo. Draco se hizo una nota mental sobre encontrar el momento adecuado para hablar con Potter sobre eso.

Tras haber pedido dos expresos y dos pedazos de tarta de melaza; Potter comenzó a parlotear, Draco lo escuchaba a medias por supuesto el hecho de tener a Potter en frente con esa cara que, aunque jamás lo dijera, le parecía tan tierna no ayudaba a prestar mucha atención a su conversación. Una parte de las incoherencias de Potter llamó su atención, estaba diciendo algo así como y lo de dar paseos por esa zona, dicen que ahí se pueden encontrar…

-¿Eres gay Potter?- pronto Draco enrojeció, todos lo estaban mirando, no porque acabara de preguntar por la sexualidad de el-chico-dorado si no por haber gritado.

-Malfoy… ¿necesitas un altavoz o algo así?- dijo Potter sarcásticamente.

-Lo siento…yo no sabía...-.

-No importa de cualquier manera no es algo que me avergüence, si Malfoy soy gay- Potter hizo una mueca extraña y continuó- y no es que sea chismoso o que me guste hacer cotilla pero…me enteré que tú también…-.

Draco casi se atraganta con el café que acaba de traer la señorita y que el había comenzado a beber, pero disimuló lo mejor que pudo que nada había pasado.

-¿Quieres un cita?- preguntó Draco un poco más emocionado de lo que pretendía.

-Pues en realidad Malfoy a decir verdad, no. Quiero un acompañante para la misión-.

Draco estuvo a punto de tomar su varita y lanzarse a si mismo un Obliviate; que estúpido, Potter sólo quería que fueran equipo en la misión que recién les habían asignado sobre una zona en la que se encuentran traficantes de objetos mágicos y pociones adulteradas.

-Pero tal vez un trago no estaría mal, de cualquier manera los chicos y yo vamos a ir a las Tres Escobas mañana…si tú quieres puedes acompañarnos-.

¡Bendito sea Potter que lo compone todo! Sin embargo no se lo podía permitir, no sabía que tan fuerte estaría su corazón tras años de desuso en el área de protecciones anti-Potter, por otro lado estaba seguro que lo que no necesitaba era pasar más tiempo con el pelinegro que, sin quererlo o proponérselo, tiraba todas sus defensas y barreras cual torre de naipes.

-Pues gracias por la invitación pero no gracias, no puedo- hizo un mohín- tengo que ayudar a mi madre, quiere remodelar la mansión y tú sabes…ya esta algo grande para eso- en parte decía la verdad por que se lo había prometido a su madre.

Terminaron de aclarar algunos detalles sobre la misión y el resto de la tarde se embarcaron en una conversación sobre todo y nada, Potter aprendió mucho sobre Draco y viceversa. No sabía cómo pero de pronto ya eran las nueve y los dos tenían que regresar a sus respectivas ocupaciones.

-Malfoy, fue agradable charlar contigo, nunca esperé decirlo pero… cambiaste y eres muy interesante- Potter extendió su mano hacía él a manera de despedida.

Draco vaciló un poco más, había tenido un pequeño flashback pero en esa otra ocasión había sido él quien había ofrecido su mano a Potter; finalmente estrechó la mano de Potter.-También fue agradable para mi haber conversado contigo-.

Pagaron la cuenta, o mejor dicho Potter pagó la cuenta y partieron por diferentes caminos de regreso al Callejón Diagon.

Draco iba pensado y calculando, mientras entraba y salía de una y otra tienda velozmente, casi ni prestaba atención a lo que hacía; pues se le junto para unas horas lo que debió haber hecho durante toda la tarde. Sin embargo, no se arrepentía de haber pasado toda la tarde en un cafetín charlando sobre la vida con Potter. Tal vez, algún día y con buena suerte su sueño se volvería realidad.

Continuará…


Bueno pues no sean malos, es mi primer fic; este es mi primer capi; ya se que es corto pero en serio que lo pensé mucho. Sin embargo espero que este fic tengo sus buenos diez capítulos aunque sean un poco cortitos.

Quisiera dedicarle este intento de fic a una persona que me inspira jeje…a Perlita Negra. Gracias sin tus genialidades esto no sería posible, espero que te guste, recuerda apenas es el comienzo.

Si quieren dejar comentarios sugerencias o preguntas pues háganlo yo les contestare lo más rápido que pueda, espero poder actualizar en…7 días?

Les parece?, si no pues dejen comment y yo tratare de adelantar la fecha.

Atte: joahnpotter

PD: dudas? Sugerencias? Comentarios? Sentimientos encontrados? Sueños no realizados? XD todo por review y será respondido…Muchas Gracias