Capítulo especial: historias sobre Ashura.
El pequeño niño se movía de un lado a otro intentando obtener la atención de su madre, que se encontraba ocupada dando órdenes a algunos líderes de escuadrón. Sus ojitos aceitunados miraban con aburrimiento el intercambio de órdenes dejados por el comandante Ashura.
Su madre al parecer era alguien útil para el comandante y por lo tal ocupaba un lugar alto entre los demás, ella era uno de los encargados de la fortaleza del este donde antiguamente se encontraba la casa del sol, hoy reducida a cenizas después de la guerra oscura.
El ejército del este estaba bajo la protección del comandante a quien le juraron lealtad, ellos y su antiguo señor, el cual ahora solo es uno más de los consejeros del comandante.
Los consejeros fueron señores de guerra de las cuatro casas cardinales o las cuatro bestias guardianas como le llamaban anteriormente.
Pero hace unos años una guerra sangrienta se desato y ninguna casa puedo defenderse, en aquel tiempo una persona logro unificar a los humanos y demonios para que pelearan contra el emperador que solo buscaba la destrucción misma del mundo.
Con pereza se movió de su lugar intentando escapar del lugar. Con pasos sigilosos logro salir del salón al exterior pero su huida fue saboteada por Kenosuke, un guerrero leal a su madre y de vez en cuando su protector o cuidador.
¿Por qué tanta prisa Ren-sama? – pregunto el alto guerrero.
Solo salía por aire fresco, mi madre y los líderes estaba hablando sobre temas de guerra –respondió cortésmente, y es que para un niño de su edad era demasiado listo y bien hablado.
¿ordenes de Ashura-sama? –pregunto emocionado, las órdenes del comandante eran raras, mayormente eran mandadas por los generales.
El pequeño solo hizo una mueca de disgusto –sí, pero él no se encuentra aquí solo envió un pergamino con órdenes detalladas –respondió sin emoción.
Perdone mi atrevimiento pero ¿usted odia al comandante? –interrogo dudosamente.
El más joven se encogió de hombros y aparto la mirada –no puedo confiar en alguien en quien no conozco –respondió.
El mayor suspiro hondamente y sonrió -¿usted ha escuchado las historias de Ashura-sama?-
No, nunca me gustaron. Prefiero las del general perro Lord Sesshomaru y Lord Inu no Tashio –respondió sinceramente con un deje de emoción.
Si no mal recuerdo la señora fue criada por Sesshomaru-sama ¿verdad? –recordó, recibiendo un afirmación de parte del pequeño -¿pero usted no es tan cercano a él, pero le tiene admiración? –interrogo.
El joven se sonrojo fuertemente –eso no es el punto, yo no confió en el comandante porque es una persona de quien desconocemos su cara y por si fuera poco también su pasado –acuso abochornado.
El mayor soltó una ronca carcajada y contesto –estaría dispuesto a escuchar una historia sobre el comandante solo mientras la señora termina la reunión.
Solo porque estoy aburrido, pero solo escuchare una ¿entendiste? –declaro aparentando ser más maduro.
Solo una historia, pero una muy larga –se burló el mayor al ver la cara de desconcierto del joven señorito.
El pequeño tomo asiento bajo un gran árbol junto a la cerca del palacio o lo que quedaba de él. Se había rendido ante la insistencia del guerrero y estaba dispuesto a escuchar la tediosa historia hasta el final para mantener su palabra.
El mayor se sentó un lado frente al más joven y comenzó su narración:
Esta historia comienza con un trágica muerte de una joven mujer: madre de tres cachorros y señora del oeste además que en el pasado fue la Miko de la Shikon no Tama.
Su muerte anuncio el comienzo de la guerra oscura que duraría años hasta el presente actual.
Entre toda la guerra y muerte un joven se alzó valiente desafiando a las casas cardinales para obtener su poder, pero esto pasó más adelante y lo que necesita saber es el comienzo de todo.
No se sabe cuándo realmente comenzó, según los registros la batalla dio inicio hace cinco años justo seis meses después de su nacimiento joven Ren.
Era un día cualquiera, lady Kagome seguía su misma rutina junto a dos de sus tres cachorros, el segundo hijo fue de cacería con su padre, Lord Sesshomaru.
Espera –ordeno el pequeño –lord Sesshomaru y lady Kagome solo tiene dos hijos –insistió.
Si ahora solo existen dos pero anteriormente eran tres –aclaro –más adelante sabrá por qué no existe el último, así que sigamos con la historia.
Nadie sabe con exactitud por qué ellos estaban en esa parte del bosque, pero ese día se encontraban en el bosque del este.
Los cachorros seguían a su madre aprendiendo sobre el manejo de reiki, y es que la primogénita Kokoro era una rareza, su poder no solo se limitaba al reiki sino también tenía dominio sobre el yoki en cambio el último de los cachorros; Haru era el más débil y también era el más apegado a su madre.
Cuentan que cuando recién había nacido su corazón dejo de latir, su madre con desesperación lo llevo en brazos a la montaña sagrada del dios Inugami y se mantuvo en aquel lugar por dos días y dos noches. Después de ese tiempo descendió con un cachorro humano que solo podía usar débilmente el reiki, el anterior cachorro que fue Inuyokai al nacer se trasformó en humano para sobrevivir.
Los señores de las casas cardinales tomaron aquel acto como una burla y deshonra al oeste. Lord Sesshomaru en un intento de callar todas las habladurías mando lejos al cachorro, pero lady Kagome se opuso. En un intento de que las cosas se calmaran envió lejos a su mujer y cachorros, mientras la casa del oeste entraba en guerra con la casa del sur.
Lady Kagome estuvo un año con ellos pero cuando fueron destetados, los dos primeros: Kokoro la primogénita y Soramaru el segundo hijo fueron enviados a la casa de la luna con su padre pero el pequeño Haru se quedó con su madre en el exilio. Tres años después lord Sesshomaru mando a llamar a su mujer junto al pequeño.
Con cuatro años el pequeño Haru piso otra vez la casa de la luna y vio por primera vez a su padre y hermanos. El trato hacia él era indiferente y frio, se le trataba como alguien más del personal no como el príncipe que era. La única que lo cuido y amo fue su madre.
El tiempo paso y la brecha entre los herederos creció, solo la mayor y el menor lograron tolerarse, el segundo hijo tomaba a su hermano como una deshonra a su linaje.
Regresando al día en que se encontraban en el bosque, una siniestra energía surgió por primera vez en aquel lugar donde la mujer y cachorros se encontraban.
Aquel día su madre fue asesina frente a sus ojos, cuando los encontraron los niños no podían pronunciar palabra alguna sus caritas infantiles estaban llenas de terror. Las palabras perdieron sentido cuando intentaron contara que había pasado, el cuerpo inerte de su madre contaba los hechos. El cuerpo estaba destrozado era un vista horrible de ver, que hasta el más valiente guerrero apartaba la vista de tal monstruosa escena.
Justo después de la muerte de su madre, dos días después Sesshomaru-sama fue gravemente herido en batalla por proteger el oeste. Pero eso no significo nada, el oeste cayo y los herederos junto a los sobrevivientes huyeron del lugar para mantenerse a salvo.
Los hijos de la sacerdotisa solo contaban con ocho años cuando toda esta guerra comenzó. Solo teniéndose entre ellos intentaron pelear y mantenerse firmes contra los shikabanes pero todo fue inútil. Los guerreros estaban heridos y el ejército se encontraba desorientados, no tenían un señor que los guiara, el lord se encontraba en una especie de sueño de la cual no despertaba y la heredera estaba incapacitada para dirigirlos; varios de ellos abandonaron a los herederos y buscaron refugio en las otras casas solos los más leales se mantuvieron con la casa de la luna en espera de órdenes del nuevo señor.
Pero ninguno de los herederos asumía la posición que le correspondía, la más fuerte de ellos; la princesa Kokoro seguía sin salir de su propia oscuridad, su mente se había roto. El príncipe Soramaru no lograba unificar al ejército, su poder y su experiencia eran insuficientes para ganarse el puesto de comandante. Y el príncipe Haru era el menos indicado, los guerreros no quieran ser guiados por un débil humano que era simplemente un niño, respetaban a lady Kagome pero no creían que el más débil de los cachorros fuera apto para tan importante puesto.
Hubo guerras internas por tomar el puesto de comandante y señor pero ninguno lo ejercía sabiamente y siempre terminaban asesinados. Los familiares de la casa se protegían entre ellos pero ninguno intento tomar el poder no después de las guerras.
Solo el príncipe Haru, en una noche en que la luna se tornó azul subió a la montaña más alta del lugar y rezo toda la noche para que el dios Inugami, el mismo que lo había salvado, les enviara un guerrero que uniera a todas las casas y hasta a los humanos para combatir contra el emperador. Rezo y rezo toda la noche, ofreciendo su vida como ofrenda para el guerrero.
El niño tomo la daga que traía consigo y atravesó su débil corazón, ofreciendo su sangre y carne para el dios como ofenda para que les enviara un rayo de esperanza.
Sus rezos fueron escuchados y esa misma noche un guerrero surgió de las batallas anteriores. Muchos cuentan que en el lugar donde la última batalla se había llevado acabo, la sangre fresca de los guerreros se dirigía en un solo lugar y la tierra se rompió dejando salir del inframundo a una figura bañada de sangre, sus ojos fríos como dos dagas asesinas miraron a los guerreros presentes sin emoción alguna.
Esa misma madrugada el joven Haru bajaría de la montaña para dar su último aliento y con ello un mensaje: nuestra salvación ha venido, el dios Inugami ha escuchado mis plegarias y ha aceptado mi ofrenda, mi propia vida en lugar de la salvación de mi pueblo.
Murió con una sonrisa en sus pálidos labios, en brazos de su hermana. La pequeña no aceptaba la muerte de su familia y se encero a sí misma en su propio mundo.
La figura que esa misma noche había nacido, gracias a las plegarias del joven Haru. Tomaría la delantera desafiando esa misma noche al señor de la casa este, obteniendo la victoria instantáneamente. El poder que poseía era descomunal nunca antes visto. El señor del este cayo, y con esto su ejército además de sus seguidores le pertenecieron al desconocido.
Las casas del este, norte y sur le juraron lealtad, luego de que fueron vencidos y ayudados en batallas contra el emperador saliendo victoriosos en cada batalla pero en algunas fueron derrotados con pocas bajas; siendo aquello un milagro lo aceptaron como un líder. Llegaron a ganar fama y territorios donde asentaron fortalezas en cada casa cardinal, después tomo posesión de la casa del oeste asentando en aquel lugar su mayor fortaleza.
Los humanos y yokai escucharon sobre el increíble comandante, corrieron a buscar su protección sido aceptados con la condición que ellos también pelearían protegiendo lo que era más importante para ellos.
Y fue de esta manera que en solo dos meses los yokai y los humanos se unieron en batalla para intentar sobrevivir bajo la protección de aquel ser desconocido.
¿pero qué paso con el oeste? –pregunto intrigado Ren, que estaba absolutamente perdido en la historia.
No desespere joven Ren, la historia todavía sigue –respondió sonriendo al notar el interés de joven.
Los del oeste también escucharon de él, pero no acudieron a pedir su protección. El príncipe Soramaru había tomado posesión de los pocos leales a su casa con ayuda de sus familiares. Inuyasha Tashio apoyaba ciegamente a su sobrino y buscaba la manera de salvar a su sobrina de su propia oscuridad que con el tiempo se hacía más grande, además que tenían al monje Miroku como consejero y a la exterminadora sango como estratega pero aun así no era suficiente. Con el tiempo se volvieron más pocos después de haber perdido varias batallas internas entre ellos y externas contra el emperador.
Su desesperación era alta, pero el orgullo era más grande todavía. Un día, un antiguo amigo los visito con un pergamino y una persona de extrañas ropas blancas y un velo blanco que cubría su cara, no sabían con certeza si era un niño o un anciano, mujer u hombre.
El pergamino fue entregado al señor actual, el contenido era una solicitud de duelo entre el señor y la extraña figura. Las reglas eran claras, el perdedor entregaría su ejército y tierras al ganador junto con sus títulos.
Aquel duelo fue rechazado fieramente por Soramaru-sama pero la extraña persona no siguió insistiendo, solo dijo: quieras o no te unirás a mí para luchar contra el emperador.
Después de aquellas palabras la extraña persona desapareció, dejando atrás al antiguo señor del norte Koga, antiguo amigo y aliado del oeste.
Koga explico las causas que le llevaron a aliarse con el desconocido, y también como a ellos le llego una carta de duelo. Él había aceptado con gusto pensando en incrementar sus fuerzas pero perdió patéticamente, su vida fue perdonada a cambio de servir a la extraña figura. Al igual que él, los demás lores fueron igual retados y perdonados, juntos ahora formaban varias fortalezas donde protegían a los demonios y humanos por igual.
Pero el oeste tardo en aceptar el desafío, esto solo sucedió por la intervención de lord Sesshomaru que despertó de su sueño luego de meses de estar en aquel estado. Lo primero que hizo fue ponerse al tanto de lo que había ocurrido en esos meses en que estuvo suspendido en el mundo de los muertos sin llegar a estar allí, se enteró de la muerte de su ultimo cachorro como un supuesto sacrificio para el nacimiento del comandante Ashura.
Las noticias sobre la pérdida del oeste, el abandono de la gente que el habia protegido, el ver la condición de sus cachorros… todos y cada uno de los relatos de todos esos meses dieron la aceptación del desafío.
La fecha para el combate fue retrasado unos meses, dando tiempo para que lord Sesshomaru se recuperara por completo. El tiempo llego y la extraña figura vestida de blanco se presentó ante ellos para el combate, todos presenciaron el combate que se desarrolló por varias horas antes que alguno de ellos cediera.
La batalla fue feroz y técnicas nunca antes vistas fueron presenciadas en esta feroz batalla, pero el perdedor fue lord Sesshomaru. Cumpliendo con la palabra dada, marcharon al antiguo castillo que fue su hogar.
Con el tiempo una nueva jerarquía se armaría y un ejército nunca antes visto nacería bajo el dominio del comandante Ashura.
Muchos piensan que el comandante es la bendición del dios Inugami, que el príncipe Haru pidió. Pero más que eso el comandante es nuestro salvador y nuestro líder, es una persona a le que le debemos mucho. Sea bendición de un dios o un desconocido. El no pide muchas cosas solo lealtad y fuerza para oponernos al emperador y ganar nuestra libertad una vez más.
-¿pero tenía que ser el príncipe Haru?–
- el príncipe sabia porque lo hacía y por quienes lo hacía. El acepto el destino que el mismo eligió.-
-suena como si el príncipe fuera un héroe, cuando en realidad solo fueron casualidades estúpidas del destino –se quejó, sin poder creer que el comandante fuera una bendición.
-tal vez solo sean casualidades, pero esas mismas estupideces son la esperanza de los demás –aclaro, un suspiro cansado escapo de sus labios.
- sé que en una guerra siempre hay sacrificios que hacer para que otros tengan otra oportunidad –susurro –si el príncipe no hubiera hecho lo que hizo tal vez el oeste no existiría y sus hermanos estarían muertos junto con el pueblo, pero no termino de aceptar al comandante Ashura –se quejó al final con un berrinche.
-no es necesario que lo aceptes, con que le sirvas con eso basta –
-como si un humano sirviera de algo –interrogo.
-cada uno tiene un trabajo que solo uno mismo puede hacer, con el tiempo entenderás el trabajo que solo tú puedes hacer por muy pequeño que sea pero solo tú lo puedes lograr –animo al más joven.
- ¿el comandante te dijo esas palabras?-
-sí, fue hace unos años cuando aún era más joven. Pensaba que no sería de utilidad y le desafié a decirme para que servimos los humanos si los yokai eran más poderosos y veloces que los humano, le pregunte para que necesitaba a los humanos si solo éramos carnada o solo éramos peones que podía destruir a voluntad –la nostalgia lo invadió pero siguió hablando –no sabía lo que preguntaba mis hermanos habían muerto en aquel entonces justo después que mi aldea fue masacra pero esto sucedió antes que uno de los generales nos encontrara y nos trajera a la fortaleza este. Mi alma estaba dolida y mi corazón demasiado lastimado, no pensaba con claridad. Justo cuando dije aquellas palabras me arrepentí y temí por mi vida pero el comandante solo me pasó de largo y me dijo: en este mundo hay un trabajo que solo tú puedes hacer, es tu decisión si lo aceptas o no. Después de esas palabras el desapareció de mi vista y desde entonces he jurado servirle y proteger lo que ahora es mi aldea y familia.
- suena como una persona misericordiosa, pero las otras historias que circulan de él describen a un ser demoniaco sin corazón –relato intentando recordar las historias que los soldados susurraban llenos de miedo y respeto, del comandante.
-las guerras contra el emperador es donde se convierte en un ser demoniaco, ningún alma viva sale de las guerras que ha ganado –comento mirando el cielo –el comandante da lo que recibe, es como cualquier persona más. Aunque muchos piensen lo contrario.
-¿lo contrario? –
-sí, muchos llegan a pensar que podría tratarse de un dios. Ya como antes habías mencionado nadie le conoce o sabe de su pasado, solo se saben las historias que circulan de el –comento mirando el cielo meditando -¿te cuanto otra historia?
-como desees, sus historias están llenas de dudas y deseo saber más de él, solo por ahora –contesto apartando la vista del guerrero, y es que cierta curiosidad había despertado en él.
-como desee joven, la historia toca temas sobre el comandante en las batallas. Esta historia es más pequeña que la anterior –relato para después comenzar a narrar la historia elegida.
Por meses se construyó una nueva comunidad a partir de las cenizas de lo que quedaba de los habitantes de Japón. Humanos y demonios aprendieron a tolerarse y a trabajar juntos. Las cosas no fueron fáciles, los generales no aceptaban al comandante y el ejército de las cuatro bestias sagradas menos.
El comandante siempre esta distanciado y solo aparecía para dejar ordenes detalladas sobre la construcción de las fortalezas o sobre alguna guerra que se avecinaba. Después de eso desaparecía por días y solo volvía a reaparecer cuando las cosas necesitaban atención o la guerra comenzaba.
En las guerras los encargados de preparar el ejército eran los consejeros, los generales eran jóvenes por lo que años más adelante liderarían las batallas futuras como lo hacen actualmente. Cuando el ejército partía el comandante no estaba entre ellos, el aparecía justo cuando la batalla comenzaba.
Siempre frente al ejército una gran bestia se posicionaba al principio, llevando sobre sus lomos al comandante y su alabarda. Con gran destreza la gran bestia arremetía contra el ejército contrario creando un camino para que el ejército ingresara a combatir contra los shikabanes y los aliados del emperador.
El comandante siempre lideraba la delantera seguido mucho después por los jóvenes generales y el consejo. Con confianza maniobraba la alabarda que en sus manos se convertía en una mortal arma para matar.
Se cuenta que en batalla el comandante combate con una gracia envidiable con movimientos mortales y bien definidos, no existe ningún movimiento que sobre, todos están bien planeados y los cortes son exactos matando a sus enemigos con uno solo.
Ashura- sama siempre viste de blanco con un velo cubriéndole la cara, ya sea en batalla o no, siempre viste esas ropas. En las primeras batallas que se llevaron acabo el comandante terminaba con las ropas rojas con el pasar de los años sus ropas nunca más llegaron a tener alguna mancha, permanecían del blanco más puro.
En batalla él se convierte en otra persona, en un demonio mismo del inframundo lleno de sed de sangre y destrucción. Cuentan que sus ojos toman un color desconocido cuando está en batalla y siempre está sonriendo, los pocos que han visto la sonrisa macabra nunca vuelven a ser como antes ni llegan a hablar de aquella experiencia nunca más que una sola vez, dejando su testimonio como advertencia.
-ahora si suena como un demonio –se burló el más joven –pero no podemos saber que es realmente –rio suavemente con sonrisa infantil.
-parece ser que usted ahora lo acepta más que antes –comento mientras el más joven se abochornaba por el comentario.
-no exactamente, he de reconocer que sin él las fortalezas no son nada y también él es un líder nonato. Eso es todo, con el tiempo asimilare más verdades que no sean historias absurdas –reconoció.
-el tiempo siempre es largo y apto para reflexionar –animo el mayor –creo que ya es hora de regresar –anuncio levantándose y ayudando al pequeño.
El regreso fue silencioso y no dijeron nada más, el joven Ren pensaba sobre toda las historia que le contaron sobre su alteza como mayormente era llamado después de comandante.
Las historias tenían varias dudas pero creía fuertemente que cuando esta guerra terminara las verdades saldrían a la luz.
Camino hacia el salón y espero en la puerta a que su madre terminara, pero la reunión se alargó más, por lo que espero en su habitación. Su madre más tarde se reunió con él, con alegría la recibió y pregunto algunas de sus dudas que lo inquietaban.
¿Lord Sesshomaru tenía tres hijos? –pregunto con duda al ver los ojos tristes de su madre.
Su madre lo abrazo con dulzura y lo acuno en sus brazos. Sonrió tristemente –si el señor Sesshomaru tenía tres hijos, dos niños encantadores y una niña risueña como Kagome-okasan –respondió.
¿Cómo era el príncipe Haru? Claro solo si quieres contarme sobre el –pidió escondiendo su cabecita entre los brazos de su madre.
A ver cómo te explico cómo era –su madre aflojo su abrazo y lo miro a los ojos –era una persona muy noble y buena. Aunque sufrió en su niñez siempre buscaba la forma de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, era muy parecido a su madre, cálido y risueño. Sabes tenía la sonrisa más hermosa que había visto –aquel comentario le hizo ponerse celoso y hacer un pequeño berrinche –pero no pongas esa cara –regaño su madre divertida –él tenía el cabello castaño oscuro ligeramente ondulado y los ojos azules como dos zafiros, lo sé muy diferente a sus hermanos. Pero se creía que era debido a lo que le paso al nacer, pero eso nadie lo sabe exactamente.
El pequeño no pregunto más, solo miraba a su madre esperando que le contara más sobre él.
Sabes él fue el primero en venir a verte cuando naciste. No olvidare su carita al entrar a la habitación fue una noche sin luna y solo la luz de las velas iluminaba el lugar, con cautela abrió la puerta y entro silenciosamente. Primero me saludo y me entrego un ramo de flores silvestres como regalo y luego paso a tu cuna para conocerte, su carita se ilumino con una sonrisa radiante y te cargo en brazos por horas, estaba embelesado contigo. También ahora que recuerdo fue gracias al que te pusimos el nombre Ren.
Aquello llamo la atención del pequeño, con la mirada interrogo a la mujer, esta solo sonrió y continuo su relato –dijo que te parecías a las flores de loto, que eras un rayito de esperanza que alegraba el día. En verdad era un niño muy tierno ya comprendo por qué Okasan lo amaba tanto pero por desgracia lord Sesshomaru no le tenía mucho afecto. Él tenía prohibido salir de la torre donde residía, pero se escabullo solo para conocerte después de eso fue atrapado por su padre y castigado severamente pero eso no le importo dijo que aceptaba con gusto cualquier castigo con tal de conocerte –finalizo mientras lagrimas se deslizaban por la piel de porcelana, con un ágil movimientos de su mano se limpió las lágrimas.
Recostó a su hijo y abandono la habitación cuando el niño se había dormido. Recorrió el solitario pasillo hasta llegar al jardín donde contemplo la luna.
Espero que estés orgullosa de tus hijos, gracias al sacrificio de Haru, todavía tenemos esperanza –susurro para la que fue su madre en el pasado –Kagome-Okasan, te extraño mucho. Espero cuides de nosotros desde el cielo donde Rin está segura que descansas en paz y Haru descansa junto a ti con felicidad después de brindarnos una esperanza.
