Estaba en las nubes cuando lo encontré. Su mirada estaba perdida en el cielo. Fue un golpe el que nos despertó. Si, habíamos chocado el uno contra el otro. Aturdidos por el golpe. Sintiendo un gran dolor en la cabeza. Nos miramos unos segundos. Después se rompió la magia.

El comenzó a maldecir cada movimiento que había pasado. Yo, lo miraba atónita. Era magia, lo juro. Pero él era tan ciego. Su ira no lo dejaba verla. Al cabo de unos minutos, él ya se encontraba de pie. Seguía sacando su coraje contra mí. Y yo, seguía en el piso. Mirando como con cada palabra rompía nuestro hechizo.

Después de unos minutos reacciono. Su miraba de poso sobre mí de nuevo. Seguía en el piso. Extendió su mano para levantarme. Con temor, la tome. Al tocarse nuestras manos fue cuando la sintió. Se paralizo por unos segundos. No lo podía creer. Su mirada se volvió dulce. Sabía lo que se aproximaba.

Teníamos que matarnos.

Suavemente me levanto. en su rostro había una tierna sonrisa. poco a poco me acerco a su cuerpo. Se aferró a mi como si su vida dependiera de ello.

Te he esperado tanto tiempo- dijo con lágrimas en sus hermosos ojos negros.-no pensé que fueras tan hermosa- hizo una pausa ahogada, temiendo de como fuera a reaccionar.

Quería huir de él. Estaba paralizada. No entendía que me pasaba. Mi cuerpo se llenaba de una extraña sensación. Una cálida sensación. Deseaba matarlo, pero había una parte de mí que... que no quería perderlo.

Lentamente fue sacando la espada que traía en la espalda. Temblando la fue acercando a mí. Poco a poco estuvo a centímetros de mi garganta. Se detuvo. Su mirada se volvió seria. Una lagrima brotó de sus hermosos ojos.

Me hubiera encantado matarte en tu forma real- dijo con una sonrisa arrogante en su rostro.

Quien dijo que te dejaría matarme- dije en tono de burla.

Se sorprendió al no escucharme asustada. Se alejó un poco de mi para poder ver mi rostro, el cual reflejaba una expresión de diversión pura. se asustó. Quiso recuperar rápidamente su postura. Empuño más fuerte su espada y sin temblar, esta vez, en un rápido movimiento la levanto sobre mí. Queriendo cortarme a la mitad. Lo empuje logrando tirarlo unos metros lejos de mí.

Le costó un poco recobrar la compostura. Le tomó por sorpresa la fuerza con la que lo había empujado. cuando volvió su vista a mí, ya no era la misma. estaba envuelta en aura de fuego, mis ojos eran de un verde esmeralda, y en mi espalda se encontraban dos grandes alas negras que eran mucho más grandes que yo. Mis piernas estaban marcadas por unas extrañas marcas negras, que cubrían desde mis dedos hasta por encima de mis rodillas. Mi cabello tomo un color rosa totalmente brillante y unos afilados colmillos se asomaron de mi boca cuando sonreí con autosuficiencia.

Me hubiera gustado matarte en tu forma valerosa- le dije con sarcasmo.

Una sonrisa ladina se asomó por su rostro. Ahora sí, esto se pondría interesante.

Desperté.

Llevo un mes soñando lo mismo. ese caballero, sus ojos negros, mis alas y su deseo de matarme. En verdad necesito dejar de ver tantas películas.