Sup, soy yo, LucyHS, por primera vez me digno a pasarme por estos lares. Este fic es de JakeDirk no DirkJake, ¿que qué diferiencia hay? Pues una muy grande mis pequeñines. En el JakeDirk Jake es el de "arriba", por así decirlo. Y... bueno, aclarado esto aquí os dejo la pequeña (y mala de cojones) introducción.


Ésta será la definitiva.

Hoy, yo, Dirk Strider, me confesaré a la persona de la que llevo enamorado tanto tiempo, Jake English.

Pero no es que simplemente sea un cuelgue de instituto, esto es amor. Del de verdad. De ese del que tanto hablan en las películas, del que sale en los cuentos para niñas, del que busca todo ser humano y muy pocos encuentran y muchos lo dan por inexistente. Pues señoras y señores que creen que el amor no existe, siento decirles que están totalmente equivocados. El amor existe, solo tienes que encontrarlo. Porque el que lo busques más no quiere decir que lo vayas a encontrar. Como cuando pierdes algo y estas una ferviente hora buscándolo y cuando al poco rato de darlo por perdido lo encuentras. Digo esto porque yo no creía en el amor ni lo buscaba cuando le conocí.

Todavía lo recuerdo. Estábamos en el instituto mi amiga de la infancia Roxy y yo. Era nuestro primer año. Y cuando estaban ordenándonos aleatoriamente donde sentarnos coincidió que el ser más bello del universo se sentó a mi lado. Era un joven de metro ochenta, con ojos verdes brillantes que casi parecía que brillasen en la oscuridad, un cuerpo que hacía que pensases que iba diariamente al gimnasio, pero él mismo me dijo que solo era que se iba todos los días de "aventuras" cómo él decía, y esa también era la razón de su piel morena, no es un moreno de rayos UVA ni un moreno exagerado, simplemente tenía la piel más morena que yo, pero tampoco es muy difícil superarme dado que tengo la piel más blanca que el plastidecor blanco que nadie sabe en qué o cómo usar y tengo un rubio albino en el pelo que hace que parezca que soy un maldito copo de nieve.

Desde aquel día nos hicimos íntimos, y también desde aquel día empecé a sentir algo por Jake.

Me fue muy difícil hacer como si solo fuésemos amigos. Siempre que estábamos juntos tenía que aguantarme las ganas de "estar con él". Porque el primer año fue relativamente fácil. Sí, fue difícil, pero comparado con lo que le siguió fue un puto paseo por el parque.

Porque al año siguiente todos empezamos a sufrir esa cosa horrenda y por la que todos pasamos llamada pubertad. Sí. Me refiero a cuando tus hormonas se revolucionan y hacen que tu cuerpo reaccione por todo. Y cuando digo todo digo TODO. Jake estudiando = erección. Jake me pide un boli = erección. Jake haciendo gimnasia = erección. Jake en las duchas del instituto = a la mayor erección que pueda tener en toda mi puta vida, y por mi mala suerte, eso se suele repetir…. Mucho. Y algunas veces se puede pasar, me quedo quieto pensando en… básicamente cualquier cosa que no sea Jake y se me pasa. Pero hay veces que con eso no basta y tienes que "arreglártelas tú solo". Sí, es penoso. Y más siendo yo, que tengo a la mitad de la población femenina de mi instituto queriendo comérmela. Pero no tengo pensado tener sexo con una de esas putas solo por un calentón. No.

Y volviendo al caso. Hoy hemos quedado en mi casa. Vivo solo en un 5º piso un tanto pequeño y desordenado. Pero repito, vivo solo.

Pero hoy, precisamente hoy todo va a estar ordenado y limpio. Bueno, solo mi habitación… ¿Qué? Bueno, vale. Solo ordenaré la cama y le pondré sabanas limpias, pero es algo ¿no? Además, si lo limpiase todo sospecharía algo y al ser solo la cama simplemente le puedo decir que se me calló el zumo de naranja en ella cuando estaba con la X–box. Porque sí, sé que se daría cuenta.

Termino de colocar las almohadas y se me ocurre ir a la cocina a asegurarme de que todo está en su sitio y de que la última visita sorpresa de Roxy no me ha dejado sin patatas fritas, pero antes miro en el cajón de mi mesita. La caja azul que dejé ahí no ha desaparecido. ¿Qué? Siempre existe la posibilidad de que acepte de buena manera mis sentimientos. Y aunque seamos hombres hay que protegerse.

Y ahora sí me voy a la cocina. Noup, siguen todas las patatas fritas ahí. También esas extrañas galletas con sabor a calabaza que tanto le gustan a Jake. Nunca lo entenderé.

Me voy al baño por enésima vez y me fijo de que todo esté bien. Mis gafas puntiagudas al estilo de Kamina están limpias y relucientes. Mi cara está pálida, como siempre. No tengo ninguna mancha en mi camiseta de tirantes negra con una gorra naranja en el pecho. Mis vaqueros oscuros están perfectos. Mis guantes siguen pulcros.

Me quito las gafas para mirarme los ojos. Sep, esos también siguen perfectos. Dos putos círculos naranjas. La única cosa que da color a mi cara. De momento.

Me arreglo un poco el pelo, también estaba perfecto, pero siempre se puede mejorar.

Y entonces suena el timbre.

Salgo disparado a la puerta y en menos de un segundo estoy delante de la puerta, tengamos en cuenta que el baño está en la otra punta de la casa.

Abro y… ¡Ta–ta–ta–chaaaaannnn!

Un Jake sonriente está detrás de la puerta.

–Hola, ¿puedo pasar?

En respuesta me hago a un lado dejándole hueco para pasar. Vale, puede que os parezca maleducado, pero no soy alguien muy hablador.

Cuando Jake pasa a mi lado me llega su olor y hace que un escalofrío me recorra toda la espina dorsal. Dios, rezo porque diga que sí.

Jake se va él solito al fondo del pasillo y se mete en mi habitación.

–Me he preparado mucho para hoy. Te voy a dar una paliza– me comenta Jake desde la puerta de mi habitación mientras sonríe ampliamente.

Cierto, habíamos quedado para jugar a la X–box. Será mejor que haga como que no tengo segundas intenciones.

–Claro. Espera a que traiga algo de comer– dicho esto me voy a la cocina a coger mi sagrado zumo de naranja, unas patatas fritas y sus galletas de calabaza. Dios, sigo sin saber cómo demonios le gustan. Saben a rayos. –Toma– le paso la bolsa de galletas y una lata de zumo de naranja.

–Oh, muchas gracias Dirk– su sonrisa se ilumina. Dios… Es… Perfecto.

–Vamos a jugar– enciendo la tele de mi habitación, le paso un mando y me siento a su lado, en mi cama...

–Esto… Dirk…– me habla mientras mira fijamente la cama en la que los dos estamos sentados ahora.

–¿Sí?– le respondo monótonamente mientras voy iniciando el juego.

–¿Has cambiado las sabanas y hecho la cama?– dice esto frunciendo el ceño. Bingo.

–Em… – me rasco la cabeza, no sé porque –Se me cayó el zumo de naranja mientras jugaba a la X-Box.

–Jajaja. Desde luego puedes parecer muy guay pero eres un tanto patoso– Jake se empieza a reír.

Después de una ardua media hora de juego Jake deja el mando en la mesita cansado.

–Eres demasiado bueno Dirk. Pero te juro que la próxima vez te venceré– esto último lo dijo alzando el dedo índice en señal de que iba en serio.

–Eso dijiste la última vez que perdiste, y la anterior, y la vez anterior a la anterior…

–Vale, ya sé que siempre me ganas. Pero es que eres demasiado bueno– si yo te contase…

–Jake– ha llegado el momento. Por fin me declararé a Jake.

– ¿Sí?– Jake se gira y me mira intrigado.

Me tiembla el pulso, no podré. ¿Y si me dice que no? Mierda, no pensé en esa opción. Mierda, mierda, mierda.

Pero no es momento para quejarse ni retroceder. Se lo diré. Ya ha llegado el momento. Ya he esperado mucho. Solo… Una… Puta… Frase. Solo una frase y todo terminará. ¡AHORA!

–¡Jake estoy enamorado de ti desde la primera vez que te vi!

Jake se queda en blanco. Parece que se ha quedado en estado de shock. Mierda. ¿Qué hice mal? Solo le dije lo que sentía por él ¿es eso tan malo?

–Y–y–y–y–yo…– le está temblando el labio de los nervios– yo n… –Oh Dios, no me digas que no. Por favor. Te lo ruego. Dios, si existes haz que no me diga que no. Haz que no me odie. ¡TE LO RUEGO! –Yo no… no sé qué decir…

Mierda. Yo tampoco. Já. Mira qué ironía. Ninguno de los dos sabe que decir en estos momentos.

–Sólo di qué es lo que piensas al respecto de eso. – respondo con una gran póker face. Sí, me acabo de declarar y la persona a la que me he declarado le está a punto de dar un triple infarto y solo se me ocurre poner mi póker face de siempre. Bravo cerebro. Bra–vo.

–Yo… es que no sé… Nunca pensé que sintieses eso por mí. Eso sin mencionar el que somos hombres. Y–y…– Jake se pone cada vez más rojo y nervioso.

–Y no me quieres ¿verdad?– respondo monótona y un tanto depresivamente.

–Yo no quise decir eso. – Jake se pone algo triste por el tono de mi voz.

Vale, esto va mal. Pero que muy mal. Tengo que arreglarlo. Pero… ¿cómo?

Ya está. Es la idea perfecta.

Pongo una madia sonrisa en mi cara y empiezo a reírme levemente para terminar con la mayor carcajada de mi vida y agarrándome el estómago para darle más dramatismo.

– ¿Drik?– Jake me mira un tanto asustado. Para mí que se cree que me he vuelto loco. Bueno, aunque suene ñoño, llevo loco por él un par de años.

–No me creo que te lo hayas creído, creo que debería plantearme el ser actor. – me quito las gafas y hago como que me limpio las lágrimas de los ojos por reírme tanto.

–Dirk…– Jake me mira enfadado. Ups…

–Vamos, no te lo tomes a pecho. Solo es una broma. Y peores me las has gastado tú a mí. Como cuando me escondiste a Cal, si no recuerdo mal estuvo a punto de darme algo. – cruzo los dedos dentro de mí y rezo porque no se haya enfadado.

–Ja… jaja… ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!– Jake se empieza a reír como un loco, bien, se lo tragó. –Fue muy buena Dirk, me lo creí. Fue muy realista. JAJAJAJAJAJAJAJA.

Sonrío de medio lado y me quedo mirando como la persona que más quiero no para de reírse. Parece que se va a morir de la risa y todo.

Abro una lata de zumo de naranja, le doy un pequeño trago y pongo una pierna sobre la cama y apoyo mi cuerpo en mi mano puesta detrás de mi espalda quedando cara a cara con Jake.

– ¿Y qué hay de tu vida?

–Nadap, a parte de este intento tuyo de asesinato, jajaja. – se ríe levemente, se levanta las gafas y se limpia las lágrimas, que las suyas sí son reales.

–Hmmm…– le dedico una media sonrisa. Puede que me haya dicho que no, pero mientras que siga pudiendo estar con él supongo que me podré aguantar. Supongo.

Y siempre puedo mandarle indirectas, por si acaso cambia de opinión.

–Oh, ya es tarde. Me tengo que ir si no quiero que mi abuela me vuelva a echar la bronca por llegar tarde. – Jake se levanta y se dirige a la salida. Yo, obviamente, le acompaño. –Xaop Dirk

-Bye Jake.- Jake se va y cierro la puerta lentamente.

No pararé hasta que Jake se enamore de mí. Me lo acabo de prometer a mi mismo.


Ea, terminé. Por favor mandenme sus quejas e insultos al númeno que aparecerá en pantalla en unos seg- *conexión cortada*