Capítulo 1

— Malfoy, me estás lastimando

— No te quejes, te va a doler, pero te va a gustar

Malfoy siguió moviéndose rítmicamente pero con algo de dificultad, ya que el pequeño closet lleno de escobas no le permitía moverse con plena libertad. Pasados algunos segundos, ambos chicos respiraban con dificultad, y pocos momentos después Malfoy se vino dentro de su compañero, haciendo que éste se viniera sobre el vientre de Malfoy

— Me dejaste hecho un asco

— A mi también… pero… ¡ha sido de lo mejor! ¡Otra vez, Malfoy!

— No Ethan. No pagas, no te cojo.

— Ahorita te lo pago, pero por favor.

— No. Primero es el dinero.

— Traigo 95 libras, pero al rato te traigo las otras cinco, ¿si?

— No, son 100 o no hay trato

— Pero…

— Largo.

El chico se subió los pantalones y salió del pequeño armario. Malfoy también se subió los pantalones, pronuncio el encantamiento fregotego para limpiarse la playera y salio del armario.

— ¿Cuándo te puedo volver a ver?

— Conoces las reglas. Nos vemos cuando tú quieras, siempre y cuando traigas el dinero. Sabes donde encontrarme.

— Ok, gracias. Fue genial. Hasta luego.

Malfoy recogió su mochila que había dejado en la puerta del armario, se la echó al hombro y caminó hacia la biblioteca. Con un movimiento de cabeza saludó a la señora Mary, la bibliotecaria solterona de 40 años, la cual se sonrojó y le devolvió el saludo. Con la mirada buscó a su amigo Araym, pero no lo encontró, así que fue hacia una estantería, tomó un libro sobre pociones avanzadas y buscó una mesa para sentarse, pero extrañamente todas estaban ocupadas.

— Maldita temporada de exámenes.

Siguió buscando mesa hasta que dio con un asiento vacío, pero lamentablemente se encontraba al lado de sus dos peores enemigos. Aun así decidió tomarlo.

— Malfoy.

— Potter, Weasley.

— ¿No tienes nada mejor que hacer que venir a molestarnos?

— De hecho si, Potter. Vine a estudiar, pero este es el único asiento libre en toda la biblioteca. No me sorprende, porque ustedes dos apestan.

— ¿Te has olido alguna vez, hurón?

— Cierra el hocico, Comadreja.

— Guarden silencio los tres — dijo la bibliotecaria, y los chicos se callaron.

Draco estaba centrado en su lectura sobre los venenos mas potentes del mundo y sus ingredientes principales cuando sintió un ala que le pegó sobre la cabeza.

— ¡Cuida a tu lechuza, Potter!

— Bien hecho, Hedwig.

Un segundo después la lechuza emprendió el vuelo. Harry examinaba el pergamino que le había traído su lechuza, cuando en eso dio un puñetazo sobre la mesa.

— Maldita sea, Potter, déjame estudiar, o si no…

Draco se detuvo en mitad de su replica. Un torrente de lágrimas se aferraba a los ojos de Harry, intentando no salir.

— ¿Qué sucede, Harry? — preguntó Ron.

— Es una carta de Luna. Otra vez Ginny lo hizo, Ron.

— ¿Otra vez? Pero si no hace más de un mes que…

— No es posible… ¿por qué sigue haciendo eso? Desde que su universidad le dio es beca a Brasil es como si el estar allá la estuviera convirtiendo en alguien que no es.

— Harry, Ginny será mi hermana, pero no puedo negar que es una puta. No es el lugar donde está, sino que ella es así. Deberías dejarla… no me gusta verte así.

— No puedo… la amo muchísimo.

— Pero te está haciendo daño.

— A lo mejor solo es algo pasajero. Ella nunca lo había hecho antes, y solo van dos veces… debe ser algo pasajero. Probablemente es el hecho de que no nos vemos desde junio, que fue cuando se fue, pero cuando regrese será diferente.

— No te engañes, mi hermana no va a cambiar.

— Ella no es así, te lo digo… Olvídalo, yo me largo de aquí, no me puedo concentrar con esta serpiente a un lado.

— ¿Serpiente, Potter? Ya no estamos en Hogwarts, y en la universidad no hay casas.

— Pero sigues siendo una serpiente.

Harry y Ron tomaron sus mochilas y salieron de la biblioteca. Draco comenzó a estudiar otra vez, pero fue interrumpido de nuevo por un chico de tez bronceada

— Malfoy, ¿dónde nos podemos ver?

— Si tienes el dinero, vamos a tu cuarto.

— ¡Esperen! — Dijo un chico llegando al lado de ellos — Malfoy, conseguí las cinco libras que me faltaban.

— Vamos Armand — le dijo Malfoy al chico de tez bronceada.

— ¿Y yo? — chilló Ethan.

— A ti te veo en dos horas

— ¿Dos horas? ¿Por qué tanto?

— Te recuerdo que hasta yo tengo que descansar de vez en cuando… y ya llevo 3 personas este día, además casi no he estudiado, y el examen de mañana lunes es importante. Deberías venir en vacaciones, que es cuando menos gente hay, y que es cuando estoy relativamente menos ocupado.

Malfoy tomó su mochila, cerró el libro y fue con la bibliotecaria a que le anotara el libro que se iba a llevar. Armand, el joven de tez bronceada, lo siguió.

Capitulo 2

— Jóvenes, tienen que ponerse más listos en esta materia. Se los he dicho desde el semestre pasado: esta materia no es fácil.

— ¿Reprobaron muchos, profesora?

— Reprobaron cuatro, pero en general todos salieron bajos. En serio muchachos, necesito que repasen más. Como ésta materia es muy importante al menos en los primeros cuatro semestres, les voy a pedir a los cuatro que reprobaron que se queden por las tardes del resto de las dos semanas de escuela a repasar y a hacer trabajos de investigación. Con esos trabajos, por esta vez, los dejaré pasar, pero el próximo semestre tienen que echarle ganas.

— ¿Pero quienes reprobaron, profesora?

— La señorita Jones, el señor Malfoy, el señor Nizaki y el señor Potter. Así que los espero a los cuatro de 5 a 7 en el aula 202.

— ¿Será solo por esta semana, profesora?

— Sí señorita Jones, o en su defecto hasta que yo decida que su nivel en Pociones y Química III es suficiente como para distinguir ácido clorhídrico de bilis de armadillo. Pueden retirarse, la clase ha terminado.

— Que dolor para mi economía — murmuró Draco.

— Eran las horas donde atendías casi siempre a tus clientes, ¿no? — preguntó Araym.

— Si, ¿Por qué no tomas mi lugar durante esas dos horas?

— ¿Estás loco? Yo no podría. Además que a mi nadie me querría, después de todo la leyenda eres tú, no yo.

— ¿Y quien fue quien empezó con eso de "la leyenda"? Nunca me dijiste.

— Creo que fue tu excompañero del colegio, Ernie Macmillan.

— Ah, con razón.

Un chico rubio se les acercó. Draco lo miró un segundo y después le dijo — Es cierto, tú tenías hoy sesión a las 6… ¿quieres que te la reprograme?

— ¿Podría ser ahora, antes de la comida?

— Está bien. Araym, llévate mi mochila y déjala en mi cuarto. Nos vemos al rato.

— Nos vemos, chico leyenda.

— Cállate.

El resto del día continuó como de costumbre, sin muchos cambios, con excepción de la clase por la tarde con la profesora Reilly.

— Me alegra ver que todos llegaron a tiempo. Por favor pónganse en parejas y saquen sus libros.

Nikki Jones y Yukio Nizaki se movieron rápidamente y se sentaron juntos, dejando a Harry y a Draco mirándose, estupefactos.

— Profesora, yo no quiero trabajar con Potter.

— ¿Qué es esto, un jardín de niños? Ustedes son universitarios. Aprendan a comportarse como tales, además no venimos a socializar, esto es una asesoría. Ustedes dos son los que peor salieron en el examen, y si en el próximo no sacan mínimo el 95 aprobado entonces estarán reprobados en el semestre y tendrán que recursar.

Harry tomó una silla y se sentó en la misma mesa que Malfoy.

— Yo tampoco quiero trabajar contigo, Malfoy, pero quiero pasar Pociones y Química II, así que debemos cooperar.

— Muy bien — dijo la profesora — abran su libro en la pagina 27. "Diferencias químicas entre los venenos de basilisco y los de serpiente cobra, y en qué afecta sus composiciones en la poción detectora de la maldición imperius". Quiero que me hagan un ensayo sobre eso. Yo tengo ahora una junta con el profesorado, así que les pido que se pongan a trabajar mientras no estoy, y cuando terminen me dejan el trabajo en mi escritorio. No se pueden ir hasta no acabar.

La profesora salió del aula, y todos comenzaron a trabajar. A Malfoy y a Harry se les dificultaba muchísimo el ensayo, sin embargo Yukio y Nikki parecían hacerlo bastante rápido y bien. Pronto ellos acabaron y dejaron a Harry y a Malfoy solos. Ambos intentaban trabajar lo mejor que podían, pero Harry cabeceaba mucho.

— Potter, deja de dormirte.

— Lo siento… no dormí anoche.

— ¿Qué ocurrió? ¿Otra vez problemas con tu novia?

— Pues si… oye, ¿y ultimadamente a ti que te importa?

— Tu amigo la comadreja tiene razón, deberías dejarla.

— ¿Y a ti que te importa?, es mi novia

— Si, pero yo conozco más de ella que tú. Casi puedo adivinar qué fue lo que hizo esta vez para hacerte enojar. Se metió con alguien más, ¿no?

— ¡¿Y tú que sabes?! ¡No son tus asuntos!... además solo lo ha hecho dos veces.

— Pues resulta que sí son mis asuntos porque no solo han sido dos.

Harry abrió mucho los ojos y miró fijamente a Malfoy —… ¿qué quieres decir?

—Quiero decir que ella ya era así desde que estaba en quinto curso. Todos los Slytherins la traían como si fuera una muñeca. Hacían fiestas, se dejaba emborrachar, tomaban drogas, y las fiestas terminaban en orgías protagonizadas por tu noviecita.

La cara de Harry se había puesto pálida como la cera, y en sus ojos se agolparon las lágrimas — …No, no puede ser… no Ginny.

— Si, tu Ginny era la puta de los de Slytherin. Claro, nunca hablaban de ella, porque los Slytherins nunca socializaban con otras casas, además que nadie la quería compartir con otras casas.

— No… no puede ser…

— Es la verdad, Potter. ¿Por qué te mentiría?

— Es el tipo de cosas de las que eres capaz. Toda mi vida has intentado hacerme infeliz, ¿por qué ahora debería de creerte?

— Bueno, en eso tienes razón, de hecho no sé por qué te estoy diciendo todo esto, porque así seguirías engañándote y sufrirías más. En realidad no tienes ninguna razón para creerme, y si quieres puedes seguir pensando lo que quieras de tu noviecita, pero te lo digo, yo estuve ahí muchas veces y lo vi con mis propios ojos. Ella era la muñeca de trapo de todos los slytherin.

— ¿Estuviste ahí?, eso quiere decir que… ¡tú también estuviste con ella!

Harry se abalanzó contra Malfoy, ambos cayeron al suelo y Harry estuvo a punto de pegarle, pero Malfoy lo detuvo.

— En serio, ¿por qué clase de persona me estás tomando? Yo no tocaría a esa Weasley.

— ¡¡¡No te creo!!!, ¡¡Pruébalo!!

— Pregúntale a quien quieras de los exalumnos de Hogwarts, o a quien quieras en este instituto. Yo soy gay.

— ¡¡No te hagas pendejo, tu eras novio de Pansy Parkinson!!

— Claro que no, ¿acaso alguna vez me viste besarla? Era pura pantalla.

— No te creo

— ¿Quieres pruebas?

Malfoy no le dio a Harry tiempo para responder. Logró ponerse sobre él y comenzó a besarlo apasionadamente.