—No sabes lo que me paso el fin de semana —espetó Bridgette a Alegra.
La chica la miró con atención.
—Estuve en cama todo el día—empezó con fuerza—Estaba bien y de pronto...
Ella seguía hablando de lo sucedido, cuando Félix paso cerca de ella, mientras bebía una botella de agua. Últimamente los días eran muy calurosos.
Cuando la oración dicha por Bridgette, le hace expandir sus ojos y tragar bruscamente el líquido.
"Me tenía bajo su control, se adueñó de mi cuerpo, me hizo sudar, temblar, me dejo sin fuerzas, sin respiración... sentía que iba a desfallecer"
—Oh... —expresó su amiga. Félix giró su cuello como el exorcista ¿Que estaba oyendo?
—Y después de eso, la verdad aun no me siento del todo bien.
—Sí que te dio duro.
¿¡No se podía sentar!? ¿¡Qué mierda le hicieron!?
—Y fue tan repentino... —musitó— Sin previo aviso ya me encontraba en la cama sin poder levantarme ¡No me dejaba! ¡Estuve dos días completos así! ¡Hasta me dolía todo el cuerpo! Te aseguro que estaba viendo el paraíso... Ni siquiera sé cómo puedo mantenerme en pie.
¿¡Dos días!? ¿¡Le dolía!? ¿¡Paraíso!? ¿¡Apenas se podía mantener en pie!?
Félix apretó con fuerza la botella de agua. Lo que estaba escuchando lo estaba irritando.
—¿Cómo es posible que me enferme en verano? —gimió la chica mientras su mechón bajaba con tristeza.
Esa revelación, lo hizo enojar más al muchacho.
—¡Idiota! —masculló Félix lanzando la botella de agua.
La chica parpadeó ¿Por idiota se enfermó? Félix se largaba a rápidos pasos de ahí, directo al baño a mojarse la cara. De seguro estaba roja y no era por el calor.
