Disclaimer: Obviamente, los personajes no son míos, yo sólo me divierto con ellos y los muevo a mi manera... Pertenecen A Stephenie Meyer. Summary: ¿Cómo cambiría la historia de Edward y Bella si Bree hubiera sobrevivido? ¿Bree hara cambiar la opinión de Bella acerca de su conversión? ¿Podrá ser todo como era antes de los neófitos y de Bree? ¿Qué pasó realmente con Diego? SPOILERS! The second Opportunity
Oí como mi brazo era arrancado de mi cuerpo en menos de dos segundos. Aullé de dolor. Ya una vez lo habían arrancado. Me tiré al pasto y me retorcí. Sentía que mi muerte estaba cerca… Muy cerca. Me estremecí.
- ¡Esperen! –Gritó Carlisle-. Sé que no dan segundas oportunidades, pero si ya lo hicieron una vez con Bella, podrían concedernos otra con Bree. Le mintieron. No sabía exactamente lo que hacía… Denle la oportunidad de remendar sus errores que nos sabía que cometía.
El más grande de los encapuchados soltó mi brazo a un metro lejos de mi cuerpo. Con sigilo me arrastre hacia él. En un movimiento veloz –lleno de temor y dudas respecto a mi incierto futuro- coloque de nuevo mi brazo en su lugar. Como nuevo, o algo así.
Vi como el pelirrojo le destapaba los ojos a la humana, Bella. Su olor me era irresistible. La quería… Pero si quería seguir con vida tendría que controlarme.
Jane –la bruja- me dio una rápida mirada y suspiro.
- Supongo –Se encogió de hombros-. Pero regresaremos para comprobar si su humana ya ha sido transformada. Y sí, Bree –Pronunció mi nombre con despreció. Su mirada parecía apuñalarme-. Está bien controlada, Carlisle. Le mandare tus saludos a Aro.
Y desaparecieron.
El campo se quedo en silencio. La humana me miro durante un largo rato. Miro al chico pelirrojo con ¿confusión? Y después volvió a dirigir su mirada en mi dirección.
Recordé los últimos minutos y lo cerca que había estado mi fin. Recordé a Fred y que posiblemente podría reunirme con él… Y a Diego, que ni aún cerca de la muerte, o al menos del final, no había conseguido sacarlo de mi cabeza.
- Bree –Gire mi cabeza para mirar hacia la voz. Como un acto reflejo. La chica menudita de cabellos negros me miraba con una sonrisa jugueteando entre sus labios-. Bienvenida a la familia.
No podía estar más de acuerdo. Aquellos vampiros de ojos amarillos eran más parecidos a una familia que a mi aquelarre. Habían derrotado al ejército porque se había mantenido unidos. Tal y como había dicho Riley, esa era la clave: la unión.
Los mire a todos uno por uno. Eran bellísimos. Como los de nuestra especie. Algo en lo que no había reparado antes era en las ojeras que poseíamos. Supongo que no les prestaba la debida atención, pero aún así, ahí estaban. Resaltaban de su pálida piel, bolsas moradas, indicando la falta de sueño de los vampiros.
Y además, sus ojos no eran amarillos, si no, dorados. Posiblemente los demás también lo habían notado.
Todos esperaban una respuesta de mi parte. Sobraba decir lo agradecida que estaba con cada uno de ellos. En especial con el chico pelirrojo. Pero hasta ese momento contenía la respiración, no quería arrojarme encima de la chica de ojos pardos. Significaría que Carlisle me había salvado para nada.
El chico pelirrojo asintió y miro a todos.
- Está hambrienta –Recorrí la mirada. La chica rubia, escultural y posiblemente la más hermosa vampira que en mi vida había visto, sonrió-. No quiere comerse a Bella… Esta haciendo un esfuerzo por no olerla.
Carlisle me dio una mirada de simpatía.
- Supongo que no quieres decepcionarnos… -Sonrió-. ¡Pero qué descortés de nuestra parte! ¡No nos hemos presentado como es debidamente!
Todos se rieron. Los observe, uno a uno. Calmados. Parecían una familia normal en un día de campo. Sólo que mucho más guapos.
- La rubia es Rosalie Hale –Señalo, Carlisle-. Junto a ella, el muchacho grandote es su esposo, Emmett Cullen –Me estremecí al ver su tamaño, pero inmediatamente me dio una sonrisa y dos curiosos hoyuelos se marcaron en sus mejillas. Levante un poco las comisuras de mis labios, intentando devolverle la sonrisa-. La chica pequeña es Alice Cullen, y junto a ella, Jasper… Witlock Hale –Rió-. Supongo que están en unión libre –Meditó, me sonrió y prosiguió-. Ahora, la humana es Bella Swan, y junto a ella está mi otro hijo, Edward Cullen –La manera en que se refirió a él chico pelirrojo, me hizo sentir una ola de calor. Como si estuviera en la casa que nunca tuve.
Asentí a cada una de las palabras, intentando memorizar sus nombres. Rosalie, Emmett, Alice, Jasper, Bella, Edward…
- Y por supuesto –Abrazo por la cintura a Esme y beso su mejilla-. Mi hermosa esposa, Esme Cullen –Rió-. Y tu servidor, Carlisle Cullen.
Por primera vez desde hace unos días, sonreía ampliamente. La idea de pertenecer a esa extraña familia me hacía sentir un pequeño cosquilleo donde se suponía estaba mi corazón muerto.
Abrí la boca. El olor de la humana no era tan fuerte ya, me había acostumbrado. Sólo estaba el molesto aroma rondando.
La mire. Su rostro estaba confundido, aún más que el mío.
- Bree –Su voz era suave, dulce. Casi parecía que fuera de vampiro-. Yo… -Dudó-. ¿Cómo…? ¿Qué paso?
Sus preguntas no tenían lógica alguna y no llevaban un sentido coherente. Me limite a mirarla.
- No sé. En un momento me encontraba buscando, huyendo y luego estaba con los ojos cerrados… Todo es muy confuso, Bella –Respingó al escuchar su nombre de mis labios. Me dio una sonrisa tensa-. Supongo… Que el amor nos vuelve vulnerables y estúpidos.
Sonrió.
- Ni que lo digas –Replicó, para después besar en el cuello a Edward.
Este me miro con sus ojos dorados. Su mirada no reflejaba un solo sentimiento, si no varios. Me mareé. Y recordé a Fred.
- ¿Creen…? –Mire a Carlisle-. ¿Podría alguien acompañarme a Vancouver?
Me miraron sorprendidos. Había fruncido los labios hasta que quedaron en una fina línea. Carlisle fue el primero en hablar.
- ¿Para qué necesitas ir a allá, Bree? –Inquirió, confundido.
Dudé. ¿Debía hablarles acerca de Fred?
Tenía que hacerlo, sí iba ir por él para traerlo a salvo bajo el manto de los Cullen, sin duda debía decirles.
- Hay otro… -Comencé, dudosa. Edward me dio una mirada alentadora. Suspiré-. Fred… Huyó antes de que comenzara la… -¿Cómo definirlo? ¿Lucha, guerra, riña?-. Pelea. Él es tan o más inocente que yo…
Mire al lector de mentes. Sabía que faltaba añadir que poseía un ''talento''.
- Y tenía un ''talento'', por así decirlo…
Por un momento percibí la fascinación en la mirada de Carlisle y la humana.
- ¿Qué clase de talento? –Pregunto, Bella con la curiosidad en su voz.
Dirigí mi mirada en su dirección. Sus ojos fascinados me miraban con una pisca de emoción, mientras sus labios, curvados en una franca sonrisa, me invitaban a continuar hablando de Fred. Y no es que no tuviera la suficiente confianza para no contarles, no, es sólo que me era difícil describir un ''talento'' como el suyo. Repase mentalmente como me sentía cerca de él.
Edward aspiró con fuerza y miro a Carlisle con emoción.
- Digamos que su don es sutil… -''Don'', eso era, un don-. Podía decirse, que de cierto modo, era invisible ante los demás… Pero, también, a los que él deseara.
Bella miró sorprendida a Edward. Al igual que todo el clan. Esme –a quien ya quería como una madre- me dio una mirada llena de comprensión.
- ¿Era tu amigo, Bree? –Asentí.
Demás estaba decir de lo que una vez fue Diego. Ya no se podría hacer nada.
- Sí pudiera alguien acompañarme, yo… Estaría muy agradecida –Mi voz era suplicante. Fred le sería más útil al clan que mi misma persona.
Todos intercambiaron algunas palabras.
- Iré yo –Anunció Edward-. Bella tiene que visitar a Jacob –Hizo una mueca al pronunciar el último nombre-. Aprovecharé el tiempo para acompañar a Bree por Fred.
El clan miro a Bella y a Edward. Parecía que Jacob era un mal tercio en su relación.
- Vayamos a casa y hablemos con más calma –Hablo, Carlisle, con tono conciliador.
Asentí.
El camino a la casa Cullen fue muy rápido. Sentía la fuerza. La sangre me daba fuerza.
Su casa no era para nada lo que me esperaba. Pensé que al ser vampiros como los otros, vivirían en una casa muy escondida, donde ningún humano pudiera encontrarlos y así saber de su existencia. Lo cual era ilógico puesto que Bella sabía de esta y no era un vampiro.
Era elegante, como cada uno de ellos. Desentonaba demasiado. De verdad necesitaba ropa nueva.
- Bienvenida a nuestro hogar.
Me encontraba maravillada. No se ocultaban en un sótano. Cada uno poseía su habitación, era… Como si fueran humanos.
Recorrí toda la casa. ¡Hasta tenían alimentos en la cocina! Supuse serían para Bella. En cuanto termine, los del clan de ojos dorados me esperaban sentados en la sala. Rosalie al pie de las escaleras mirando a la nada; Emmett frente al televisor gritándole a su equipo, al igual que Jasper; Edward y Bella sentados en el banquillo de un precioso piano de cola negro; Esme y Carlisle sentados en otro sofá, viéndonos a todos y Alice… No estaba.
- Supongo que fue a comprarte ropa… -Susurró Edward. Bella ni se enteró-. Ahora eres parte de nuestra familia, Bree…
Bella lo miro con adoración y luego me miro a mí. Y me miro a los ojos. El pánico cruzo por su mirada.
- ¿Qué edad tienes, Bree? –Pregunto Bella.
Me daba la impresión de que ella los había descubierto por lo intuitiva que era. Edward rió entre dientes y asintió a mis conclusiones.
Dudé en contestarle. ¿Se refería a mi edad que aparentaba o a partir de mi conversión?
Abrí la boca para responder.
- Quince de apariencia –Sonrió. Supongo que ella había calculado esa edad-. Y… Tres meses de vampiro.
Sus labios se abrieron en una 'o'.
- ¿Y te alimentas de…? –Me miro horrorizada, mientras sus labios pronunciaban la pregunta.
- Humanos –Afirmé.
Los del clan de ojos dorados suspiraron.
- Tal vez Victoria los quería fuertes para la pelea –Musitó, Bella. Sentía cierta simpatía por ella. Si me queda, podríamos llegar a ser buenas amigas-. Pero, ¿sabes por qué los ojos de los Cullen son dorados? –Negué con la cabeza y aguardé la respuesta-. Ellos no beben sangre humana… -Hizo una pausa dramática, sonreí-. Se alimentan de… ¡Animales!
Una risita se escapó de mis labios antes de que pudiera detenerla.
- ¿Hablan enserio? –Busqué a Carlisle con la mirada, hasta ubicarlo-. ¿Se alimentan de animales?
Carlisle asintió.
- Nosotros no matamos a gente inocente…
- Tampoco yo –Rebatí, cruzándome de brazos-. Sólo gente escoria…
Bella miro a Edward, mientras este me miraba con entendimiento.
- Gente, al fin y al cabo –Dijo Carlisle, una vez que regrese mi mirada a él-. Te acostumbrarás a nuestra forma de vida, ¿no es así, Jasper?
El aludido soltó un pequeño gruñido. Edward rió entre dientes. Supuse que algo de lo que pensó Jasper le había parecido divertido.
Asentí y dirigí mi mirada a la puerta. Alice entro volando con cientos de bolsas en sus pequeñas manos. Ella era tan o más pequeña que yo.
- ¡Mira lo que he traído, Bree! –Canturreó, mostrándome diferentes tipos de ropa.
Bella se estremeció y regreso su atención a Edward, que había comenzado a tocar una melodía dulce.
Alice me mostro toda la ropa, zapatos y accesorios que había traído para mí. Todo me había encantada, y por más vampiro que fuera, era una adolescente y era mujer. Nunca había tenido la oportunidad de comprar ropa. De ir a un centro comercial de manera normal, como persona.
- Supongo que querrás ducharte –Dijo, Alice. La mire confundida ¿Ducharme…?-. Después del largo día de ayer…
¿Ayer? ¿Es qué acaso el tiempo en la casa de los Cullen se había pasado volando de tal manera que no sabía ni que ya era otro día? ¿Así sería siempre?
Sonreí de oreja a oreja.
- Claro, ¿por qué no?
Subí escaleras arriba y me metí a la ducha. El agua caliente resbalaba por cada parte de mi cuerpo, ¿desde cuándo no había tomado un baño? Me relajé totalmente. Pasaron varios minutos cuando decidí que ya era tiempo de salirme. Iba a ponerme la antigua ropa, cuando unos toques en la puerta me hicieron saltar.
Envolví mi cuerpo en una toalla y abrí la puerta. Ahí estaba Alice. En sus manos sostenía ropa cuidadosamente doblada.
- Se me ha olvidado dártelos, Bree –Asentí. Me entrego la ropa y en menos de dos minutos, ya estaba afuera de baño.
De nuevo se encontraban reunidos en la sala. Sólo que en diferente posiciones y no estaba Bella a la vista. Ahora que Fred no estaba y que ya no estaba entre peligrosos vampiros, podía caminar tranquilamente por la casa.
- Supongo que ahora tú también asistirás a la boda –Musitó, Alice, pensativa. Frente a ella había un montón de sobrecitos colocados por montones. Invitaciones.
- ¿Boda…? -¿Es qué los vampiros también se casaban?
Alice asintió con gesto ausente.
- Bella y Edward se van a casar pronto.
Abrí mis ojos. Edward se iba a casar con la humana.
- La convertirá, ¿verdad? –No había lógica de que Edward se casará con una humana.
- Aún no –Respondió la voz del aludido.
Me volteé para verlo. Alcé mis cejas en un gesto de sorpresa.
- ¿Qué quieres decir con 'aún no'?
Sonrió. Su sonrisa era algo extraña. Torcida.
- Después de que nos casemos y… -Sus ojos lucieron avergonzados-. Bueno… Será convertida después de nuestra luna de miel.
Ahí caí en la cuenta de lo que quería decir. Si hubiera sido humana como Bella, me hubiera sonrojado. Asentí y lo mire. Pero entonces, me horroricé.
- Bella y tú… -Las palabras querían salir de mi garganta, pero se atascaban-. Siendo aún humana…
La pregunta no formada de mis labios flotaba en el aire. Edward asintió y desvió su mirada.
- ¿No es eso peligroso?
La atención de todos estaba puesta en nuestra charla no tan trivial.
- Es hora de irnos a Vancouver, Bree.
Y me pregunto, ¿continuo la historia? A mí parecer tiene un futuro incierto, pero me encanta Bree. Sí hay faltas de ortografía es porque es recién salido de mi mente (WTF?) y lo quise publicar una vez terminado. HOY SE ESTRENA ECLIPSE, ¿NO ES GRANDIOSO, MARAVILLOSO, GLORIOSO, ESTUPENDO? ¡Claro que sí! :D También les recuerdo que pasen por mi OS ''Imperfecta, Perfecta Para Mí'' Que de alguna u otra forma participa en 'mi amad0 BFF -fanfiC Contest'. Así que... Ustedes deciden, ¿continuo o no? Besukoz! AnNe.
