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Nuevo proyecto.

Lo pense demasiado si he de ser sincera pero aquí esta, al fin, un fic de KazuyaxSakuno...

Espero me apoyen eneste nuevo proyecto y gracias por leer.

Cabe destacar: Sakuno sera algo tímida pero fuerte, en ocasiones un cubo de hielo y Kazuya sera hielo andante pero con Saku cambiara notablemente.


Disclaimer:

Prince Of Tennis no me pertenece.


Resumen:

Kazuya es un tenista profesional de 22 años y Sakuno una doctora de 20 años, ambos han sufrido demasiado a causa del amor, ella fue plantada el día de su boda, la prometida de él murio en un accidente, él no cree en el amor, ella no quiere enamorarse de nadie, sin embargo, el destino no piensa lo mismo al unirlos, ambos sabran que no hay nadie en este mundo que pueda decir "yo no creo en el amor", en el camino que deberan recorrer sabrán que siempre hay segundas oportunidades y que debes arriesgarte por ellas...


Capítulo 1: No Creo

Hace dos años...

El día de la boda es para una mujer algo maravilloso, es un sueño hecho realidad porque durante toda tu vida esperas por "él", desde que eres una niña sueñas como sera ese día, anhelas con emoción que llegue para poder ser feliz el resto de tu vida, Sakuno siempre había pensado eso, desde pequeña jugaba con su mejor amiga Tomoka a imaginar ese día, eran horas incontables en la habitación jugando con muñecas que serían las damas de honor, la novia y el novio, siempre había soñado que ese día sería el día más perfecto de su vida y que desde ahí siempre sería feliz.

Sakuno era una chica de cabello cobrizo y ojos levemente rojos, de tez blanca, hermosa como nadie según su madre, alguien de carácter dulce, amable con la gente, tímida en algunas ocasiones pero sobre todo una chica de buen corazón, hoy contraería matrimonio por esa razón estaba nerviosa, contaba con tan solo 18 años de edad pero se casaría, se uniría al hombre que había estado esperando toda su vida, su novio desde los nueve años, Echizen Ryoma, lo amaba más que a su vida, era simplemente perfecto para ella, caminaba de un lado a otro por la habitación tratando de controlarse pero le era imposible, su amiga la miraba con una sonrisa desde su asiento - Sakuno debes calmarte - pidio ella y asintió aunque no tan convencida, es que le era en verdad complicado estarse quieta.

- E-Es el día de mi boda - señalo un tanto estresada, se casaría en diez minutos y estaba a punto de colapsar, sin embargo, no podía darse ese lujo, tenía que casarse hoy porque todo estaba planeado, había planeado su boda como la había soñado cuando tenía nueve años y le había dado su primer beso a Ryoma, observo a Tomoka que miraba por la ventana - ¿Tomo-chan, sucede algo? - llamo la atención de su amiga quien nego con la cabeza mientras sonreía - Sakuno - la llamo mientras se levantaba y tomaba sus manos entre las suyas.

- ¿Q-Quieres decirme algo? - pregunto ella observando que su amiga besaba su mejilla con cariño - Hoy es el día de tu boda, gracias por permitirme estar a tu lado y quiero pedirte perdón - murmuro esta y Sakuno sonrió, no entendía porque le pedía perdón y quería saberlo - ¿Perdón porqué? - pregunto observando que la chica de coletas negaba con la cabeza - Por nada en especial, solo perdón - asintió cuando la puerta se abrio y observo a su madre que entraba con una sonrisa enorme en el rostro y caminaba donde ella.

- Te ves hermosa - murmuro su madre mientras besaba su frente - Es hora - dijo después de separarse y asintió para salir de la estancia seguida de las dos mujeres - Yo me ire en otro auto - comento su dama de honor que era Tomoka y asintió con una sonrisa para abordar la limusina que la llevaría a la iglesia donde cumpliría su mayor sueño... el de contraer matrimonio.


- ¡Nunca tienes tiempo para nosotros! ¡Solo te preocupa el tenis, la boda la estoy planeando yo sola! - grito su prometida de nueva cuenta mientras él caminaba por la sala marcando un número - Nanami, es importante - señalo Kazuya Tokugawa un chico de 20 años de cabello azul muy obscuro y de ojos azul grisáceo, un tenista profesional desde los 16 años, había ganado todos los Grand Slam en los que había participado, sin duda alguna un prodigio del tenis, necesitaba realizar una llamada para saber si su padre lo acompañaría al torneo en puerta pero este no contestaba.

Su prometida era una chica amable, dulce, algo tímida y por eso la amaba aunque él era todo lo contrario a ella pero aún así se amaban, se casarían en seis meses y no entendía porque le gritaba sobre la boda, no pensaba que eso necesitara tanto tiempo - ¡Siempre es importante tu tenis y tu padre! ¡¿Dónde quedo yo?! - grito mientras trataba de quitarle el teléfono celular, él un tanto desesperado la tomo de ambos manos tratando de calmarla - Basta Nanami, eres lo más importante para mi, ¡deja de ser tan odiosa! - grito desesperado observando que algunas lágrimas se deslizaban por las mejillas de ella.

Nanami se solto para darle una bofetada - ¡Te odio! - grito saliendo de la casa... solo escucho el sonido del auto arrancando, ya se le pasaría, solo era cuestión de minutos para que regresara.


Estaba demasiado nerviosa, generalmente era la novia quien llegaba tarde a su boda más no el novio, Ryoma estaba retrasado por media hora, el padre estaba desesperado, su madre trataba de calmar pero era imposible, Ryoma nunca llegaba tarde, al contrario era ella quien llegaba tarde, no era justo esto que estaba sucediendo - Nena - su madre la llamo y nego con la cabeza, sabía lo que su madre estaba pensando pero no podía ser cierto, él no le haría algo como esto, no lo haría, no era capaz, él jamás la lastimaría en nada.

La puerta se abrio y se levanto de inmediato observando al mejor amigo de Ryoma de nombre Momoshiro - Fuimos a su departamento, no hay nadie, su padre nos dijo que él se quedo un poco más - las lágrimas se deslizaron por sus mejillas "Hoy es el día de tu boda, gracias por permitirme estar a tu lado y quiero pedirte perdón", la última palabra de esa frase se repetía una y otra vez en su cabeza, Tomoka parecía rara durante esa charla, su cerebro hizo algunas conexiones, no, no podía ser cierto, era su hermana, jamás le haría algo como esto.

Ella no soportaba a Ryoma, es más lo odiaba, no podía tener nada con él, sin embargo, ella estaba extraña y él no llegaba, ¡se habían ido juntos!, claro, era una ciega, se había esmerado en hacerse la ciega cuando los veía reir o cuando se miraban, ¿a quién engañaba?, ellos dos siempre estaban conectados con la mirada, la vez de la fiesta de Ann ambos habían desaparecido toda la noche mientras ella trataba de no tomar ninguna bebida alcohólica, se levanto de prisa mientras las lágrimas seguían saliendo, iría a la casa de Ryoma, no estaba demasiado lejos, quizas aún estuviera allí, corrio a la puerta - ¡Sakuno! - escucho el grito de su madre pero tan solo salio corriendo de allí con todas las miradas de los invitados sobre ella.


Nanami no contestaba el teléfono, estaba desesperado, tomo su abrigo y las llaves de su casa para correr como loco, quiza estuviera en el parque cerca de la casa, siempre que estaba deprimida iba allí, salio corriendo de su casa, tenía que ver como estaba, Nanami era su vida si algo le pasaba jamás se lo perdonaría, dio vuelta en la esquina, no podía darse el lujo de perderla, la necesitaba para vivir, se detuvo por unos momentos para volver a marcar el número pero no, no contestaba, quiza estuviera en verdad enojada por lo que le había dicho pero no lo había dicho en serio, era una broma, jamás sería odiosa para él si era su vida.

Dio la vuelta en la esquina y comenzo a correr de nueva cuenta, sin embargo, observo a una persona que se le hizo sumamente extraña... una chica vestida de novia corría con todo justo por la dirección que había venido, ella parecía desesperada al igual que él, la chica era hermosa pero no entendía porque lloraba, su maquillaje estaba hecho un desastre al igual que su peinado, tenía ojos levemente rojos y su cabello era caoba, parecía una muñeca de porcelana mal terminada debido a las lágrimas que resbalaban por sus mejillas.

Corría en verdad desesperada, a lo mejor huía de su boda, sin embargo, él continuo con su camino, Nanami era lo más importante en este momento, se detuvo de nueva cuenta para marcar su número pero no contestaba, continuo con su camino cuando sono su celular así que de inmediato se detuvo para contestar - ¿Bueno? - contesto cuando sintio que algo se le removía en el estómago - Llamamos del hospital central, ¿es familia de la señorita Nanami Ayusawa? - pregunto una mujer y de inmediato sintio un mal presentimiento.

- Es mi prometida - susurro mientras una brisa removía sus cabellos - Necesitamos que venga al hospital... la señorita Ayusawa ha fallecido - Kazuya jamás lloraba pero en ese momento varias lágrimas salieron de sus ojos mientras su corazón se rodeaba de hielo... ella no podía estar muerta, Nanami no estaba muerta.


Como pudo Sakuno salto la reja de la casa para buscar la llave en la maceta, Ryoma siempre la dejaba allí cuando ella se escapaba de casa e iba a su casa, siempre estaría ahí esa llave para ella, abrio la casa con lágrimas en los ojos y corrio hasta las escaleras para comenzar a subirlas con trompicones pues el vestido no le permitía correr muy bien, abrio la puerta de la habitación de él y estaba completamente vacía, no había ninguna cosa, parecía que se había mudado, camino hasta su armario buscando aquel suéter que le había con demasiado cariño.

El corazón se le quebro al ver que estaba allí colgado, se había llevado todo menos ese regalo, cayo al suelo de rodillas mientras sentía que su corazón se quebraba, odiaba a Ryoma y a Tomoka por hacerle esto el día de su boda, por hacerle esto justo el día en que su mayor sueño se llevaría acabo, las lágrimas salían sin parar, le dolía demasiado el pecho y no podía respirar muy bien... jamás se enamoraría de alguien más, era una promesa.


Entro corriendo al hospital y busco a una recepcionista, aún las lágrimas salían de sus ojos, la recepcionista lo guio personalmente al área donde estaba ella, donde estaba Nanami, la puerta fue abierta y en una mesa estaba ella recostada con una sábana blanca cubriendo su delicado cuerpo, se acerco a paso calmado mientras se esforzaba por verla, estaba fría eso sintio al tocarla, era Nanami, sus brazos tenían algunos arañazos y su cara no estaba en el mejor estado pero era una belleza para él, su cabello estaba quemado de algunas partes.

Estaba helada, no respiraba, era Nanami, era su prometida - Según los informes ella venía a demasiada velocidad, se paso un alto y un camión de material de construcción arraso con su vehículo, los paramédicos dicen que murio al instante, una varilla perforo su corazón - cayo al suelo de rodillas mientras tomaba su fría mano, su prometida, el amor de su vida estaba muerta... y era su culpa, si no le hubiera dicho esas cosas ella estaría con vida, tenía que haber ido tras ella de inmediato, él la había matado... jamás volvería a creer en el amor porque ese sentimiento había muerto con Nanami.


En el presente...

Sakuno se encontraba bajando de su vehículo para comenzar a caminar a la entrada del hospital, estaba algo cansada por el turno de la noche, por eso odiaba ayudar a los novatos, para colmo una chica le tenía miedo a la sangre, ¿cómo alguien que aspiraba a ser médico podía tener miedo a la sangre?, jamás penso que alguien así existiera pero se había equivocado, contaba con 20 años, había cambiado, su escencia seguía siendo la misma pero era alguien fría, no hacía amigos, no los necesitaba, era doctora en el hospital central especializada en cardiología.

La mejor en su rango según sus colegas, había cambiado en su aspecto, había crecido un poco más, su cabello que antes siempre llevaba en dos trenzas gracias a una promesa con el bastardo que la había dejado plantada el día de su boda ahora lo peinaba en caireles pero siempre los terminaba atando en una coleta alta debido a la agitación de su profesión, su cuerpo se había desarrollado mejor a pesar de su edad, era una belleza segun sus compañeros de trabajo, ella no se consideraba una pero no diría nada por el momento.

Las puertas se abrieron y entro al hospital, de inmediato una asistente salio a su encuentro tomando su bolso y demás cosas que cargaba - Ha habido un accidente en una cancha de tenis, hay pocos médicos, se le necesita - se detuvo fulmimando con la mirada al asistente que desvío su mirada con algo de miedo, sin embargo, solo camino a su oficina donde tomo su bata de médico para amarrarse el cabello en una coleta alta y tomo sus aparatos necesarios, sabía que no necesariamente habían pacientes con problemas cardilógos pero era necesaria su presencia de lo contrario no la hubieran molestado.

Abordo el ascensor con cuidado para que las puertas se cerraran y sono su celular, observo el número de su madre - ¿Qué quieres madre? Estoy en el trabajo - contesto con algo de cansancio, cuando Ryoma la había dejado en el altar ella de inmediato se mudo de su casa, sus padres habían tratado de detenerla pero no lo habían logrado, se había mudado algo lejos de su casa, entro a la universidad y la termino en un año y medio como la mejor de su clase y de su generación, era demasiado inteligente por eso era arrogante.

- Tus abuelos vienen a la ciudad, ¿crees poder venir? - no entendía a su madre, si ella ya conocía la respuesta no entendía porque seguía intentandolo - No puedo, tengo que irme y madre... no llames más - dicho esto colgo para bajar del asensor, había muchas personas sin atender y otras siendo atendidas por las enfermeras, odiaba días como estos.


Un maldito loco había aventado una bomba de humo en su partido y por ende este había terminado siendo cancelado, pero eso no era todo en medio de la multitud alguien le había aventado algo a la cara que a penas había alcanzado a esquivar, sin embargo, tenía un corte en la ceja que le dolía demasiado, algunas personas del público estaban siendo atentidas pero él que era Kazuya Tokugawa no estaba siendo atendido, su padre tardaría en llegar así que no le quedaba de otra más que esperar hasta que apareciera.

Una doctora estaba atendiendo al paciente de al lado, en verdad que era rápida porque en menos de un minuto este ya caminaba a la salida, le hizo una señal para que se levantara y lo acompañara, se detuvieron frente a una cama y tomo asiento en la misma mientras la doctora corría las persianas para privacidad - ¿Puede darse prisa? Tengo cosas que hacer - señalo en un tono un tanto frío y de inmediato la doctora quien era de ojos rojizos y cabello caoba lo miro con un semblante de furia, se arrepintio de haberle dicho algo como eso pero era la verdad.

- En ese caso marchese, jamás he permitido que alguien me apresure en mi trabajo - señalo cortante la doctora mientras descorría las cortinas - Jamás he escuchado que un paciente se vaya sin ser atendido de un hospital, mucho menos alguien como yo - arremetio Kazuya con una sonrisa ladina para recibir un golpe en la cabeza cortesía de Sakuno que estaba un tanto desesperada - A mi no me amenazes, ¿tienes idea de quién soy yo? - pregunto con una mueca burlona, observando que el paciente se levantaba y se detenía delante de ella, era más alto que ella además de ser de cabello azul muy obscuro y de ojos azul grisáceo, sin duda alguna era guapo el chico.

- No tengo idea de quien eres pero no debes colocarte en mi camino - amenazo muy seguro de si mismo, sin embargo, bajo la vista y observo el nombre en la bata de la chica, Riuzaky Sakuno se podía leer en este, era un bonito nombre si lo pensaba bien, Sakuno pensaba decirle algo cuando las cortinas fueron abiertas y de inmediato observo a una de sus colegas - Lo siento - se disculpo esta y ella tan solo cerro de nueva cuenta las persianas para señalarle la cama - Tome asiento, le atendere - murmuro tratando de no matar al tipo, de inmediato limpio la herida para inyectarle anestesia en la ceja puesto que tendría que cocerla, era una experta con eso así que termino pronto.

- Listo - murmuro mientras este se levantaba - Permiso - dicho esto descorrio las cortinas y salio de allí, Sakuno tan solo maldijo por esas razones odiaba hacer este tipo de trabajos, acomodo las cosas para salir, después de todo era su día libre pero la habían llamado para revisar a un heredero de un gran empresario, sin embargo, este no llegaba y ella no esperaría, salio de esa sala para abordar el elevador, bajo del mismo y su asistente camino a donde ella - La cita que tenía especialmente para hoy, ha sido cancelada - no dijo nada tan solo tomo sus cosas y salio de allí.

Necesiataba un momento de relajación aunque quiza no podría darselo pero al menos lo intentaría.


Salio del hospital con calma para abordar un taxi, no pensaba esperar a su padre, tenía demasiada urgencia, sin embargo, observo su carro frente a la acera y sonrió, vaya que su manáger era habíal en asuntos como estos, abordo el vehículo para emprender la marcha, se detuvo en el alto cuando todo paso tan rápido, un auto se volco y un niño estaba en medio de la calle, algunos vehículos derraparon y se escucharon gritos, bajo de inmediato del vehículo para correr donde el niño se encontraba, corrio y por centímetros lo alcanzo a quitar del camino de un auto.

Alzo la vista observando a personas gritando, su vista se nublo y en cuestión de segundos todo fue obscuridad, eso era de dar pensa, él salvaba al niño y se desmayaba, sin embargo, había una razón, no podía ver escenas como esas... le recordaban a Nanami.


Nadie sabía exactamente que había pasado pero los médicos estaban siendo llamados para ayudar en el hospital, ella corría de un lado a otro atendiendo a pacientes, había tenido dos operaciones en menos de tres horas, era un tiempo récord en este momento, entro a la habitación de su último paciente, los demás accidentados ya estaban siendo atendidos, se quedo de piedra al observar al tipo que le había molestado en la cama, al parecer se había desmayado - ¡Kazuya! - se sorprendio cuando la puerta se abrio y observo a un hombre mayor.

- No puede estar aquí - sentencio mientras tomaba la hoja de su historial médico - Soy su padre - asintió mientras anotaba algunas cosas y revisaba al paciente con cuidado - ¿Se encuentra bien? - pregunto el que era su padre y suspiro, no tenía nada, al parecer solo se había desmayado, sin embargo, era un tanto raro - Esta en perfectas condiciones - contesto mientras avanzaba, sin embargo, fue detenida por algo, sintio que una mano se cernía sobre la suya sujetandola para no moverse.

Sintio una descarga eléctrica en todo su cuerpo ante ese contacto - Nanami - murmuro el que se llamaba Kazuya, se solto de inmediato, ¿quién se creía el tipo?, no dejaba que nadie la tocara - Me retiro, en cuanto despierte pueden irse - el padre de su paciente hizo una reverencia y ella salio como alma que lleva el diablo, no entendía porque ese simple contacto le había dado una sacudida a su corazón, tenía que calmarse.


Eran las doce de la noche y salía del hospital, no podía creer que su día libre se fuera al caño por el accidente ocurrido, los policías ya se habían marchado, solo tenían que hacerle algunas mejoras a la calle, mañana investigaría que había pasado, su auto estaba aparcado frente al hospital por lo que se detuvo para buscar las llaves en su bolso cuando sintio que algo afilado se colocaba detrás de su espalda mientras alguien la tomaba del cuello, maldita sea, su día si iba de mal en peor... ¡era un asalto!.

- Dame todo lo que tienes de valor - el tipo en verdad que era un genio al pedir eso, suspiro mientras trataba de controlarse para no matar al desgraciado - No creo que debas tratar así a una dama - el tipo la solto mientras ella ladeaba la cabeza y observaba al tal Kazuya que estaba algo pálido, al parecer en verdad tenía algo grave aunque lo había revisado y no había encontrado nada raro - ¡Largo o le hare daño! - antes de que el tipo la volviera a tocar se hizo hacía atrás tomando su brazo para darle una patada en el abdomen, cuando este caía de rodillas lo golpeo en la cabeza con el bolso.

- No necesitaba tu ayuda - sentencio mientras veía que el chico se levantaba pero se llevaba una mano a la cabeza de inmediato, lo detuvo a penas de lo contrario se hubiera caído, este la atrajo para acomodar su mentón en el hueco de su cuello, como pudo lo sostuvo porque este no ayudaba a mantenerse en pie - ¡Hey! - grito pero este al parecer no la escuchaba y ni lo haría porque se había desmayado, maldijo mientras encendía su localizador y le mandaba un mensaje a uno de sus colegas, ella no podía estar así con este tipo todo el tiempo si de por si se encontraba cansada.


Kazuya se removía demasiado en la cama del hospital, escuchaba la risa de Nanami y después... después su cuerpo inerte en esa mesa de metal, su corazón hecho pedazos - Hey, hey, maldita sea - alguien al parecer lo estaba llamando, Sakuno estaba un tanto desesperada porque su paciente estaba al parecer teniendo una mal sueño y no podía despertarlo, de pronto se levanto el chico aferrandose a ella como un bebé, se quedo por completo quieta cuando sintio que este la abrazaba apretandola contra su pecho.

El tipo estaba loco - Nanami - murmuro de nueva cuenta, maldita sea, ella no se llamaba Nanami y tenía que entenderlo - No me llamo Nanami y sueltame - murmuro apartandolo, ¿por qué su corazón latía tan desesperado?, retrocedio pero temino cayendo al suelo, odiaba a ese tipo a pesar de no conocerlo, mira que confundirla con otra mujer, la puerta se abrio de nueva cuenta y salio de allí como loca, era el padre de ese tipo así que estaba bien, solo esperaba no volver a ver al tal Kazuya nunca más.


Muchas veces la vida te da segundas oportunidades que pueden presentarte en ocasiones un tanto locas o por accidente pero nunca esta de más tomarlas, puede que en ellas logres encontrar algo maravilloso, algo mucho mejor a lo que algún día soñaste, la vida siempre estara llena de sorpresas, no lo olvides...


N/A

Espero les haya gustado.

Gracias por leer.