Capitulo 1: la caída de un ángel.
Los humanos no comprendemos el poder de la palabra y tampoco se interesaban en oír las verdades que profesa.
Nos perdemos entre lo material, lo inservible para el alma.
Nos dejamos llevar por el pecado y nos alimentamos de palabras impuras y falsas.
Nos perdemos entre las sombras de lo irreal.
Buscamos respuestas que no existen pero que la sociedad nos exige saber. Ellos ven desde arriba pero no viven abajo.
Nos dejamos quemar por las llamas del infierno a causa de nuestra frágil inocencia y nos dejamos vencer por enfermas palabras de personas que han perdido la cordura.
Nos venden la imagen de un ser perfecto que es imposible de alcanzar con el único fin de matar nuestras almas y hundirnos en la adicción del pecado.
Moriremos por mentiras que nos venden, por sueños que no existen y por una realidad que es inalcanzable para el humano.
Nunca buscamos la felicidad en nosotros, buscamos la felicidad en lo que otros ven y así nos hundimos en una oscuridad sin retorno.
Nadie estaba en su casa.
El se había encerrado en el baño y se abrazaba a su único amigo.
Cada vez que podía se pasaba horas encerrado vomitando todo lo que había comido. Mientras más lo hacía mejor se sentía consigo mismo.
Para el esto no estaba mal porque una vez le dijeron que el precio de la belleza era muy alto pero que valía cada lágrima de dolor si al final obtenía la atención de todas esas personas que uno deseaba. Nunca le dijeron que en realidad lo único que hacía era cavar su propia tumba y que el camino a su muerte sería el más doloroso.
¿Pero qué podía hacer el si nadie lo escuchaba?
Mientras todos les daban la espalda él se mataba lentamente para llamar su atención.
Había un chico en su instituto que siempre recibía el alago de todos los alumnos, era muy hermoso y tenía una hermosa figura delgada y una pequeña cintura. El quería ser como esa persona.
La preguntan más importante que se hacía cada mañana frente al espejo era: ¿Cómo me veo?
Todos sabemos cuál es la respuesta. Sin importar cuánto se mirara nunca encontraba la diferencia. La balanza disminuía cada vez más el numero de su peso, pero su ojo le seguía engañando haciéndole creer que lo único que había logrado era perder el tiempo ya que él jamás seria ese "Chico lindo" de revista.
Solía comprar tres talles más grandes del que le correspondía porque su imagen estaba tan distorsionada frente al espejo que no podía ver lo que en verdad ocurría.
Cuando sus padres cenaban junto a él tenía que disimular que todo estaba bien. Pero ver los alimentos solo le producía asco, pero asco de sí mismo.
Tan ingenuo se dejo engañar por palabras que vendían el infierno. Tan frágil que no supo ver que era una trampa del diablo.
Hundido en un mundo que desconocía se dejo hacer por aquellos que creían saber más.
Solo llevaba tres meses con este escarmiento, aun estaba a tiempo para salvarse.
¿Pero como lograría hallar la luz al final del túnel si todos los humanos aplaudían sin ver la realidad?
Solo el amor podía guiarla. Le vendaría los ojos y lo haría caminar por el cielo, lo haría sentir libre, hermoso, deseado y amado tal cual es.
Ese joven que se torturaba desde hace algunas noches era Misaki Takahashi.
Otra noche más que deberá cenar solo en aquella mesa que parecía medir unos 15 metros.
Nuevamente se negó a probar bocado y pidió que le llevaran la comida a la pieza.
Cuando estuvo solo en su cuarto tomo la bandeja y tiro la comida en una bolsa dentro de otra y la coloco en su tacho de basura.
Desde que cumplió los 12 sus padres dejaron de mimarlo. El se sentía tan solo y abandonado que trato de encontrar en otros brazos ese cariño, lo consiguió de la manera más baja posible.
Tres meses después sus padres ya no comían junto a él y esto lentamente le fue quitando el apetito.
Cuando entro a la secundaria se volvió el centro de atención gracias a su cuerpo de infarto, pero lo que nadie sabía era que ese cuerpo era producto de días, semanas y meses sin probar bocado.
¿Pero a quien le importa?... Si lo único que valía era lo que se veía por fuera, aquello que cumplía con los estándares de belleza.
Claro el era el ejemplo y la envidia de todos los hombres y mujeres.
Nadie se detenía a preguntarle cómo se sentía total si él era el más lindo lo demás no valía.
Cada día caía más en su propio olvido y se dejaba hacer por los demás a la medida de la moda.
La balanza ya ni siquiera sentía el peso de aquel frágil cuerpo.
En su casa nadie le controlaba y por eso caía con tanta rapidez en el infierno.
Llevaba tres años con esta vida suicida.
A él le daba lo mismo porque como había olvidado lo que era el carriño y la calidez del amor lo confundía fácilmente con envidia y lujuriosos halagos.
¿Podría alguien quitarle la venda a esta frágil criatura?
Sí, todos tenemos un ángel que nos cuida. Pronto el amor llegaría y haría florecer su corazón. Con mucha dificultad lograría hallar el verdadero significado de las palabras que alguna vez oyó.
Esta frágil criatura que perdió el camino a causa del olvido se llama Shinobu Takatsuki.
Otra noche más en aquella mugrosa barra.
Un trago, dos tragos, tres tragos, cuatro tragos, cinco tragos… diecisiete tragos.
Una sola vez se necesita para caer en una adicción.
Se dejaba llevar por ese estúpido impulso adolescente.
Tan fácil cayó que no le dio tiempo a buscar de donde agarrarse.
El siempre fue un joven rebelde. Aunque solía escaparse de la escuela y fumaba a escondidas, jamás creyó que caería tan bajo.
Un día estas tan tranquilo y en paz con tu vida pero luego llega esa pregunta estúpida:
¿Has probado alguna vez? … ¿No?, entonces toma un poco total como es la primera vez no pasa nada.
Claro lo que nunca se toma en cuenta es que la realidad física y mental de cada uno es diferente.
El abrió una puerta que lo adsorbió.
Ama ese delirante olor a alcohol barato y terminar arrestándose por el suelo. La mejor parte era cuando pasabas una noche increíble que ni recordaba.
El amaba esa vida porque le hicieron creer que ese era el ideal que un adolescente debía tener.
Nadie lo esperaba en casa y por eso nadie le explicaba que lo que hacía solo lo estaba matando.
¿Pero que puede entender un adolecente que no cuenta con el apoyo de su familia?
Su padre y madre estaba en Inglaterra hundidos en sus trabajos millonarios, y el se hundía en su propio vomito.
Si le dejas total libertad a un adolescente y lo dejas solo en la vida perderá el camino a solo dos pasos porque el no tiene una regla para medir las consecuencia.
Se dejo marcar por recuerdos de los que se sentía orgulloso aunque no tenía idea de que trataban pero lo suponía por lo que otros decían.
¿Puede alguien dejar una adicción tan fácilmente?
Claro que si, uno puede cambiar esa adicción al alcohol por una adicción a los besos de la persona que mas amas. Con un poco de amor el lograría hallar la salida. Tomaría su tiempo como cualquier adicción, pero valdría la pena.
Este borracho que perdió el camino se llama Kisa Shota.
Otra vez estaba tirado en el suelo lleno de rasguños que el mismo se había hecho.
No fluía sangre de las heridas pero ese palpitante dolor le producía placer.
Es tan fácil corromper una mente adolescente haciéndoles creer que lo correcto es incorrecto.
Las personas mayores abusan de la inocencia.
Hace tantos años que él estaba enfermo, ese maldito hombre lo volvió loco. Desde ese día que fue violado busco en el dolor limpiar la impureza.
Poco a poco olvido aquel recuerdo, o eso creía, y transformo en felicidad el dolor que se infligía el mismo o que otros le proporcionaban.
Era un masoquista perdido en una realidad ficticia.
Le hicieron pagar deudas que no le correspondía, entregaron su cuerpo sin importar las consecuencias.
Un adolescente vive esta etapa para conocer y crearse, no está ahí para afrontar problemas que él jamás sospecharía.
Fue usado por sus tíos y luego entregado a sus padres quienes desconocían la verdad.
El se oculto, oculto ese asqueroso ser que es ahora y fingía con alegres sonrisa.
Muchas veces tenia arranques de violencia para satisfacer ese dolor emocional que nadie se dignaba a curar.
¿Podría haber alguna solución?
Si. El amor seria la medicina que llenaría su corazón con alegría y borraría ese mal recuerdo. Le enseñaría a vivir y a quererse como nunca lo hizo.
Esta pobre criatura masoquista se llama Hiroki Kamishou.
¿En que nos hemos convertido los humanos?
Estas cuatro criaturas son el producto de la desquiciada mente comercial.
No nos dejemos vencer por lo que nos venden.
Seamos fuertes y diferenciemos la realidad de la ficción.
Aprendamos que cada uno lleva una vida diferente.
Nuestros cuerpos son distintos y nuestra belleza es única en cada uno.
Recuerdan también que una primera vez puede ser un para siempre.
No se dejen llevar por las masas y busquen la libertad por más lejana que sea.
Amansen tal cual son y vean sus virtudes que les guiaran por el buen camino.
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