Sleeping
Notas: Puede ir encendiendo sus antorchas y comprando tomates.
Disclaimer: el típico discurso de que Sherlock es propiedad de la BBC y de John H. Watson y esa es toda la verdad.
=#=
Sleeping
Por Jawn Foster
=#=
Presentaba una postura peculiar; pero, a la vez, atractiva, como él. Reí ante esta idea. Estaba boca abajo, con su brazo izquierdo bajo si sin flexionarlo, dejándolo ligeramente elevado. Su brazo derecho se doblaba quedando la mano cerrada bajo su rostro, que apuntaba en la misma dirección que la primer extremidad que mencione. Más abajo, sus piernas formaban un cuatro invertido. Todo esto, bajo las finas sabanas de seda que tenia hasta un poco más abajo de la cintura; sabanas que dejaban ver más de lo debido. Su típico pijama mostraba unas pequeñas arrugas por el uso. Los bucles morochos le caían agraciadamente sobre la frente. Las mejillas las tenia sonrosadas, dándole un aspecto infantil y adorable. Su respiración, lenta pero continua, daba una sensación de comodidad en el ambiente nocturno. Su piel pálida se veía ligeramente afectada por la tenue luz que emanaba de la lampara en su mesa de noche.
Una vista, sin duda, única, curiosa.
Quién diría que un hombre tan, de apariencia, frío, tuviese un dormir tan reconfortante y pacifico.
Naturalmente estaría tan cansado al punto de no haber despertado por mi presencia, nada que no se viese luego de un caso que nos mantuvo viajando durante toda una semana.
Vi como se revolvió en sueños hasta quedar hecho un ovillo.
No resistí más, y, en un ataque de ternura, me acerque, tome posición de cuclillas y deposite un casto beso en su frente. Me levante pensando en ya dejar la habitación, entonces sentí su agarre en una de mis muñecas. Intente soltarme, pero, si lo hacia demasiado fuerte, lo despertaría. Ideando la manera de librarme estaba cuando sentí su aguda mirada sobre mi. Sentí entrar en estado de hipnosis al mantenerle la mirada a ese par de ojos de color indefinido.
"Quédate" escuche que me decía en un susurro. Pense que lo decía más por instinto y por su estado de dormitar, que por voluntad propia.
Pero no estaba en mis planes discutir, así que subí a su cama. Le lévate de manera que quedo sobre mi pecho y nos cubrí con la cobija. Acaricie sus rebeldes rizos haciéndolo volver al sueño rápidamente. Fue entonces que note el frío del ambiente, al mirar el vaho que ambos expulsábamos en cada respiración. Recorrí el lugar con la vista hasta encontrarme con una sabana extra, gruesa, en la mesa de noche. La tome como pude, para no despertar a mi compañero, y la puse sobre nosotros. Sentí como Sherlock se encogía y, en otro arrebato, le robe un ligero beso en los labios, beso que fue ligeramente correspondido con un suave suspiro y, separados nuestros labios, de un sigiloso "Buenas noches, John".
