Nota de la autora: Los personajes todos (incluído el gato) pertenecen a J.K.Rowling. La historia es un universo paralelo en dos capitulos, con mucho erotismo. Es mi primen fic asi que por favor dejadme todos los reviews que puedan necesito saber si les gusta. Porfa please dejad reviews.
Esta historia esta dedicada a Tonks1988 mi very best friend, a Proslef para que aprenda todo lo que pueda, a mi amorcito Nemo por hacerme sentir todo lo que me hace sentir... y a todos los que lo lean y a los que no tambíen.
Disfrútenla.
iKym.
En la universidad, la cátedra de fotografía quería hacerle un homenaje a Tina Modotti. Así que a la respetada profesora Macgonagal se le ocurrió una idea que ella llamaba "interesantísima" y que el resto de la clase de 4to año le resultaba espectacular. Pero para Hermione era una verdadera locura.
La tarea consistía en que cada estudiante debía fotografiar una fantasía sexual intensa que hubiesen tenido. Y realmente debía ser realmente su fantasía más intensa, porque, sin saber como, la renombrada profesora sabía exactamente todo lo que ocurría en la mente de sus alumnos con tan solo mirar las fotografías que estos tomaban.
Hermione una castaña de ojos miel, era estudiante de fotografía en una universidad. Adoraba ese tipo de arte pero era una muchacha muy recatada y detestaba esa situación. Siempre quiso fotografiar los mejores momentos de la naturaleza humana, pero eso se limitaba al llanto, el odio, la felicidad y otros sentimientos mucho más fáciles de encontrar, pero aquello era demasiado.
Durante muchos días estuvo dándole razones a Macgonagal para no participar en el homenaje, pero la señora estaba renuente a que su mejor estudiante en años, no participara y le dijo que si no lo hacía reprobaría el curso. Para Herm eso fue como el Apocalipsis pero costase lo que costase ella no reprobaría.
Así que la chica se hizo un haraquiri psicológico y se decidió a fotografiar un sueño que de vez en vez tenía. Consiguió todos los materiales, pero necesitaba un hombre y una mujer que accedieran que ella les tomara unas fotografías. Jamás sería capaz de pedirle eso a ninguna de las pocas amistades que tenía. Ni si quiera se imaginaba a sí misma pidiéndole a Ronald, a Gini, a Luna o a Nevil, que posaran desnudos para ella. Por lo que tomo una de esas revistas que tenía Gini escondidas y llamo a una agencia, que ella prefería no saber a que se dedicaban exactamente. Habló con una secretaria del negocio, que hablaba como si estuviera teniendo un orgasmo en ese mismo instante, por poco le grita atrocidades pero se controló y dijo lo que necesitaba. "Un hombre y una mujer jóvenes bien parecidos dispuestos a que yo les tome unas fotos artísticas pero…….pero…..pero desnudos". Después dijo su número de tarjeta de crédito, la hora y el lugar y colgó el teléfono más rápido que nunca.
Finalmente llegó el día. Herm se levantó temprano y se puso a preparar condiciones. Estuvo a un segundo de cancelarlo todo pero no podía. No podía reprobar y la entrega de los trabajos era al día siguiente. Debía tomas esas malditas fotos ese mismo día y pasarse la noche entera trabajando en el cuarto oscuro, revelarlas todas en papel de 20cm por 20cm revisarlas y entregar la más "espectacular y sugerente". Aunque sabía que si de su concepto de espectacular y sugerente dependía no entregaría ninguna. En primer lugar porque aquello le parecía una verdadera atrocidad y en segundo lugar porque pensaba que nada absolutamente nada podría reflejar en una foto lo que había sentido en ese sueño.
Su profesora decía que la fotografía captaba todos los mensajes del mundo, en dependencia de cómo y en que momento se tomaban. Ella nunca había puesto eso en duda, pero realmente aquel sueño era mucho más de lo que humanamente se podía retratar.
Todo estaba listo menos ella. Una enorme cortina del color de la cáscara del pan en el fondo, una sabana rojo vino brillante sobre el piso toda arrugada, velas delante de la cortina derritiéndose sobre la sábana, una pequeñísima mesita a un costado del espejo, sobre la mesita un platito de fresas y vino tinto en una copa. El trípode había tenido que montarlo tres veces, estaba muy nerviosa pero ya todo estaba listo. La cámara en el ángulo perfecto con el lente ajustado hacia lo que ella llamaba un escenario. Había cerrado todas las ventanas e iluminó la escena con una tenue luz dorada. Detrás de la cámara pegadas a la pared un par de sillas y a al izquierda un paraban.
- Todo esta listo.- se decía a si misma una y otra vez.
Casa diez segundos miraba su reloj de pulsera.
- Dos minutos, faltan dos minutos.
Estaba vestida con un vestidito azul muy simple y andaba descalza como era usual en ella, llevaba el pelo recogido en la forma de una cebolla en la nuca. Caminaba sin parar de un lado a otro de la habitación de su departamento, que había acondicionado para la ocasión.
- Haber, haber. – se dijo a si misma en voz alta respirando profundamente.- Escenario ya está, cámara también, acondicionamiento de luces perfecto. – hizo una pausa – Si todo está listo. – volvió a mirar el reloj – Un minuto. ¡Rayos te odio Minerva Macgonagal!
De pronto sonó el timbre de la puerta y ella dio un brinco que por nada tumba el trípode. Camino a la sala y abrió la puerta colorada como un tomate. Del otro lado la esperaba un muchacho joven de su edad prácticamente, de pelo negro enmarañado, ni delgado ni muy musculoso, con una cicatriz en la frente, portaba un maletín y unos espejuelos detrás de los que estaban los ojos verdes más bellos que ella había visto jamás.
- Muy buenas tardes. – Dijo el muchacho con un júbilo increíble al ver que la joven fotógrafa estaba sola en su casa, justo como el pensaba.- Soy de la agen……
- Si, si, si pronto pase. – Lo interrumpió y cerró la puerta tras él. – ¿No debía venir una mujer con usted?
- ¿Es usted Hermon Granger? – Preguntó el joven que no podía creer que estaba ahí en aquel lugar con aquella muchacha de aspecto inocente tal y como había planeado.
- Hermione es Hermione. Y si, si soy yo.
- La agencia le manda disculpas la persona que debía venir conmigo tuvo un accidente automovilístico anoche y esta en coma, ellos no han podido mandar a nadie más. – Dijo como si lo hubiese ensayado mil veces.
- ¡Oh, dios no puede ser! – A Herm parecía que el mundo le iba a caer sobre la cabeza
- ¿Se siente bien? – Preguntó el muchacho acercándosele.
- Si, no se preocupe. Venga pase por aquí. – Dijo Herm atropellando las palabras.
Caminaron hasta la habitación que ella había preparado y se encerraron dentro. Herm necesitaba desaparecer con urgencia. No podría representar todo lo que quería por falta de la representante del sexo femenino, estaba encerrada en una habitación con luces tenues a solas con un hombre que es minutos estaría desnudo. Para colmo de males ella debía indicarle las posiciones en que se debía poner y tirarle unas fotos que causaran conmoción. No sabía como empezar ni como iba a decirle a aquel joven que se desnudara.
El muchacho desde que entraron se había dedicado a detallar a la muchachita que lo recibió. Enseguida se percató de que era toda una mujer a quien un nerviosismo controlado la mantenía muy tensa. Por lo que decidió romper el hielo y soltar el maletín que traía consigo en una de las sillas. Al notar que él se movió Herm haciendo uso de su inteligencia le dijo que se cambiara detrás del paraban.
- ¿Para qué? – pregunto él.
- ¿Cómo que para qué?
- ¿No va usted a tomarme unas fotos desnudo?
- Si, en efecto debe usted estar completamente desnudo, pero que le quede bien claro que a pesar de que son un desnudo son puramente artísticas.
Dijo Herm quien se había sentido ofendida por un segundo, al mismo tiempo que se daba cuenta que en todo caso el ofendido debía ser él, que su figura tal y como vino al mundo, iba a ser criticada por meses en toda su universidad, tanto por que el chico se veía genial hasta por encima de la ropa, que por el solo hecho de que quien había tomado la foto era ella y normalmente sus fotografías eran hasta utilizadas por lo otros maestros como ejemplos a los nuevos estudiantes.
- Entonces –dijo él- ¿Para qué detrás del paraban si las próximas dos horas me va a observar desnudo?
Herm no sabía qué responder a esa pregunta, así que él comenzó a desnudarse frente a ella con los ojos puestos en la muchacha. Se retiró los zapatos y las medias con una pericia increíble, después zafó los botones de la camisa. Cuando Hermione vio que él colocaba la blanca camisa sobre la silla, se ruborizó, lo miro una ves y otra, "increíblemente perfecto" se dijo a si misma.
Se quedó boquiabierta observándolo sin darse cuenta de que él también estaba atento a ella. En ese momento el joven tomó su cinto y comenzó a zafarlo al mismo tiempo que Hermione se percataba de que él la miraba. Utilizó el pretexto de la poca hospitalidad que había tenido con él para salir de allí, respirar y calmarse. No sabía por qué no podía dejar de observar a aquel hombre.
- ¿Quiere algo de tomar? - le pregunto Herm
- Agua por favor.
- Enseguida se la traigo.
Salió corriendo de la habitación hacia el refri. Tomo un vaso, le hecho hielo, lo lleno con agua y se lo tomó de un golpe. Repitió la misma operación tres veces. No sabía por qué tenia tanta sed y tanto calor, no sabía por qué no se le quitaba de la mente la figura del chico semidesnudo de la mente y tampoco sabía porqué estaba tan nerviosa, ansiosa y alterada. Eso la molestó mucho, era cierto que no había estado con muchos hombres en su vida pero este tenía algo que no podía describir. Su mirada sus gestos la forma de su pecho.
- Rayos. – Se dijo -Debo volver.
Cuando estuvo a punto de abrir la puerta recordó que no había cogido el vaso de agua que se suponía que le traía el muchacho. Dio media vuelta y al instante regreso con el encargo. Entro en la habitación mirando al piso, cerro la puerta con cuidado y cuando levantó la vista lo encontró examinando el "escenario" totalmente desnudo. Lo detallo rápidamente y confirmó todas sus sospechas, el enigmático individuo de ojos verdes era sin duda, hijo legítimo de Narciso. En ese momento él la miró y ella ruborizada le dijo.
- Aquí tiene usted su agua.
- Harry Potter.
- ¿Perdón?
- Que mi nombre es Harry Potter. – Dijo mientras se acercaba a ella.
- ¡Ah! – dijo completamente ruborizada.
- Pero puede llamarme Harry. – Le extendió la mano para tomar el vaso.
- Será un placer Harry, llámame Hermione. – Le dio el vaso al borde de la taquicardia, él estaba desnudo y para colmo de males su nombre le resultaba conocido sin saber de donde.
Se tomo el agua, puso el vaso en el piso y se movió lentamente hasta estar en el medio de la escena. Hermione que no le había quitado lo ojos de encima se colocó detrás de la pequeña Kodak profesional de alta calidad con sistema digital incorporado. Miró la pantalla, levantó la vista y lo miró a él, estaba increíblemente hermoso, retornó su vista a la cámara, corrió el trípode un poco hacia atrás, lo bajo y enfocó la cámara de modo que se veía la roja sábana.
- Ponte cómodo, de la forma que prefieras.
- ¿Qué efecto pretendes lograr con la foto? – Dijo Harry
- ¿Es eso verdaderamente importante para ti?
- Si para poder satisfacerte.
- Claro el cliente es lo más importante.
- No se trata de eso, es que te veo alterada y quiero ayudarte.
- ¿Y me quieres ayudar por que evidentemente jamás he hecho esto?
- No, solo quiero que te sientas bien.
Al oír esas dulces palabras de su boca y con su voz melodiosa y tranquila, Herm no dudó ni un segundo en contarle todo su dilema, porque pensó que quizás después a él no le interesara y realmente quería que él supiera que ella, no iba a exponer su bella figura porque realmente quisiera. Y que realmente lo que quería era quedárselo, a él, por mucho tiempo. Le contó todo en menos de un minuto, a ella le hubiera gustado hacerlo estilo de los cuentos de hadas, pero los nervios la traicionaban cuando los ojos verdes de él se posaban en los suyos.
- ¿Un sueño tullo? – Preguntó Harry
- Si.
- ¿Me lo cuentas?
- ¡No! – Dijo cortante.
- Yo no me voy a burlar si eso es lo que piensas.
- No es eso, es que no puedo describirlo.
- Muy bien comencemos, tranquila haré lo mejor que pueda.
Harry se sentó en el piso, recostado a la pared, con la pierna izquierda encogida y la otra estirada, de frente a la cámara. Sobre la rodilla de la pierna encogida colocó la mano izquierda y la otra la puso en la espalda. Miró al techo con la intención de relajarse por completo ya que las miradas de Hermione por un segundo lo sacaron de quicio. Ella le miraba a los ojos, encontró algo muy familiar en la forma en que él la miraba, después recorrió todo su cuerpo y se le fue olvidando la mirada familiar, comenzaba a chisporretear de deseo en sus entrañas y sin saber con certeza porque, él también la deseaba así, tímida, nerviosa, muerta de deseos.
En ese momento Herm tiró la primera foto. Harry se sobresalto y la miro, ella tiro la segunda y levantó los ojos. Se cruzaron en una mirada que ninguno quería que terminara, después Harry cambió de posición y hubo otra foto. Otra, otra, otra y otra más, cada vez que Harry se movía, Herm tiraba una foto, y cada vez que Herm, tiraba una foto las miradas de Harry se tornaban más y más intensas, más deseosas de abrazar y besar a aquella mujer, que mientras más lo miraba, más nerviosas se ponían sus manos, más colorada se ponía su cara, más se aceleraba la respiración en su pecho.
Herm por su parte había caído en un sueño del que no quería despertar. Sentía un calor horrible, un temblor en todo el cuerpo y algo más que no podía describir. No solo tiraba fotos, sino que además trataba se captar cada detalle en Harry, su piel, sus labios, la cicatriz, cada precioso y tenso músculo, cada mirada, cada mensaje, cada movimiento, cada expresión de su rostro. Era perfecto, hermoso, increíblemente excitante. Si eso, era muy excitante, la poseía sin proponérselo y ella no podía ni quería impedirlo.
Antes de que la misma Hermione se diera cuenta, ella, mirando y deseando a Harry se había puesto la mano que no presionaba el botón de tirar las fotos en su cuello. Después la bajo hacia su pecho, cada vez que Harry se movía la bajaba un poco más. De pronto sin darse cuenta de sus movimientos la colocó sobre uno de sus senos y ambos se erizaron más que nunca jamás, tanto que de notaban por encima del sostén y del vestidito azul. Ella no lo notó sin embargo Harry que había puesto en ella toda su atención si lo noto y se excitó mucho más de lo normal. Herm si se percato de que la excitación de Harry iba en aumento, de pronto se le nublaron los pensamientos ahora solo pensaba en Harry, en disfrutarlo. Pensaba tanto en él, que no pudo controlar que su manita de princesa bajara hasta su ombligo y aún más, la muy traviesa terminó en su entrepierna, justo debajo del pubis y entonces apretó las piernas.
Los flujos de la profunda excitación de Herm le empaparon la braga que llevaba puesta, se mordió fuertemente el labio inferior para contener un gemido y miro a Harry envuelta en una enorme ola de deseo. Harry quien había observado cada mínimo detalle tenía una erección, la seguridad de que ella había tenido un orgasmo y un nivel de locura incalculable.
En ese momento tomaron conciencia de lo que les sucedía a ambos, así que se dieron la espalda completamente avergonzados. Cuando todo estuvo más calmado y a pesar de que ninguno de los dos estaba totalmente satisfecho, Herm intervino para romper el silencio. Aunque se traicionaba a sí misma con lo que decía.
- Creo que hemos terminado.
- No, no hemos terminado. – Dijo al mismo tiempo que se viraban ambos. – Falta la otra mitad de tu sueño.
- No comprendo.
- En tu sueño evidentemente hay un hombre y una mujer. Faltan las fotos de la mujer.
- Si lo se. – Dijo ella tratando de volver a la realidad – Pero quien va a posar esas fotos.
- Tu.
-¿Quién?
- Tu Hermione.
- ¡OH, dios! – Dijo al borde del desmayo – No puede ser.
- ¿Por que?
- ¿Quién tomará las fotos?
- Yo.
- No sabes.
- Puedo hacerlo confía en mí.
Hermione accedió con la cabeza, no se podía negar. Realmente se justificó consigo misma pensando en que se lo debía a Harry, ella se culpaba de haber provocado al muchacho, aunque realmente ella en lo más profundo de su corazón también quería desnudarse.
Cambiaron los lugares, Harry se colocó detrás de la cámara y Herm se paró en el borde de la sábana y observó el "escenario". Dudó por un momento cuando Harry volvió a interceder.
- Te ayudaré.
- ¿Cómo?
- Me quedare desnudo, así tendrás menos pudor. – Se acercó y la tomó por los hombros- Te daré el primer impulso. Confía en mí, soy incapaz de hacerte daño.
Hermione sintió que su cuerpo desfallecía al sentirse rosada por las fuertes y cálidas manos de aquel hombre. Volvió a acceder con la cabeza pues casi no podía pronunciar palabra alguna. Harry no perdió tiempo para que no hubiese la más mínima sombra de arrepentimiento en Hermione. Le soltó la cebolla de la nuca y esparció con sumo cuidado el hermoso pelo castaño sobre sus hombros, le quitó el vestido con la mayor delicadeza del mundo y así mismo lo hizo con el sostén. Él se volvía a cada segundo más loco, la silueta de le muchacha era una obra de arte, lo que provoco que de un modo casi mágico tuviera una erección prepotente. Ambos se estremecían tan solo con el roce de la piel del contrario. Harry puso las manos sobre las bragas de Herm y ella tubo una conmoción muy cercana al orgasmo mientras él terminaba de desnudarla absolutamente. Él se retiro y retomó su posición de camarógrafo y ella se colocó de espaldas a él en el medio de la escena.
Tomándola por sorpresa él hizo una primera toma, ella se arrodillo aún despaldas y tuvo lugar la segunda toma. Ella lo miró por encima del hombro y la tercera toma fue consumada. Entonces ella dio media vuelta y lo miró ardiente de deseos. "esa mirada" pensó él al ver que ella también lo podía poseer con solo mirarlo. Después detallo su cuerpo, "condenadamente bella, es condenadamente bella", se repetía a si mismo mientras observaba sus senos perfectamente erizados, sus caderas en una curva perfecta, su pubis invitándolo a placeres carnales, toda su piel que brillaba por el sudor y parecía de fina porcelana, se estaba volviendo loco eso era indiscutible.
Ella al ver la prominente erección de Harry sintió temblores, escalofríos, sentía constantemente que necesitaba algo más que todo aquel juego bendito bautizado de placer. Se percató entonces de que Harry la miraba con mucho más codicia que antes y no pudo soportarlo más. Se inclinó hacia atrás hasta pegar la cabeza en la sábana y abrió sus piernas en el bendito instante en que llegaba al éxtasis.
Harry viendo lo que sucedía, no podía creer que ella se encontrara en tal estado de excitación cuando apenas se habían mirado el uno al otro. No pudo soportar más no tenerla para sí, por lo que puso la cámara a tomar fotos automáticamente y se abalanzó sobre Herm. Esta asustada se puso de pie y se corrió hacia atrás, entonces él bajo la cabeza y en el momento en que se retiraba Herm lo agarró por un brazo.
- ¿Por……… qué………. te……… vas? – Dijo jadeando.
- Prometí que no te haría daño. ¿Recuerdas?
- Si, pero no me vas a hacer daño me vas a hacer el amor.
Continuará…………………..
