Hola a todos =)
aquí dejo algo cortito sobre Nami y Ace, con un poco ZoNa al final, quien sabe, quizás hayan nuevos capitulos :P
Saludos! todos los comentarios y criticas serán bien recibidos !


Mirar la inmensidad del mar era lo único que la calmaba, imaginar perderse entre sus olas, cerrar sus ojos y al despertar encontrarse bajo un cielo estrellado, ese mismo cielo que la vio enamorarse, que la vio despedirse y que la vio llorar.

Desde que Ace había partido, desde que él era una estrella más en el cielo, Nami no sonreía había vuelto a ser la misma ladrona de siempre, con solo dos gustos: el dinero y las mandarinas. Ya ni rastros de su sueño del mapamundi, pues si él no estaba, si Ace no lo veía, ya la verdad poco sentido tenía todo.

-Perdí mi sonrisa- se dijo Nami mirándose al espejo, suspirando por lo perdido, por no poder encontrar más consuelo que una triste mirada y una alcoba vacía. A su espalda alguien dice:
-Perdiste a Ace, no tu sueño-
Nami giró rápido y vio a Zoro apoyado sobre su puerta.
-No es que me importe, pero si tu sueño valía tan poco, pues te juzgué mal. Tienes la determinación y el talento, tú eras feliz antes de conocerlo, fuiste feliz mientras él estuvo junto a ti, ¿Pero si él no está significa que nada vivido valió la pena? ¡¿Qué nada fue importante? Si es así, entonces te sobre valoré-. Sin nada más que agregar solo dio la espalda y se fue.

PoV Nami

Eres in idiota Zoro, pero tenía razón, él fue su razón de ser, su felicidad y locura, pero antes que aparecieras en mi vida, era feliz, sonreía y luchaba por mi sueño, por mis nakamas. Hoy al mirarme al espejo no veo ni rastros de ese valor, el dolor de no tenerte, de saber que jamás volveré a sentir tú calor, ni ver esa sonrisa traviesa, es lo que enterró mi alma junto a la tuya. ¿Pero mi determinación dónde se fue? No, Ace no se la llevo, yo la maté. Eres un maldito bastardo Zoro, debo volver a la realidad, nuestro sueño no morirá. Viviré por ti y por mí, por nosotros.

Fin PoV Nami.

La navegante salió de su habitación, vio al espadachín como siempre durmiendo junto a los mandarinos, se acercó delicadamente y susurró al oído: -Me salvaste- . Le dio un beso a la mejilla que lo despertó de su sueño y a su vez hizo que Nami se alejara de él. Con cara ceñuda solo cerró los ojos una vez más, ignorando el gesto de Nami, aunque para sus adentros se dijera: -que hermosa te vez cuando sonríes maldita bruja-.