Hola a todos!! :'3 Bueno, después de algunas ideas fugaces(? Decidí escribir algo nuevo sobre mi pareja favorita c':
Espero que lo disfrutéis!
Renacer
— ¡Ash, espera, tenemos que hacer el trabajo! —
— ¡Lo siento Brock, tengo algo que hacer! —
Mi nombre es Ash Ketchum, 17 años, de pueblo Paleta y estudiante de la Secundaria Kannoh. Soy un amante de los animales y mi casa parece un zoológico de todos los animales que tengo, a mi madre igualmente le encantan los animales, sobre todo los conejos, el problema es que justamente ella es alérgica a estos animales, por lo que no podemos tener ninguno. Yo recojo a animales de la calle, es mi pasión poder salvar sus inocentes vidas de la pobreza y la tristeza. Yo amo a todos mis amiguitos, pero hay uno en especial...
— Hola pequeñaja... — saludo a mi amiguita salvaje. Ella es una conejita adorable, de ojos zafiro y de pelaje blanco como la nieve con extraños mechones de una azul muy claro, casi invisible — aquí tienes tus zanahorias, las compré de la verdulería que más te gusta.
Acaricio su suave lomo con una sonrisa, le doy su comida que ella recibe gustosa y veo como se la come con alegría. Una vez terminada, la tomo en mis brazos y juego con sus mechones azules mientras vemos el crepúsculo desde lo alto de la colina del monte Lavanda. Ella cierra sus ojitos y acerca su hocico a mi rostro, yo ya sabía lo que quería y me río ante su prisa. Acercó mi nariz a la suya, y le doy un beso esquimal, con todo mi cariño. Se remueve de mis brazos y se acomoda en mi pecho.
— Dawn... sabes que yo te quiero más que a ninguno de mis mascotas, eres muy especial para mí... — miro como los colores del cielo se tintan de una combinación azulada y las estrellas y la hermosa luna, para mí más grande y brillante que nunca, hacen su divina aparición, entonces siento mis ojos humedecerse — hemos estado juntos desde hace años, desde que eras una conejita de pocos meses. Vengo todos los días a darte de comer y que podamos estar juntos y créeme, esos momentos son los mejores de todos mis dias. Pero... — pequeñas lágrimas emanan de mis oculares y me muerdo levemente el labio, para suspirar pesadamente y dirigir mi vista a la conejita que reposaba en mi regazo — pero Dawn yo... — al sentir mis lágrimas en su lomo, la coneja se sobresaltó un poco y me miró confundida, para enseguida abalanzarse sobre mi cara y comenzar a lamer mis saladas lágrimas. Esto me provocó una risilla y esperé a que terminara para separarla y mirarla a sus ojos zafiro, tuve que tornar a una expresión seria — escúchame bien preciosa, tengo una mala noticia — antes esto Dawn tan solo giró su cabecita — no puedo seguir viéndote... mi madre es alérgica a tu pelaje y muchas veces al llegar a casa lo dejo todo lleno de tus cabellos y me provoca muchos problemas... además de que tengo prohibido por mi madre volver a verte — esto último lo dije con la voz quebrada, mi corazón dolía muchísimo, no quería despedirme de mi mejor amiga, a la que más queria. Comencé a llorar, esta vez desconsoladamente mientras abrazaba a Dawn con todas mis fuerzas.
Pasaron unos minutos cuando ya conseguí tranquilizarme un poco. Me arrodille y dejé que Dawn se bajará de mis brazos, le acaricié con delicadeza y de manera lenta, para tener en mente sus hermosos mechones azules que tanto me encantaban, ella se subió en mis piernas y yo le di un último beso. Después de eso me despedí y corrí lo más rápido que podía, sin mirar atrás, sin pensar en nada...
P.O.V Normal
Pasaron 6 meses de lo ocurrido. Ash todavía no superaba del todo la despedida de su amiguita. El seguía su vida normal, aún con el amargo recuerdo de haber perdido a Dawn, acostumbrándose al pensamiento de que nunca la volvería a ver.
Dawn... Dawn... te echo de menos... Soy un estupido ¿como me atrevo a abandonarte? Te echo de menos Dawn, te echo mucho de menos...
— Ash... —
— ¿¡Que!? ¿¡Dawn eres tú!? Pero que te... —
— Esa ya no soy yo Ash, date la vuelta... ayúdame... —
— ¿Darme la vuelta? ¿Porque? ¿Que te ocurre Dawn, porque estás muerta? ¿¡Que te ha pasado!? —
— Ash, rápido, ven a por mi, necesito tu ayuda... —
— ¡Ash, Ash! — el moreno reaccionó a su nombre. Abrió los ojos con pereza para ver a su compañera de cabellos anaranjados con cara de pocos amigos — ¡Vamos Ash, es nuestro último año, tienes que prestar atención y no dormirte más! — susurró la chica echando humo del enfado.
— Misty, no molestes... — volvió a cerrar los ojos rápidamente para quedarse dormido al instante.
— ¡ASH! —
— ¡Señorito Ketchum, despiertese en este mismo instante! — exclamó el profesor acercándose a Ash y con una regla larga como pocas vistas, golpea la cabeza del joven chico, provocando un alarido y el develesamiento del moreno. Así toda la clase se reía a carcajadas.
Era la hora del recreo y Ash junto con sus amigos, Brock y Misty almorzaban en una mesa cerca del jardín del instituto. El chico devoraba su comida, pero a la vez, pensaba en ese extraño sueño que tuvo hace nada, tal vez tenía algún significado, mientras los otros dos platicaban animadamente.
— Anda Ash, vaya revuelos montas cada vez que te quedas dormido en clase, a este paso te van a expulsar... — regaló el joven de cabellos castaños alborotados.
— Últimamente estás más en las nubes de lo normal, todavía no comprendemos que te pasa, antes no eras tan despistado ¿cuando nos vas a contar que te pasa? — cuentionó Misty enfurruñada, dando grandes mordiscos a su sándwich vegano por lo mismo.
— ¿Y cuando vais a parar vosotros de hacerme la misma pregunta cada dos por tres? Ya os he dicho que estoy bien — pausó de comer unos instantes Ash, molesto.
— Encima de que nos preocupamos por ti idiota, que poco considerado — reclamó la pelirroja, pasando indignada y de forma dramática.
Los tres rieron al instante divirtiéndose. Entonces Ash paró en seco, se levantó rápido de su asiento asustando a sus amigos.
— ¿Dawn?... — a lo lejos pareció reconocer los pelajes blancos y azulados que tanto resaltaban de la melena del conejo, sentada encima del muro que rodeaba el jardín del instituto, observándolo. El joven no dudo unos segundos y corrió hacia donde ella estaba.
—¡Ash, cuidado! — exclamaron sus amigos desde lejos, el al escuchar esto se giró hacia ellos y nuevamente miró al frente, para caer al suelo al chocar con una persona.
— L-lo siento... — musitó el pelinegro, para reaccionar al instante y levantarse rápidamente. Vio que una la persona con la que se había chocado era una chica, rubia, y parte de su cabello atado a dos largas trenzas, de tez muy blanca, al abrir sus ojos verdes, vio como pequeñas lágrimas amenazaban con salir.
— ¡Ah, lo siento mucho si te hice daño! Iba despistado y claro... — el muchacho le extendió la mano para poder ayudar a la rubia, pero ella la retiro de una golpeándola de mala gana, se levantó y sacudió su uniforme.
— No necesito tu ayuda, gracias por nada — lo miró con indignación y se alejó a paso rápido. Esto dejó desconcertado a Ash, pero al instante recordó que iba a hacer. Al girar la cabeza hacia el muro dondo se hallaba su amiga, allí ya no había nada.
— Ash ¿que fue eso? — preguntó Misty muy extrañada mientras se acercaba un poco a Ash, este la ignoró cabizbajo y se sentó de nuevo en su lugar. Sus amigos se quedaron sorprendidos y confundidos ante el cambio brusco de actitud de Ash.
— No lo comprendo... ¿Que hacia Dawn en un lugar como el ese? ¿Y como ha conseguido encontrarme? Pero lo más extraño, si me buscaba ¿porqué se fue cuando me despisté? Si ella vino a buscarme... ¿no? — Ash vagaba por las calles, pensando melancólico el momento en el patio y el sueño que lo había dejado más confundido aún. Entonces recordó que tenía que comprar cosas para la cena y algunas cosas para sus antojos de media noche. Entró en un supermercado que se encontraba justo por donde pasaba y sacó una lista de la compra. Tomó uno de los carritos y se adentró entonces las filas y estanterías.
— Veamos.. carne picada, arroz, tomates, barritas energéticas SUPER MAX... — nuevamente andaba distraido, cuando chocó con alguien al girar una esquina.
— Ah... mi cabeza — se quejó la chica que se encontraba en el duro suelo.
— Tu eres... — cuestionó Ash al darse cuenta de quién se encontraba delante suyo. La joven alzó la vista y al verlo se levantó como un rayo.
— ¡Otra vez tu! ¿!Que pasa!? ¿¡Tienes como hobby ir chocándose con las personas que veas por ahí!? — exclamó la rubia enrojecida de la furia y apuntándolo con un dedo.
— ¡Lo siento otra vez, de verdad que no es mi intención! — se disculpó Ash avergonzado. La chica le echó una pequeña regañina, tal como si de un niño pequeño se tratase.
— Bueno, pues creo que debo irme ya — una vez más calmada tomó su bolso con sus compras — por cierto, mi nombre es Lillie, supongo que es un gusto cono... — al ver que el chico no le prestaba ni la mínima atención, es más ni la miraba, frunció el ceño y alzó un poco su voz — ¡oye, no me estas escuchando! — Lillie se sorprendió al ver la cara preocupada de Ash, se giró hacia donde el miraba y se quedó un poco asutada ante lo que vio.
— Dawn... — y quiso volver ha correr hacia el conejo, pero una mano que lo agarró de su camisa lo paró al instante.
— Ash... ¿Quien es ese... conejo? — preguntó con la misma expresión asustada de antes.
— Es una amiga muy importante para mí, ocurrió un improvisto y tuve que abandonarla... ¡pero ahora me sigue a todas partes y cuando intento ir con ella, desaparece! Como lo ha hecho ahora... — resopló el pelinegro al ver que otra vez, la conejita ya no estaba. Lillie parecía meditarlo un poco, pero al fin, miró seriamente al chico.
— No te preocupes Ash, yo creo que volverás a verla pronto y podrás acercarte a ella... — el joven no supo que responder, tan solo se quedó mirandola, sin comprender — escucha, cualquier duda que tengas, ven a buscarme, casi siempre estoy en la biblioteca — sin dejar que el chico le respondiera, se dio media vuelta y se alejó de el.
Salió del supermercado después de comprar todo lo que necesitaba, cuestionandose todas las cosas extrañas que habían sucedido en un solo dia. Escuchó como algunas personas a su alrededor gritaban al ver como un gran camión se abalanzaba sobre una chica que pasaba por la mitad de la calle, al ver esto, rápidamente Ash soltó sus bolsas de la compra y corrió hacía la muchacha en peligro, sin pensárselo dos veces, se abalanzó sobre ella y consiguió salvarla del camión que derrapó con fuerza y los dos quedaron tendidos sobre la acera. Se empezaron a escuchar aplausos de la gente expectante al asunto, y de un momento a otro todo el ambiente se tranquilizó y cada persona volvió a lo que estaba.
Ash se levantó alodolorido y abrió lentamente los ojos, una chica estaba un poco más apartado de el, inconsciente y al ver que esta sangraba débilmente de uno de sus brazos, se alertó, la alzó y la cargó con toda su fuerza, tomó carrerilla y la llevó hasta su casa.
Una vez allí, la madre de Ash curaba la herida de la joven que aún quedaba inconsciente sobre el sofá.
— Esta bien cariño, ya terminé de curarla, debe estar incómoda aquí, así que subela a tu cuarto y recuestala sobre tu cama con la cabeza en alto ¿esta bien? — la mujer sonrió a su hijo y el actuó como su madre lo dijo. Al llegar a su habitación la recostó sobre su cama y se quedó en un borde de la misma, observándola detenidamente.
Era una chica preciosa, de un precioso cabello azul rey, tez blanca y mejillas rosadas. Se quedó tan embelesado que no se dio cuenta de que la joven ya tenia sus ojos abiertos, ojos zafiro, tan azules como el mar y tan profundos como el mismo. Ella no habló, hasta que Ash pro fin se dio cuenta y se sobresaltó, sonrojándose en la acción.
— ¡Estabas despierta, perdón! No me había dado cuenta... — murmuró apenado el joven.
— Yo.. ¿donde estoy? ¿que me ha pasado? — preguntó la chica ya totalmente despejada y mirando a su alrededor con temor.
— ¡Ah si! Yo te explico — Ash le contó lo sucedido a la chica de cabellos azules que se expresaba confundida.
— ¿Enserio? No recuerdo nada de eso la verdad... — colocó un dedo en su barbilla como acción aniñada, pero lo miró a el y sonrió de oreja a oreja — de todas formas gracias por salvarme chico —
— No tienes que agradecerme nada — contesto también sonriente Ash — yo soy Ash Ketchum, mucho gusto ¿tu como te llamas? — le extendió la mano.
— ¿Mi... nombre? — Ash se quedó algo extrañado por las palabras de la muchacha — ¡Si, ya me acuerdo! Mucho gusto, mi nombre es Dawn — exclamó alegremente Dawn, para aceptar la mano de Ash.
— ¿D-d-dawn?... —
— Si ¿Ocurre algo? — cuestionó la chica con curiosidad.
Ash sintió que su corazón comenzó a latir acelerado, ese nombre, ella... aparecía por todas partes...
CONTINUARÁ...
