Hora: 8:31am.-
Día: Jueves 25 de Enero.-
Situcaión: Tokio; Japón.- A un día de la hecatombe mundial.
Archivo 738.564.321 / 001. Apartado Censurado. De las fuerzas Armadas Estadounidenses...
Daban las ocho y media de la mañana y yo ya estaba subido en el tren, con una especial cara de molestia para mi ''amigo''... Él había venido hasta mi casa con el simple propósito de arrastrarme a la estación.
'' Es que siempre llegas tarde, y l's profesores vienen a decirme cosas pa' que te avise.'' - se excusó pobremente Berwald.
- Pero si niquiera compartimos clases, Su... - ''Su'' es una especie de apodo que le pusimos. Él vino a estudiar desde Suecia en un programa multinacional / cultural / De no sé qué demonios. Yo también vine por él desde Dinamarca, pero a Su ya lo conocía de antes. La verdad destinaron a mucha gente de diversos paises a variadas universidades... Pero la mayoría por Japón. De cualquier forma no me quejo. Puede que llegue tarde pero no soy un mal estudiante dentro de mí carrera.
De cualquier modo, él rodó los ojos y pasó a ignorarme. El tren arrancó despacio mientras las puertas se cerraban a la par que sonaba un aviso de atención.
Como siempre, el tren estaba lleno...
Suspiré y me sujeté con una mano a la barra de metal amarilla a la que estaba sujeto Su. Al rato también apoyé la cabeza mientras cerraba los ojos, ya que el suave traqueteo del tren me adormecía en una calma relativamente falsa. Una tranquilidad envuelta en un sentimiento de seguridad que quizá terminaría extinguiéndose... Hasta que Su me dio un codazo en las costilla y me obligó a incorporarme, mientras me planteaba seriamente arrojarlo por la puerta en la próxima parada... Y lo haría si no fuera porque me gana en altura, siendo yo bastante alto. Es un tema que me crispa, pero creo seriamente que Berwald es el más alto de toda la Universidad luego de un ex-estudiante ruso que hace poco terminó sus estudios.
- ¿Cómo va tu carrera en relaciones públicas? - preguntó de pronto, colocándose distraídamente las gafas. Yo alcé las cejas, sorprendido de su interés.
- Publicidad y relaciones públicas. - corregí. - Bien. Es muy entretenido y me gusta poder hacer las cosas a mí manera y no al pie de la letra. - río en alto. - Además, me gusta cuando logro hacer reír a la gente. - sonrío, a lo que Su responde asintiendo sosamente. No pensé en preguntarle cómo le iba a él, puesto que sé perfectamente que saca las mejores notas de sus carreras. ¡Sus dos carreras, a la vez! Me recuerda a una especie de genio loco.
Son algo así como una ingeniería y economía.
Para cuando me decidí a preguntarle lo obvio, me lo encontré absorto mirando a unos chicos que estaban a unos metros de nosotros. Los miré también, y no tardé en sonrojarme.
Reconocí al chico Finlandés que estudiaba psicología. Río bajito porque sé que a Su le gusta mucho. Le decimos Fin, pero es otro mote. Se llama Tino. También vi a Erik y a Emil: dos hermanos a mi parecer adorables... Nunca he podido hablar extensamente con ellos, pero sé que Erik era de Noruega y Emil viene de Islandia. Ah... Padres divorciados o algo así, aunque no sé bien si nacieron en distinto lugar o no. Sea como sea, les dicen ''Noru e Ice''.
La imagen es la de Fin hablándole animadamente sobre algo, mientras Noru atiende sin interrumpir ni alterar su rostro... E-Él me parece muy lindo... Oh. E Ice casi les dá la espalda a ambos mientras manda mensajes desde su teléfono móvil. P-pero yo me quedo mirando a Noru, comprendiendo un poco cómo Su se pasa horas mirando para ellos... Al menos hasta que Fin se percata de ésto, y nos sonríe amigablemente mientras nos saluda con la mano, caminando hacia nosotros y trayendo consigo a Noru que toma de la manga a Ice, sobresaltándolo y desconcentrándolo de su escogida marginación. Su aparta la mirada, sonrojado.
Puede que Su sea un hacha en los estudios, pero parece una colegiala cuando se trata de Tino. Sé que ellos dos son amigos y no entiendo que siga comportándose así. Y como yo soy un buen amigo, le doy un empujoncito que terminan en un suave encuentro contra Fin. Ambos se ruborizan un poco y yo me siento buena persona, aunque Su me mire con un odio indescriptible. De cualquier modo le devuelvo una sonrisa.
- S-Su. Buenos días. - deseó Fin con dulzura. - ¿Cómo estás?
El más alto tarda lo suyo en responder, pero poco a poco logran conversar de forma más o menos fuida.
El paisaje se difumina desde las ventanas, mostrando más que nunca el simbolismo de lo efímero... De una adorada rutina palpitante.
Despacio, me acerco a Noru y carraspeo un poco deseando iniciar conversación. Él me mira como molesto pero no dice nada. Yo miro a un lado y regreso la vista a él. Durante unos segundos me pierdo bajando por su cuerpo, pero obligo a mis ojos azules a regresar a su rostro.
- Hola, Erik. - saludo. Él no responde, y por unos segundos parece que no sabe si es a él o no. Finalmente resopla.
- Hola, estudiante de Dinamarca.
- Me llamo Den. - le tiendo una mano. - Den Sorensen. - medio entusiasmado, espero a entablar contacto con él pero no llega a tomar mi mano... Parece desconfiar.
- Un gusto Den Sorensen.
- Dime sólo Den, Noru. - le sonrío. Él entrecierra un poco los ojos y vuelvo a resoplar. Despacio, me doy cuenta de que Ice me mira de la misma manera.
- Un gusto Den.
Me siento feliz y río bajito, desconcertándoles sin darme cuenta. Sigo mirándolo con amor y saludo a Ice, que devuelve su atención a su celular. Noru mira ahora por la ventana y un silencio incómodo se extiende entre los tres. Esto me desagrada, así que trato de volver a conversar.
- Ah... ¿Cómo estás? Vas a mi misma Uni, ¿cierto? - él rueda los ojos como molesto de que le pregunte una obviedad. - ¿Qué estudias?
Los hermanos se miran en un comunicado silencioso que no capto, y al mismo tiempo regresan sus ojitos a mí.
- Literatura. No creo que tenga por qué contarte más. - me dá la espalda. Yo me shockeo un poco, sin entender. M-Miro a Su y él me devielve una expresión -a su manera. - de apoyo, mientras niega. Fin tiene la misma cara como de disculpa y empiezo a comprender. Paseando mi mirada por el tren, veo que un chico oriental hace el signo de ''fracasado'' propio de las adolescentes en mi dirección... No recuerdo su nombre, pero ya sé quien es. Yo le llamo pandita. Suspiro, sin querer rendirme.
- ¿Noru? ¿Querrías hacer algo luego de las clases conmigo? - le sonrío, colocándole una mano en el hombro. Él me mira de reojo y de la nada se sonroja unos segundos... P-pero ve a Ice y ese atisbo de pierde en segundos. Lo que parecía una oportunidad se esfuma y se deshace de mi mano.
- No salgo con desconocidos con pinta de beber para divertirse... - dicho lo cual, toma a Ice de la mano y se aleja.
Abro los ojitos y me apeno bastante. No comprendo qué hice que lo molestó y miro al suelo, triste. Suspiro tratando de disimularlo, y agradezco haber llegado ya. Tan pronto como las puertas del tren se abren salgo, ahorrándome el atasco de gente. Ese molesto montón de gente...
Su no llega a alcanzarme y llego pronto a mi clase, sentándome lo más atrás posible por primera vez en toda la carrera. Literalmente estoy en una esquina de la clase y apenas saco un par de hojas para copiar apuntes al de al lado. Miro por la ventana, con la carita apoyada en la mano... Hay muchos pajaritos en los árboles. En mi casa los oigo todas las mañanas en cuanto empieza a haber luz. Me quedo viéndoles hasta que empiezo a escuchar toser al chico que está mi lado. No le presto mucha atención hasta que la tos llama la atención de toda la sala. Parpadeando de confusión, pongo una mano en su espalda.
- ¿Estás bien? - él niega, y vuelve a toser con algo de... Abro los ojitos del shock. Tose sangre. La misma reacción se dá en el resto de compañeros y el mismo profesor lo acompaña afuera. Un murmuro se extiende por la aula hasta que todos quedamos enterados que él no es el primero en la mañana que sale de la clase por tos son sangre... Nos asustamos un poco, y se empieza a hablar de un virus en la Universidad. Resplo. Lo que me faltaba... Vuelvo a mirar por la ventana.
Miro al cielo y como las nubes van pasando de forma pausada... De forma estresante. Quizá hasta me quedo algo dormiro mientras pienso en Erik, en lo que acaba de pasar y siento que me duele el pecho...
Siento que todo es complicado ahora.
Hora: 8:28am -
Día: Viernes 26 de Enero - Día del fin.
Situación: Eurpa, Asia(%Japón), África, América y Océania.
Archivo 738.564.321 / oo2 Censur #0* Estad0Un0*#A Fallo en el Sitema de código; *******
Me levanté exactamente diez minutos después de que sonase mi despertador del móvil. Frotándome los ojos mire la pantalla y devolví el aparto a la mesita de noche. No abrí las persianas, sino que tomé una camisa blanca, una corbata roja, un pantalón negro y unas deportivas para meterme al baño y ducharme. Llegaría un poco tarde, pero casi prefería perder el tren...Seguía un poco dolido por lo de ayer.
Tardo un poco en pararme a pensar, pero termino dándome cuenta de que todo está inusualmente silencioso. No se escuchan ni pájaros, ni persona yendo al trabajo o a las clases, ni sonidos de bicicletas o coches... Nada. Como mucho y ya fuera de la ducha, mientras me seco mi desordenado cabello con una toalla, descubro un extraño murmullo lejano. Mi casa no está justamente en la ciudad, pero puedo verla desde aquí y es... Raro. Mientras me visto, pienso que se parece a ese sonido que hace el silencio. Sí, suena tonto, pero es una especie de presión que hace vibrar nuestros tímpanos.
Cuando termino de abrocharme las deportivas, tomo mi mochila y mi celular y bajo ágilmente las escaleras. Pienso en encender la televisión para ver noticias, pero siento que si lo hago perder mucho tiempo. De todos modos nunca hay nada nuevo. Deshayuno pobremente sentado en la mesa de la cocina. Me sorprende no tener ninguna llamada de Su, y mi mente juega a pensar que quizá anoche se fue con Fin. Río para mí y espero un poco más... ¿Saben? Comienza a incordiarme muchísimo tanta tranquilidad en pleno día laboral.
Tomo mi mochila y tras echarle una última ojeada a la pantalla de mi móvil, lo guardo y voy hasta las salida. De una mesita al lado de la entrada tomo mis llaves de la casa y de un perchero una chaqueta negra que me cuelgo al hombro. Dejo las llaves de la moto. Nunca voy a clase en moto. Como sea, salgo y me paro unos segundos a cerrar la casa.
Casas típicas de Japón... Suspiro. Me gusta, pero a veces hecho de menos mi piso en Copenhague. Me volteo guardando las llaves en el bolsillo y salgo a la entrada de la casa, tomando el camino hacia la derecha.
- ...Realmente no comprendo esto. - digo para mi mientras miro a los lados. Las calles están totalmente desiertas. Me incomodo bastante y apuro el paso a la estación... Ni allí se ve a nadie. Bajo las escaleritas rápido y me encuentro con una estación vacía. Mi respiración está algo alterada por haberme apurado. No entiendo. ¿Hoy es festivo o algo así? No... Saco mi teléfono celular y miro la hora. Las nueve menos cuarto y el tren sigue ahí. Miro a todos lados pero sigo sin encontrar un alma.
Algo en guardia, guardo de nuevo el móvil y me acerco al medio de transporte. Las puertas están abiertas. Quizá hubo un accidente. De pronto, esa lógica realidad me golpeó y me puse la chaqueta para que no me estorbase. Colgándome de nuevo la mochila al hombro, entro al tren y comienzo a correr por los vagones buscando personas. No encuentro absolutamente nada hasta que, a medida que voy avanzando, manchas de sangre salpican desde los asientos y las ventanas al techo. Me detengo de golpe. N-No hay cuerpos allí, no hay ventanas rotas... ¡Y el tren está en la jodida estación todavía! ¡¿Qué demonios es esto?! Tomo el teléfono en lo que vuelvo correr y llamo a Su. Dos pitidos por vagón que dejo atrás. Dos desesperaciones que se suman a cada metro. Maldigo en voz alta y cuelgo sin soltar el móvil. Lo mantengo fuertemente sujeto en la mano hasta que algo me frena. Una imagen... Una imagen como de filme de terror. Trato de pararme, pero entre la velocidad que llevaba y la sangre del suelo termino resbalando y cayendo en un golpe seco. Esto no me importa, porque yo sólo tengo ojos para eso. Esa cosa que está encorvada en el suelo sobre otro cuerpo grisáceo, pero menos... ¿Deteriorado? Oigo leves quejidos que se sustituyen con sonidos guturales. De pronto, ese odioso silencio de ve violado por unas respiraciones costosas e inhumanas. Tiemblo y lucho por levantarme, pero esas cosas dirigen sus miradas hacia mí. Apoyado en el umbral de un cambio de vagón, me sostengo y observo. Ellos van vestidos con ropa de la universidad. E-Ella parece humana pero está recubierta de sangre y no para de luchar por respirar. Arquea su espalda varias veces y golpea su cabeza contra el suelo. El sonido en perturbador. Puedo imaginar como la sangre se amontona en su garganta impidiéndole respirar. D-Doy un paso hacia ellos pero me detengo, abriendo los ojos sin poder creer nada.
El chico acaba de tomarla de la espalda en uno de los movimientos desesperados de la chica y.. L-La mordió. Juro por lo que más quiera que clavó sus dientes justo debajo de su pecho, provocando que varios chorros de sangre ensuciasen todo alrededor mientras un leve chasquido hacía eco. Solté el celular y la mochila, cuyos sonidos quedaron ahogados entres los chillidos de la mujer.
¡Se la estaba comiendo viva!
Sentí nauseas y el olor a muerto comenzaba a llegarme. Un temblor me hizo reaccionar y de la nada corrí hacia ellos, pateando la cara del loco caníbal sin detenerme. Su cuerpo giró hacia atrás y cayó haciendo muchísimo ruido. Otro sonido gutural de respiración enferma... Me dio un escalofrío, pero me arrodillé al lado de la chica y la elevé un poco.
- ¡Oye! ¡¿Qué a pasado?! - su cuerpo está sufriendo espasmos cada vez más violentos y sus ojos están en blanco. Desesperado, miro a los lados en busca de ayuda hasta que siento una fuertes manos tomarme de la camisa y tirar de mí. Regreso mi mirada a la chica y me encuentro con su cara a unos centímetros de la mía. Su boca está demesuradamente abierta y chorrea sangre y saliva entre sus dientes.
Sentí que mi corazón de detenía por unos instantes. Esa estresante respiración ahogada...
Me aparté de forma torpe y la solté, pero su agarre la juntaba a mi cuerpo. En esas, pude ver como el otro volvía a estar frente a mí con la boca abierta del mismo modo. Tras otro sonido gutural, se abalanzó sobre nosotros... Sobre mí. Con un grito ahogado, mis manos mantenían a raya a la mujer.
De la nada, la cabeza de ella se alejó de mí mientras un viento se levantaba y un desagradable sonido de sierra atormentaba mis oidos. Cerré los ojos mientras sentía cómo un líquido manchaba mi cara... Despacio, abrí mis ojos para observar como la cabeza de la muerta caía contra el suelo, mientras su cuerpo se mantenía entre mis manos. Temblando, elevé la mirada lejos de esa asquerosa imagen para encontrarme con el otro. Su cuerpo cayó al suelo de golpe, con un agujero chorreante en su cabeza. Mire a su lado, reconociendo a Su. Se colocaba las gafas mientras sostenía en alto un pesado taladro cubierto de sangre. No tardé en ver que a mi lado estaba Noru, mirándome sin expresión con un bate sucio apoyado en su hombro. E-entonces reaccioné y arrojé lejos el cadáver, agarrándome de una barra para levantarme. Sentí vergüenza de estar temblando, pero podía conmigo la situación. La duda. Los miré a ambos buscando explicaciones.
- ...¿Q-qué...? - Antes de que terminara la frase, Su acortó distancia entre nosotros en apenas dos paso y me dio una bofetada, casi provocando que volviese a caerme. Con una mano en mi mejilla, lo miré. - ¡¿Qué coño haces?!
Su mirada mostraba seriedad, casi levantando un aura aplastante. Suspiró.
- No puede' shockearte.
Noru nos observó sin intervenir.
- ...¿Shockearme? ¿No puedo? - me pongo recto. - ¿Has visto esas cosas? ¡Esa chica ni siquiera tenía la misma voz después de que le mordieran! - me llevo las manos al cabello y miro al suelo. - Esto no puede estar pasando.
- Pensaba que los daneses tenían más valor. -escuché murmurar a Noru. Lo miré. - Terminaré arrepintiéndome de haberte salvado. - dijo mirando a un ladito. De algún modo, eso hizo que dejase de temblar y me volviese la cordura. Suspiré despacio, observando con recelo el cuello abierto de esa estudiante y la cara que tenía el otro... Busqué la cabeza, pero no la encontré. Mi camisa blanca estaba totalmente manchada de rojo. Miré por la ventana entre las gotas de sangre.
- ¿Hay más? -farfullé.
- Muchos más. - dijeron a la vez, pero luego continuó Noru. - Ya has visto lo rápido que se contagian y lo fuertes que pueden ser. Aún así son tan lentos como en las películas, pero una horda de ellos podrá reducir a toda la ciudad en apenas unas semanas. - narró sin altibajos. Lo observé, perplejo.
- Espera, espera espera...¿Las películas? ¿Tratas de decirme que son algo así como zombies?
Él me miró alzando una cejita.
- ¿Piensas que son alegres Sirenitas? - me sonrojo, mirando a un lado.
- P-pero... Eso sólo pasa en las películas y...
- ¿Quieres salir a comprobarlo? - contesta, impaciente. - De veras te pido que no seas un estorbo, danés. - dicho esto, me lanza una vara de metal rota. La tomo como autoreflejo y observo su extremo destrozado; que termina en punta... Trago saliva. Su se aparta un poco y va hacia la salida. Lo observo mientras escucho el sonido de sus pasos, pero vuelvo a mirar a Nor, alterado.
- ¿Entonces esto está pasando en más sitios? -preocupado- ¿Dónde están Ice y Fin?
Entonces sentí cómo ambos me miraron fijamente, y me pregunté si dije algo inapropiado...Si... Abrí los ojos con miedo.
- ¿E-Ellos fueron...?
- ¡NO! - gritaron ambos, provocándome algo entre alivio y susto. Miro a ambos de hito en hito.
- Y dónde...
- Mi hermano se quedó en casa porque no se encontraba bien. - Un flash de ayer me atormentó, recordando al chico enfermo que tosía sangre. - Y Fin entra a otra hora hoy.
Me alegré de eso, pero... Miré de nuevo por la ventana, encontrándome con unos cuerpos bajando las escaleras de forma lenta y torpe. No lograban mantenerse rectos e incluso pude ver cómo alguno se encorvaba para vomitar sangre.
- Ya vienen. - anunció Su, haciendo sonar el taladro. - Tenemos que pasar por la' escaleras.
Apreté la barra de metal en mi mano. Noru me miro a mí y luego a ellos.
- ¿Vives muy lejos de aquí, Noru? - pregunté, frunciendo el ceño. Él me miró de nuevo y espero a volver a apartar la vista para responder.
- Debo tomar un autobús para llegar a esta estación... - dijo con cierta pena. Yo asentí. Su volvió a hacer sonar el taladro para apremiarnos. Rodé los ojos y le sonreí a Noru.
- Entonces pasaremos por mi casa antes. Desde allí podremos conducir hasta Ice, ¿sí?
Él parpadeó un poco antes de dibujar una muy leve sonrisita. Asintió, sin decir nada más. Contentado, estallé los dedos de mi mano y miré a Su, ya totalmente mentalizado de que ahora tocaba reventar cabezas.
Quizá no paré a pensar lo que eso significaría para el resto de la vida... Pero crean que estos son de los momentos en los que no toca pensar. Los tres nos colocamos en la puerta del tren, manteniendo a Noru en el medio. Por lo menos una docena de zombies se amontonaban al final de la escalera, hambrientos e idos... Muertos, al fin y al cabo. Sus ojos blancos y salidos resaltaban en su rostro hundido y demacrado. A muchos les faltaban trozos de la ropa, secuela de su última voluntad como seres humanos. Su voluntad... La desesperación por aferrarse a una vida que poco a poco también se iría transformando en una muerta viviente.
Pero ahora tocaba reventar cabezas.
Sin mediar palabra corrimos hacia ellos con el simple propósito de no detenernos mientras literalmente nos abríamos paso. Noru y yo impactábamos con toda la fuerza posible en sus sienes mientras que Su atravesaba en su cabeza y los empujaba. Ahí nos dimos cuenta de que empujarlos era más efectivo, porque de lo contraría terminarían rodeándonos. Apenas tardé tres impactos en acostumbrarme a salpicarlo todo.
Subimos las escaleras en cuanto logramos dejarlos en el suelo y nos alejamos de allí sin bajar el ritmo. De pronto, el mismo caminos que yo había hecho en total soledad se encontraba repleto de cuerpos andantes.
En cuantos sentimos que nuestras respiraciones se alteraban demasiado nos detuvimos tras una esquina. Es increíble como una situación límite puede privarnos de la consciencia hasta el punto de que el cansancio llega de la nada.
Agazapados, nos juntamos para hablar.
- ¿Dónde está la casa? - preguntó Noru en voz baja.
- A la vuelta de esta esquina, pero... -me asomé para ver. - hay como una horda de ellos.
- Podemos trepar los muros y rodearlos por los jardines... - propuso, mientras Su asentía. - Den, mira si hay algo en los jardines.
- ¡¿Por qué y-...?! - Sus hermosos ojos violeta me atravesaron de tal forma que me hizo sonrojar y sonreír. Como tonto, me levanté y de un salto me colgué del borde del muro de la casa de mi vecina. Flexioné los brazos un algo de esfuerzo para encontrarme con la bonita cara a medio comer de la adorable vecina que cuidaba de mi casa cuando yo no estaba. Con un grito corto, me solté y no caí porque Su me sujetó. Nor me miro sin decir nada y yo me incorporé, sonrojadísimo.
- Imposible. - me aclaré la garganta y puse más voz de hombre. - Tendremos que trepar directos a mi jardín.
Su puso una mano en mi boca y yo entrecerré los ojos.
- Shss... -dijo. Ambos lo miramos.
Algunos zombies comenzaron a caminar hacia el otro lado de la calle, mientras de lejos podían escucharse gritos de ayuda, que seguramente pasaron a ser de dolor... Poco a poco, la entrada de casa quedó despejada.
- Ahora. - dijeron ambos, tomándome de la camisa y tirando de mí como si no fuese capaz de reaccionar sólo. Los seguí hasta la entrada, donde me deshice de sus agarres.
- ¿Qué hacéis? ¡Tenemos que ir a ayudarles! - dije, atónito. Ellos se miraron.
- El mundo ya no una ONG, danés...
Alcé las cejas, incrédulo. Su tiró de mí con fuerza mientras los gritos se apagaban.
Dentro de la casa, cerramos la puerta y pusimos frente a ella la mesita donde descansaban las llaves de mi moto y un coche que estaba en la parte de atrás. Fui hasta mi cuarto escaleras arriba mientras los otros dos buscaban cosas por la cocina y prendían el televisor.
Entré al servicio y me encontré conmigo mismo en el espejo... Fue extraño. Mi rostro estaba más pálido que nunca y parecía recién salido de La Matanza de Texas. Cerré un poco los ojos, comenzando a darme cuenta de que los zombies que había golpeado y empalado eran personas hasta hace apenas un día, con sus sueños, su familia... Negué con la cabeza y limpié mi arma improvisada. Luego lavé mi propio rostro y me quité mi estropeada camisa y mi chaqueta. En ese instante me di cuenta de que me olvidé el teléfono y la cartera en el tren.
Por unos segundos me noqueé, pero en seguida superé la pérdida. ¿Cartera para qué? ¿Para estudiar el examen del lunes próximo? Con suerte continuaba vivo para entonces.
Pero el cel...
Tomé una mochila y guardé algo de ropa dentro y unas fotos... ¿Estaría pasando esto también en Dinamarca? De ser así... Mis padres y mis hermanos...
- ¡Den! - escuché a Su llamarme. Alejé esos pensamientos y cerré la mochila, colgándomela al hombro y bajando las escaleras ya con una camisa nueva de color rojo.
- ¿Qué pasa?
Apuntó al televisor. Noru no lo miraba. Estaba sentado en la misma silla en la que yo me senté para desayunar esa mañana. Apenas una hora... Era casi como una vida pasada. Nor mantenía las manos en su cara, dejando caer su cabello frente a sus ojos. Miré el televisor y entendí.
En el las noticias se veía la ciudad llena de sirenas, ambulancias y personas corriendo o reducidas por las el cuerpo de policía o... Por zombies. Construyeron especie de barrera con coches y bloques frente ala cual una asustada reportera trataba de narrar el inminente caos de forma ''correcta''... En ningún momento se escuchó nada real. ''Revuelta'' decían. Disparos asustaron a la chica haciéndola retroceder, hasta que unas ennegrecidas manos atravesaron por los huecos del cutre muro, en el cual se estaban amontonando un montón de ellos... Tomaron a la chica del cabello y la estamparon contra el muro hasta que pudieron morder en su cuello y en sus mejillas. Hice un mueca al observar como tiraban de la piel; despedazándola mientras esta se estiraba desde su lugar original hasta la boca de... Aparte la mirada. El cámara fue a ayudarla y ya no se veía... Pero seguían escuchándose los gritos y desesperación... Los gemidos de los zombies eran terroríficos.
Finalmente, la barrera cayó y en la huida alguien pateó la cámara, cortando toda conexión y dejando la pantalla en nieve.
El silencio hizo presencia en la cocina. Los miré a ambos, sin saber qué decir.
- Fin vive cerca de ese barrio. - dijo en bajo Su, sin mirarnos. - Debo ir a buscarle. - ahora sí me miró. Y-Yo no supe qué... Miré a Nor, que seguía cabizbajo.
- Toda la ciudad está colapsada... - dijo de pronto. - Probablemente todo el país... - Nos miró. - Me atrevería a decir que el resto de países...
- No podemos saber si eso... - dije, pero Nor dio un golpe a la mesa haciéndome callar. Suspiré el aire que había tomado para hablar y me hice el cabello hacia atrás, pensando. Nori vivía con Ice casi en dirección contraria. Miré a Su, en lo que me pareció escuchar cómo esas cosas regresaban frente a mi casa... Ya me lo esperaba. - No cambiarás de opinión...¿Cierto?
Él negó y se acercó a mí. Yo suspiré.
- Te prestaré el coche. - dije, mientras Noru fruncía el ceño. Antes de que dijese hablé yo. - Nosotros dos iremos a por Ice en la moto, ¿sí? Su... Ve a buscar a Fin y nos veremos en... Ah... En...
- ¿Conocen la fábrica abandonada que está cerca de la Universidad? - propuso Erik. - Digo que si está abandonada no habrán podido morder a nadie y... ¿Para qué buscar humanos donde no los hay?
Su y yo nos miramos.
- Su, por si no fuera seguro... Sólo vayan a ver todos los días a las siete de la tarde. Nosotros tardaremos más en llegar y necesitaremos otro vehículo.
- Vayan ustedes en e' coche. - Niego. Él no llegaría a la ciudad con la gasolina de la moto.
En ese momento los tres dirigimos nuestra atención a los sonidos que provenía de mi puerta. E-estaban amontonados allí, tratando de abrir. Quizá hicimos ruido. Resoplo.
- Ya no hay tiempo para más. Vamos.
Los guié hasta la parte trasera de la casa, tomando antes las llaves de los vehículos y... Aproveché para ver por la mirilla de la puerta. Me arrepentí al segundo. Un muerto andante se había apoyado mientras echaba un el aliento -o lo que sea.- en el cristal. Era una chica de uniforme escolar de apenas dieciséis años... Me alejé de vuelta con los vivos.
Es algo que todos terminamos aprendiendo poco a poco:
Es mejor no pararse a pensar en los que se han ''ido''.
Pero era complicado. De todo a nada en apenas unos segundos.
Le lancé las llaves del coche a Su y tomé a Noru de la mano mientra sostenía mi vara metálica en la otra. Miré a Su de forma seria.
- El auto está en la aparte de atrás. Si hay de ellos allá puedes arrollarlos. - le sonreí. Él asintió y nos dijo que tuviésemos cuidado. Se despidió de Noru y éste asintió, pasando al garaje donde guardaba mi moto.
Su puso una mano en mi hombro.
- Cuídalo y tengan cuidado... - dijo de la forma menos sosa que jamás le había escuchado emplear. Entre sorprendido y emocionado, asentí y le di un suave puñetazo en el brazo.
- Rescata a tu Finlandés en apuros. - puso mala cara, pero yo reí semi-abrazándolo por unos segundos y entrando rápido al garaje.
No quise mostrarle lo mucho que deseaba que no tuviésemos que separarnos. Lo preocupado que estaba por no volver a verlo... Tampoco imaginé lo que pasaría, pero juro por los que más haya podido amar en mi vida que me arrepentiré toda la vida de haber salido por la puerta sin haberle dicho lo mucho que lo quería... Pero eso ya llegaría.
Arranqué la moto mientras Nor sujetaba su bate y se agarraba a mi cintura con la otra mano. Habría sido -y en parte fue- una situación genial excepto por el conjunto de mandíbulas putrefactas que esperaban a poder hundir sus dientes en nuestra piel.
- ¿Cómo piensas abrirte paso? - preguntó. Yo sonreí.
- No hará falta. Sólo sujétate muy fuerte. - advertí. Antes de que pudiese decir nada... ¿Saben? En realidad me gusta hacer truquitos con la moto y tengo una especie de rampa a la salida del garaje. Hace meses que no la uso porque ''Era muy peligroso'' pero ahora la idea de aplastar alguna cabeza bajo las ruedas de mi todoterreno era del todo atractiva. Tomando aire y en cuanto sentí que Noru se sujetó bien, abrí la puerta con un control remoto -que luego arrojé tontamente sin cerrar, sentenciando mi casa. - para luego meter marcha y toma velocidad en segundos, provocando que en apenas unos segundos volásemos por encima del muro y casi chocásemos contra el ce la vecina. Nos dimos contra ningún zombie, pero sentí que en ese momento Noru era un peligro mayor.
- ¡Tarado! ¡¿Qué pasa si hay de esas cosas aquí y resbalamos?!
De todos modos el ruido hizo que en poco tiempo un montón de ello apareciesen arrastrando sus pies de todas las esquinas, obstaculizando el paso para un vehículo como una moto. Podrían agarrarnos y entonces...
Sonreí al escuchar y en poco ver como Su atropellaba a un montón de ellos, abriéndonos paso mientras se alejaba en su propia dirección.
Terminé riendo y arrancando deprisa, sintiendo como Noru se pegaba más a mí y cerraba los ojos. En seguida nos alejamos y perdimos de vista todo atisbo de carne muerta...
Y de carne viva. Entonces el viaje se tornó agradable pero a medida que nos acercábamos veíamos las secuelas de todo.
Casas destrozadas, sangre por todos lados y de vez en cuando un grupo de zombies agazapados sobre un cuerpo que hace nada estuvo vivo, comiendo, arrancando carne y órganos blandos que se estiraban dificultándoles el romperlos... Por no hablar del olor putrefacto.
Era asqueroso, pero lo peor era sin duda ver los rostro de terror en los que todavía parecían personas... Si quedaba algo de su rostro.
Me decidí a dejar de mirar cuando vi cuencas totalmente vacías y nervios oculares colgar de las bocas entreabiertas de los asesinos.
- Por ahí... - farfulló Noru. Giré a la derecha mientras pensaba en su tono de voz.
- ¿Estás bien? - pregunté, tontamente quizá pero... - Oye, sé que todo esto es una locura y parece una película americana pero...
- Está bien. Ahora no tengo ganas de hablar.
Apenado, asentí... Pero sentí una especie de apretón amistoso. U-Un abrazo, mientras Noru apoyaba su carita en mi espalda.
- Me alegro de haberte salvado en el tren. - dicho esto, no volvió a hablar y cerró los ojos por esos minutos de paz.
Pero en este mundo ya no existe la paz.
Una vez llegamos a la parte de la ciudad donde vivían, seguimos sin encontrarnos con ninguno de ellos. A pocas manzanas de su casa, dejamos la moto medio escondida en un callejón. Acordamos que no hacer ruido era lo mejor y de todos modos ya no podríamos viajar los tres. Caminando deprisa y en silencio, fuimos parando en cada esquina hasta que nos encontramos con todo un ejército tras una. Puse una mano en su pecho y nos alejé.
- No podemos ir por...
- ¡Tenemos que ir! - dijo en bajo, apartando mi mano. Yo lo miré mientras me sentaba, apoyando la espalda en la pared.
- Noru, por favor... - suspiré. Él miro a un lado, con el ceño fruncido.
- ¿Sabes? - dijo de pronto. - Ayer, en mi clase, alguna gente salió a casa porque vomitó sangre y... - bajó la mirada.
Y yo recordé que dijo que Ice estaba enfermo. Tragué saliva y puse una mano en su mentón, haciendo que me mirase.
- Te prometo que Ice estará bien. - le sonrío, y no deshago mi sonrisa hasta que siento que se tranquiliza. Toma mi mano y la aparta de su cara, pero no la suelta... M-Mi corazón se acelera, ensordeciéndome mientras la sangre se amontona en mis mejillas.
Y el rostro de Noru me hizo reaccionar. Abrió los ojos y se echó hacia atrás, quedando sentado en el suelo.
Y de nuevo escuché esos gemidos de lamento...
En una sincronización inesperada, Noru estiró el brazo con el bate entre sus manos y yo lo tome sin detenerme para girarme y levantarme, para impactar contra la cabeza del zombie. Él ni siquiera cerró la boca cuando chocó contra la pared y pude apreciar el sonido de sus dientes cuendo él cerraba y abría la boca mordiendo al aire. Tampoco logré aplastar su cráneo, pero aproveché para levantar a Noru y alejarnos.
En cuanto pasamos la esquina, la horda de zombies gemía y venía hacia nosotros.
- ¡¿Cómo demonios nos detectaron?! - grité, confuso. Lo único que pude apreciar en Nor fue la frustración de tener que huir estando tan cerca de la casa. Por el camino -cometimos el error de dejarnos llevar por el pánico y no fuimos en ninguna dirección concreta.- golpee a otros cuantos hasta provoca que el bate comenzase a resquebrajarse... Maldecí en bajo.
Corrimos, pero había demasiadas esquinas, con demasiados zombies esperando en ellas.
Zombies por todos lados... De algún modo terminamos rodeados.
Nosotros fuimos más rápidos, peor no sirve de nada correr por correr en una ciudad. Las ciudades están repletas de ellos y nosotros nos cansamos.
Los zombies son incansables.
Contra un edificio, mantuve a Noru detrás de mí mientras miraba con odio al montón de seres que se acercaban a nosotros. Les apunté con el bate, les advertí e incluso les arrojé cosas...
Pero nada funcionaban. No sienten. Ellos no son humanos ya...
Ellos ya no son nada...
Sus gemidos y sus movimientos arrastrados era como una tortura psicológica. Sentía como la misma muerte se acercaba. ¿De dónde salieron? Mierda...
Noru se agarró a mi camisa y cerró los ojos, susurrando cosas; nombrando a Ice... Pensé en Su, pensé en todo y sentí que me podía la situación cuando vi a niños de apenas cuatro o cinco años convertidos en... En monstruos.
Cerré los ojos y me disculpé interiormente por no haber podido salvarles.
- ¡Eh! -escuché. Miré a Nor pero él seguía aferrado a mí. ¿A-acaso los zombies podían...? - ¡Eh! ¡Aquí! - escuché de nuevo, seguido se un sonido metálico muy fuerte. No conocía esa voz, pero su acento no era japonés. Más bien...
Más bien sonaba del todo a un acento ruso. Y de pronto, ellos se alejaron de nosotros. Al menos los suficientes como para que pudiese tirar de Noru y escapar... Pero, ¿hacia dónde? Medio desesperado, sólo seguí hasta una esquina donde unas manos me tomaron de los hombros. Asustado, elevé el bate pero otras manos lo sujetaron.
- ¡No hagan ruido! - nos rogó una chica de cabello rubio y corto. Su voz era dulce y sus ojos llorosos, pero me sonrío como una madre sonreiría a su hijo asustado. - Mi hermano menor fue a distraerlos.
Me encontraba confuso y bajé el bate. Otra chica apareció entonces. Su mirada era seria y analítica. Tenía el ceño levemente fruncido y no tardo en colocarse al lado de su la otra chica. La última en aparecer tenía un lazo sobre su cabello.
- Mi hermano arriesgó la vida por vosotros, - dijo, acusándonos. - más les vale que no le suceda nada.
Entonces Noru me empujó para que las siguiéramos. Y-Yo asentí y ellas nos llevaron a un callejón tras unos contenedores. Agachados, nos mantuvimos en silencio.
- ...G-Gracias por salvarnos. - dije en bajo, sonriendo sin muchas ganas de ello. Todavía estaba asustado.
La más alta me sonrío de forma maternal.
- Estoy segura de que vosotros habríais hecho lo mismo. - dijo de forma ciertamente inocente. - Soy Yekaterina, y esta - señaló a su hermana girando su cuerpo y provocando que sus contundentes pechos se moviesen de forma que me hizo sonrojar. Nor me dio un codazo en las costillas. - es mi hermana pequeña. Se llama Natasha pero todos le decimos Bela, ¿verdad? - la peinó un poco. - Es muy guapa. - dijo, orgullosa. Noru y yo nos miramos, sonriendo con cierta ternura. Bela sólo giró los ojos y miró afuera, en busca de su hermano.
- Nosotros somos Erik -le señalo.- Y Den. - me señalo a mí mismo.
-Un placer conocerlas. - dijo Noru. Ellas asintieron, una con expresión de preocupación y la otra cariñosa.
No nos dio tiempo a más, ya que un chico altísimo apareció de la nada; sobresaltándonos. Se agachó y tomó a Bela de la mano, provocando que éste se sonrojase. En la otra mano sostenía una tubería ensangrentada.
- ¿Están bien? - dijo mirando a sus hermanas. Bela se le abrazó con decisión y Yekaterina lloriqueó de felicidad, abrazándo a su hermano también en la medida que sus pecho lo permitían. Luego, él nos miró a nosotros. - Soy Iván. Los reconocí de la Universidad. - sonrío de forma algo tétrica.
..Oh. OH. El ruso que superaba a Su en altura... Suspiré, tontamente aliviado de que fuese alguien ''conocido''.
- Den. Mi hermano. - recordó Noru, tomándome del brazo. Me sonrojé de nuevo y tartamudeé un poco. Entonce Bela, que seguía abrazada a Iván, nos prestó atención.
- ¿Estás buscando a tu hermano?
Noru asintió y Yekaterina miró a Iván.
- Tenemos que ayudarles... - pidió. Él otro dudó un poco, pero no pudo negarle a su hermana mayor. Le sonrío y la abrazo -a lo que Bela reaccionó haciendo notar más su abrazo. Él acaricio su cabecita...
Se veía que se quería mucho.
- ¿Viven muy lejos?
Noru negó.
- Apenas a la vuelta de la esquina...
El ruso puso cara de lástima.
- Pero a la vuelta de la esquina hay cientos. - nosotros abrimos los ojos de pura incredulidad.
- ¿En serio?
Él asintió. - Da... Pero quizá pueda distraerles...
''Pero quizá pueda distraerles...''
¡Claro!
¡Terminamos el doble de lejos de la casa de Noru! ¡Terminamos casi tirados por el suelo, acorralados frente a un portal! Perdimos a Iván y Yekaterina de vista y...¿dijo cientos? ¡Miles! ¡Miles de ellos de amontonaban unos sobre otros para hacerse con nosotros!
Los golpee, pero sus frías manos me rozaban continuamente para tirar de mí y perderme en esa masa de lamentos y mordeduras. Mientras tanto, Bela y Noru timbraban a la casa sin resultado algunos. Iván no aparecía, los zombies se acercaban y el bate terminó hecho astillas.
Simplemente la infección era demasiado rápida.
- ¡Malditos inútiles! - maldijo la chica. En segundos, levantó su vestido y sacó unos cuchillos. Alcé las cejas y llegué a tiempo de tomarla de la cintura y elevarla.
- ¡Suicida! ¿No ves que son demasiado?
- ¡Suéltame! - gritó ella mientras trataba de soltarse. Sentí sus pechos contra mis brazos a medida que se me escurría. Terminé enojado.
- ¡Nor! ¡Haz el favor de...¿Noru? - miré a mi izquierda, pero Noru ya no estaba. Abrí los ojitos, muerto de miedo y de paso vi como los zombies estaban a apenas unos metros. Miré al otro lado para buscar a mi amigos y me encontré de frente con la boca de uno y...
Antes de que siquiera pudiese cerrar los ojos, Bela le clavó su cuchillo en la sien. P-puede ver como el filo -lleno de sangre y restos.- asomaba por el otro lado de su cabeza. Emitió una especie de respiración y yo bajé a la chica. empujando al cadáver.
Casi como reflejo, nos apartamos hacia atrás y unas manos nos tomaron de la ropa, arrastrándonos al interior del portal.
Caí al suelo con la rubia encima, mientras un chico bajito y de cabello oscuro cerraba la puerta. De todos modos, tenía cristales.
Noru estaba al lado del muchacho.
- Os presento a Kiku... -farfulló. Pero de pronto un tremendo estruendo nos hizo mirar a la puerta. Varios cristales estaban rotos y muchos zombies ya estaban apoyados... Pero ese no era el caso. Bela gritó por unos segundos y se levantó de golpe.
Iván y Yekaterina estaban afuera. Apoyados en la puerta, los tres le le instamos a Kiku para que abriese la puerta...
Tardó demasiado.
Los zombies los rodeaban y colaban sus abiertas manos entre los huecos de los cristales. Rápidamente, aparté a Noru de la puerta mientras Kiku habría. Nos preparamos para luchar nuevamente, pero sucedió algo que marcaría nuestras vidas. Nu-nuestras nuevas vidas... Algo que sencillamente se repetiría a diario y quizá con nuestros seres más queridos.
Asistimos al sacrificio de una hermana mayor por sus hermanos pequeños. Francamente, era imposible que ambos pasasen a la vez sin que ellos entrasen detrás.
Abrí los ojitos al observar aquello, mientras Noru apretaba con fuerza mi mano.
Yekaterina empujó a su hermano dentro, cerrando ella misma la puerta mientras los zombies la tomaban de la ropa, haciéndola caer hacia atrás. Bela e Iván gritaron por ella, mientras el última caía por el empujón y... Y la situación. ¿Qué piensan que harían si frente a sus ojos un puñado de mosntruos se comiesen a tu hermana? Qué... Abracé a Erik contra mi pecho, impidiendo que viera.
Pero yo miré. Y vi como las manos muertas de todos ellos rasgaban su ropa y la desnudaban. Vi como la tomaban de cualquier parte de su cuerpo y hundían sus dientes en ella haciéndola chillar... Vi las lágrimas en sus ojos, pero sonrió.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Ella se movía intentando liberarse. Vi sus grandes senos desnudos moverse, igualmente llenos de mordidas y agarres... E-eso mismo que antes me había hecho sonrojar ahora me hizo cerrar fuertemente los ojos. Sus gemidos de dolor...
Era todo grotesco. Iván se abalanzó hacia la puerta mientras Bela miraba fijamente donde hasta hace unos segundos estaba el cuerpo de su hermana -ahora sepultado por un montón de cadáveres animados. - y yo solté a Noru para agarras a Iván.
- ¡Ya no puedes hacer nada! - grité, y sentí cómo su brazo temblaba. Él lo sabía... Y simplemente se volteó y abrazó con fuerza a Natasha; que lloraba tapando sus traumatizados ojos con las manos.
- Siento que... -Susurró el chico de cabello negro. De pronto sentí como Erik tiraba levemente de mi camisa. Sus ojos estaban humedecidos y ya no se escuchaban los desesperados gritos de Yekaterina. Tan sólo quedaron los gemidos de los zombies y el llanto de la joven.
Y esta insoportable sensación de dolor... ¿En esto se había convertido el mundo? No teníamos ni idea. Creímos que ese era el final de todo...
Pero el final no había hecho más que comenzar.
- Debemos subir. - dijo de pronto Kiku, mientras los zombies volvían a amontonarse en la puerta. Yo asentí y miré a Noru, que seguía cabizbajo. Luego miré a los hermanos y... Suspiré. Iván tomó a Bela en brazos sin mediar palabra y yo tomé a Nor de la mano.
No estoy seguro, pero creo que el ruso tan sólo no quiso que Bela viese a su hermana convertida en...
En un segundo piso, nos atrincheramos en completo silencio durante ese día en el que los muertos se dedicaron a diezmar a los vivos en una frenética carrera con el tiempo.
Los próximos días serían diferentes...
Y cada vez temía más por Su, Fin e Ice.
¡Hola! Primero gracias por leer todo esto(?) Y segundo, es la primera vez que narro gore así que siento la suavidad y... Perdonen los fallos que pueda cometer por ahí. El fic es largo y yo tiendo a teclear a lo loco(?) asdasdasd xD
Como sea, espero que les guste tanto como si es por Hetalia -bellos nórdicos(?)- como si es por la temática u - bellos...¿Zombies?
De nuevo espero que les guste de todo corazón y well, si es así comenten y me ayudan a mejorar(?) u Comentar es sano y bonito~ Dá buena suerte 8DD
¡Un abrazo a todos!
Disclaimer: Hetalia Axis Powers (APH ) No me pertenece, por lo que sus personajes tampoco. Son propiedad de Hima así como este fic concretamente es mío.
