Prologo

Quisiera haber esperado. A veces me pregunto, ¿Qué pasaría si yo regreso a Seattle? Ese era mi hogar… además, allí estaban ellos, eran mis amigos y confidentes, pero cometí un error. Creo que les hice daño y estoy segura que nunca me van a perdonar, pero no podía aceptar verlos juntos y saber que eran felices… sin mí.

Soñé por tantos años con sus besos, su cuerpo, sus ojos… pero después de tres años, estoy segura de haberlo perdido. ¿Quién era y quién soy? Es la pregunta y nunca podré dar una respuesta, el único recuerdo que hay en mi mente, son sus caras horrorizadas… decepcionadas… lágrimas y muchas.

Tengo tantos borrones en mi mente como recuerdos, creo que los borrones ganan por mayoría. Y allí estoy yo, en el hospital de enfermedades mentales de Nueva York, apoyada en mi ventana mientras veía la lluvia caer. Hmm, la lluvia, eran como lágrimas, lágrimas que nunca más saldrán de mis ojos.

"A dormir…" gritaba el celador como todas las noches y como era de costumbre, obedecía como niña buena. Me arropaba solo hasta la rodilla y cerraba mis ojos para tratar de dormir. Y allí iba de nuevo, a soñar con esos ojos marrones que tanto adoraba, con su cuerpo y todo lo que representa ese niño. Antes de dormir, abrí mis ojos nuevamente y enfoqué mi mirada en el estante que nos otorga el hospital.

Nombre: (No tiene)

Edad de ingreso: 19 años aproximadamente.

Procedencia: Seattle.

Familia: (No tiene)

Enfermedad: (Amnesia Severa)

Tiempo: 4 años.

Temperamento: No agresivo.

Nivel: Bajo

Esa era yo… Mi nombre es nadie y mi familia ninguna, solo esperó estar curada pronto para investigar quien soy.