Hola! ¿Qué puedo decir? Amo One Piece. Con este fic pretendo explorar un poco acerca de las actitudes características de los personajes, sus valores, sentimientos, etcétera. Comencé con Sanji…la verdad no sé porqué. Simplemente me parece genial n.n
One Piece, ni Luffy, ni Sanji, me pertenecen, lo cual me deprime mucho T.T nee, no es para tanto, solo disfruto escribiendo estas historias n.n
Vida de piratas
Sanji/ Dedicación
Es rubio, guapo, delgado y fuerte. Es elegante y caballeroso. Es un chico rudo, pero también te sería fácil manejarlo si eres una chica que sabe jugar todas sus cartas.
Es nada menos que nuestro Ero-cook, Mr. Prince, Cocinero-san, Sanji-kun o simplemente Sanji, el mejor cocinero del Grand Line.
Sanji estaba consciente de que su trabajo en el barco era importante y bueno, su especialidad era cocinar. Podría hacerlo con una sonrisa en el rostro todo el día pero allí, de pie recargado contra el marco de la puerta de su cocina, encendió un cigarrillo y meditó un poco al respecto.
Sanji sabía qué víveres elegir para su cocina. Siempre seleccionaba cuidadosamente la mejor carne y los vegetales más frescos. Se esmeraba en mantener limpio su lugar de trabajo. Cuidaba que cada corte quedara perfecto y que la carne estuviera cocida en su punto. Las salsas siempre le quedaban perfectas y había que admitirlo, era un experto en el curry.
Sanji parecía esforzarse más en su cocina cuando se trataba de preparar delicias para sus dos chicas favoritas. Salía de su frente de batalla con corazones en los ojos y platos de postres o bebidas refrescantes para sus bellas damiselas. Y cuando los otros pedían algo para ellos, lo único que recibían era un "Pues búsquenlo en la cocina, idiotas". Y eso era cuando estaba de buenas, así que Ussop, Luffy y Chopper podían estar agradecidos de seguir completos luego de atreverse a importunar al rubio exigiéndole de comer.
Y luego estaba el marimo, que siempre fruncía el ceño cuando pasaba por su lado.
-Quítate de mi camino, baka- exigía cuidando que el montón de platos que traía no se le cayeran. Zoro estaba haciendo pesas justo en medio de su camino. Y podía simplemente rodearlo y continuar pero…no, no se la pondría tan fácil.
-Tú eres el que esta donde no deberías, cejas rizadas. La cocina esta por allá- indicó Zoro con un movimiento de su cabeza hacia la derecha. Lo cual hubiera dejado a Sanji calladito si no fuera porque la cocina quedaba por el otro lado.
-Ni con un mapa te darías cuenta de que la cocina queda del otro lado, imbécil- contraatacó haciendo enrojecer a Zoro del coraje- y no iré allí sólo porque me lo ordenas.
Terminaban ignorándose mutuamente al fin y al cabo, y Sanji siempre regresaba a su cocina para trabajar arduamente en sus suculentos platillos.
Pensando en esto, le dio otra profunda calada a su cigarrillo.
Entró a la cocina y se remangó la camisa.
Sanji, aunque nadie lo notara a veces, parecía ser el único del barco que tenía horarios establecidos y funciones específicas que cumplir dentro de su área de trabajo.
Luffy era el capitán…y bueno, no era que hiciera gran cosa a veces. Jugaba, se divertía, dormía o soñaba despierto, pero a veces no parecía ser particularmente útil.
Zoro…su descomunal fuerza solía ser de ayuda a veces. ¿Y luego qué? Dormía la mayor parte del día. El resto del tiempo entrenaba fuertemente.
Nami era la navegante. Pero su puesto la hacía actuar en el momento preciso, para luego ocuparse si quería de otros asuntos.
Ussop se la pasaba el día gastando bromas o inventando nuevas armas, pero nadie lo presionaba para que las hiciera así que podía trabajar a su ritmo, igual que Chopper con sus medicinas. El renito solo era solicitado con urgencia si alguien enfermaba y eso no pasaba muy a menudo en esa tripulación.
Robin simplemente no se complicaba la vida. Ayudaba en lo que podía y el resto del tiempo leía o se dedicaba a otros asuntos.
Pero Sanji…su vida era otro cantar.
Se levantaba más temprano que los demás para tener el desayuno a tiempo antes de que ellos. Eso si no quería despertar con un "¡Sanji tengo hambre!" retumbando en sus oídos, con eco incluido y todo.
Se esmeraba especialmente en su aseo personal y se abstenía de fumar mientras cocinaba. Servía porciones precisas para cada uno de sus compañeros tomando en cuenta las necesidades de cada quien. A veces escuchaba las peticiones de algún platillo en especifico y lo incluía en su menú, y en casi cada lugar que visitaban trataba de aprender nuevas recetas que pudieran gustarle a sus amigos.
Su horario constaba de tres periodos de cocina; desayuno, comida y cena, y a veces turnos extras para preparar aperitivos, ayudar a Chopper con alguna infusión medicinal y en ciertos casos hacer guardia para que Luffy no acabara con su nevera.
Siempre era el último en sentarse a la mesa y a veces el que menos comía. Siempre peleando si alguno de sus insufribles nakamas jugaba con su comida.
Lo único que agradecía era que nunca dejaban nada, pues no había más grande recompensa para un cocinero que ver sus platos limpios después de la cena. Aun si alguien dejara algo, Luffy siempre se comía todo y el no podía evitar sonreír ante ello, aunque fuese secretamente.
Porque Sanji, contrario a lo que todos creían, no cocinaba solo para ser Mr. Prince y complacer a Nami y a Robin.
Sanji sabía que sin su cocina o sus bebidas y postres, Nami sería aún más fácil de irritar que de costumbre.
Que Robin no disfrutaría igual de un buen libro.
Que Chopper estaría excesivamente ocupado atendiéndolos a todos cuando los atacara el escorbuto.
Que Ussop no sería tan buen artillero y su imaginación no serviría para hacer sus preciadas armas. Vamos, probablemente ni siquiera mentiría bien.
Que la felicidad e hiperactividad de Luffy estarían por los suelos.
Incluso sabía que sin su comida, Zoro quizás no sería tan fuerte como quería ser siempre.
Y Sanji podía ser un Ero-cook, un cejas-rizadas o todo lo que quisieran. Pero una cosa no podían negar.
Sanji hacía su trabajo. Sin chistar.
-Por cierto, Cocinero-san- Robin interrumpió su caminata para voltear y sonreírle-la cena estuvo deliciosa, gracias.
-Oh, ¡a Robin-chwan le gustó la cena!
Y para Sanji no había mejor paga que esa para su dedicación.
Fin
Ok eso fue tal vez demasiado sencillo, pero esa es la idea, solo quizás quedarme con una sonrisa mientras pienso en las virtudes de nuestros piratas favoritos xD Sanji siempre me ha parecido genial y me puse a pensar cómo le iría a la tripulación si él no se hubiera unido.
Creo que el siguiente será el de Zoro.
Saludos!
Atte. Yereri Ashra
