Título: Devil in disguise
Fandom: Percy Jackson & The Olympians
Pairing: Luke&Annabeth
Disclaimer: Luke es mío, mío, mío; y de Rick Riordan, claro.
Summary: Tú la quieres, de eso no hay duda, tal vez no de la misma manera que a Thalia, pero la quieres, ese es el punto. —Drabble, Luke&Annabeth. Para Mel. Spoilers The Last Olympian.
Nota: Hace bastante tenía medio escrito esto, pero hasta hoy pude terminarlo y no es que me guste especialmente, pero meh :D.
Nota2: Para Mel, Flippy Skitty Black, porque quiero y la amo y esas cosas :D. Y también gracias a ella por betearlo.
«I did not hear the warning, I did not see the signs.
You're the master of illusion, you're the devil in disguise.»
:-:
Annabeth siempre se negó a ver que había algo en ti que crecía y crecía cada vez más, cada día, mes, año, un poco más; porque ella no podía creer que fueras malo, que hubiera maldad en ti, claro que no; tú eras Luke, casi su modelo a seguir, el primer tipo del que ella se enamoró (sí, con sólo siete años se enamoró de ti, pero eso ya lo sabías, ¿no?) y ella no se atrevería siquiera a pensarlo.
Pero resultó que sí, que eras malo, lo eres.
Aunque claro que ella siguió negándolo, se negaba a creerlo. Y una parte de ti cree que aún lo hace, aún después de verte con los ojos dorados en lugar de azules y la sonrisa cruel y burlona en lugar de esa sonrisa que sólo le dedicabas a ella.
Querías que ella dejara de creer en ti, porque así todo sería más fácil; pero por una parte te alegrabas, o algo por el estilo, porque ella era Annabeth, esa pequeña de la que una vez te encargaste de cuidar, ella quien era más inteligente que cualquier otra que hubieras conocido.
Paraste de pensar. Porque evocar esas memorias de cuando estaban sólo ustedes tres en las calles y luego ustedes dos en un campamento lleno de desconocidos, trae inmediatamente a tu mente la promesa que rompiste casi nada más al hacerla. Que serían familia. Pero es que tú no pudiste evitarlo, ¿no es cierto?. Todo lo de Kronos y demás era lo que debías hacer, lo que estaba estipulado desde tu nacimiento; una parte de ti siempre lo supo y ¿entendía todo lo que había hecho Hermes? Sí, bueno, algo así; pero eso no te impedía estar enojado con tu padre y todos los demás Dioses, claro que no. Estarías furioso con ellos aunque todo fuera diferente, lo sabes.
Pero sí, volviendo al punto.
Ah, Annabeth.
Tú la quieres, de eso no hay duda, tal vez no de la misma manera que a Thalia, pero la quieres, ese es el punto.
Y no estás dispuesto a hacerle daño, no.
(Pero para tu desgracia eso ya no está en tus manos decidirlo.)
