Ser una mujer y tener el periodo es un asco, ser una mujer vampiro con el periodo es el infierno. Para Ayato la sangre era hermosa y muy toda la cosa, pero cuando le salía de entre las piernas perdía toda su hermosura para convertirse en una de las cosas que más odiaba en el mundo.

Tenía que lidiar con eso durante 5 días completos, acompañada de unos dolores horribles y para la cereza del pastel unos hermanos sensibles e ignorantes al ciclo femenino por el cual pasaba.

Estaba segura de que ellos sabían cuando andaba en "sus días" aunque fuera cuidadosa en todo ámbito, su olor la delataba y es que hasta ella misma podía sentir el fuerte aroma que su cuerpo expulsaba durante esos largos y tortuosos días.

Tal vez alguno no supiera con exactitud que tuviera la regla, pero si sabía que algo le pasaba, ya que si era por su olor, sus constantes cambios de humor la delatarían

Nunca olvidara esa vez que abrazo a Kanato teniendo la regla. Estaba jugando con Teddy en la sala y al verlo le pareció que se veía de lo más tierno, no sabe que mosca le pico pero termino abrazándolo como a un peluche. Cuando se dio cuenta de lo que hacía lo soltó y se excusó diciendo que solo trataba de quitarle a Teddy, bien que Kanato se lo creyó y le dijo que Teddy era suyo y cosas así.

Más irritante que nada era tener que estar pendiente de no mancharse, ella era de esas mujeres que medio abren la boca y ya han soltado una cascada, se manchaba de la nada y tenía que estar muy al pendiente de eso, no quería que nadie la viera en una situación incómoda.

Por eso se había puesto una compresa de las grandes para bajar a la reunión a la que Reiji los había citado, que tenía una pinta de ser aburridísima. Pudiera ponerse tampones pero no era lo suyo, había tenido ya malas experiencias tratando meterse uno, prefería no recordar.

Bajo a la reunión y trato de mantener una cara que fuera convincente y que Reiji pensara que lo escuchaba, cuando en realidad estaba pensando en cualquier bobería.

Su vista paso por el lugar viendo a todos sus hermanos, Subaru estaba sentado con los brazos cruzados y su usual expresión de "Soy un tsundere que muerde" Laito estaba con la cabeza apoyada sobre su mano haciendo exactamente lo mismo que ella, fingiendo que escuchaba pero en realidad pensando en quien sabe qué. Kanato jugaba con Teddy entre sus brazos y Shu bueno como cosa rara estaba más dormido que despierto.

Reiji siguió hablando un par de minutos más hasta que finalmente dio por terminada la reunión y se retiró, seguido de sus otros hermanos quienes poco a poco se fueren yendo, salvo por Shu quien estaba en el mueble acostado.

Cuando ella se levantó e iba a irse a su cuarto la voz de Shu la detuvo

-Creo que deberías de limpiar eso antes de irte-Dijo con un tono algo burlón, esto hizo que Ayato volteara y viera aquello que le helo la sangre.

El sofá donde antes estaba sentada era protagonista de una escena del crimen. Una gran mancha roja lo decoraba y si así estaba el sofá no se imaginaba como estaría su falda y su ropa interior.

-Shu, eso es-Comenzó diciendo Ayato.

-¿Tu periodo?-Le interrumpió él.

-¡¿Pues qué más puede ser?!-Tener que estar ahí parada manchada y con su hermano molestándola no la hacía para nada feliz.

-Vaya, te pones como fiera-Shu rio levemente-Todas son así cuando están en sus días-Se levantó un poco del sofá y miro la mancha roja que Ayato había dejado.

Ayato estaba más que frustrada.

-Vete de aquí, Shu-Dijo mirando de reojo al rubio

-Bien, así te doy privacidad para limpiar, Her-ma-ni-ta-Pronuncio cada silaba de esa palabra que una lentitud que termino por desesperar a Ayato.

-¡Vete de una vez y deja a su majestad en paz!-Dicho esto Shu se esfumo de su vista.

Ayato quedo sola y sería mejor que se moviera a limpiar su desastre antes de que cualquiera de sus otros hermanos lo viera. Ser mujer con hermanos tan idiotas como esos era un desafío.