Hola a todos, es la primera vez que me animo a publicar un fic en este sitio, tal vez por el temor a ser rechazada, en fin, estoy tratando de utilizar esto como una terapia de relajación por el estrés que tengo en mi trabajo.

Espero que les guste, y comentarios buenos y malos son bienvenidos

El amor de mis hijos

Derechos: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, a excepción de Diandra y Serge

Clasificación: R

Un universo alterno, donde se retoman algunos datos de los 5 libros de Harry Potter

Personajes: Remus, Sirius, Lucius, James, Severus, y Dumbledore

Resumen: Dos chicos buscan a sus padres para pedirles ayuda para su "madre", en el proceso cuentan su historia

Críticas y comentarios: Por favor a Mpreg, Prostitución, Violencia física.

En una cabaña de la campiña inglesa...

Remus Lupin, se sentó con cuidado, el dolor lo atravesaba completamente, impidiéndole caminar por mucho tiempo, miró una nota en la pequeña mesa de la sala.

Mamá,

Salimos a traer algunas cosas para la cena de la noche¡no hagas nada,la casa esta limpia, recogimos nuestros cuartos, el césped esta podado, y hay comida lista en el horno.

Te queremos

Diandra y Serge

Remus sonrío al leer la nota, pero se sentía culpable, sus hijos no tenían por que cuidarlo como si fuese un completo inválido. No le tenía miedo a la muerte, realmente después de todo lo que había pasado, era lo menos le importaba, pero que iban a ser sus pequeños sin él.

En una cafetería en las afueras de Londres...

Lucius Malfoy entró en la cafetería muggle, en cualquier otra condición nunca hubiese ido a un lugar como esos, pero en cuanto la vio supo que valía la pena. Era una chica hermosa, con el pelo largo rubio, platinado como el suyo, una perfecta cara de muñeca de porcelana, y los ojos de un extraño verde-ámbar que la hacia más atractiva.

-Hace mucho tiempo que no te veía Diandra,- dijo cuando se acercó a la mesa.

-Si no fuese por que es una emergencia, júralo que no querría volver a verte, Lucius.- Un suspiro de resignación salió de los labios de Malfoy.

-Sabes que te quiero, que eres bienvenida a la Mansión Malfoy y que nunca te negaría nada...

-Es mejor que abandones tu discurso de padre amoroso, nunca te voy a perdonar lo que le hiciste a mi mamá.

-Pero Diandra, yo sólo quería lo mejor para ti, y obviamente él no te lo puede dar. Eres una hermosa chica, deberías estar vestida con las mejores telas, adornada con las más caras joyas, viajar por todo el mundo...

-Por eso intentaste quitarle la custodia, sabiendo que las autoridades del mundo mágico no te la negarían a ti.- Dijo en voz baja la chica, mientras los recuerdos de lo que había pasado hace casi 9 años, la llenaron.

Hace 9 años...

-Yo quiero mis galletas hechas con miel,- dijo una pequeña Diandra mientras terminaba su tarea de matemáticas.

-Mamá me prometió que hoy iba a ser de chocolate,- Serge miró a su hermana con la autoridad que tienen los hermanos mayores. Remus entró al cuarto cargando una bandeja con dos vasos de leche y galletas recién horneadas y separadas en dos secciones.

-Niños, no se peleen, les preparé de los dos tipos, y quiero que se acaben la leche.- Los dos niños sonrieron y cada uno se sirvió galletas, en eso alguien tocó a la puerta. Remus abrió y se encontró con tres magos que lo miraban con desprecio.

-Suponemos que usted es Remus Lupin, licántropo con número de identificación 9876.

-Sí¿qué es lo que desean?.

-Somos del Departamento para el cuidado de los Niños, y tenemos una orden para transferir a Diandra Malfoy con su padre, el señor Lucius Malfoy.

-No hay una Diandra Malfoy, mi hija es Diandra Lupin,- Diandra miró como su mami estaba pálido.

-Ya no, el señor Malfoy, ha reconocido a la niña como su hija, y cómo es de esperarse, no desea que esté en compañía de un monstruo como usted, de hecho tal vez debamos llevarnos al otro niño¿cuál es su nombre?.

-Serge Lupin, señor, no es un licántropo y tiene 8 años de edad.

-¿Quién es el padre?

-No aparece en el expediente señor.

-Tomando en cuenta los antecedentes del señor Lupin, no me extraña.- Remus enrojeció y bajó la vista, si ellos supiesen quién era el padre de Serge...

-Mami,- dijo Diandra, tomando la mano de Remus.

-Vamos pequeña, tu padre y tu familia te esperan.- dijo uno de los magos.

-¡No¡Yo no quiero ir,- instintivamente Diandra se aferró a Remus, Serge se acercó a ellos, y colocó sus manos en los hombros de su hermanita.

-¡No pueden hacerlo! Solo les pido tiempo, para poder hablar con Lucius Malfoy y aclarar este mal entendido.- Diandra sólo recordó como los hombres sacaron sus varitas, como tres hechizos golpearon a Remus y este fue aventado contra una de las paredes, dos de los magos tomaron a los niños e intentaron sacarlos de la casa, pero nunca se imaginaron que un lobo es un peligro mortal cuando sus cachorros están en peligro.

Dos días después Remus, estaba en una sala, encadenado de manos y pies, ante las principales cabezas del Ministerio de Magia.

-Usted es culpable de atacar a tres hombres en el cumplimiento de su deber,- dijo Dolores Umbridge.- no puedo creer que un monstruo como usted estuviera con esos pobres niños todos estos años.- Remus alzó la vista, no podía contestar, lo habían amordazado, después de que aquellos sujetos intentaron llevarse a sus hijos, simplemente dejó que el lobo tomará control, estaba seguro que les había roto algunos huesos, pero los había sacado de la casa, una hora después, Aurores llegaron a la pequeña casa y lo atacaron. Si hubiese sido un mago normal, lo hubiesen arrestado, pero él tendría derecho a un defensor y a un juicio, pero siendo lo que era, simplemente, lo estaban condenando.

-¿Dónde pagarás tu sentencia¿Azkaban¿Un campo de concentración para hombres lobo?- Remus sentía como el mundo se le derrumbaba, lo iban a apartar de sus hijos, Diandra estaría con Malfoy, pero Serge... tal vez tendría que declarar quién era su padre para que lo enviaran con él.

La puerta se abrió y Lucius Malfoy entró, con una calma extraordinaria, extendió un papel al Primer Ministro, éste después de leerlo, suspiró.

-¿Esta seguro señor Malfoy?

-Completamente Fudge, he decidido dejar que mi hija sea custodiada de cualquier peligro por este licántropo, usted sabe como los perros son criaturas leales, espero eso de un lobo.

-Como usted ordene,- como un movimiento de su varita,- las cadenas desaparecieron y Remus fue liberado. Lucius le indicó que lo siguiera. Al salir del Ministerio, Lucius sin voltear a verlo le dijo:

-No creas que lo hice por ti, Diandra no ha parado de llorar y no quiere comer, y no me gusta ver a mi hija sufrir.

-Lo entiendo¿sabes dónde esta Serge?

-De regreso en tu casa, lo llevaron provisionalmente a un orfanato, pero según mis fuentes lo trataron bien.

Unos minutos después Remus estaba abrazando a sus dos hijos, y Lucius simplemente se retiró.

Presente

-Yo quería lo mejor para ti, pero tú lo querías a él.

-Es mi mamá, siempre ha estado conmigo y es por eso que vengo a pedirte tu ayuda.

-¿Qué le pasa?- Lucius sintió como un escalofrío recorría su cuerpo. Diandra nunca le pediría ayuda, al menos que fuese algo grave.- ¿Mordió a alguien?

-No, esta muy enfermo,- los ojos de Diandra se humedecieron, aunque la chica no dejó que una lágrima se le escapará.- Mamá se esta muriendo.

En el callejón Diagon...

Sirius Black caminó hacia el pequeño bar, donde lo habían citado. Pronto vió a un chico sentado, viéndolo fijamente. Sus ojos azules casi grises, y el cabello negro eran extrañamente parecidos a los rasgos de su familia.

-¿Eres tú Serge Lupin, -preguntó el animago.

-Sí, y usted no necesita presentar, señor Sirius Black.- El tono cortante del chico molestó a Sirius.

-Mira niño, no estoy para perder el tiempo contigo, yo sólo vine...

-Mi mamá esta muy enfermo, y no quiero perderlo,- Serge miró a Sirius a los ojos.

-En tu nota decías que Remus Lupin necesitaba mi ayuda¿quieres que les preste dinero para que lleven a tu madre al hospital?- Sirius no pudo evitar sentirse celoso por aquella desconocida, que era la esposa de su Moony.

-No, mi mamá es Remus Lupin.- Miles de pensamientos pasaron por la cabeza de Sirius, Moony estaba enfermo, gravemente por la expresión en el rostro de su hijo...y tenía un hijo... ¿con quién?

-¿Quién es tu padre?

-¿Acaso no ves el parecido? Soy tu hijo, Sirius Black.

Continuará...