Disclaimer: Batman le pertenece a Bob Kane y a DC Comics.


GOTHⒶM - INTRODUCCIÓN

-Manteneos alerta. Soldado o policía al que veáis, le pegáis un tiro, ¿de acuerdo?

Quien había pronunciado esas palabras era una figura que caminaba escoltado por cuatro hombres, dos detrás y dos delante. Era el más bajito de todos, pero sólo bastaba echarle un vistazo para saber que era quien mandaba.

Presumiblemente un varón, a juzgar por su aspecto robusto y su apariencia, caminaba como si lo hiciera por el patio de su casa, indiferente y sin temor a lo que pudiera ocurrirle. No obstante, era el blanco de las miradas de absolutamente todas las personas de la zona. Y no era para menos.

Vestía un conjunto de chaqueta roja gruesa, de manga larga con capucha, y pantalones rojos, botas militares negras y una máscara de color plateado, que representaba una cara neutral. En la pechera de la chaqueta llevaba impresa una A rodeada por un círculo. Los cuatro hombres que le escoltaban llevaban la misma ropa, solo que toda de color negro. También llevaban máscaras y el símbolo de la A. Todos llevaban armas pesadas firmemente agarradas en sus manos.

-Sí, jefe -dijo uno de ellos-. ¿Qué hay de los civiles?

-Este pueblo ya está lo suficientemente oprimido -fue la respuesta-. No les demos más motivos para tener miedo, al contrario. Hoy empieza su liberación.

La multitud de asustados y desconcertados civiles de Santa Prisca observaba la comitiva desde lejos. Nunca habían visto gente caracterizada de aquella manera, y preferían mantener las distancias. Y en las calles céntricas de la ciudad, había otras preocupaciones, como las milicias armadas/matones de los cárteles/soldados regulares que patrullaban constantemente las calles, más para perpetrar matanzas violentas que para garantizar la seguridad.

-Ya casi llegamos -anunció el hombre de rojo, señalando con su mano enguantada un local en la esquina de la calle-. Vosotros esperad fuera. Y en alerta.

Aceleró el paso, dejando atrás a sus guardaespaldas, y entró en la tienda. Aunque llamarla "tienda" era suavizarlo mucho. Más bien parecía un vertedero, y todo estaba lleno de chatarra apilada en montones. En una esquina había una mesa, y sentado tras ella, un hombre que parecía que acababa de ver al mismo demonio.

-Si viene a por el dinero, le juro que no tengo nada -murmuró rápidamente.

-No he venido a cobrarle nada -aclaró el recién llegado-. Simplemente quiero saber dónde está su sobrino Xuasus.

Los ojos del hombre se abrieron, sorprendidos. Se había esperado cualquier cosa menos aquella. Pareció tranquilizarse, y entonces carraspeó un par de veces.

-Xuasus debería regresar pronto -explicó el hombre-. Espero que hoy sí haya podido traer comida, porque si no… ¿para qué le buscas?

-Por motivos personales -respondió el encapuchado-. Prefiero que mi presencia aquí quede en todo el secreto posible. Si no es así… bueno, no querrá saber lo que tendré que hacer. Si no le importa, esperaré fuera a Xuasus.

Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la salida, pero la voz del hombre le detuvo:

-¡Espera! Dame… dame un nombre, al menos.

El misterioso personaje contempló durante unos momentos al hombre, y después contestó:

-Anarky.

Abrió la puerta de la tienda y salió al exterior. Las calles estaban ahora desiertas y tranquilas. Y sus cuatro escoltas estaban colocados a ambos lados de la puerta, con las armas listas para apretar el gatillo al menor movimiento.

-¿Alguna novedad? -quiso saber Anarky.

-Más allá de los típicos curiosos, no -le dijo uno de los hombres-. ¿Ha encontrado a quien buscaba?

-Según su tío, debería llegar de un momento a otro. Esperaremos diez minutos, si no aparece, no nos quedará más remedio que buscar más activamente. Phil, diles a los demás que estén preparados para desplegarse. Es posible que esta zona se convierta en un punto muy caliente si empezamos a husmear por ahí.

Antes de desplazarse a Santa Prisca, Anarky se había asegurado de sobornar a ciertas personas clave para que nadie le pusiera problemas a la hora de entrar en la isla. Normalmente no se tomaría tantas molestias, pero tenía un objetivo concreto, y no le convenía que las cosas se complicaran demasiado mientras estuviera en la isla.

Mientras su esbirro cumplía su orden, Anarky se cruzó de brazos y alzó un poco su vista. Por encima de los tejados de las casas bajas de la ciudad, podía ver el alto en el cual se erigía una fortaleza de piedra gris, rodeada por muros de hormigón y alambradas.

-¿Veis aquello? -les señaló a sus escoltas, apuntando con el dedo a la fortaleza-. No hay en todo este planeta lugar que simbolice mejor la brutal opresión, la esclavitud y la falta de libertad a la que se somete a esta gente. Si tuviéramos tiempo, la derribaría sin dudar. Habéis oído hablar de Peña Dura, ¿no?

-Oí de un par de presos de Blackgate que las cárceles de Gotham son hoteles de cinco estrellas comparadas con Peña Dura -respondió uno de los hombres-. Creo que eso lo dice todo.

-En ese caso, quizá debería dar a conocer a los corruptos de Gotham cómo son las cosas por aquí. Lástima de fronteras -comentó Anarky-. En fin, parece que vamos a tener visita.

Un grupo de hombres, liderados por el tío de Xuasus, avanzaba hacia Anarky y sus hombres. No traían cara de buenos amigos, y por eso, los cuatro guardaespaldas se colocaron delante de su jefe, escudándolo ante el grupo y apuntando con sus armas. Aquello hizo pararse en seco a la multitud, pero Anarky salió de detrás de sus hombres y les increpó:

-Bajad ahora mismo esas armas. ¿Desde cuándo amenazamos al pueblo oprimido? Yo me ocuparé de esto.

Se dio la vuelta, mirando fijamente al hombre con el que había hablado antes.

-Por el comité de bienvenida que me ha traído, asumo que me ha mentido con respecto a Xuasus, ¿no? -preguntó, en tono despreocupado.

-No sé a qué guerrilla perteneces, o si eres un matón del gobierno, pero no te vas a llevar a mi sobrino. Si lo quieres tendrá que ser por encima de nuestros cadáveres.

Anarky puso los ojos en blanco por debajo de la máscara.

-No soy ni una cosa ni la otra. Supongo que tendré que mostrárselo para que me crea.

Avanzó sin miedo hasta situarse cerca del hombre, y entonces sacó, del bolsillo interior de su chaqueta, un fajo de papeles que le tendió silenciosamente. Dubitativo, el hombre los cogió y comenzó a leerlos. A medida que lo hacía, le fue cambiando la cara, de una expresión de hostilidad a otra de sorpresa e incredulidad.

-Pero estas cartas son… -murmuró el hombre, mientras la gente a su alrededor le echaba miradas interrogantes-. Tú eres…

-Un viejo amigo -respondió Anarky-. En una de las cartas habla de usted, así que supongo que está al tanto de la correspondencia que mantuvimos. Todo eso es lo que él me escribió a mí. Nunca nos hemos visto las caras, y hoy vengo a cambiar eso. ¿Podría decirme dónde está?

La multitud se quedó callada. Parecían dudar en responderle, pero por las caras que tenían, quedaba claro que sabían dónde estaba Xuasus. Y Anarky, pese a que no le habían dicho nada, también lo supo. Lentamente, dirigió su mirada hacia Peña Dura.

-Así es -dijo el hombre, mirando al suelo-. Lo encerraron en aquella cárcel cuando intentó robar comida en una comisaría. Ellos son los que tienen de todo, así que decía que tenía que probar suerte. Posiblemente ya esté muerto.

Anarky frunció el ceño bajo la máscara. Conocía de sobra la reputación de Peña Dura, y quizá las palabras del tío de Xuasus fueran ciertas. Pero había ido hasta allí a verle, y mientras quedara una sombra de duda, llegaría hasta el final del asunto.

-Entiendo. Bien, pues parece que tendré que comprobarlo personalmente -dijo, mientras estiraba los brazos y se crujía los nudillos-. Phil, llama a los demás. Vamos a armar una buena aquí.

Los cuatro escoltas parecieron muy complacidos ante aquella idea. El llamado Phil sacó su intercomunicador y empezó a repetir las órdenes de su jefe. Los ciudadanos lo miraron como si estuviera loco.

-¿Qué estás planeando hacer? ¿No irás a meterte en Peña Dura, no? -preguntó una mujer.

-¿Y por qué no? Algo como eso no me va a detener. Y además, ya lo he hecho antes -respondió el joven, casi sonriendo. Les mostró la A de la pechera de su chaqueta-. ¿Saben lo que significa esta letra? Significa la libertad del pueblo, la erradicación total de la opresión. Empezaré por Peña Dura, y estoy seguro de que el pueblo de Santa Prisca lo aprovechará. Clark, pásame el paquete.

Otro de los escoltas le tendió un pesado fardo, de forma rectangular, envuelto en papel marrón. Ni corto ni perezoso, Anarky lo puso en las manos del tío de Xuasus.

-Esto es el comienzo de todo. Abran ese paquete cuando yo me haya ido, y ocúpense de que todos en este país se enteren de su contenido. Por la libertad. Vamos, chicos.

Ante la estupefacta mirada de la multitud, Anarky y sus hombres desaparecieron por un callejón.


Ésta es mi primera historia de Batman, espero haberlo hecho bien. Cualquier crítica constructiva será bienvenida, y los reviews también, por supuesto. En cada capítulo, al final de cada capítulo, dejaré un pequeño acertijo relacionado con algo o alguien del mundo de Batman. Si alguien lo lee, que trate de adivinarlo y ponga la respuesta en su review ;) Ahí va el primero. Los acertijos son del videojuego de Arkham Knight, pero a cualquier aficionado de Batman le sonarán.


"Cuando gobierna la corrupción, el gobierno de nadie es la solución".