Hola, esta es una nueva historia y tratara de vampiros. Me inspire en un libro... hum... no me acuerdo el titulo :( pero, es uno de mis favioritos, ya que aparte de ser fanatica de FT, amo a esos chupa sangre, en serio. Asi, que quise crear un fic con ellos. La idea se me vino, cuando me pregunte como se veria Natsu mordiendo el cuello de lucy, y creanme que babee con la imagen que se me vino a la mente. Por eso les traigo esta historia, que nop tiene casi nada de parecido al origiunal, excepto la forma en que describen a los vampiros y el hecho de que cree un idioma especial para ellos:

Deresi: hembre custodiada.

Dali: querida

Lowen : esposa o compañera

Darken: esposo o compañero

Garmodan: guardian de una hembra deresi

Symad: simbolo de muerte para un ser querido, puede ser un collar o una pulsera, dode se guardan las cenisas.

Fikaren: amigo

Sermaye: sirviente

Priqen: miembro de la alta sociedad, considerado como un principe.

Uware: maldecido

Teryu: cazador de vampiros

Esos son los terminos que cree, por ahora, si agrego mas se los hare saber. Espero que les guste esta nueva historia. Asi que lean...

Los personajes son de Mashima-sama


PROLOGO

AGOSTO, 1987

En el cielo se podía apreciar el inicio de un atardecer. Pero antes de que el sol se ocultase, comenzó a ser tapado por la luna. La nasa no se había equivocado, hoy habría un eclipse solar.

En una cabaña algo vieja que, a simple vista, lucia abandonada. Se podían escuchar gritos, unos gritos desgarradores, que erizaban la piel. Por una ventana trasera se podía ver la silueta de un hombre, que tenía fija la vista en el sol mientras era cubierto por la luna. El hombre dio un suspiro, antes de girarse.

-Calla –ordeno-. No entiendo por qué haces tanta bulla.

Frente a él, se podía observar una cama desgastada. En ella estaba echada una mujer de aspecto demacrado. Sus rubios cabellos, alborotados. Sus ojos chocolates, llorosos y legañosos. Y de sus labios escapaban gritos de dolor.

La pobre mujer, se encontraba encadenada a la cama, de manos y pies. Además, se encontraba en… labor de parto. La mujer grito, mientras el dolor la embargaba, estaba dando a luz en condiciones que jamás se lo había imaginado. Pero, a pesar de que su vida colgaba de un hilo, lo único que en realidad le preocupaba era la vida de su bebe.

Una lagrima se deslizo por su mejilla, una de muchas. Mentalmente llamaba a su amado para que la salvase, aun no perdía la esperanza de que él, llegara a salvarla.

La habitación se volvió más oscura. El sol ya estaba casi completamente tapado por la luna. El hombre, volvió su rostro al astro rey, viendo como era cubierto por la luna, dejando en oscuridad el lugar.

La puerta de la habitación fue abierta, y a través de ella entro un hombre, que al poner un pie en la habitación esta se ilumino, el fluorescente permitía una mejor vista del lugar. Este hombre era más joven, de cabellos negros y ojos rojos. Vestía una túnica negra, y en su mano agarraba una manta blanca.

-Ya es hora, Purehito –anuncio.

El otro hambre, cerca de la ventana, asintió. Con la luz, se distinguía claramente su rostro envejecido, su barba blanca, al igual que su cabello. Además traía un curioso parche en el ojo derecho.

-¡Al fin! –exclamo-. Amo Zeref, deje esto en mis manos.

El pelinegro, llamado Zeref, asintió. Camino a un lado y se apoyó en la pared. Purehito, se acercó a la cama, donde la mujer no paraba de gritar.

-Es hora de que cumplas tu parte –espeto, mientras alzaba ambas manos, colocándose unos guantes de plástico.

La mujer, vio la sonrisa en su rostro, y sintió desesperación. Pero todo desapareció, ya que sintió, como la fuente se rompía. Ahora lo único que le quedaba era pujar, para que su bebe naciera.

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En el momento en que el sol fue cubierto completamente por la luna. Un hombre rubio, abrió las puertas de una mansión. Salió a fuera, en solo segundos. Caminaba lo más rápido que podía, bajo las escaleras a paso apresurado. Se paró en el último escalón. Cerró sus ojos y se concentró.

A lo lejos, sentía como la sangre que fluía en el cuerpo de su amada lo llamaba. La había localizado. Abrió los ojos. Dio un paso, pero una mano lo detuvo.

-¿A dónde crees que vas… solo? Eh, Jude –pregunto el sujeto.

Jude se dio media vuelta, quedando frente a un hombre. El cual, tenía cabellos rosas, y una amplia sonrisa en su rostro.

-Pero… mi señor no…

-No pienso dejarte toda la diversión –advirtió-. Ahora, dime dónde.

-Cincuenta kilómetros al oeste.

-Nos vemos allá –se despidió.

El joven se desmaterializo, en frente de sus ojos. Jude, se encontraba otra vez solo. Sacudió la cabeza, para poder concentrarse y poder desmaterializarse al lugar donde se hallaba retenida su amada. Ya tendría tiempo de agradecer a su rey.

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A las afueras de la cabaña, cerca de un árbol, una figura tomaba forma. La figura se hizo más clara, revelando una silueta de un hombre. A su lado, se volvía a apreciar la misma escena. Ahora eran dos hombres, los dos con la mirada fija en la cabaña.

Jude, agudizo su oído y olfato para detectar presencias dentro de la cabaña. Por lo que percibió, habían tres personas dentro. Dos eran hombres, y una era su amada. Sus ojos se desorbitaron ante un olor que le llego, ese olor era de…

-Sangre –susurro el peli rosa.

Jude apretó los puños, sus labios se curvaron dejando ver dos colmillos largos. Se separó del tronco. Desenfundo una daga y se fue en dirección a la cabaña. Pero su paso se vio retenido por el cuerpo de su rey.

-Detente –ordeno-. Huele, a parte de la sangre de tu dali, se percibe otro aroma, uno al que tú conoces muy bien.

Jude frunció el entrecejo, pero hizo lo que le pedía. Volvió a oler el aire. Podía percibir el olor de la sangre de su dali, también el aroma que la marcaba. Además, percibió el aroma de…

-¡Imposible! –exclamo furioso-. Él está muerto… Purehito no… Makarov y yo no pudimos hacer nada, lo vimos…

-Y no solo eso, puedo sentir también el aroma del asesino de mi padre.

-Natsu, estás hablando en serio. No creo que Zeref…

Natsu le dirigió una mirada fulminante que lo calló. Jude vio como Natsu desenfundaba su daga, se daba media vuelta y se encaminaba a la puerta de la cabaña. Jude lo siguió. Los dos se pusieron a ambos lados de la puerta. Alzando las dagas.

-Tu salva a tu dali, que yo me encargo de los dos –Natsu puso una mano en la perilla-. Con esto pago mi deuda Jude.

Jude iba a decirle que nunca le debió algo, que lo que había pasado lo había hecho de corazón. Pero no le dio tiempo, ya que Natsu había abierto la puerta e ingresado en la cabaña, no le dio de otra que seguirlo.

Caminaban sigilosamente. Pasaron la sala y la cocina que estaba justo en esa misma sección, pero divididas por un muro sin ventana ni puerta. El lugar era oscuro, pero sus ojos se adaptaron fácilmente a la oscuridad. Natsu hizo una seña con la cabeza señalando una puerta.

Jude se acercó a esta, tomo el pestillo y lo giro. Al abrirlo, solo vieron un pasillo, con cuatro puertas. En la última, se podía ver los halos de luz pasar por la puerta. El olor a sangre era más fuerte en ese lugar.

Jude, sintió como su corazón se aceleraba, y era consumido por la desesperación. El miedo lo embargaba. Perder a su hembra, lo devastaría más que nada, pero perder al bebe que ella esperaba seria aun peor.

Natsu estaba por girar el pestillo de esa puerta. Jude, no noto el momento en que lo había pasado. Natsu, lo miraba esperando un asentimiento, que fue dado por Jude. Él suspiro, iba abrir la puerta, pero… el llanto de un bebe lo detuvo.

Jude al escucharlo, se sintió, alegre. Porque sabía que ese llanto solo significaba que su dali había dado a luz. Pero, como vino su alegría, se fue, ya que también existían las posibilidades, de que no haya sobrevivido al parto.

Natsu abrió la puerta, entrando. Rápidamente Jude lo siguió, para encontrarse con… Zeref cargando a un bebe en unas mantas blancas manchadas de sangre. Jude paseo su vista por el lugar, en un escrutinio rápido. Pero sus ojos se quedaron en la cama, donde yacía su dali, cerrando poco a poco los ojos, ojos de los que escapaba la vida.

Natsu, intento alejar la criatura, de los brazos de Zeref. Pero Purehito se interpuso en su camino. Purehito tenía una espada en sus manos, y con esta apuntaba a Natsu, quien no se inmuto, y ataco con su daga.

Mientras peleaban, Jude se acercó a la mujer que agonizaba en la cama. Se puso a su altura, retiro unos mechones de su rostro.

-Layla, dali, no me dejes –dijo sumamente triste.

-Cui-cuida… de… Lu-Lucy –forzo una sonrisa-. T-te... di-dije... que se-s-seria... mu-mujer.

-Es niña –dijo algo sorprendido-. Descuida, la cuidare. Vete en paz, mi dali. Que yo algún día te alcanzare. Para podernos amar eternamente –las lágrimas escaparon de sus ojos.

-Te… a… mo –Layla cerró los ojos.

Jude se quedó mudo. Las lágrimas descendían por su rostro. En ese momento quería morirse. Agarrar la daga y clavársela en el corazón. Pero primero, cobraría venganza por la muerte de su dali.

Con un grito de guerra se abalanzó contra Purehito, ya que en él olía la sangre de su Layla. Aquello dejo el paso libre a Natsu. Quién se acercó rápido a Zeref. Deteniéndose, agarró con su mano derecha la daga, la apretaba con fuerza e impotencia.

-Ella pagara, si tú te acercas más –amenazo.

-Asesino. Cabrón de mierda –insultaba Natsu.

-Un elogio para mí, no te molestes, rey –dijo con burla-. ¿Sabes que es ella? Una que nació en eclipse, una maldecida, una uware. No te molestes en salvarla.

-No la salvo, sólo quiero tu cabeza en mis manos y lejos de tu cuerpo –contesto con sorna.

Purehito fue empujado contra la ventana, destrozando el vidrio, y llamando la atención de todos. Mientras se levantaba sintió el calor del sol golpear su espalda. Mierda.

-Amo, el sol –exclamo preocupado.

Zeref apretó sus dientes. No podía desmaterializarse con una peso extra, en otras palabras, no podría llevarse a la niña. Nunca conto con que ese idiota de Jude localizaría a su hembra por ser humana.

-Estas de suerte, es tuya –le aventó a la criatura que Natsu cogió.

En ese momento se desmaterializo, desapareciendo del lugar. Purehito sonrió, viendo la cara furiosa de Jude.

-Vendremos pronto por ella, cuídasela –Purehito también se desmaterializo.

Natsu, maldijo al ver que habían escapado. Pero, como el sol pronto regresaría, salió de la habitación al oscuro pasadizo. Jude, cargo el cuerpo de Layla, y lo siguió, para ocultarse de esos rayos que podían matarlo. Y cuanto no quisiera que eso pasara, pero había prometido cuidar a su hija.

En el pasillo, ocultos de los rayos solares. Jude abrazaba el cuerpo inerte de su amada. Natsu lo miraba triste. Ya que sabía que para un macho vinculado, perder a tu hembra era perder el sentido de tu vida, tu razón de vivir.

La criatura en sus brazos se acomodó, y puso una mano en su pecho. El bajo la vista viendo mechones de cabellos rubios y unos ojos chocolates. Se quedó observándola un poco. Luego sacudió la cabeza, ya que había sentido, como si la niña mirara su alma, y eso lo puso nervioso.

Jude, aun sentado y abrazado al cuerpo de su dali. Ni se percató de la niña, hasta que ella soltó una risa. Que lo hizo alzar la vista. Un pensamiento le vino a la mente, uno que tenía que cumplir, una promesa.

-Natsu, mi señor –murmuro con voz caída-. Si algo me sucediera… usted, ¿cuidaría de mi hija?

-Ni pienses en matarte, porque eso decepcionaría a tu dali. Además como macho, tienes que cumplir tu palabra.

-Y lo hare. Pero, sabes que él pronto vendrá por ella, y en el intento de protegerla me podría pasar algo, y no quiero que mi hija quede sola.

-En ese caso, descuida. Ella, me servirá para encontrar a ese pedazo de mierda de Zeref.

-Entonces, serás su garmodan, si algo me llega a pasar. Yo te doy ese derecho.

Natsu, miro los ojos opacos de Jude, y asintió con la cabeza. De su pantalón saco su celular y marco un número.

-Loke, te tengo un trabajo.

-Dispara jefe –dijo una voz detrás del auricular.

-Necesito que hagas tus milagros con esas manos tuyas.

-¿Que paso? –pregunto serio.

-Explicaciones después. En cuanto se oculte el sol. A cincuenta kilómetros al oeste de la mansión.

-Haya nos vemos.

-Ah, y Loke, trae tu auto, tenemos un macho deprimido –Natsu colgó.

Natsu, se volteó a ver a Jude, que seguía sin moverse y mirando a la nada. Acomodo a la pequeña en su pecho y se hinco a la altura de él.

-Loke, te hará un symad, para que siempre este contigo.

-Gracia mi señor.

Natsu, se paró, y volvió su vista a la criatura. Sintiendo otra vez como si ella pudiera ver su alma, como si estuviera desnudo. Pero la niña sonrió. Y sintió algo raro en él. Natsu sintió como su corazón se aceleraba.

Esta niña, era alguien especial.


Y... ¿que tal? ¿les gusto? bueno, si les gusto, por favor mandenme un review.

Ahora, me gusrtaria aclarar que mis vampiros, pueden desmaterializarse, pero si cargan peso extra, no. ademas son fuertes, rapidos, ven en la oscuridad, y se alimentan del sexo opuesto, la sangre de otro vampiro les da mas fuerza. Ademas, a los 25 años, pasan a ser completamente vampiros, y a necesitar de la sangre. antes de eso son como simples humanos. y mayormente los machos presentan cambios fisicos, es decir, crecen y se hacen fuertes.

Bueno, nos leemos.

sayonara mina :)