A Craig nunca le gustaron las bebidas alcohólicas. El pelinegro podría ser fumador y todo eso, pero simplemente no pasaba cosas como el vino, la sangría, ni mucho menos la cerveza.

Es por eso mismo que ahora no dejaba entrar a su mejor amigo, Kenneth. Es decir, no eran pareja ni nada, pero es desagradable entrar a la recámara de McCormick y encontrar latas, y latas de la sustancia esparcida por el lugar. Lo peor es que éste, se encontraba ebrio tocando la puerta junto con Stan y Tweek. Tucker no sabía si reír, llorar o tirar las cosas de Kenny por la ventana. La última opción no parecía tan mala.

— ¡Ábreme la puerta, pendejo! — gritó el rubio desde el otro lado de la puerta.

— ¿Qué tal si te tiras del tejado y regresas mañana sin estar como una vieja cachonda?

— ¡Hahahaha, Craig eres muy gracioso, en serio! Espera… ¡Hijo de puta, no juegues con eso!

Sin dudas odiaba al Kenny borracho.