Tormento

Prologo

Mire por el pequeño resquicio que llamaban ventana y el cielo presagiaba tormenta. Aferre mis manos a los barrotes y en silencio implore que la tortura se acabara.

Hacía meses que no sabía nada de ellos y la angustia había dejado paso a la horrible resignación. Cualquier indicio de búsqueda de su parte quedaba descartado.

Así me lo decían las largas noches que pasaba en vela, esperándolo, ansiando encontrarme con los únicos ojos que deseaba ver antes de morir.

Porque ahora sabía que lo único que me esperaba por delante era la muerte. Y no me importaba.

La muerte en mi posición significaba paz y olvido, sentimientos inútiles en el lugar en donde me encontraba.

Arrastre los pies hasta la dura cama, me metí debajo de las frazadas y me tape la cabeza.

Sentir el frio que traspasaba las vacías paredes de la estrecha habitación en donde había sido confinada, me lleno de desesperación. Me hacia anhelarlo con ansias, su helado cuerpo nunca me haría sentir esta clase de sufrimiento.

Ansiaba sentir una vez más su pecho frio y acogedor. No pude contener las lágrimas al imaginar su voz. El llanto de hizo más fuerte al escuchar girarse la cerradura de la puerta.

Clave las uñas al colchón, en un vano intento de defensa, aun sabiendo que sería inútil.

Mientras era llevada a rastras, implore porque esta fuera la última vez