La verdad es quiero hacerlo más largo, pero de momento sera un fic de tres capítulos :3 Está inspirado o adaptado al anime de Sukitte ii na yo o Say 'I love you', aunque he leído que el manga es muy diferente a lo que fue el anime, mas tarde o cuando pueda veré que tan cierto es...
LIFE
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La vida tiene un ciclo.
Nacimiento, niñez, juventud, adultez y vejez.
Pero, ¿qué sucede durante todas esas etapas?, ¿Cuál llega a ser la más impactante en tu vida?
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Hinata frunció su ceño, aquel chico no dejaba de seguirla desde hace un rato. No, desde que le propino una patada aquella tarde por el abusador de su amigo, no había día que no le siguiera insistiéndole con lo mismo. Aunque sabía que aun debía disculparse por eso, porque él recibió accidentalmente aquella patada que iba dirigió al otro.
La verdad no le entendía.
—Hinata, vamos, solo quiero que intercambiemos números, que seamos amigos.
La chica se detuvo finalmente, aun dándole la espalda. Entonces se volteo mostrando su teléfono, el chico achico la mirada para detallar bien que quería mostrarle. No lo entendía, salvo que solo tenía dos nombres registrados en sus contactos.
— ¿Ves?, no tengo amigos, y no necesito más números salvo estos que tengo y puedes ver – guardo rápidamente su teléfono—. Los amigos solo son personas que al final te terminaran traicionando, si tienes amigos solo saldrás lastimado — su mirada fue dura, y cuando estaba dispuesta a irse ese chico la tomo del brazo inesperadamente.
—Yo quiero ser tu amigo.
Le miro de reojo, directamente a sus ojos, su mirada azulada mostraba que hablaba en serio.
—Es verdad lo que dijo, y no todos somos así, se mi amiga y veras que dijo la verdad – le sonrió ampliamente, tanto que logro cautivar a la dura chica por un momento, pero desvió la mirada y cuando iba retirarse sin decir nada, este la tomo ahora de la mano, aunque fue para depositar algo ahí —. Sé que no me darás tu número por más que te insista ahora, por eso al menos te dejo el mío en aquella nota para cualquier cosa que necesites… nos vemos, Hinata.
Y alzando su mano y sonriendo paso de largo a ella, quien se quedo tiesa, pero en un momento espabilo y miro el papel que aquel chico le dejo en la mano. Desdoblo con cuidado, y posteriormente observo lo que decía.
Su nombre más el numero teléfono, como había dicho.
«Uzumaki Naruto»
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— ¡Gracias por su compra!
Hinata hizo una reverencia a la persona que había comprado hace un rato variados tipos de dulces. El señor igual les sonrió y abandono el lugar con la bolsa en total tranquilidad, prometiendo seguir ir seguido más.
Los dulces de 'Sweet Day' eran demasiado deliciosos.
—Hinata-chan, por favor, coloca más pan de nuez en la estantería de la entrada.
— ¡Hai!
Trabaja en ese lugar desde que paso a primero de preparatoria, o sea hace unos dos meses. Había descubierto ese lugar con su madre cuando caminaban por la calle osuki en navidad, era un lugar tan ameno.
La señora que lo atendía era muy amable, y cuando le explico que necesitaba el trabajo, para así disminuirle los gastos a su madre, no dudo en darle ayuda con algunas horas luego de la escuela.
Termino de colocar más pan de nuez en la estantería dicha, cuando escucho la puerta abrirse, y como era debido se volteo para poder dar la bienvenida a un seguro nuevo cliente.
— ¡Bienvenid-!
Parpadeo al encontrarse con aquellos habituales orbes azules, además de su mirada sonriente.
Naruto Uzumaki.
—Hinata, ¿Cómo estás?
Hinata solo no entendía que hacia él ahí.
— ¿Qué haces aquí? — aquello salió involuntariamente, pero apretó sus labios al ver que no es lo que quería decir. El solo no dejo de sonreír y paso a mirar los estantes de a poco, mirando toda aquella variedad de dulces.
Hinata solo le siguió con la mirada, aun llevaba su uniforme escolar.
— ¡Oh, tienes tarta tres leches! – chillo emocionado mirándolo en la nevera aun lado de la caja—. Se ve tan delicioso, llevare también a casa – abrió y tomo dos vasijas con tarta. Entonces volteo a mirar a Hinata al ver que no se había movido —. ¿No vas a cobrarme?
Fue cuando la chica parpadeo, camino rápido y paso cuenta en la maquina. Naruto enseguida le extendió el dinero, pero cuando Hinata lo iba a tomar este tomo su mano sobresaltándola. Ahí estaba de nuevo dedicándole una sonrisa amable.
—Espere tu llamada ese día.
Ella alzo ambas cejas confundida, además de incomoda. Pero aun así, le hablo claro.
—Yo no dije que iba a llamarte.
El soltó una risita al mismo tiempo que soltó su mano. Agarro la bolsa donde Hinata le había guardado los dulces. Ella se sintió más relajada cuando lo hizo, aunque no dejo de lado lo cálido que era la mano de Naruto Uzumaki.
—Lo sé, lo sé, aunque esperaba que me dijeras otra cosa – miro a un lado aparentemente apenado, para luego darse vuelta pero mirarla por sobre el hombro con otra sonrisa—. Nos vemos, Hinata.
Y camino hasta salir completamente de Sweet Day.
—Oh Hinata-chan, ¿Quién era ese apuesto chico? – Salió de pronto la señora jefa desde atrás mirando igual por donde miraba Hinata—. ¿Tu novio? — le miro picara.
El rostro de Hinata se volvió rojo, del más fuerte que podría haber.
— ¡Nada que ver!
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Suspiro al ver que llegaba por fin a su casa, el cual era en realidad un edificio. Cerró la puerta y cuando ingreso a la sala anuncio su llegada. Su madre le daba la espalda mientras preparaba algo de comer.
—Hinata, bienvenida – la recibió con dulzura su madre—. Estoy preparando unos riquísimos frijoles rojos, tus favoritos— y siguió picando algunas verduras para echárselas al caldo.
Hinata solo sonrió apenas.
—Gracias, iré a darme un baño para poder comer – y siguió de largo, dejando su bolso y tomando una toalla en su habitación. El departamento no era muy grande, así que todo quedaba cerca, las habitaciones, la cocina, la sala, el baño.
Luego de un relajante baño, comer aquellos frijoles con arroz de su madre, paso a tirarse en su cama. Y como era costumbre la imagen de aquel chico llego a su mente. Y la verdad es que una interrogante llegaba con ella.
¿Por qué insista tanto?
Ella no se consideraba alguien interesante, y no quería amigos. Era fiel a que no los necesitaba.
Meneo la cabeza para despegar esos pensamientos y decidió mejor irse a dormí.
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Otro nuevo día de clases, Hinata subía las escaleras que la llevarían al piso donde quedaba su salón. Y en cuanto cruzo noto un grupo de chicas conversar, pero que cuando paso pudo escuchar claramente que la mencionaban.
— Mira, mala vibra.
—He oído que ni novio ha tenido.
— ¿De verdad?, bueno, con esas pinta y aura, ¿quién se le acercaría?
Ni se detuvo para escuchar lo que aquellas chicas decían de ella, además era lo mismo de siempre. Apretó mas la tira de su bolso en su hombro, y llego finalmente a su salón. Su asiento era casi uno de los primero cerca de las ventanas.
Y como siempre cuando se sentaba, se sentía tan fuera de lugar al ver a muchos de sus compañeros con sus grupos de amigos.
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Llego a la azotea con su bento, y sentó en un banco que había cerca de la puerta. Ahí era su lugar favorito para pasar la hora del almuerzo. La brisa la acaricio un momento, y cuando fue a sacar los palillos del bolsillo de su chaqueta de instituto sintió que toco algo aparte.
Saco con cuidado y entonces parpadeo al ver era aquel papel que Naruto Uzumaki le había dado.
Alguien abrió la puerta justamente en ese momento sobresaltándola toda, guardo rápido aquel papel donde mismo, y saco sus palillos para poder empezar a comer, solo esperaba que la persona que haya subido no sea un chico ligándose con alguien.
Odiaría tener que irse antes de siquiera haber empezado a comer.
—Aquí estabas.
Casi deja caer sus palillos, alzo la mirada y efectivamente Naruto le miraba fijamente. Aunque estaba un tanto despeinado y casando, eso lo decían las gotas de sudor en su frente.
¿Por qué?
— ¿Tu?, ¿Qué haces aquí?
El se sentó a su lado sin decir nada más, y miro hacia el cielo. Hinata se tenso, ¿ahora qué querría?, meneo la cabeza, solo le ignoraría como hacían lo demás con ella y comería, ya debía estarse enfriando su bento.
Quito la tapa y quedo maravillada al ver aquella comida que con tanto esfuerzo su madre le había preparado esa mañana.
— ¡Oh, son narutomaki! — volvió a mirarlo al escucharlo hablar, aunque esta vez miraba su bento, específicamente lo rollos de pescado—. Es lo que más me gusta del ramen, a parte de la chuleta de cerdo ahumada— compartió.
Una gota resbalo por la nuca de Hinata, ¿y eso a ella qué?
Pero noto que miraba muy ilusionado los rollos de pescado, y suspirando agarro dos con sus palillos, agarro una servilleta y deposito ahí, para luego entendérselo. Este parpadeo sorprendido, bueno, de tanto ser distante con él, era normal su reacción.
— ¿Para mí? — cuestiona, otra gota resbalo pero en la frente de Hinata, ¿a quién mas se lo estaba extendiendo?, pero igual asintió —. Gracias Hinata – tomo la servilleta a la vez que mostraba otra de esas grandes sonrisas que solo ese chico parecía poseer.
Y entonces cuando finalmente parecía que Hinata que iba a poder comer, Naruto volvió hablar.
—Entonces… ¿somos amigos?
Hinata detuvo de llevar un narutomaki a sus labios, y le miro de reojo. Un aura algo seria le había llegado, como si así trataba de conservarla, de que hablaba enserio. Hinata apretó los palillos, desde que él andaba con eso, se sentía un tanto liada.
— ¿Por qué tanto empeño en ser mi amigo?
El chico le miro de reojo solo un segundo para volver su atención a la servilleta, lo narutomaki ya los habia devorado entre dos mordiscos cada uno.
— ¿Por qué?, simplemente… me pareces alguien interesante, Hinata— revelo sincero, y volvió a sonreír.
Abrió sus orbes de perla de par en par. Acaso había dicho la palabra… ¿Interesante?
Enserio no supo sin reírse o simplemente quedarse callada como siempre.
— Veo que aun no tienes una respuesta – hablo tranquilo levantándose, Hinata le siguió con la mirada, le dio la espalda por un momento para luego mirarla sobre su hombro —. Bien será otro día, nos vemos entonces, Hyuga Hinata.
Y abandono la azotea, dejando de nuevo a Hinata sola.
Sola.
Miro a su bento.
¿En verdad ese chico hablaba enserio?
—No lo entiendo...
Miro hacia el cielo.
—No lo entiendo, Oto-san...
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